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REPORTAJE FINAL COP16.docx
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Cancún, el Anfitrión Incómodo de la COP16

Por Alberto Barrios

        Como anfitrión de la COP16, la cumbre climática más importante del mundo, que reunirá del 29 de noviembre al 10 de diciembre a 20 mil participantes de 194 países, en un evento que será promocionado mundialmente, el Caribe Mexicano representa con sus dunas costeras robadas al mar, playas erosionadas, manglares devastados, lagunas contaminadas, reservas amenazadas y  ciudades sucias y desordenadas, la antítesis de lo que se pretende en estas reuniones. Y tras la mala, la peor: al igual que la previsible desilusión con los resultados de la reunión de la COP16, el fracaso ambiental del Caribe Mexicano también es predecible e inevitable.

        Largo es el listado de desarrollos turísticos hoteleros residenciales construidos por empresarios mexicanos y extranjeros –españoles, principalmente-, con el beneplácito –casi complicidad- de las autoridades federales, estatales y municipales que en el Caribe Mexicano no solamente han devastado mangle, flora y fauna,  sino que han sobre saturado los servicios públicos y dañado cuerpos lagunares y calidad de vida de la población, en nombre del empleo y la generación de divisas.

        Puerto Cancún, Grand Velas, Bahía Principe, Bay View Grand, Costa Cancún –hoy conocido como Riviera Cancún Golf & Resorts-, Ceyba del Mar son algunos de los más emblemáticos desarrollos turísticos ya construidos que han sido demandados sin mayores consecuencias por organizaciones ambientalistas como Gema, Centro Mexicano de Derecho Ambiental –CEMDA-, Teyeliz, MOCE Yax Cuxtal, Defenders of Wildlife y  Greenpeace México; algunos que todavía son proyectos como Punta Carey, en Tulum y Campestre Morelos, en Puerto Morelos, igualmente han sido demandados sin esperanza de que puedan ser cancelados o, por lo menos, adecuados para que se construyen en el marco del respeto al derecho ambiental, fortalecido en apariencia tras la aparición, en el  2008, del decreto que amplió la protección al mangle. Ni siquiera la Puerta del Cielo – Sian Ka’an-, un espacio natural, patrimonio de la humanidad,  aparentemente protegido, ha sido respetada.

        El caso del Megaproyecto  Puerto Cancún indudablemente es el que mayor escozor ha generado en los últimos años, tanto por lo vistoso de sus imponentes torres como por la política de tierra arrasada que aplicaron los desarrolladores con el aval de las autoridades federales del Fondo Nacional de Turismo –Fonatur-. En Puerto Cancún se desmontaron y se despalmaron la totalidad de las 343 hectáreas en donde se localiza el proyecto. Arrasaron las máquinas con flora, fauna y “con todo el suelo existente hasta la capa de roca caliza”,  según advertía el estudio ambiental que presentó el propio Fonatur, originalmente propietario de la tierra, que fue vendida finalmente al empresario hoy encarcelado en EU por fraude, Michael Eugene Kelly.

        Fue Michael Kelly, con el apoyo de Edgar Villajuana Berzunza -director de Fonatur Cancún, después nombrado en violación a la ley, director de Puerto Cancún- quien concretó este viejo proyecto del gobierno federal de Puerto Cancún, que visualizaba la construcción de 11 mil cuartos de hoteles y condominios, un campo de golf y una marina con canal, con la participación de desarrolladores como Novo Cancún, de la empresa española Hansa Urbana,  Isola Cancún Towers, Gicsa, Maioris Internacional, Acrosur, Diomeda Community, Con Towers y Bella Vista Towers y  Las Olas, del grupo Pininfarina. 

 Desde su concepción, hace 10 años, el proyecto fue demandado, en ese entonces por la activista Celina Izquierdo Sánchez, con el respaldo jurídico del CEMDA; después, dichas demandas se ampliaron debido a que las autoridades ambientales, en una serie de confusos vericuetos legales, amplió la autorización de impacto ambiental hasta el 2010, permitiéndole a los desarrollares destruir todo el mangle, fauna, flora, pasto marino y vegetación de dunas. La masacre de los coatíes, en un predio aledaño a Puerto Cancún, en septiembre del 2009, fue el corolario de una historia que aún no termina porque las torres de condóminos que se han levantado más allá de los pisos 20, no han enfrentado hasta el momento el impacto de un huracán categoría 5, tipo Wilma o Dean, sin la protección natural que ofrecían los manglares arrasados; también se desconocen las consecuencias para los vecinos de Puerto Cancún, los habitantes de  la colonia Donceles 28, que tradicionalmente han sufrido fuertes inundaciones. Por no mencionar el cíclico y penoso escenario de cientos de cangrejos azules destrozados por los automóviles en el boulevard Kukulcan al tratar de cruzar de la laguna hacia el mar.

