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DERECHO Y REVERSO EN LOS IMAGINARIOS DE LOS POBLADORES DEL VOLCÁN GALERAS
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DERECHO Y REVERSO EN LOS IMAGINARIOS DE LOS POBLADORES DEL VOLCÁN GALERAS

-Primera parte-

 

Texto presentado como ponencia en el 13 Congreso de Antropología en Colombia. Universidad de Los Andes. 30 de septiembre a 3 de octubre de 2009. Dosier del Congreso. Ed. UNIANDES. Bogotá, septiembre de 2010.

Franco Ceballos Rosero

IADAP-Universidad de Nariño

 

RESUMEN

 

 

A partir de las circunstancias actuales de debilitamiento vital del planeta como hogar de todo cuanto existe por el modelo de vida-consumo impuesto y dominante, los movimientos sociales que propenden por el cuidado del planeta han revitalizado su quehacer a lado de pueblos autóctonos con profundas y ancestrales raíces en el territorio que habitan como elemento cósmico, generando procesos de autorreconocimiento  y regulación para el cuidado del Hogar-Territorio (Planeta Tierra) y los modos propios de vida. Esos procesos de autorreconocimiento y regulación constituyen lo jurídico propio (derecho mayor), que en el pueblo de Jenoy, San Juan de Pasto-Colombia, han sido desencadenados por la acción gubernamental con la reactivación del volcán Galeras y la declaración de zona de desastre del hábitat Jenoy y otros territorios circundantes al volcán Galeras (decretos 4106 de 2005 y 3905 de 2008). Revitalizando las memorias y modos de producción de conocimiento propios, y la autodeterminación como facultad inherente a los pueblos de la Tierra con raíces ancestrales, el pueblo de Jenoy se ha opuesto a las políticas gubernamentales de declaratoria de zona de desastre y de reubicación de la población, posibilitando lo jurídico como una construcción local-regional partiendo de una concepción propia de la vida.

 

Palabras clave: Jurídico, Propio, Local, Regional, Vida, Derecho.

 

 

INTRODUCCIÓN

 

 

Cuando nos referimos al derecho y reverso de los imaginarios partimos de una concepción de los imaginarios como un conjunto de experiencias y vivencias del quehacer humano a  lo largo de su andar histórico, y que en conjunto, para nuestra visión, no son sino la historia no escrita de quienes padecen la historia; y en este sentido estamos hablando de la imaginación, del poder de la imaginación creadora del hombre como sociedad e individuo entre el mito y la razón[1]. Los imaginarios, etimológicamente, hacen alusión a las imágenes, y en particular a imágenes arquetípicas[2]: aquel cúmulo de saberes-sentires-haceres elaborado in y conscientemente por la humanidad desde su aparición y que soportan toda civilización.

Bajo estas premisas básicas, el hablar del derecho y el reverso de los imaginarios en los pobladores del volcán Galeras se convierte en un imposible teórico al abarcar el todo civilizatorio de quienes habitan el territorio Galeras, entendido este como el entorno geográfico, ecológico y ecosófico volcánico: las faldas, laderas, valles, aguas, cañones, lagunas, animales, hombres, espíritus que hacen parte del complejo territorial Galeras.

 

 

En este sentido, al referirnos al derecho y reverso en los imaginarios de los pobladores del volcán Galeras restringimos la temática a lo que las comunidades indígenas denominan el Derecho Mayor, Ley de Origen o Derecho Propio, que para nuestra visión constituye el Reverso de lo jurídico estatal y que, contrario a lo que pueda pensarse, no sólo hace alusión a la idea de Derecho, sino a todo un cúmulo de espacios, escenarios y procesos de producción de conocimiento que propenden por mantener vivas toda una serie de comunidades humanas que habitan el territorio Galeras, incluida la ciudad de Pasto. Lo jurídico, así, puede encontrarse bajo otras premisas básicas. Por eso existe Carnaval en Sibundoy[3].

 

 

DESDE ABAJO: PROCESOS DE AUTORRECONOCIMIENTO

 

 

A raíz de los procesos de expansión urbana, la globalización, y más coyunturalmente la reactivación del volcán Galeras, se han venido generando toda una serie de iniciativas alrededor de la vida misma de quienes, por siglos, han habitado los entornos del Galeras. Dentro de las múltiples posibilidades que el complejo geo-cultural Galeras ha suscitado ha sido la posibilidad de algunos de los grupos humanos asentados en sus entornos de re-activar su memoria histórica en busca de las herramientas necesarias para hacer frente a las políticas y corrientes oficiales y mayoritarias que, viendo en la reactivación del volcán una amenaza, han propuesto el reasentamiento de algunos pueblos que con-viven en y con el volcán Galeras. Naturalmente la acción oficial, encarnada por los decretos 4106 de 2005 y el 3905 de 2008, generó una reacción especial de un grupo humano autóctono asentado en el corregimiento de Jenoy, propiciando la organización socio-política de sus gentes bajo la figura de un Cabildo indígena el cual, desde luego, hace parte de su memoria histórica atropellada por la oficialidad, y que se ha abierto paso como la mejor manera de conservar la permanencia en su territorio[4].

