En TODO LO QUE PIERDO ES SIEMPRE NADA, seis artistas realizan un ejercicio autoficcional que explora, desde el ejercicio de la propia introspección, la reconstrucción de la mujer cuando se enfrenta a la pérdida de lo que es. Ese «qué es» es su «sí mismo autobiográfico», las imágenes de su pasado y de su futuro anticipado, que nos distingue como humanos y que nos transforma cuando desaparece.