"Mi mamá empezó a ver manchas oscuras que nublaban su alegría..."
"Mi compañera de trabajo dejó de conducir porque todo a lo lejos se ve borroso..."
"Tengo un amigo que evita leer porque las letras parecen nadar en el papel..."
Si estas historias te suenan familiares, no estás solo. Muchas personas alrededor nuestro están luchando en silencio contra limitaciones visuales que afectan su independencia, su confianza y su calidad de vida.
La buena noticia es que recuperar la salud visual ¡sí es posible! Y no siempre se requiere de cirugías o procedimientos invasivos.