(En español abajo)Across Pennsylvania, school buildings are becoming more and more dangerous. Over half of Pennsylvania schools were built before 1970 and likely contain asbestos, an outlawed material that can cause cancer when damaged. Over 100 schools in more than 30 Pennsylvania school districts, from Jefferson County to Carbon County, have found lead in their drinking water in recent years. Many rural school districts are desperate to make repairs, but without state funding, they have been forced to take on enormous debt or even close schools.
In Pennsylvania, state funding for public school repairs is among the lowest in the nation, and there has been no new state funding for repairs and construction since 2016. Because of the lack of state funding, Pennsylvania school districts have some of the highest long-term debt in the country, and are spending precious education dollars on debt service instead of on students. In 2020, more than half of Pennsylvania school districts reported postponing needed repairs because of the lack of state reimbursement funding under PlanCon (the state’s process for reimbursing schools for construction and repairs). And as all homeowners know, putting off repairs only makes them more costly. In other words, this problem is ballooning — both as a financial burden and a threat to our children’s health.
This year, we have a unique opportunity to change this story. Pennsylvania currently has a budget surplus of over eight billion dollars - the highest in state history - with an additional five billion dollars in the rainy day fund. That’s over 13 billion dollars in unspent taxpayer money. Investing a portion of these funds into school buildings will help protect children from lead poisoning and cancer, save money by preventing expensive crises like collapsed roofs, and create good jobs in local economies. By signing this petition, we are calling on our partners in Harrisburg to invest five billion dollars over the next five years to reverse the dangerous neglect of our school facilities and create good local jobs for working families. Doing so will send a clear message to all of Pennsylvania’s children: we value you, and we are investing in your future.
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En toda Pensilvania, los edificios escolares son cada vez más peligrosos. Más de la mitad de las escuelas de Pensilvania se construyeron antes de 1970 y es probable que contengan amianto, un material prohibido que puede provocar cáncer cuando se daña. Más de 100 escuelas de más de 30 distritos escolares de Pensilvania, desde el condado de Jefferson hasta el de Carbon, han encontrado plomo en el agua potable en los últimos años. Muchos distritos escolares rurales están desesperados por hacer reparaciones, pero sin financiación estatal se han visto obligados a asumir enormes deudas o incluso a cerrar escuelas.
En Pensilvania, la financiación estatal para reparaciones de escuelas públicas se encuentra entre las más bajas de la nación, y no ha habido nuevos fondos estatales para reparaciones y construcción desde 2016. Debido a la falta de financiación estatal, los distritos escolares de Pensilvania tienen algunas de las deudas a largo plazo más altas del país, y están gastando preciosos dólares de educación en el servicio de la deuda en lugar de en los estudiantes. En 2020, más de la mitad de los distritos escolares de Pensilvania informaron que pospusieron reparaciones necesarias debido a la falta de fondos de reembolso estatal bajo PlanCon (el proceso estatal para reembolsar a las escuelas por construcción y reparaciones). Y como todos los propietarios de viviendas saben, posponer las reparaciones sólo las hace más costosas. En otras palabras, este problema se está disparando, tanto como carga financiera como amenaza para la salud de nuestros hijos.
Este año, tenemos una oportunidad única para cambiar esta historia. Pensilvania tiene actualmente un superávit presupuestario de más de ocho mil millones de dólares -el más alto de la historia del estado-, con otros cinco mil millones de dólares en el fondo para días de lluvia. Eso supone más de 13.000 millones de dólares en dinero de los contribuyentes sin gastar. Invertir una parte de estos fondos en edificios escolares ayudará a proteger a los niños del envenenamiento por plomo y del cáncer, ahorrará dinero al evitar crisis costosas como el derrumbe de tejados, y creará buenos puestos de trabajo en las economías locales. Al firmar esta petición, estamos pidiendo a nuestros socios en Harrisburg que inviertan cinco mil millones de dólares en los próximos cinco años para revertir el peligroso abandono de nuestras instalaciones escolares y crear buenos empleos locales para las familias trabajadoras. Al hacerlo, enviaremos un mensaje claro a todos los niños de Pensilvania: les valoramos e invertimos en su futuro.
Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator 