INTRODUCCION
Señal de riesgo por radiación.
¿Qué es la radiación?
La radiación es una forma de energía que proviene de diversas fuentes, algunas creadas por el hombre; como las máquinas de rayos X, y otras naturales; como el Sol y el espacio exterior y de algunos materiales radioactivos como el uranio que se encuentra en la tierra. La exposición a esa energía conlleva algunos peligros para la salud de los seres vivos, incluidos los humanos.
Cantidades pequeñas de materiales radioactivos pueden encontrarse naturalmente en el aire que respiramos, en el agua que bebemos, en los alimentos que comemos y hasta en nuestros propios cuerpos. Esos elementos dentro del organismo causan lo que se conoce como exposición interna. La exposición que se denomina externa proviene de fuentes de radiación que se encuentran fuera del cuerpo, como la radiación por la luz solar y la emanada de materiales radioactivos creados por el hombre y provenientes de fuentes naturales. La exposición a la radiación al sol, por ejemplo, es acumulativa.
Las fuentes creadas por el hombre son, entre otras: Equipos electrónicos (como hornos de microondas y televisores), equipos médicos (como rayos X, algunos equipos para diagnóstico y tratamiento) y la energía liberada por las pruebas de armas nucleares.
La cantidad de radiación liberada en el ambiente se mide en unidades llamadas curies. Las dosis de radiación que reciben las personas son medidas en unidades llamadas rem o sievert. Un sievert es equivalente a 100 rem. En los Estados Unidos, por ejemplo, los científicos estiman que una persona promedio recibe una dosis de cerca de un tercio de rem por año. El 80% de esa exposición proviene de fuentes naturales y el 20% restante de fuentes artificiales, principalmente de los rayos X utilizados en medicina.
¿Qué son las radiaciones ionizantes?
Radiaciones ionizantes son aquellas radiaciones con energía suficiente para ionizar la materia, extrayendo los electrones de sus estados ligados al átomo.
Las radiaciones ionizantes pueden provenir de sustancias radiactivas, que emiten dichas radiaciones de forma espontánea, o de generadores artificiales, tales como los generadores de Rayos X y los aceleradores de partículas.
Tienen aplicaciones muy importantes en ciencias, industrias, medicina. En la industria, las radiaciones ionizantes pueden ser útiles para la producción de energía, para la esterilización de alimentos, para conocer la composición interna de diversos materiales y para detectar errores de fabricación y ensamblaje. En el campo de la medicina, las radiaciones ionizantes también cuentan con numerosas aplicaciones beneficiosas para el ser humano. Con ellas se pueden realizar una gran variedad de estudios diagnósticos (Medicina Nuclear y Radiología) y tratamientos (Medicina Nuclear y Radioterapia).
Clasificación de las radiaciones ionizantes.
Según sean fotones o partículas.
Representación sencilla del poder de penetración de los distintos tipos de radiación ionizante. Una partícula alfa no penetra una lámina de papel, una beta no penetra una lámina de metal y un fotón penetra incluso grandes espesores de metal u hormigón.
Tipos de radiaciones corpusculares:
Radiación Alfa:
Las partículas o rayos alfa (α) son núcleos completamente ionizados, es decir, sin su envoltura de electrones correspondiente, de helio-4 (4He). Estos núcleos están formados por dos protones y dos neutrones. Al carecer de electrones, su carga eléctrica es positiva (+2qe), mientras que su masa es de 4 uma.
se generan habitualmente en reacciones nucleares o desintegración radiactiva de otros núclidos que se transmutan en elementos más ligeros mediante la emisión de dichas partículas. Su capacidad de penetración es pequeña; en la atmósfera pierden rápidamente su energía cinética, porque interaccionan fuertemente con otras moléculas debido a su gran masa y carga eléctrica, generando una cantidad considerable de iones por centímetro de longitud recorrida. En general no pueden atravesar espesores de varias hojas de papel. No producen problemas de exposición como radiación externa, pero representan alto riesgo como contaminación interna. (Vía digestiva, respiratoria y cutánea).
Radiación Beta: Su capacidad de penetración es mayor que las partículas Alfa, se necesitan algunas decenas de metros de aire o algunos milímetros de aluminio para detenerlas. No representan problemas graves de radiación externa, pero sí representan riesgo como contaminación interna.
Neutrones: El proceso fundamental que conduce a la producción de energía nuclear es la fisión de un núcleo de uranio originado por un neutrón: en la fisión el núcleo se escinde en dos partes y alrededor de tres neutrones por término medio (neutrones rápidos); los fragmentos resultantes de la escisión emiten, además otros neutrones.
