Mahler y Klimt participaron de manera tangencial en la vida del otro, sin embargo este breve entrecruzamiento tuvo un interesante resultado en la historia del arte.
Antes que nada, Klimt fue uno de los muchos pretendientes de la hermosa y seductora Alma Schindler, que poco después se convertiría en la esposa del compositor Austriaco. Sin embargo, el momento principal en la obra de estos genios, sucedería algunos años después, con Beethoven como intermediario conceptual.
En el año de 1902, con la intención de festejar el aniversario de la composición de la novena sinfonía de Beethoven, el grupo secesionista organizó una exposición en su honor. Fue con ese motivo con el que el tocayo de Mahler, creo el friso de Beethoven, obra monumental que admiró en su época a tanta gente como lo sigue haciendo ahora. Esta creación está inspirada en dos fuentes indirectas: la interpretación que había hecho Wagner en el siglo pasado acerca de esta obra, y la reorquestación de la novena sinfonía, elaborada por Mahler en 1895.
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