En el lugar de la crucifixión de San Pedro (67 d.C.), el emperador Constantino, a petición del papa Silvestre I, construyó una basílica en el año 315, que seguía el plan de las basílicas paleocristianas, y cuyo tamaño era aproximadamente la mitad del de la actual basílica, muy cerca de donde se encontraba el circo construido por el emperador Nerón.
En 1451 Nicolas V decidió reconstruir el viejo el San Pedro, pues estaba en muy malas condiciones y no era apropiado para las necesidades del culto. Confió el trabajo a B. Rossellino, a L.B.Alberti, y a G.da Sangallo, pero a la muerte del papa en 1455, el trabajo fue suspendido.
La Basílica de San Pedro del Vaticano: los proyectos
Plano en el que se ven superpuestos el circo construido por Nerón, la antigua Basílica de Constantino y la nueva Basílica de San Pedro.
1. BRAMANTE
En 1506 el papa Julio II retoma el proyecto, encargándoselo a Bramante. La nueva basílica tendría una planta de cruz griega, una bóveda central gigantesca y cuatro cúpulas más pequeñas. A la muerte de Bramante en 1514, los cuatro pilares centrales y los arcos de la bóveda habían sido terminados.
2. RAFAEL
León X empleó a Rafael para continuar el edificio pero cambio la planta a cruz latina en colaboración con Fra Giocondo y G. da Sangallo.
3. PERUZZI
A la muerte de Rafael en 1520 B. Peruzzi volverá al diseño de Bramante, de planta de cruz griega.
4. SANGALLO EL JOVEN
Bajo Pablo III el trabajo fue continuado por Antonio da Sangallo el joven. En 1539 hizo un modelo de madera enorme de la basílica, en el que volvía a la cruz latina.
5.- MIGUEL ÁNGEL
A la muerte de Sangallo en 1546, Pablo III llamó a Miguel Ángel, que volvió sobre el plan original de la cruz griega y desarrolló la idea de Bramante. Él tomó la cúpula florentina de Brunelleschi como modelo y substituyó los pilares de Bramante por otros más fuertes. Su plan para la fachada fue tomado del Panteón de Agripa, con un pórtico tetrástilo, aunque no dejo bien especificada su estructura, que luego Maderna rehará.
Michelangelo dirigió el trabajo hasta su muerte en 1564. Vignola y P. Ligorio asumieron entonces el control el trabajo, seguidos por G. della Porta (asistido por C. Fontana), que terminó la bóveda en 1590, y agregó las dos bóvedas más pequeñas.
La decoración interior de la cúpula, de mosaicos dorados es posterior a M. Ángel, el cual hizo un diseño mucho más clásico.
E. Dupérac, Orthographia partis exterioris templi divi Petri in Vaticano, 1569. Vista lateral de la obra de M. Angel
6. MADERNA
En 1605 Pablo V demolió los restos de la vieja Basílica y Carlo Maderna dirigió los trabajos alargando la nave principal hacia la vieja plaza San Pedro, siguiendo el plan de cruz latina, más adecuado a las necesidades del culto, aunque apartándose de los ideales del Renacimiento. El 18 de noviembre de 1626, VIII Urbano consagró la nueva iglesia. G.L. Bernini en 1629 y fue encargado de adornar el interior y construir la gran plaza que precede a la basílica.
El concepto estético del Renacimiento sufrió un rudo golpe y la grandiosa cúpula quedó relegada a un plano posterior, muy poco visible desde la plaza. A Maderna le tocó la ingrata tarea, sin duda contra su voluntad, de atentar contra el espíritu de la espléndida creación renacentista.
Los trabajos se iniciaron en el 1607 y se llevaron con ritmo tan acelerado, que en el 12 pudo ponerse en el piso del monumental orden corintio de la fachada la inscripción: IN HONOREM PRINCIPIS APOST. PAULUS V BURGHESIUS ROMANUS PONT. MAX. AN MDCXII PONT. VII.
Tuvo que transformar en longitudinal el esquema central ideado por Miguel Angel para la basílica de San Pedro y duplicar la capacidad de la iglesia construyendo la gran nave. Con la nueva nave longitudinal, la cúpula dejaba de ser el centro y la síntesis plástica de las masas.
Maderna trata de respetar en la medida de lo posible el plan miguelangelesco, y ello se aprecia tanto en la utilización del orden único o gigante en las columnas del pronaos, como en el propio desarrollo del frontal de la fachada, ancha y baja para dejar ver la cúpula, por más que ésta no sea ya el centro sino el fondo. La actual fachada y el pórtico son trabajo de Maderna, pero siguiendo los diseños de Miguel Ángel.
M. Ferrabosco, Architettura della basilica di S. Pietro in Vaticano, lam. XII. 1617-20
M. Ferrabosco, Architettura della basilica di S. Pietro in Vaticano, lam. XII. 1617-20
Para hacerse mejor perdonar su osadía, Maderna fue fiel en el esquema de su composición a las antiguas trazas de Miguel Ángel y a la ordenación de las fachadas absidales. Pero el daño estaba hecho, y la fachada no se hace perdonar del todo: resulta una fachada demasiado enmascaradora, excesivamente dilatada y plana, sin una real concordancia con el cuerpo de la iglesia, ya que en 1612 el papa Pablo V dio orden de construir dos torres en los extremos de la fachada, de las que actualmente solo se conserva el primer cuerpo, lo que da la sensación de que forman parte de la fachada, y alarga excesivamente su proporción.
En 1657 Benini inicia la construcción de la gran plaza que antecede a la Basílica.