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"Mientras ella cruzaba la calle, yo aceleré, decidido a arrollarla con mi auto.
Si él no podía ser mío, de ella menos."


Toc toc, golpeé educadamente la puerta, esperé respuesta, nadie contestó.
Toqué nuevamente y a los dos minutos se asomaron dos cabezas.

- ¿Quién eres? - preguntaron a coro.
- Soy su nuevo compañero de dormitorio... - contesté con timidez.
- Ahh.. pasa pasa - invitó el más alto.
- ¿Cómo te llamas? - preguntó el más bajo, mientras nos dirigíamos hacia la sala de estar.
- Me llamo Cho KyuHyun, ¿y ustedes? -
- Yesung - contestó el alto - y él es RyeoWook -

Cuando llegamos a la sala de estar, ahí estaba él, a quien tanto deseaba tener cerca, estaba tirado en el piso, con tres botellas de cerveza ya vacías y otra en la mano a medio tomar, su mirada estaba perdida en el blanco cielo del departamento.

- Él es Lee SungMin, como verás no está bien... Él no es así... Lo quesucede es que hace unos meses su novia falleció en un accidente automovilístico... Y no se ha podido recuperar por completo... -
- Comprendo... -
...Yo te sanaré... Ya verás que con el tiempo ella se te olvidará.
- ShinDong debería estar por llegar con la comida... - dice sonriendo Ryeowook.

Nos sentamos en el sillón que estaba a pocos centímetros de SungMin, y hablamos de gustos en cuanto a música.

- ¡¡Llegué!! ¡¡Traje ramen para el almuerzo!! - gritó ShinDong, antes de ponerse a saltar de felicidad - ¿Quién lo prepara?
- Yo - Tomé la bolsa y me fui a la cocina para preparar el ramen, los demás mientras regañaban a SungMin para fuese a comer.  - Ya está listoo -  

Todos se sentaron en la mesa de la cocina, llevé la olla y me senté junto con ellos, ShinDong al levantar la tapa y revolver los fideos para servirse, quedó mirando extrañado.

- ¿No le echaste los vegetales? -  
- Agsh... Se me olvidó ... -
- ¡Anda a buscarlos! - chillaron Yesung y Ryeowook.
- Ok... - me levanté pesadamente de mi asiento, y fui a buscar los vegetales; sentí la sorprendida mirada SungMin, estoy seguro de que piensa en que esto mismo le pasaba a ella, que es una coincidencia.


Al día siguiente me levanté para ir a ver la televisión, en eso sale SungMin de su habitación  con un bulto de sábanas que le tapaba la vista, no alcancé a reaccionar por lo que chocamos y ambos caímos de bruces al suelo.  Caí encima de él, nuestros rostros no quedaron a más de   dos centímetros  de distancia, pude sentir su calor, pude ver como en dos segundos su rostro enrojeció, no iba a desaprovechar esta oportunidad, osé por acercarme más, mas el dio vuelta su rostro, sentí como se estremeció, solo rocé mis labios contra su cuello.

- ¡¿Qué estás haciendo?! -
- Nada...tropezamos y.. -
- ¡SungMin! ¿Estás bien? -
- Nada, no me hizo nada, estoy bien. -
- Ten cuidado -
- Aigsh, ya dije que estoy bien. - dijo exasperado, se levantó y se retiró de la habitación, ShinDong le siguió, sin antes fulminarme con su mirada.

En la tarde fui a la librería, sabía que él podría estar ahí. Cuando llegué lo vi hurgando en la repisa de las carpetas entonces comencé a buscar el archivador que ella siempre ocupaba, cuando la encontré, la tomé al mismo tiempo que SungMin.

- ¿Usas estos también? - me preguntó inocente - no mucha gente los ocupa...
- Los ocupo desde hace poco... -
- Ahh... -
- Escuché que no mucha gente los ocupa... Quizás seamos compatibles - Le sonreí, y cuando me miró sus ojos delantaban nostalgia, de seguro le llamó la atención. Después de pagar, nos fuimos a casa, comimos algo y a dormir.

Al otro día, en el desayuno Ryeowook con Yesung estaban muy melosos, esos dos no quieren asumir que son algo más, después de terminar SungMin se retiró para ir a ver televisión, entonces yo también fui.

- ¿Por qué estamos viendo esto? - preguntó él
- La verdad no sé... - contesté sincero
- Es super aburrido, mejor cámbiala - se rió
- Sí, mejor, ¿Cómo qué cosa te gustaría ver? - al tomar el control me topé con su mano, entonces sentí como un escalofrío recorría su espalda.
- Lo.. Lo siento.. -
- No te preocupes - sonreí - No hay nada entretenido, son puras cosas aburridas... - comenté, a lo que él rió; entonces lo quedé mirando, tenía una migaja de galleta en la comisura izquierda de sus labios.

Estiré mi mano para poder limpiarle, mas el me miró y se corrió como un gatito asustado, me sorprendió esa reacción de él, pero también me hizo gracia, entonces quise divertirme un poco, acercándome más, hasta tomarle el rostro y poder limpiarle la boca, aproveché la circunstancia para acariciarle sus bellas facciones. Entonces el me miró sonrojado, y sonreímos.
ShinDong llega y nos mira sospechando.

