TEXTO III
Para Martha Nussbaum, una política centrada en la ética tiene como punto de partida la noción de lo que, para el ser humano, significa vivir bien, lo que implica la búsqueda de la felicidad. Entonces, la teoría de la buena vida es una base en la que se fundamenta la política para potenciar al máximo las capacidades de funcionamiento de los ciudadanos. Por lo tanto, las propuesta de la pensadora se relaciona con el desarrollo de la excelencia humana, esto es, con la acción virtuosa que emerge cuando se efectúa el comportamiento adecuado en un contexto acondicionado para tal fin. Nussbaum sostiene que este <<enfoque de las capacidades>> debe servir de base para <<una teoría de los derechos básico de los seres humanos que deben ser respetados y aplicados por los gobiernos de todo los países, como requisito mínimo del respeto por la dignidad humana.>> Por lo tanto, de acuerdo con este marco teórico, se indica que las sociedades deberían garantizar a todos sus ciudadanos un nivel superior al umbral mínimo de las siguientes capacidades humanas fundamentales.
1. Respecto a la corporalidad, al placer y al dolor. La capacidad de tener salud física (alimento, vivienda, etc.), a tener una vida que se pueda vivir dignamente; capacidad de mantener la integridad corporal (protección ante ataques violentos, incluidos las agresiones sexuales y la violencia doméstica), capacidad de moverse libremente de unos lugares a otros posibilidades de satisfacción sexual y de elegir en lo que atañe a la reproducción.
2. Respecto a las emociones. La capacidad de sentir apegos hacia cosas y personas que están fuera de uno mismo; amar a quienes nos aman y se preocupan de nosotros, sentir pena pior su ausencia; en general, amar padecer, sentir anhelos, compasión y gratitud.
3. Respecto a la razón práctica. Implica una educación adecuada para moldear la capacidad de formarse una concepción del bien e implicarse en reflexiones críticas acerca de la planificación de la propia vida. Es pertinente señalar que, en la concepción de Nussbaum, la razón práctica es fundante respecto a las otras capacidades, porque permite determinar cuál es el grado óptimo o virtuoso de realización en de una capacidad.
4. Respecto a la sociabilidad. La capacidad de formar una comunidad con otros seres humanos (reconocer y mostrar preocupación por otros seres humanos, comprometerse en diversas formas de interacción social, imaginar la situación de otras personas, tratarse con respeto, etc.); también de disfrutar de actividades lúdicas.
5. Respecto a la relación con otras especies y la naturaleza. La capacidad de vivir junto a ella, y respetar a los animales, las plantas y la naturaleza en general.
6. Respecto a la individualidad, se refiere a la capacidad de vivir la propia vida y ostentar cierto control sobre el propio entorno (participar de forma efectiva en las decisiones políticas que gobiernan la vida, poseer libertad de expresión y asociación, derecho a la propiedad privada, derechos laborales etcétera).
Tomado y adaptado: Rodríguez, R. (2012): Martha Nussbaum: Las capacidades humanas y la vida buena Revista cultural Turia, Nro. 101 - 102