¿CÓMO FUNCIONA EL ÓRGANO FONADOR?
En primer lugar, la voz se produce por la corriente de aire que llega a la laringe, generada por el "fuelle" pulmonar, en el que juega papel importante el diafragma, que es un músculo grande en forma de cúpula que separa el tórax del abdomen. Naturalmente que muchos músculos más entran en acción, aunque no son tan importantes como el diafragma.
Cabe indicar, también, que no se debe confundir la respiración vital con la respiración destinada para la emisión sonora. Por eso, una cosa es respirar para vivir y otra cosa es respirar para hablar. Nosotros corrientemente realizamos la inspiración seguida de la espiración y sus respectivas pausas. Ocurre que en el habla, y más aún en el canto, la espiración se prolonga más que la inspiración.
Una vez que el aire llega a la laringe se ponen en funcionamiento las cuerdas vocales, vibrando las mismas bajo la influencia del sistema nervioso y como consecuencia del deslizamiento ondulatorio de la mucosa que recubre los músculos de dichas cuerdas, produciendo el aspecto sonoro o fónico del lenguaje.
Ese sonido producido por las cuerdas vocales es muy débil, similar al "pío" de un pollo recién salido del cascarón, o parecido a un zumbido, el cual se amplifica y adquiere el timbre en los resonadores nasal, bucal y faríngeo; es decir, el sonido que sale de la laringe sufre una modificación resonancial naso-buco-faríngea, que consiste en el aumento de la frecuencia de ciertos sonidos y la desvalorización de otros, dando lugar al timbre de voz y la calidad vocal, que son peculiares o característicos en cada persona. Por ejemplo, un tenor y un barítono aun cuando canten la misma nota musical, serán identificados como tales por el timbre de voz que tienen. Similarmente, la voz de un amigo nunca es igual a la de otro, dependiendo estas diferencias de una serie de factores.
El funcionamiento de los músculos respiratorios, especialmente del diafragma, cambia en la pronunciación de distintos sonidos, ya que los pulmones deben dar una cantidad determinada de aire y con una presión fija para la emisión de distintas sílabas y demás sonidos en general.
La altura de los sonidos verbales, en cambio, depende de las oscilaciones de las cuerdas vocales, mientras que la fuerza o intensidad depende de los cambios de presión de aire en la región de las cuerdas vocales, de la laringe y de la boca.
Pues bien, todos los elementos entran en funcionamiento cuando se habla, produciéndose cambios rápidos (0,10 y 0,05 segundos), exactos y regulares en el aparato del lenguaje verbal. Así, las cuerdas vocales se extienden y se relajan, cambian de forma los resonadores, se modifica la situación del velo del paladar, de la mandíbula inferior, de los labios, se eleva y desciende el diafragma, se mueve el tórax, todo esto en una forma sincronizada, automática y secuencial.
Otros investigadores al referirse a la producción sonora o fónica del habla, señalan que por cada segundo se producen 5 a 6 sílabas, entrando en funcionamiento 90 a 100 músculos bajo el control del sistema nervioso central. Cada músculo obedece a 14 órdenes por segundo. Esta producción se daría de acuerdo al siguiente esquema secuencial:
Estos son, por tanto, los mecanismos fisiológicos que dan lugar a la producción sonora del habla, los mismos que se encuentran regulados y controlados por el sistema nervioso central, específicamente por el centro motor del analizador del lenguaje, ubicado delante de la circunvolución del hemisferio izquierdo de la corteza cerebral.
En esta producción sonora el oído desempeña un papel importante como regulador en el funcionamiento coordinado de los resonadores bucal y faríngeo. La pérdida parcial o total de la audición altera dicho funcionamiento. El tono nasal del lenguaje de los sordos se debe, en parte, por ejemplo, a la falta de control auditivo en la regulación de los movimientos de la lengua y del analizador faríngeo.
Cabe finalmente señalar que la regulación nerviosa de los movimientos de la faringe, de la laringe y de los bronquios, tiene una vía común, lo cual permite que los cambios en la capacidad del resonador faríngeo se reflejen inmediatamente en el aparato respiratorio y, como tal, se regule la corriente de aire que pasa entre las cuerdas vocales. Esta regulación en los mecanismos de emisión del sonido permite que la pronunciación verbal tenga una modulación diferenciada.
Fonemas y sonidos.
Llamamos sonido a la realización física de un fonema.
Si varias personas pronuncian la palabra tren, por ejemplo, se notarán diferencias en la pronunciación más o menos marcadas. La t sonará más o menos enérgica; la r vibrará más o menos... Incluso si la misma persona pronuncia la palabra en situaciones diferentes, se notarán variaciones. Estas variaciones, perceptibles al oído, se notarán mucho más si utilizamos aparatos especiales. Esta realización física de la t o de la r es lo que llamamos sonido. Los sonidos de una lengua son innumerables, tantos como hablantes e, incluso tantos como empleos hace de ellos cada hablante.
Llamamos fonema a la imagen mental de un sonido.
En la mente de cualquier hablante no hay más que una t o una r; aunque después, en la realidad, haya tantísimas formas de pronunciarlas. Esa t ideal y única es a lo que llamamos fonema. Los fonemas son muy pocos.
Los fonemas y los sonidos carecen de significado.La ciencia que estudia los fonemas se llama Fonología y la que estudia los sonidos, Fonética.
El punto de articulación es el lugar del tracto vocal en el que se produce la articulación. Se denomina también lugar de articulación.
Junto con la utilización de la corriente de aire producida por los mecanismos subglóticos, el estado de la glotis y la configuración de la cavidad oral y nasal, es uno de los cuatro criterios de clasificación articulatoria de los sonidos del habla.
La articulación se produce normalmente por la aproximación o el contacto entre un articulador fijo y uno móvil. Según la zona en la que tenga lugar este contacto se establece la siguiente clasificación de los sonidos en función del punto de articulación:
Labial
bilabial labio superior y labio inferior.
labiovelar consonante biarticularda en el velo y los labios inferior y superior.
labioalveolar consonante biarticularda en los alveolos y los labios inferior y superior.
labiodental labio inferior e incisivos superiores.
Coronal
dental ápice o dorso de la lengua y la parte posterior de los incisivos superiores.
interdental ápice de la lengua situado entre los incisivos inferiores y superiores.
retroflejo elevación del ápice de la lengua hacia la parte posterior de los alvéolos.
alveolar parte anterior de la lengua y alvéolos.
Dorsal
palatal parte anterior del dorso de la lengua y paladar duro.
velar parte posterior de la lengua y velo del paladar.
uvular parte posterior de la lengua y úvula.
Radical
faríngeo raíz de la lengua y pared faríngea.
Glotal cierre de la glotis.
Articuladores pasivos Articuladores activos
Los dientes incisivos superiores Los labios
La proturbancia alveolar La lengua
Todo el paladar La mandibula inferior
La uvula (o campanilla)