ESCUELA DE ARTE LEOPOLDO MARECHAL
Febrero 2008
ORGANIZACIÓN INSTITUCIONAL: El vaso por la mitad…
Formar parte del sistema
La escuela de arte Leopoldo Marechal es la única en su tipo (nivel superior, terciario de formación artística y docente), en todo el distrito de la Matanza.
Como la mayoría (si no todas) las instituciones públicas y estatales de educación no obligatoria, fue creada a partir de una demanda específica y local, canalizada por un grupo de docentes que gestionaron desde la acreditación hasta los espacios físicos y los recursos humanos y materiales mínimos necesarios para su fundación.
Una vez en marcha y constituida la comunidad educativa, la escuela comienza a transitar los caminos obligados (en tanto institución que otorga títulos oficiales), determinados por normativas generales y específicas: horarios, planes, contenidos, exámenes, legajos, contralores, etc.)
Puestos a elaborar el PEI los protagonistas postulan la Misión institucional (el “deber ser”, lo que justifica su existencia), y proyectan la Visión institucional (el futuro imaginado…¡y deseado!)
He aquí la cuestión…
En el caso de la escuela de arte como en el de la mayoría (si no todas) las instituciones públicas y estatales de educación no obligatoria, la visión institucional oculta incluye (además de otras ambiciones) nada más y nada menos que llegar a tener algún día aquello con lo que se debería haber contado al momento de su puesta en marcha: la infraestructura adecuada y los recursos humanos y materiales necesarios y suficientes.
De ser así, la construcción del futuro deseado dependería de la predisposición, el esfuerzo, la capacidad y la creatividad de todos los involucrados para hacer el mejor uso posible de esos recursos.
Pero no es así: la infraestructura y los recursos que deberían ser un requisito previo, se transforman en metas a lograr.
Esta es la causa que subyace a todas las causas por las que la escuela de arte atravesara períodos de desconcierto, de incertidumbre, de verdadero caos institucional.
Porque las dos condiciones imprescindibles para que un proyecto se realice con éxito son tener claro el objetivo y contar con los recursos para lograrlo.
Supeditar los objetivos a los recursos disponibles es como perder un anillo en el baño y buscarlo en la cocina porque la luz es más potente…
O es como querer tener un hijo porque nos sobra una habitación…
La historia en pocas líneas…
La escuela de arte comenzó a funcionar enseñando música (guitarra y piano), en un edificio prestado en Ramos Mejía.
Era impensable pensar la apertura de otras carreras (no había espacio), ni la oferta en turno tarde (funcionaba la escuela de estética). Hasta era imposible la continuidad de esa carrera incipiente de música ya que de haber continuado no hubieran alcanzado las aulas.
Luego se consiguió una parte del edificio que ocupaba la escuela técnica nº 1 en Casanova y se pudo crear la carrera de artes visuales.
El estado del edificio era deplorable pero era propio y había espacio, entonces se mudó allí también la carrera de música. (Primer conflicto)
Durante mucho tiempo se dudó entre la conveniencia de gestionar la refacción de ese edificio o la sesión de algún otro.
Las opiniones estaban dividido (Segundo conflicto)
Mientras tanto las demandas crecían (en música se reclamaba la incorporación de otros instrumentos y la apertura de una nueva orientación: música popular), y las carreras avanzaban mucho más rápido que las mejoras en el edificio.
Algunos años más tarde se consiguió otro edificio en el que había funcionado una escuela primaria. Otra vez en Ramos Mejía.
Era muy chico para la matrícula que para entonces tenía la escuela entre música y artes visuales, entonces se decidió gestionar su ampliación, y en tanto, abrir allí la reclamada carrera de música popular. (Tercer conflicto)
El problema de fondo subsistía – ninguno de los dos edificios era adecuado – pero comenzó a gestarse un problema aún mayor: la división de la comunidad educativa.
Cada grupo – “los de Casanova” y “los de Ramos” – veía al otro como una amenaza. Cada decisión institucional era interpretada como a favor de unos y en detrimento de los otros, y a medida que el tiempo transcurría en cada edificio se incrementaba la matrícula y la identificación con la sede de pertenencia.
A esa altura era impensable gestionar la ampliación y refacción de alguno de los edificios aspirando a que toda la escuela funcionara en el mismo lugar.
Se habían creado de hecho dos escuelas dentro de una misma escuela. (Cuarto conflicto)
Comenzó a circular la propuesta de blanquear esa situación independizando los servicios, vale decir, constituyéndose la sede de Ramos mejía en otra escuela distinta a la escuela a de arte Leopoldo marechal.
No prosperó.
La situación era crítica: ¡no había consenso para unirse ni para separarse!
Teníamos una escuela de arte virtualmente dividida en dos edificios en estado deplorable a 6 km de distancia entre sí, y el personal con el que contábamos no era suficiente ni para el normal funcionamiento de uno de ellos,
Sin embargo ante semejante crisis, quizás unidos por el espanto y no por el amor, como dijera Borges, empezamos a construir consenso en torno al reclamo de la construcción de un edificio único y adecuado en San justo, localidad cabecera del distrito y equidistante de ambas sedes.
Pero lo verdaderamente importante fueron los fundamentos del reclamo que se sintetizaron en tres grandes objetivos:
La adquisición de una infraestructura acorde de una escuela de arte.
La identificación de todos con la escuela a de arte Leopoldo Marechal como espacio convocante y facilitador tanto de la especialización como de la interdisciplinariedad.
La optimización de la organización de los recursos en beneficio de los alumnos.
Haber cerrado filas en torno a este reclamo derivó en la construcción de otro consenso.
No supeditar los objetivos a los recursos disponibles, es decir, el edificio único no era el objetivo, sino el medio que los facilitaría.
Son los recursos los que se deben disponer a favor del logro de los objetivos.
Este es el desafío (y nuestra responsabilidad).
Esto permitió correr la mirada hacia la mitad llena del vaso, a saber:
La revisión de estas características disipó las dudas históricas y posibilitó la síntesis superadora: seguir gestionando en todos los ámbitos posibles la construcción del edificio único sin relegar el logro de los objetivos descriptos a esa condición, es decir, reclamar con urgencia la refuncionalización y ampliación de ambas sedes.
Ahora bien, estas son las ventajas pero existen desventajas objetivas que persisten, como las siguientes:
Con ese propósito – disponer los recursos a favor de los objetivos – y a partir de los consensos referidos, desde el ciclo 2006 se vinieron implementando las siguientes acciones:
Todas y cada una de estas acciones requirieron de la tolerancia y buena voluntad de los involucrados ya sea porque se les agregaba un trabajo o porque les modificaba algún hábito. No obstante, los resultados justificaron ampliamente los esfuerzos.
Durante el ciclo 2007 las mejoras derivadas de esas decisiones fueron evidentes.
Sin embargo queda aún mucho por hacer.
La historia por contar…
En el mismo sentido y para seguir optimizando los recursos, minimizando las desventajas objetivas que implica tener la responsabilidad de administrar dos sedes con los recursos apenas suficientes para una de ellas es que, a partir del período de exámenes julio/agosto de 2008 y en adelante, todos los exámenes se tomarán en la sede de Isidro Casanova de forma tal que el anexo de Ramos mejía permanecerá cerrado fuera del período de cursada regular (incluyendo en este la semana de recuperatorios), y todo el personal (equipo de conducción, docentes, preceptores, administrativos, encargados de medios y auxiliares), fuera del periodo de cursada regular, deberá cumplir sus funciones en la sede de Casanova.
Esta medida, que como las anteriores requerirá de la tolerancia y buena voluntad de todos, garantizará:
El cronograma de las actividades relacionadas y los recursos necesarios para la concreción de estos objetivos estarán dispuestos con la necesaria antelación
La Dirección