La infancia, aunque sólo es el 20% de la población supone el 100% del futuro. Ayudarles a desplegar su potencial es la única forma de conseguir que nuestra sociedad pueda progresar. Los avances neurotecnológicos nos han permitido confirmar que la química del cerebro abre o cierra las puertas del aprendizaje, siendo éste el proceso que construye nuestros pensamientos y desarrolla nuestra competencias, determinando nuestra actitud ante la vida. Una química que, además, puede ser modificada en base a estrategias educativas establecidas en los entornos de aprendizaje.
Pero no un aprendizaje tradicional como lo entendemos, sino como un PROCESO que acontece, NO como un lugar. Es un proceso que surge tanto dentro como fuera de las instituciones educativas tradicionales. Y este es el principal planteamiento de la Sociedad del Aprendizaje: hacer comprender que el aprendizaje es una propuesta ABIERTA que ocurre en cualquier sitio, en cualquier contexto, en múltiples momentos.