 

Es dentro de estos escenarios de confrontaciones sociales que se suscitan procesos de autorreconocimiento y regulación generados desde abajo, es decir desde quienes padecen la historia y buscan conservar su Hogar-Territorio y los modos de vida propios que se ven en peligro de desaparecer ante medidas como el reasentamiento, única posibilidad que el gobierno ha propuesto ante la reactivación volcánica. Esos procesos de autorreconocimiento y regulación constituyen lo jurídico propio (derecho mayor, ley de origen entre las comunidades indígenas): el reverso y el derecho de los imaginarios de los pobladores del volcán, ese pensamiento profundo y humano que nos hace convivir en y con el volcán Galeras como pobladores originarios.[5]

 

El autorreconocimiento es un proceso de reacción ante medidas arbitrarias que no han consultado a los pobladores del volcán sobre cómo enfrentar la reactivación del volcán Galeras; es volver los ojos hacia adentro para propiciar el despertar de un pensar-sentir-hacer vilipendiado por la acción civilizatoria predominante; es, como en el caso de los pobladores del volcán asentados en la zona declarada de “desastre”, defender su vida misma a lado de Don Galeras:

 

De Don Galeras… Ah, El Manuel se llama, ese es el dueño, pero como que ya no vive, como que lo sacaron de ahí, como que lo sacó un gringo, al dueño de ahí… O estará por ahí… Manuel, si, era hombre, la nariz era como ese palo, collote, carajo, feo, parecía palo, y era más chiquito que eso, aquí en Jenoy. Esas  horas andábamos a pie y lo veíamos, y esos ojos que feos… calle, carajo, y así le hace a uno, cosa que carajo, le despelucaba la sangre, o le ponía la mierda a chupos, como que lo espantaba, el del infierno, el Dueño, el Dueño del Galeras. Ese vive, conversaba el Manuel, vive en una piedra campaña así acá arriba, y sentado a las doce del día se cabecea y duerme. (Don Juanito Bastidas en El Reparador de las Noches perdidas. Radio Universidad de Nariño. Franco Ceballos Rosero, Darío Tupaz C. y Constanza Rojas).

 

 

LO MAYOR Y LO MENOR

 

 

Los viejos cuentan que, cuanto más pequeño el Niño Jesús más milagrosito, más poderoso, porque generalmente llegó primero el Niño Chiquito[6]. Lo mismo con cada Santo de menor rango. La Virgen Grande y la Virgen chiquita, San Pedro Grande y san Pedro chiquito[7]. En la Fiesta hay que venerarlos por igual. Pero esto sólo lo saben los feligreses, los que intuyen que las fuerzas del cosmos se alternan y que al día corresponde la noche así como a la mujer le corresponde el hombre; y viceversa[8].  […]


[1] Mito y Razón, para nuestra postura, y siguiendo su sentido profundo, son textos verdaderos. Un Mito es una totalidad indisoluble del contexto social donde tiene asiento, una forma codificada (grafía, escritura artística) y viviente (sueño-visión-poética), de una realidad de otra índole que, de no contar con un cierto poder de encantamiento y sustentación de la realidad, no hubiera podido mantenerse durante tanto tiempo en el mundo. Razón es el logos del paradigma científico-capitalista.

[2] En efecto, arquetipo se refiere a typos (tipo, hendidura, cicatriz) y arjé (elemento fundante y potencia seminal), significando así los elementos primarios relacionantes de lo real, las relaciones elementales de todo devenir, subrayando en dicha etimología su carácter de marca o huella primigenias. En SÁNCHEZ CAPDEQUI, Celso. El imaginario cultural como instrumento de análisis social. Departamento de sociología. Universidad pública de Navarra. Política y sociedad. 24 (1997) Madrid. Publicado en La Red (Internet) Página 164.

[3] Revisar las tesis de grado: ORTIZ, Alfredo. Algunos Principios del Derecho Interno y el uso alternativo del Derecho de los Pueblos Indígenas. Trabajo de grado, Facultad de Derecho. Universidad de Nariño. Pasto, 1992. CEBALLOS, Alirio. TUPAZ, Ernesto. El Derecho y el Carnaval en la cultura indígena Inga del Valle de Sibundoy. Facultad de Derecho, Universidad de Nariño. Pasto, 2006.

