¿Quiénes somos y qué queremos?

Hace casi dos años, un grupo de profesoras y profesores comenzamos a reunirnos regularmente –primero de manera presencial y luego virtual– movidos por la convicción de que otra Facultad de Psicología no sólo es posible sino necesaria. Pertenecemos a diferentes cátedras, a distintas carreras, a varias generaciones. Tenemos diversas concepciones teóricas y políticas. Nuestros recorridos, nuestras formaciones y hasta nuestros estilos son tan plurales como la psicología misma. Sin embargo, coincidimos en una idea fundamental: hace ya demasiados años que, para muchos, nuestra querida Facultad ha pasado a ser un lugar poco hospitalario. Por eso creemos que es tiempo de cambiar un destino que hasta hace poco parecía inexorable.

En efecto, tres largas décadas sin verdadera alternancia democrática han hecho que nuestra Facultad se transforme en una suerte de “institución tomada”, en la que unos pocos administran lo que es de todos en provecho de algunos. Una institución en la que lo público se confunde con lo privado, y los intereses del conjunto con los del grupo que la gobierna. Aunque todo eso pueda acontecer con modos aparentemente cordiales, se fue afianzando un sistema profundamente injusto y antidemocrático.

Así, nos resignamos a que la Facultad la gobierne siempre el mismo grupo y de un modo cada vez más discrecional. A falta de criterios claros y transparentes para todos, se volvió habitual pasar por las oficinas de los funcionarios buscando alguna solución para los problemas de nuestras cátedras y equipos. Las respuestas para nuestros legítimos reclamos se fueron transformando en favores personales que nos endeudaban con el elenco de gestión. No aceptar este mecanismo o enemistarse con quienes gobernaban se tradujo en el riesgo de perder rentas, de no recibir designaciones docentes, de no poder concursar, de no acceder a subsidios, de no tener becarios, de no ser nombrados consultos o eméritos, de no poder participar en la enseñanza de posgrado. A todo esto se podría sumar una larga lista de obstáculos que incluso se incrementaron en tiempos de pandemia…

Es urgente terminar con este modo de funcionamiento clientelar para construir una Facultad verdaderamente democrática, que podamos habitar con el mayor bienestar posible. Queremos que se retome el impulso fundacional y solidario: un trabajo que nos convoca y al que aún podemos destinar nuestros mejores esfuerzos. Para eso, es necesario que digamos basta de manera colectiva y organizada. No se trata solamente de expresar nuestro malestar con el estado de cosas. Se trata de cambiar con nuestro voto un modo de conducir la Facultad que la fue vaciando de sentido. Se trata de poner fin a un sistema que perjudica incluso a quienes parece favorecer: al trocar sus derechos por "privilegios", los mantiene en una situación precaria, siempre a merced del funcionario de turno que administra esos favores.

Hemos decidido hacer frente a esta situación. No somos utópicos ni improvisados. Sabemos de qué estamos hablando. Tenemos experiencia de gestión. Algunos hemos sido consejeros y decanos. Somos profesores regulares y consultos con un bagaje acumulado. Hemos aprendido de nuestros propios errores, además de los ajenos. Y no estamos solos. Estamos en contacto con profesores y autoridades de otras facultades de psicología del país nucleadas en AUAPsi. Contamos con el apoyo explícito de decanos y consejeros de otras facultades de la UBA. Tenemos vínculos estrechos con las asociaciones profesionales. Todos esos colectivos nos miran expectantes, dispuestos a acompañar un cambio que reconcilie a nuestra Facultad con las mejores tradiciones de la universidad pública y reformista que no se limitan a la gratuidad o al cogobierno sino que implican un fuerte compromiso con la comunidad de la que formamos parte y con la que nos sentimos en deuda.

En suma, no venimos a proponerles adherir a una aventura electoral. Queremos invitarlos a apoyar un proyecto colectivo que, además de profesores de todas las carreras y disciplinas que alberga nuestra institución, también incluya a estudiantes y graduados. Queremos que la Facultad de Psicología empiece a convertirse en la comunidad académica plural y participativa a la que siempre aspiramos. Queremos que ese descontento, que antes circulaba en los pasillos y hoy se expresa en las pantallas, deje de ser queja y se transforme en acciones concretas. Para lograrlo, superando no pocos temores, es preciso que demos un paso decisivo que nos permita cortar con una inercia que ya ha durado más de treinta años. Los convocamos a acompañar con su aval esta oportunidad única de empezar a cambiar el curso de la historia, apostando por un nuevo proyecto colectivo para la Facultad de Psicología, que nos incluya a todas y todos.