“Considerando haber perdido los reinos de Aragón y Valencia y todos sus habitantes por la rebelión que cometieron, faltando enteramente así al juramento de fidelidad que me hicieron como a su legítimo Rey y Señor, todos los fueros, privilegios, exenciones y libertades que gozaban y que con tan liberal mano se les habían concedido, sí por mi como por los señores reyes mis predecesores, en esta monarquía se añade ahora la del derecho de conquista (...) y considerando también que uno de los principales tributos de la soberanía es la imposición y derogación de las leyes (...) He juzgado por conveniente, sí por esto como por mi deseo de reducir todos mis reinos a la uniformidad de unas mismas leyes, usos, costumbres y tribunales, gobernándose igualmente por las leyes de Castilla, tan loables y plausibles en todo el universo, abolir y derogar enteramente (...) todos los referidos fueros y privilegios, prácticas y costumbres hasta aquí observadas en los referidos reinos de Aragón y Valencia, siendo mi voluntad que éstos se reduzcan a las leyes de Castilla (...)
Buen Retiro, a 29 de junio de 1707”
Me encuentro ante un texto histórico, de fuente primaria, naturaleza jurídica y tema político, cuyo autor, Felipe V, primer rey Borbón de España cuyo mandato se extendió durante la primera mitad del siglo XVIII, decreta la abolición de los fueros aragoneses y valencianos y su sustitución por las leyes castellanas.
Para justificar semejante decisión el rey hace referencia a la pérdida de “todos los fueros, privilegios, exenciones y libertades que gozaban” debido a su alineación con el contendiente del rey en la Guerra de Sucesión (1701-1715) tal y como expresa en la frase “rebelión que cometieron, faltando enteramente así al juramento de fidelidad que me hicieron como a su legítimo Rey y Señor”.
Para ordenar claramente las ideas que se expresan en el texto podríamos decir que la idea central del texto sería el DECRETO DE NUEVA PLANTA de Aragón y Valencia, acompañada por este orden por otras ideas:
Evidentemente, este texto se enmarca, en primer lugar en el contexto histórico de la Guerra de Sucesión, pero ello no es óbice para que podamos advertir su relación con el proceso de centralización y uniformidad que se desarrolla durante el reinado de Felipe V.
Para explicar, por tanto, estos dos procesos, es preciso empezar en 1700, cuando Carlos II, último rey español de la Casa de Habsburgo, muere sin descendencia y lega la Corona española a Felipe de Anjou. El evidente aumento del poder político de Francia derivado de esta herencia provoca la inmediata apertura de una guerra continental, en la que a Francia se enfrentarán Austria, Inglaterra y Holanda, que proponían como candidato a Carlos de Habsburgo, también con una legitimidad familiar evidente. Pronto se incorporarán a esta alianza otros países como Portugal, Saboya y Prusia.
En el interior de la Corona española, y muy importante para comprender el texto analizado, los distintos territorios optaron por uno u otro contendiente: Castilla y Navarra por el francés; los reinos orientales, por el austriaco.
A pesar de la inicial iniciativa aliada, en 1707 la victoria de Felipe en Almansa provocó la toma de Aragón y Valencia y la imposición del Decreto de analizamos. Pero será 1711 la fecha decisiva, cuando Carlos de Habsburgo sea proclamado emperador y los aliados entiendan que ya no tiene sentido apoyar a un pretendiente que podría decantar el equilibrio europeo a su favor. Por ello se firmó la paz (Tratado de Utrecht, 1713-14), mediante la que Felipe V era reconocido como rey de España a cambio de la renuncia al trono francés y de la pérdida de todas las posesiones que España tenía en Europa que fueron a parar a Austria y Saboya e incluso se cedían Gibraltar y Menorca a Gran Bretaña.
La guerra en el interior continuó hasta que en 1714 cayó Barcelona y en 1715, Mallorca. En estas fechas se emitieron los restantes decretos de Nueva Planta que afectarían a Cataluña y Mallorca.
Este segundo ámbito de la guerra, la interior nos pone en contacto con el proceso de centralización y uniformidad durante el reinado de Felipe V. La nueva familia reinante procedía de Francia, cuyo sistema político se caracterizaba por la centralización frente a la descentralización característica de la Monarquía Hispánica durante el reinado de los Austrias. Además, como ya vimos en el Memorial del conde-duque de Olivares, España precisaba de reformas políticas que hiciesen más viable un Estado en plena decadencia. Dicho y hecho. Felipe V emprendió, ya durante la guerra el proceso de uniformización legislativa con los denominados Decretos de Nueva Planta (1707-1716) que afectaron a los reinos de la Corona de Aragón (Aragón y Valencia, en 1707; Mallorca, en 1715; Cataluña, en 1716) y que supusieron la abolición de las leyes específicas aragonesas y la imposición en esos territorios de las castellanas, como vemos en el texto. Sólo Navarra y los territorios vascos conservaron sus fueros tradicionales.
Además, durante el reinado de Felipe V se llevaron a cabo numerosos reformas administrativas que tendieron a centralizar el poder. Las podemos resumir de la siguiente forma:
¿Qué CONSECUENCIAS podemos extraer de este texto para la posterior evolución histórica de España?
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