- KyuHyun ¿Que haces? - justo después de que interrogara, escuchamos un alarido de Ryeowook, entonces los tres corrimos hacia mi habitación.

- ¿Qué pasó? - pregunté asustado.
- Yo solo.. Yo solo vine a recostarme... y me pinché... tu cama está llena de chinches... - dijo con tono lastimero el más bajo, Yesung mientras lo sacudía, y SungMin miró con rabia a ShinDong.
- ¿Por qué eres tan cobarde? ¿Qué te hizo? ¿Por qué lo odias tanto? ¡ShinDong no puedes ser tan inmaduro! - gritó con rabia.
- ¿Ah? Ahh, y todo esto resulta ser culpa mía, no sé  que te hizo este tipo, ¡te tiene lavado el cerebro! -
- ¿Ves? Lo que dices sólo demuestra que ¡fuiste tú el culpable de los chinches! - acusó.
- Ya.. me tienen hartos.. ¡¡Me voy!! - se escuchó el portazo.

Dos días después de ese suceso, me enteré que estaban buscando información sobre mi, ShinDong, seguía entrometiéndose en mis planes... Bueno, ya vería qué hacer con él.

Al día siguiente, estábamos viendo televisión, Yesung con Ryeowook y yo;  Ryeowook se había quedado dormido en las piernas de Yesung, mientras este le hacía cariño. Entonces se me ocurre llevar a pasear a SungMin, me levanto y le voy a buscar a su habitación.

- Ven... Vamos a pasear, necesitas despejarte. - le ordeno, mientras lo tomo del brazo.

Media hora después estábamos en un parque, abrazados hablando de la vida.

- ¿Aún estás triste? -
- Sí... - sincero responde.
- Entonces te haré sentir mejor. ¿Qué quieres que haga? ¿Qué cante? - le pregunté, sonriendo.
- ¿En serio? ¡¡Yaaa!! Que cante, que cante - comenzó a aplaudir con entusiasmo. Me levanté y comencé a bailar mientras le cantaba una canción de niños, la que ella siempre le cantaba a él, vi como su sonrisa se formaba, y la felicidad emergía desde lo más profundo de su corazón. Se hizo tarde, así que volvimos al departamento, aún estando en el auto, comenzamos a hablar.

- SungMin, ¿Te sientes mejor? -
- Sí, muchas gracias. - me dijo, mirando hacia al frente esbozando su inocente sonrisa - El auto.. ¿es tuyo?
- Lo preparé especialmente para ti - admití sonriéndole.
- Está muy lindo - dijo sonriendo más abiertamente que antes.
- Me encanta cuando sonríes... - dije seriamente - Así que deberías sonreír más a menudo, desde ahora, te ves bien cuando sonríes. ¿Aún te sientes mal por lo de tu novia? -  su sonrisa desapareció en el instante que mencioné a su novia.
- La amaba mucho... Si tan solo... No la hubiera apurado... Nada de esto hubiera pasado... - dijo melancólico.
- Está bien, no es tu culpa... -
- Es tan extraño... tu y ella.. se parecen tanto... Sus hábitos son muy similares a los tuyos... ¡Vaya! Me estoy volviendo loco... No sé como expresar lo que siento... - Su sonrojo era notorio, no pude evitar sentirme sobrecogido, y lo abracé y le besé la frente. Pude sentir una vez más, como se estremecía bajo mis brazos...
Tomamos el ascensor, la impaciencia se apoderó de mi; lo acorralé contra una de las paredes, tomé posesión, con una de mis manos, de sus caderas y con mi otra mano le tomé delicadamente de la nuca, él me miraba sorprendido, pero no me detenía, rocé mis labios con los suyos, lentamente lo comencé a besar, no quería hacerle daño, cada segundo que transcurría nuestro beso era cada vez más vehemente, era cada vez más necesitado... Nuestros cuerpos pedían por más, pero el ascensor ya se había detenido...  Sin embargo mi dormitorio estaba esperándonos, y la noche era joven aún.


Una semana después, era mi cumpleaños, y ShinDong estaba decidido a delatarme con SungMin, entonces no tuve otra opción que hacerle una emboscada, lo esperé en una esquina del estacionamiento del edificio, entonces con un garrote lo golpeé en la espalda, no lo quería matar pero si dejarlo inconsciente.  Luego lo encerré en el baño... la verdad no sabía si estaba muerto o no... Pero no sabía que hacer, el pánico de que SungMin se enterara de que yo fui quien mató a su amada novia... Me aniquilaba...

Antes de que cualquiera pudiera encontrar a ShinDong muerto en el baño, o de que encontraran evidencia de que yo la habría asesinado, decidí ponerle fin a todo esto, aunque eso implicara no ver nunca más a mi amado SungMin...

Subí las escaleras, hasta la azotea ya en la orilla, miré hacia el horizonte... No pude evitar llorar, no quería dejar de verlo, sentirlo.. amarlo... Pero ya era tarde.
Mi sangre regó el gris y gélido pavimento.