Friedrich Schiller: Oda a la alegría

Traducción de Abraham González de los Ríos Guillén

An die Freude

Freude, schöner Götterfunken,

Tochter aus Elysium!

Wir betreten feuertrunken,

Himmlische, Dein Heiligthum.

Deine Zauber binden wieder,

Was die Mode streng getheilt,

Bettler werden Fuerstenbrueder,

Wo Dein sanfter Flügel weilt.

Seid umschlungen, Millionen!

Diesen Kuß der ganzen Welt!

Brüder – überm Sternenzelt

Muß ein lieber Vater wohnen!

Wem der große Wurf gelungen,

Eines Freundes Freund zu sein,

Wer ein holdes Weib errungen,

Mische seinen Jubel ein!

Ja _ wer auch nur eine Seele

Sein nennt auf dem Erdenrund!

Und wer's nie gekonnt, der stehle

Weinend sich aus diesem Bund!

Was den großen Ring bewohnet,

Huldige der Sympathie!

Zu den Sternen leitet sie,

Wo der Unbekannte thronet.

Freude trinken alle Wesen

An den Brüsten der Natur;

Alle Guten, alle Bösen

Folgen ihrer Rosenspur.

Küsse gab sie uns und Reben,

Einen Freund, geprüft im Tod;

Wollust ward dem Wurm gegeben,

Und der Cherub steht vor Gott.

Ihr stürzt nieder, Millionen?

Ahnest du den Schöpfer, Welt?

Such' ihn überm Sternenzelt!

Über Sternen muss er wohnen.

Freude heißt die starke Feder

In der ewigen Natur.

Freude, Freude treibt die Räder

In der großen Weltenuhr.

Blumen lockt sie aus den Keimen,

Sonnen aus dem Firmament,

Sphären rollt sie in den Räumen,

Die des Sehers Rohr nicht kennt.

Froh, wie seine Sonnen fliegen

Durch des Himmels prächt'gen Plan,

Laufet, Brüder, eure Bahn,

Freudig, wie ein Held zum Siegen.

Aus der Wahrheit Feuerspiegel

Lächelt sie den Forscher an.

Zu der Tugend steilem Hügel

Leitet sie des Dulders Bahn.

Auf des Glaubens Sonnenberge

Sieht man ihre Fahnen wehn,

Durch den Riß gesprengter Särge

Sie im Chor der Engel stehn.

Duldet muthig, Millionen!

Duldet für die bess're Welt!

Droben überm Sternzelt

Wird ein großer Gott belohnen.

Göttern kann man nicht vergelten,

Schön ist's ihnen gleich zu sein.

Gram und Armuth soll sich melden,

Mit den Frohen sich erfreun.

Groll und Rache sei vergessen,

Unserm Todfeind sei verziehn,

Keine Thräne soll ihn pressen,

Keine Reue nage ihn.

Unser Schuldbuch sei vernichtet!

Ausgesöhnt die ganze Welt!

Brüder _ überm Sternenzelt

Richtet Gott _ wie wir gerichtet.

Freude sprudelt in Pokalen,

In der Traube gold'nem Blut

Trinken Sanftmuth Kannibalen,

Die Verzweiflung Heldenmut __

Brüder, fliegt von euren Sitzen,

Wenn der volle Römer kreist,

Laßt den Schaum zum Himmel spritzen:

Dieses Glas dem guten Geist.

Den der Sterne Wirbel loben

Den des Seraphs Hymne preist,

Dieses Glas dem guten Geist

Überm Sternenzelt dort oben!

Festen Muth in schwerem Leiden,

Hülfe, wo die Unschuld weint,

Ewigkeit geschwor'nen Eiden,

Wahrheit gegen Freund und Feind,

Männerstolz vor Königsthronen, _

Brüder, gält es Gut und Blut _

Dem Verdienste seine Kronen,

Untergang der Lügenbrut.

Schließt den heil'gen Zirkel dichter

Schwört bei diesem goldnen Wein:

Dem Gelübde treu zu sein,

Schwört es bei dem Sternenrichter!

Rettung von Tyrannenketten,

Grossmut auch dem Boesewicht,

Hoffnung auf den Sterbebetten,

Gnade auf dem Hochgericht!

Auch die Toten sollen leben!

Brueder, trinkt und stimmet ein,

Allen Suendern soll vergeben,

Und die Hoelle nicht mehr sein.

