JORNADA DE LAS EMOCIONES
Los estudiantes ingresan al aula donde luego de la bienvenida se les aplica el siguiente test sobre los niveles de enojo en situaciones cotidianas:
TEST SOBRE EL MANEJO DE LAS EMOCIONES
NOMBRE _________________________________________________________ CURSO______________________
RESPONDE CADA UNA DE LAS PREGUNTAS DEL TEST DE 1 A 3 TENIENDO EN CUENTA QUE 1 REPRESENTA POCAS VECES; 2 ALGUNAS VECES Y 3 CON FRECUENCIA. LUEGO SUMA Y EL RESULTADO DIVIDELO EN 3. OBSERVA EL RABIOMETRO E IDENTIFICA TU NIVEL DE ENOJO.
1. ¿Has gritado últimamente a alguien? ( )
2. ¿Te has sentido agredido verbalmente? ( )
3. ¿Te irritas fácilmente? ( )
4. ¿No te sientes escuchado? ( )
5. ¿Sientes que la vida no es justa contigo? ( )
6. ¿Pierdes la calma y el control sin razón? ( )
7. ¿Sientes que se burlan de ti? ( )
8. ¿No te sientes respetado por los demás? ( )
9. ¿Has golpeado a alguien últimamente? ( )
TOTAL ( )
Luego se dirigen al rabiometro donde registran el resultado del test. El rabiometro presenta una escala de niveles de enojo de 1 a 9. De 1 a 3 el nivel es bajo (incómodo, molesto y fastidiado); de 4 a 6 el nivel es medio (disgustado, alterado y malgeniado) y finalmente de 7 a 9 el nivel es alto (enfurecido, a punto de explotar y sin control), aquí aparece la señal de ¡alerta!
Luego de marcar el nivel en el cual te encuentras en el rabiometro, te diriges al salón que corresponde el nivel de enojo donde encontrarás:
Nivel de enojo bajo: en una hoja escribe aquellas situaciones que te molestan y con qué personas. Luego quémalas y busca las posibles soluciones
Nivel de enojo medio: escribe las situaciones que te incomodan, busca las posibles soluciones y practica diariamente las técnicas de relajación vistas en el taller.
Nivel de enojo alto: Con tu mediador aplicarás unas técnicas de relajación. De igual forma se te recomienda consultar con el psicólogo escolar para que te ayude a canalizar este tipo de emociones y a buscar otras soluciones.
“
Lectura adicional
UNA HISTORIA PARA MEDITAR
Esta es la historia de un muchachito que tenía muy mal carácter. Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debería clavar un clavo detrás de la puerta.
El primer día, el muchacho clavó 37 clavos detrás de la puerta. Las semanas que siguieron, a medida que él aprendía a controlar su genio, clavaron cada vez menos clavos detrás de la puerta. Descubrió que era más fácil controlar su genio que clavar clavos detrás de la puerta. Llegó el día en que pudo controlar su carácter durante todo el día. Después de informar a su padre, éste le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su carácter. Los días pasaron y el joven pudo finalmente anunciar a su padre que no quedaban más clavos para retirar de la puerta. Su padre lo tomó de la mano y lo llevó hasta la puerta. Le dijo:”Has trabaja-
do duro, hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la puerta. Nunca más será la misma. Cada vez que tú pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que aquí ves. Tú puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero del modo como se lo digas lo devastará y la cicatriz perdurará para siempre. Una ofensa verbal es tan dañina como una ofensa física”.
Tomado de Vitaminas diarias para el espíritu de Humberto A. Agudelo C. Pág. 183