[4] El Cabildo indígena fue objeto de la paulatina acción estatal para llevarlo a su desaparición durante buena parte del siglo XX. Esta figura de gobierno propio indígena adoptada del derecho español predominó en los actuales corregimientos que rodean la ciudad de Pasto. Los jonoyes, anganoyes, mapachicos, lagunas, pejendinos, jamondinos, etc., pobladores de raíces quillacingas, a pesar de la desaparición de sus formas propias de gobierno continuaron manteniendo sus raíces amerindias presentes en sus manifestaciones culturales.

[5] El convenio 169 de la OIT, adoptado mediante la ley 21 de 1991, establece en sus considerandos: “La conciencia de su identidad indígena o tribal deberá considerarse un criterio fundamental para determinar los grupos a los que se aplican las disposiciones del presente Convenio

[6] En el corregimiento de Mocondino, San Juan de Pasto, se venera al Niño Jesús de los Santos Reyes, cuya Fiesta se realiza el 5 y 6 de enero, paralela al Carnaval de Negros y Blancos, la celebración mayor para los pobladores del complejo geo-cultural Galeras. No es la fiesta patronal de Mocondino, que es en Mayo en honor a la Virgen de la Visitación, pero es una fiesta tan  importante que coloca fuera de foco al Carnaval en su comunidad. El relato de origen del Niño Jesús cuenta que llegó a este mundo en medio de la quebrada de Mijitayo que nace en el Galeras, donde una lavandera de nombre Dolores, mientras ejercía su oficio, lo vio bajar como un muñequito, el cual ella tomó para enseñárselo al Cura Francisco de la Villota, quien viendo el precioso regalo divino, declaró que ese muñequito era el Niño Jesús y que ella debía acabarle Fiesta. Ese día era 5 de enero, día de los negritos. El Niño Jesús de los Reyes no es más grande que la palma de una mano promedio y es muy milagroso, de lo que sobran testimonios de su poder. Generalmente es el feligrés quién escoge acabarle la Fiesta, corriendo con todos los gastos, que son grandes teniendo en cuenta que, a las personas que lleguen, hay que convidarles la comida. Pero el Niño, junto con la comunidad, ayudan a trabajar.

[7] Texto-Ficción: En Jenoy existen dos imágenes de San Pedro, cuya fiesta es la Fiesta Patronal del Corregimiento. Cada 29 de Junio San Pedro Chiquito encabeza el desfile, porque fue el primero en llegar a Jenoy; de lo contrario, se corre el riesgo de destruir la imagen de San Pedro Grande. Cuenta mi abuelo que cuando el Obispo mandó a traer la imagen de San Pedro Grande a Sandoná, donde el maestro Sarasty,  algo extraño ocurrió. Cuando la imagen llegó con la banda de Catambuco y varios cusillos o monos de La Cocha, como Sibundoyes, se olvidaron del San Pedro Chiquito, al punto de colocar su imagen detrás de la de San Pedro Grande, en lo oscuro, donde no pudo ver la Fiesta. Al otro día, cuenta el abuelo, la imagen de San Pedro Grande yacía en mil pedazos por el suelo; luego dizque tocó mandar a traer otro San Pedro Grande. Los restos del finado San Pedro Grande yacen en el cementerio y cuentan que hasta hace muy poco se le celebraba misa de muertos.

[8] El Chispas y el Guamgas eran dos esencias que contenían, como mitades, las principales cualidades del mundo, de las cosas, del hombre; de cuya relación conflictiva resulta el orden del cosmos con todos sus encantos. Algunos relatos los tratan como encantadores que en tiempos muy remotos trastocaron el mundo, que por su poder en el enfrentamiento lo removieron todo: lo que era para acá quedó para allá y lo que era para allá quedó para acá; lo que era para arriba quedó para abajo y lo que era para abajo quedó para arriba; lo que era un adentro quedó para afuera y lo que era para afuera quedó para adentro [...] Por eso dicen que lo que se presentó fue un cataclismo, con el que el mundo se volteó al revés, estamos en el tiempo del revés. Pero, de igual manera por obra de estos poderosos, cuando los dos vuelvan a encontrarse o cuando se despierte del desmayo, de la petrificación, el Guamgas, entonces el mundo se desencantará, volverá a ser como antes, al derecho. En MAMIÁN, Dumer. Los Pastos en la danza del espacio, el tiempo y el poder. Ediciones Unariño. Pasto, 2004. Páginas 30 a 31.