Junio 2024
DENUNCIAMOS EL VACIAMIENTO DEL CONICET Y EL CESE ARBITRARIO DE 300 BECARIOS/AS POSTDOCTORALES
El funcionamiento del CONICET, emblema del sistema científico tecnológico argentino, está en riesgo. En consonancia con las amenazas de cierre que hizo Javier Milei durante la campaña electoral, y a solo seis meses del inicio de su gobierno, ya han recortado en un 50% las becas doctorales y han despedido a cientos de empleados administrativos indispensables para el correcto funcionamiento del organismo. El ingreso de nuevos científicos se encuentra paralizado y los fondos destinados a subsidios para la compra de materiales y para el funcionamiento de laboratorios están frenados. Al momento de su renuncia, ocurrida hace pocos días, Alejandro Cosentino, Secretario de Innovación, Ciencia y Tecnología (a cargo del ex Ministerio de Ciencia y Tecnología), había ejecutado sólo el 2% de los fondos asignados.
En el marco de esta política de vaciamiento, trescientos becarios/as postdoctorales del CONICET, que accedimos a nuestro trabajo a través de un exigente concurso de antecedentes, seríamos desafectados del organismo si sus autoridades incumplen una resolución que garantiza nuestra permanencia hasta la comunicación de los resultados de un concurso vigente para el ingreso a la carrera del investigador científico.
¿Qué importancia tiene esto? Una vez desplazados del CONICET en pleno concurso, nos vemos obligados a buscar trabajos en otros sectores o irnos del país para seguir dedicándonos a la investigación científica en instituciones del exterior. Esto implica un claro perjuicio para nosotros –pues cambia las condiciones de la carrera a la que nos hemos dedicado con esfuerzo y vocación– pero, sobre todo, es un perjuicio para el propio sistema científico nacional, que financió la formación de recursos humanos en el más alto nivel, durante al menos 8 años, para luego expulsarlos de forma arbitraria a solo meses de conocerse los resultados del concurso. Se inicia, así, una nueva "fuga de cerebros" que compromete el futuro de la investigación científica, el desarrollo tecnológico y la educación superior en Argentina.
Las becas doctorales y postdoctorales del CONICET son uno de los pilares de la investigación científica y de la docencia universitaria en nuestro país. Luego de recibirnos en nuestras carreras de grado con un alto promedio, concursamos por becas doctorales que duran cinco años. Al finalizar nuestros doctorados, habiendo cumplido con extensas exigencias de investigación, publicación de resultados y docencia universitaria, concursamos nuevamente por becas postdoctorales, que son un paso intermedio hacia un puesto permanente de investigación, en lo que se conoce en el CONICET como la Carrera del Investigador Científico (CIC). Durante esos ocho años en el organismo no recibimos aportes jubilatorios ni aguinaldo, y no se nos contabiliza la antigüedad, mientras se nos exige exclusividad en nuestras tareas.
En tanto el proceso de evaluación para el ingreso a la Carrera del Investigador Científico suele demorar varios meses, hasta este año el CONICET prorrogaba las becas postdoctorales hasta que estuvieran los resultados del concurso. En nuestro caso, esta prórroga estaba garantizada por una resolución de 2021 del Directorio del CONICET.
En el marco del ajuste en el que nos encontramos, en marzo de este año el Directorio votó, sin unanimidad y sin explicar los motivos, la finalización de nuestras becas el 31 de julio, contradiciendo aquella resolución vigente. Esto significa que entre julio y la fecha incierta de los resultados –esta no ha sido notificada aún– quedaremos sin sustento económico y obligados a buscar trabajo en otros sectores e incluso otros países.
Esta decisión es un indicador más del desmantelamiento al que está siendo sometido el CONICET, y todo el sistema científico tecnológico y universitario argentino. Aunque el presidente del organismo, Daniel Salamone, apunta en todos los medios que “el CONICET no se cierra”, la realidad es otra. Reducir las becas doctorales, despedir a los administrativos, incumplir la resolución de la prórroga de las becas postdoctorales, expulsando del organismo a 300 científicos, y limitar cada vez más las posibilidades de ingreso a la carrera de investigación representan pasos de facto hacia la concreción del prometido cierre del organismo.
En defensa del CONICET y del sistema científico, exigimos:
Cumplimiento de la Resolución 967/21 que prorroga nuestras becas hasta la publicación de resultados de la convocatoria CIC 2023.
Cumplimiento del cronograma estipulado para la publicación de los resultados y de las vacantes comprometidas en la convocatoria CIC 2023.
Aumento del presupuesto para garantizar la continuidad de becas, ingresos y promociones.
Colectivo de becarios y becarias postdoctorales del CONICET (Cohorte 2021/2024, postulantes a CIC)
ADHIERO A LA CARTA: