Published using Google Docs
EL PATRIOTA II.doc
Updated automatically every 5 minutes

EL PATRIOTA II

Estaban allí en plena esquina. Uno de ellos estaba sentado en la primera grada de cemento de entrada a la casa, mientras que el otro estaba apoyado en el poste cercano. El dialogo se había tornado acalorado, pues cuando de defender ideas se trata y los argumentos son consistentes de ambos lados, la sensación de impotencia, en cualquiera de los protagonistas,  puede exasperar los ánimos. Era increíble el nivel de conocimiento que tenían ambos de la realidad peruana. En tal sentido la calidad de las propuestas era espectacular. Precisas, pertinentes.

Estaban tan ensimismados nuestros amigos en sus preocupaciones, cuando, sorpresivamente un auto tico paró cerca de ellos y se escuchó una voz femenina: ¡Allí esta mi papá! Al instante dos jóvenes fornidos se cargaron al que estaba sentado en la vereda y ingresaron al auto. Dentro del auto una señora llorosa se quejaba: ¡borracho de miércoles! Dos días te estamos buscando y todavía apestas a licor y aún no puedes pararte. Con los ojos medio idos  volteo hacia uno de los jóvenes que lo había cargado y preguntó con voz balbuceante: ¿esta señora es mi esposa? Al interior del pequeño auto se escuchó una sonora cachetada y raudamente el vehículo desapareció.

Las cosas habían pasado tan rápidamente que nuestro segundo personaje no tuvo tiempo de reaccionar. Se quedó mirando hacia el lugar donde el tico se había perdido entre la gente del Mercado Mayorista. Cuando empezó a dar unos pasos para retirarse, dos hombres de blanco y joven enfermera cariñosamente lo abrazaron, invitándole a subir a la ambulancia. Sin  oponer resistencia, subió a la unidad móvil. Ya dentro uno de los hombres de blanco dijo: póngale la camisa de fuerza. No vaya a ser que se altere como otras veces y se vuelva a lastimar. Seguidamente tomo su teléfono celular y dijo: jefe ya tenemos a nuestro paciente. Solo nos llevó medio día encontrarlo. La ambulancia se dirigía hacia el Larco Herrera…

Trujillo 17 de marzo de 2011

Autor: Carlos Moisés Varas Príncipe, Licenciado en Educación, Especialidad en Historia, Geografía, Filosofía y Ciencias Sociales, docente del C.N.V. “SANJUAN” de Trujillo