Estableces planes de actuación, identificando en sus tareas las más importantes y urgentes.
Gestionas de una forma óptima su tiempo, dedicando a cada tarea el tiempo adecuado.
Generas en los equipos una cultura de eficacia en el trabajo y de orientación a resultados.
Cumples con los plazos de entrega a los que te comprometes con otros.
Identificas las tareas que aportan valor a tu trabajo y las que no, para optimizar tus posibilidades de resultados.