Educación afectivo sexual
Desde la homosexualidad
PUNTO DE PARTIDA
¿POR QUÉ RAZÓN?
ESQUEMA DEL DOCUMENTO:
METODOLOGÍA:
DINÁMICA 1: “¿Qué sabemos de…?”.
Se plantean al grupo diversas cuestiones no para ser contestadas en la sesión sino para irlas pensando desde este momento hasta el final del tema:
Hemos sido creados “para ser FELICES” y esto sólo es posible “en el ENCUENTRO con el otro”.
En esta relación tiene que haber:
Si no hay experiencia de ENCUENTRO auténtico con el otro no podrá haber experiencia de crecimiento.
1.- La homosexualidad, realidad social.
1.1.- Causas de la homosexualidad.
Así que no se puede afirmar en modo alguno que “se nace homosexual”.
1.2.- Desarrollo de la orientación homosexual.
Durante la adolescencia los jóvenes experimentan muchas veces la confusión entre “amistad” y “atracción”, hay una fuerte emotividad y tienen muchos sentimientos encontrados y puesto que se produce en ellos el “despertar sexual” es muy fácil llegar a confundir “muestras de amistad con una persona del mismo sexo” con la “orientación homosexual”.
Pero si en esta etapa, en lugar de ayudar al joven a evitar esas confusiones los mismos educadores ignoramos su momento de confusión NATURAL… en vez de ayudarle podemos empujarle a aceptar como “adecuadas” esas prácticas e identificarlas inmediatamente como expresión clara de homosexualidad.
Si a esto se suma el natural “miedo” al otro sexo, en estas edades,
la inseguridad que al respecto sienten…
y una inadecuada educación al respecto…
El joven tiene necesidad de afecto, de pertenencia a un grupo de referencia; en ese ámbito halla la seguridad que necesita y su autoafirmación.
Es necesario tener en cuenta, saber, que en un proceso “normal” los contactos homosexuales son más frecuentes antes de los 15 años y van disminuyendo con la edad por varias razones:
Sea como fuere, existe la realidad de personas que tienen una clara orientación homosexual y como personas que son y tan hijos de Dios como cualquiera,… hay que:
1.3.- Las personas homosexuales son también hijas de Dios.
Ha habido muchas y fuertes incomprensiones de esta realidad debido a:
DINÁMICA 2: “La velocidad y el tocino”.
Reflexionar personalmente y luego debatir en gran grupo sobre estas cuestiones:
2.- Las personas homosexuales,
la homosexualidad y la Iglesia.
Más criticado que conocido el “Catecismo de la Iglesia Cristiana Católica” dice con toda claridad en el punto 2358 sobre las PERSONAS homosexuales:
Razones:
Hay que distinguir entre el “respeto por una persona” y la “no aceptación de sus actos como indiferentes o buenos”.
2.1.- ¿Por qué se desaprueban las prácticas homosexuales?.
Atendiendo a las finalidades fundamentales de la sexualidad:
Por encima de:
Somos PERSONAS y como tales merecemos el máximo respeto sólo por ello: por ser personas.
2.2.- No se juzga a las personas sino sus hechos y actitudes.
“Si Dios es AMOR y estamos llamados a identificarnos con Él… entonces nosotros somos y estamos llamados
a ser AMOR con los demás”.
3.- Respeto, integración y acogida verdadera.
DINÁMICA 3: “No sé tú, pero si yo…”.
Se divide al gran grupo en tres subgrupos:
1º)- Debe adoptar las actitudes, pensamientos y sentimientos del hijo/a con tendencias clara e inequívocamente homosexuales.
2º)- Debe adoptar las de unos padres que han vivido siempre de forma inequívocamente heterosexual y están convencidos de que ésta es la forma más auténtica de vivir la sexualidad.
3º)- Es el de los “observadores” y deben hacer un análisis crítico de lo que observen en las expresiones de los otros dos grupos (tanto en la 1ª como 2ª parte).
Cada uno de los dos subgrupos primeros debe presentar sus argumentos para “justificar su conducta-actitud respecto a la sexualidad”. Acto seguido:
3.1.- Calidad de las relaciones familiares.
Primera clave: BUENA COMUNICACIÓN padres-hijos.
Segunda clave: COHERENCIA de los padres con su propio discurso.
3.2.- Proponer y apoyar caminos de realización personal.
Nuestros hijos han venido al mundo a través nuestro pero son personas distintas a nosotros, tienen su propia historia que vivir.
3.3.- Posibilitar el descubrimiento natural “del otro”.
… y animarles a:
3.4.- ¿Y si “el otro” no es quien esperábamos?
No es fácil de asumir y menos aún cuando hemos puesto en nuestros hijos expectativas que no dependen de nosotros pero que interpretamos como dependientes de nosotros.
Si a pesar de todo lo anterior hecho de la mejor forma posible nuestro hijo, nuestra hija, nos muestra ya con toda claridad que “sólo se realiza a sí mismo en la relación homosexual”:
3.5.- Integración también en la COMUNIDAD.
CONCLUSIONES: