Pese a su extravagancia, el caballito es claramente un pez, con aletas, branquias y escamas.
Se calcula que alrededor de 20 millones de estos animales son capturados al año para ser usados en la medicina tradicional, aunque también se venden como simples recuerdos turísticos o son cocinados en los exóticos restaurantes de ciudades como Hong Kong o Cantón.
El 90% de estos animales es importado de Vietnam, Filipinas y la India, países en cuyas aguas se concentra una gran parte de las 35 especies de caballitos marinos que existen en el mundo.
Una especie curiosa
El hipocampo es una de las especies más curiosas del mundo, especialmente por su forma de apareamiento, ya que elige una pareja para toda la vida. Son monógamos. La hembra desova sus huevos -pueden ser hasta 200- en el vientre del macho, que transporta esta carga durante una seis semanas y acaba dando a luz entre contorsiones. Se desconocen cosas tan básicas como cuánto puede vivir o por qué los machos y las hembras comen diferente.
La pesca incontrolada amenaza el futuro de esta misteriosa y bella criatura que parece salida del lápiz de un dibujante de cuentos y destinada a poblar nuestros sueños como acompañante de sirenas, ondinas y nereidas.
Más de 20 millones de caballitos de mar son capturados cada año para su uso en la medicina tradicional asiática, como comida, souvenirs o para aprovisionar acuarios de todo el mundo. Los biólogos, que pugnan aún por descubrir los secretos de este fascinante pez -escoge pareja para toda la vida, el macho es el que queda preñado, su capacidad de cambiar de color es superior a la del camaleón-, estiman que en algunas zonas puede haber disminuido ya en un 50% e instan a controlar su pesca y a crear santuarios para los caballitos.
Se ha calculado que unos 20 millones de individuos son sacrificados cada año y otros cientos de miles capturados; en los últimos cinco años ha descendido el número de los que se pescan en algunas zonas en un 50% y en general los caballitos son más pequeños. Los más preciados son los más grandes, se llegan a pagar en Hong Kong 550 dólares el medio kilo. Por año se llegan a pescar 5 toneladas.
Seguramente lo que más sorprende del caballito es que sea el macho el que queda embarazado. De hecho, el macho produce esperma y la hembra huevos. Pero, al copular, la hembra deposita los huevos -a veces hasta 200- en una cavidad ventral del macho, donde se fertilizan y donde, al cabo de entre dos y seis semanas, eclosionan. Entonces, el caballito padre realiza lo que parece un verdadero parto: se contorsiona como si tuviera convulsiones y arroja a las minúsculas crías a través de la abertura de la bolsa.
Durante el embarazo, el caballito macho suministra oxígeno y nutrientes a su prole a través de una red capilar de la bolsa. Los caballitos cambian de color, adoptando a veces sensacionales tonos fosforescentes, por camuflaje y también como respuesta a la presencia de otros caballitos, para expresar emociones.
Probablemente existan más de 35 especies de caballito de mar.
Existen programas de recuperación de la especie, para su estudio, para evitar que desaparezcan del Planeta.
La gente que se alimenta de la pesca de estos animales es la que posee bajos recursos económicos, la que “prueba” una comida diferente. Se trata de concientizar a las personas acerca de la conservación de estas especies que presentan un abanico de estudios por realizar, dado que se conoce poco acerca de ellas.