ESCUELA DE ARTE LEOPOLDO MARECHAL

Noviembre 2005

A todo el personal:

Finaliza un año signado por innumerables conflictos en prácticamente todos los planos de la vida institucional de nuestra escuela de arte.

Seguramente existen tantas interpretaciones de las causas como actores en la comunidad educativa, y seguramente todos tenemos algo de razón.

Formamos parte de una institución particularmente compleja, porque a la complejidad característica de cualquier institución educativa, la nuestra agrega los inconvenientes propios de las etapas de gestación (todavía se están inaugurando niveles, asignaturas, y cargos), el funcionamiento en dos edificios alejados, la diversificación de la oferta académica (distintos lenguajes artística y distintas orientaciones de un mismo lenguaje), las diferentes formas de acceso para el desempeño del mismo rol (designación de profesores por incumbencia de título o por concursos de difícil cobertura) el alcance de la oferta a una franja etaria extremadamente amplia (de los 9 a los 100 años).

Todo esto da lugar a muchos puntos de vista y todos son atendibles.

A veces tendemos al reduccionismo en el análisis (hay autoras como Frigerio, Poggi o Fernández que explican aquello de “causalidad lineal”, cuando deberíamos considerar lo que denominan “circularidad causal”.

Todo esto genera incertidumbre, diferencias, broncas, discusiones y desgaste.

El verdadero problema, el problema realmente grave aparece cuando la resultante de ese conjunto de síntomas es la resignación.

Por suerte, aún cuando de vez en cuando se nos escapan esas categóricas conclusiones fatalistas tales como “esto no tiene arreglo”, seguimos apostando al crecimiento y crecemos, aunque nos cueste a veces visualizarlo.

No es casual que la escuela de arte esté entre las 17 escuelas de La Matanza cuyas necesidades de infraestructura el estado provincial decidió priorizar, asignándonos una partida de $ 1.250.000

No es casual que nos sigan faltando vacantes para todas las carreras.

No es casual que a pesar de todo sigamos dando pelea.

La Dirección