        Dice la demanda de CEMDA que “no hubo sustento técnico ni científico, ni fundamento legal para revalidar la autorización de impacto ambiental del Megaproyecto hasta el 2010” y que en el caso de Puerto Cancún se ha violado todo lo que se podía violar en materia ambiental, desde la NOM 059, hasta el Programa de Ordenamiento Ecológico del Sistema Lagunar Nichupté.

ESPAÑOLES, A LA CABEZA EN LAS DENUNCIAS

        El Hotel Gran Bahía Principe –del grupo español Piñeiro- en Akumal ha sido denunciado por rellenar la playa sin permiso –con videos que muestran maquinaria pesada-, por remozar el manglar y por sobrepasar el límite de densidad permitido sin que se le apliquen correctivos legales.

        En el 2007 fue denunciado por instalar geotubos, para lo cual extrajo arena y rocas, dañando vegetación terrestre y acuática.

La más reciente de sus travesuras ecológicas fue construir una playa artificial con malecón y escollera, para lo cual destruyó zona rocosa, sin autorización federal.

        Hace tres años igualmente fueron denunciados el grupo hotelero NH de Puerto Morelos -Grupo Martinón –GRUMASA-, 10 Punta Coral -del grupo desarrollador Jactar- y el Princess en Tulum por devastar mangle. El único que vio medianamente afectado su tiempo de construcción fue el NH Puerto Morelos al ser clausuradas sus obras. Hasta la fecha, quien visite los alrededores de este hotel y de El Cid Resort puede atestiguar humedales con manglares secos porque ni siquiera se preocuparon de aplicar algún programa de reforestación de mangle como sí lo ha hecho exitosamente, por ejemplo, el grupo mexicano Sun Set en Hacienda Tres Ríos.

        Dentro del centro de población Puerto Morelos también existe desde el 2008 un proyecto en contra del cual los aguerridos pobladores ya se han manifestado, que es Campestre Morelos, promovido por Puerto Morelos Golf & Resorts sobre 162 hectáreas, a un lado de la carretera. Ahí se pretenden construir 2 mil 557 viviendas y un campo de golf, más sus respectivas vialidades. De entrada,         Ernesto Muñoz, del Consejo de Promoción Turística de Puerto Morelos ya ha señalado que la construcción de este campo de golf es inviable. Va en contra de los criterios del Programa de Ordenamiento Ecológico del Corredor Cancún Tulum, que simplemente prohíbe los campos de golf en esa zona, además de que la Ley de Vida Silvestre prohíbe construir sobre manglares.

 

COSTA CANCUN, RIVIERA CANCUN, RIVIERA CANCUN GOLF & RESORTS

        Originalmente se llamó Costa Cancún, en el 2004, propiedad de Adolfo Fatlich, Marco Salame, Isaac Saba, más otros jóvenes inversionistas, quienes adquirieron el predio de 377.8 has de Fonatur en 71 pesos el metro cuadrado, en la tercera etapa de la zona hotelera, cuando su valor catastral era de mil 750 pesos el metro cuadrado y el precio comercial por arriba de 8 mil. Vino el escándalo, CEMDA los demandó, pero desestimó la demanda a cambio de que se decretarán como área natural cuatro mil 257 hectáreas de los Manglares de Nichupté, entre Malecón Cancún y la carretera al aeropuerto, frente a Bonfil.

        Pasado el escándalo mediático, los jóvenes inversionistas originales diseñaron una  triangulación financiera, mediante la cual finalmente el predio quedó en manos del hotelero yucateco José Chapur, quien terminó de construir un campo y una casa de golf con la intención de construir en fases subsecuentes y sin mucho aspavientos 3.778 habitaciones de tipo hotelero, turístico o condominal.

CARRETERA PERIMETRAL ISLA DE COZUMEL

        El caso de la carretera perimetral de la isla de Cozumel también se destaca porque es promovida por la autoridad federal, específicamente por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes delegación Quintana Roo, en una obra que abarca 14 kilómetros y que afecta el polígono del Área Natural protegida denominada Parque Marino Azul Arrecifes de Cozumel.

        Básicamente, lo que sostienen los impugnadores por conducto de CEMDA es que ésta proyectada carretera “es una nueva obra, no es una que vaya a ser reconstruida o ser arreglada”, como argumenta la SCT para evadir ciertos condicionantes ambientales. La demanda ha sido aceptada por la SEMARNAT y hasta el momento se desconoce si será cancelada o autorizada  la obra.

        El historial ambiental en el Caribe Mexicano es farragoso y sucio, pero sin duda que en la historia pasará como la más corrupta en ese sentido, la breve administración municipal en Benito Juárez de Carlos Canabal Ruiz, cuando se utilizó indiscriminadamente un uso de suelo especial denominado THE (turístico hotelero especial) para autorizar proyectos como Bay View Grand (BVG), frente a la Laguna Nichupté que finalmente fue cancelado por las autoridades federales.

        Con esas banderas es que el Caribe Mexicano será el anfitrión de la COP16, , la cumbre climática más importante del mundo.