Eine heitre Abschiedsstunde!

Suessen Schlaf im Leichentuch!

Brueder–einen sanften Spruch

Aus des Totenrichters Mund.

Oda a la Alegría 

¡Alegría, bella chispa divina,

Hija del Elíseo!

Entramos ebrios de fuego,

Divina, en tu santuario,

Tu hechizo vuelve a unir

lo que la espada de los siglos separó;

los mendigos se convierten en hermanos de los príncipes

allí donde descansa tu suave ala.

¡Sed abrazados, millones!

¡Este beso para el mundo entero!

¡Hermanos, por encima de la bóveda de estrellas

debe vivir un Padre amoroso.

¡Quien logre el éxito enorme,

ser amigo del amigo,

quien consiga una dulce mujer

que mezclar a su júbilo!

¡Sí, cualquiera que tan sólo un alma

pueda llamar suya en toda la Tierra!

Y el que nunca haya podido, sea excluido

llorando fuera de esta banda.

¡Quienes habitan el gran Orbe

den homenaje a la simpatía!

Les llevará a las estrellas,

donde reina lo desconocido.

Alegría beben los seres

del pecho de la Naturaleza;

todos los buenos, todos los malvados

siguen su sendero de rosas.

Besos nos dio y vides,

un amigo, probado en la muerte;

la lujuria le fue dada al gusano,

y el Querubín se presenta ante Dios.

¿Os postráis, millones?

¿Presientes a tu Creador, Mundo?

Buscadlo sobre el cielo estrellado,

sobre las estrellas debe vivir.

La alegría es el fuerte resorte

de la eterna Naturaleza.

Alegría, alegría, mueve las ruedas

en el gran reloj del Mundo.

A las flores hace salir de sus brotes,

a los soles del firmamento.

a las esferas echó a rodar por el espacio,

fuera del alcance de los telescopios.

Felices, como vuelan los soles,

por los grandiosos espacios del cielo,

seguid, hermanos, vuestra carrera,

alegres, como un héroe a la victoria.

Como el encendido fuego de la verdad

sonríe al investigador.

A la escarpada colina de la virtud

empuja la carrera de los pacientes.

En los soleados montes de la fe

mira el hombre sus banderas al viento.

Entre las grietas abiertas en el ataúd

uno se figura presente ante el coro de los ángeles.

¡Resistid valientemente, millones!

¡Resistid para un mundo mejor!

Por encima de la bóveda de estrellas

un gran Dios nos recompensará.

Los dioses pueden no pagar al hombre,

sin embargo es hermoso ser como ellos.

El dolor y la pobreza se alejen

para regocijarse con la alegría.

El rencor y la venganza sean olvidados,

el enemigo mortal sea perdonado.

Ni una lágrima sea derramada.

Ni un remordimiento nos corroa.

¡La cuenta de nuestras deudas sean destruidas!

¡Reconcíliese el Mundo entero!

Hermanos, sobre la bóveda de estrellas,

Dios juzga tal como nosotros juzgamos.

La alegría burbujea en las copas,

en la dorada sangre de las uvas,

bebida por dulces caníbales.

El desesperado heroísmo –

hermanos, vuela desde sus asientos.

Cuando rebose el vino del Rihn

deja que salpique los Cielos:

este vaso de buen espíritu.

Por quien adoran los cúmulos de estrellas

Por quien alaban los himnos de los serafines,

este vaso de buen espíritu,

levantemos sobre la bóveda de estrellas.

Firme valor en el pesado sufrimiento,

ayuda en donde el inocente llora,

para la eternidad el juramento hecho,

la verdad tanto a amigos como a enemigos,

El orgullo del hombre antes que el trono del rey,–

hermanos, valga bienes y sangre–

por méritos su corona,

abajo con esa pandilla de mentirosos.

Cerrar aún más el círculo sagrado

júrese por este vino dorado:

para verificar el voto,

¡júrese por el Juez de las estrellas!

Devuélvanse las cadenas del tirano,

generosidad también con el villano,

esperanza en el lecho de muerte,

¡gracia en el Juicio Supremo!

¡También los muertos vivirán!

Hermanos, bebamos y clamemos,

todos los pecados serán perdonados,

y no habrá más infierno.

¡Una hora serena de despedida!

¡Dulce sueño en el sudario!

Hermanos –una simple frase

en boca del Juez de los muertos.