El paisaje cómo una conversación
La conversación como un paisaje
era un espacio
dónde podía encontrarme a mí misma
era un espacio donde podía leerme.
el inicio de una conversación
con el paisaje.
un estar permanente
afuera como adentro
¿Las palabras tienen fronteras?
inscribir
palabras que
nos
habitan
construyen
resguardan
encuentran
di
bu
jan
me decis: -tomá distancia-
un punto en el paisaje -para mirar-
y me das un libro al cual volver
-cuando esté perdida-
lo que no deja huella
un viaje que comienza con la copia
de una ilustración de un libro de detectives
de muy chica, los libros hacían hacen que combatatiera el miedo
de algún modo también me enseñanron
a
dibujar
LEER
refugio y
sendero
el entorno nos da la palabra
la palabra nos lleva al paisaje
todos nuestros ejercicios diarios
El dibujo erosiona aquello mirado realiza pequeños huecos en la tierra, abre túneles subterráneos imperceptibles a simple vista. Cambios mínimos y constantes.
Entrenar la inmersión
Las palabras entran en los paisajes
¿Qué queda fuera de su alcance?
aquello qué no depende de su nombrar.
(...) Un español hecho de citas.
Así nos entendemos (...)
Sylvia Molloy
paisajes domésticos
de mobiliario anacrónico
y frágil
configuración
la performance cotidiana
Sostener mientras se escribe
Fracaso y fé, seguir buscando, intentarlo todo una vez más. El énfasis no está puesto en lo que vemos sino en la relación que entablamos con eso mirado (sentido, olido, escuchado)
¿Para qué queremos nombrar, sino es para hacer oír otras formas?
Traducir implica un juego extraño que nos posibilita extender la experiencia, pero siempre desde un lugar en relación, intercambio. Nunca externas, nunca desde un afuera.
Intentar capturar un instante de un entorno en el cual somos participantes es casi imposible, además de que nos perdemos en los medios y soportes. Intentar ir con lo mirado reflexionando a través de un dibujo o un gesto palabra, tiene otra intención, otra búsqueda y te hace seguir siendo parte.
Pienso que el dibujo, o el escribir, te otorgan una pausa necesaria para dialogar con lo mirado, dándole otro sentido, maneras de entender, o simplemente para suspender.
(Verse afectada en esa mediación).
Entremedio, en un costado, atrás, está esa cuestión de compartir la mirada con otros. Compartir ese fragmento paisaje, o como vos dijiste (y lo tomo): “paisajes domésticos de mobiliario anacrónico y frágil configuración”. Compartir seria otro problema a desandar, que está presente junto con el de traducción de la experiencia. No hay un resultado a conseguir sino un infinito entremedio. Una inmersión permanente.
Creo que en alguna parte de este escribirnos, o encontrarnos escribiendo, se está extendiendo ese abrir de las flores, o los cantos en ronda con las mujeres.
Un abrazo.
¿Hasta dónde se puede decir que un paisaje es local?
Lo que suelo detenerme a mirar.
Lo que suelo detener, y mirar.
Táctica: Llegar a otros paisajes desde la palabra, pensar la palabra desde otros paisajes.
sueño que dejas colgada
una tira de papeles
frágil, entre dos puntos
y un dibujo las recorre
cómo suspendido
como suspendiendo