Los neutrones son fundamentales en las reacciones nucleares: una reacción en cadena se produce cuando un neutrón causa la fisión de un átomo fisible, produciéndose un mayor número de neutrones que causan a su vez otras fisiones. Según esta reacción se produzca de forma controlada o incontrolada se tiene lo siguiente:
Sólo puede detenerlos una gruesa barrera de hormigón, agua o parafina. Por ello, en las aplicaciones civiles, la generación de la radiación de neutrones se limita al interior de los reactores nucleares.
Tipos de radiaciones electromagnéticas:
Radiación Gamma:
Producida generalmente por elementos radiactivos o procesos subatómicos como la aniquilación de un par positrón-electrón. Este tipo de radiación de tal magnitud también es producida en fenómenos astrofísicos de gran violencia.
Debido a las altas energías que poseen, los rayos gamma constituyen un tipo de radiación ionizante capaz de penetrar en la materia más profundamente que la radiación alfa o beta. Dada su alta energía pueden causar grave daño al núcleo de las células, por lo que son usados para esterilizar equipos médicos y alimentos.
Los rayos gamma se producen en la desexcitación de un nucleón de un nivel o estado excitado a otro de menor energía y en la desintegración de isótopos radiactivos. Los rayos gamma se diferencian de los rayos X en su origen, debido a que estos últimos se producen a nivel extranuclear, por fenómenos de frenado electrónico. Generalmente asociada con la energía nuclear y los reactores nucleares, la radiactividad se encuentra en nuestro entorno natural, desde los rayos cósmicos, que nos bombardean desde el sol y las galaxias de fuera de nuestro Sistema Solar, hasta algunos isótopos radiactivos que forman parte de nuestro entorno natural.
En general, los rayos gamma producidos en el espacio no llegan a la superficie de la Tierra, pues son absorbidos en la alta atmósfera.
Tienen gran poder de penetración, los mejores blindajes son los de plomo y hormigón. Son de alto riesgo como fuente externa.
Rayos X:
Los rayos X son una radiación electromagnética de la misma naturaleza que las ondas de radio, las ondas de microondas, los rayos infrarrojos, la luz visible, los rayos ultravioleta y los rayos gamma. La diferencia fundamental con los rayos gamma es su origen: los rayos gamma son radiaciones de origen nuclear que se producen por la desexcitación de un nucleón de un nivel excitado a otro de menor energía y en la desintegración de isótopos radiactivos, mientras que los rayos X surgen de fenómenos extranucleares, a nivel de la órbita electrónica, fundamentalmente producidos por desaceleración de electrones. La energía de los rayos X en general se encuentra entre la radiación ultravioleta y los rayos gamma producidos naturalmente. Son una radiación ionizante porque al interactuar con la materia produce la ionización de los átomos de la misma, es decir, origina partículas con carga (iones).
.
Efectos sobre la salud .
Exposición a las radiaciones ionizantes en humanos.
Como ya se ha dicho, los seres vivos están expuestos a niveles bajos de radiación ionizante procedente del sol, las rocas, el suelo, fuentes naturales del propio organismo, residuos radiactivos de pruebas nucleares en el pasado, de ciertos productos de consumo y de materiales radiactivos liberados desde hospitales y desde plantas asociadas a la energía nuclear y a las de carbón.
Los trabajadores expuestos a mayor cantidad de radiaciones son los astronautas (debido a la radiación cósmica), el personal médico o de rayos X, los investigadores, los que trabajan en una instalación radiactiva o nuclear. Además se recibe una exposición adicional con cada examen de rayos X y de medicina nuclear, y la cantidad depende del tipo y del número de exploraciones.
Los efectos dañinos de las radiaciones ionizantes en un organismo vivo se deben principalmente a la energía absorbida por las células y los tejidos que la forman. Esta energía es absorbida por ionización y excitación atómica, produce descomposición química de las moléculas presentes.
A menos de 100 mSv, no se espera ninguna respuesta clínica. Al aumentar la dosis, el organismo va presentando diferentes manifestaciones hasta llegar a la muerte. La dosis letal media es aquella a la cual cincuenta por ciento de los individuos irradiados mueren, esta es 4 Sv (4000 mSv). En ocasiones pueden aplicarse grandes dosis de radiación a áreas limitadas (como en la radioterapia), lo que provoca solo un daño local.
Cuando la radiación ionizante incide sobre un organismo vivo, las reacciones a nivel celular son principalmente en las membranas, el citoplasma y el núcleo. La interacción en las membranas produce alteraciones de permeabilidad, lo que hace que puedan intercambiar fluidos en cantidades mayores de lo normal. La célula no muere pero sus funciones de multiplicación no se llevan a cabo. En el caso que la interacción sea en el citoplasma, cuya principal sustancia es el agua, al ser ésta ionizada se forman radicales inestables. Algunos de estos radicales tenderán a unirse para formar moléculas de agua y moléculas de hidrógeno (H), las cuales no son nocivas para el citoplasma. Otros se combinan para formar peróxido de hidrógeno (H2O2), el cual si produce alteraciones en el funcionamiento de las células. La situación más crítica se presenta cuando se forma el hidronio (H3O+), el cual produce envenenamiento. Cuando la radiación ionizante llega hasta el núcleo de la célula, puede producir alteraciones de los genes e incluso rompimiento de los cromosomas, provocando que cuando la célula se divida lo haga con características diferentes a la célula original.
Las células pueden sufrir aumento o disminución de volumen, muerte, un estado latente, mutaciones genéticas y cáncer. Estas propiedades radiactivas se pueden volver benéficas, es el caso de la radioterapia que utiliza altas dosis de radiación para eliminar tejidos malignos en el cuerpo. Sin embargo, por la naturaleza de la radiactividad, es inevitable afectar otros órganos sanos cercanos.
El daño a las células germinales resultará en daño a la descendencia del individuo. Se pueden clasificar los efectos biológicos en somáticos y hereditarios. El daño a los genes de una célula somática puede producir daño a la célula hija, pero sería un efecto somático no hereditario. Un daño genético es efecto de mutación en un cromosoma o un gen, esto lleva a un efecto hereditario solamente cuando el daño afecta a una línea germinal. El síndrome de la irradiación aguda es el conjunto de síntomas que presentan las personas irradiadas de manera intensa en todo el cuerpo. Consiste en náusea, vómito, anorexia, perdida de peso, fiebre y hemorragia intestinal.
Normas específicas de protección contra radiaciones ionizantes.
Las normas básicas de protección contra la radiación externa dependen de tres factores:
- Limitación del tiempo de exposición. La dosis recibida es directamente proporcional al tiempo de exposición, por lo que, disminuyendo el tiempo, disminuirá la dosis. Una buena planificación y un conocimiento adecuado de las operaciones a realizar permitirá una reducción del tiempo de exposición.
-Utilización de pantallas o blindajes de protección. Para ciertas fuentes radiactivas la utilización de pantallas de protección permite una reducción notable de la dosis recibida por el operador. Existen dos tipos de pantallas o blindajes, las denominadas barreras primarias (atenúan la radiación del haz primario) y las barreras secundarias (evitan la radiación difusa).
-Distancia a la fuente radiactiva. La dosis recibida es inversamente proporcional al cuadrado de la distancia a la fuente radiactiva. En consecuencia, si se aumenta el doble la distancia, la dosis recibida disminuirá la cuarta parte. Es recomendable la utilización de dispositivos o mandos a distancia en aquellos casos en que sea posible.
Contaminación radiactiva
Cuando hay riesgo de contaminación radiactiva, las medidas de protección tienen por objeto evitar el contacto directo con la fuente radiactiva e impedir la dispersión de la misma. Como norma general, el personal que trabaja con radionúclidos deberá conocer de antemano el plan de trabajo y las personas que lo van a efectuar. El plan de trabajo contendrá información sobre las medidas preventivas a tomar, los sistemas de descontaminación y de eliminación de residuos y sobre el plan de emergencia.
Las medidas de protección se escogerán en función de la radio toxicidad y actividad de la fuente, actuando sobre las instalaciones y zonas de trabajo y sobre el personal expuesto (protección personal).
-Protección de las instalaciones, zonas de trabajo y normas generales.
Las superficies deberán ser lisas, exentas de poros y fisuras, de forma que permitan una fácil descontaminación. Se deberá disponer de sistemas de ventilación adecuados que permitan una evacuación eficaz de los gases o aerosoles producidos, evitándose su evacuación al ambiente mediante la instalación de filtros.
Se deberá efectuar un control de los residuos generados y del agua utilizada.
Deberán efectuarse controles periódicos de la contaminación en la zona, los materiales y las ropas utilizadas.
Los sistemas estructurales y constructivos deberán tener una resistencia al fuego (RF) adecuada y se deberá disponer de los sistemas de detección y extinción de incendios necesarios.
En toda instalación radiactiva estará absolutamente prohibido comer, beber, fumar y aplicarse cosméticos. A la salida de las zonas controladas y vigiladas con riesgo de contaminación, existirán detectores adecuados para comprobar una posible contaminación y tomar en su caso las medidas oportunas.
-Protecciones personales.
El uso de protecciones personales será obligatorio en las zonas vigiladas y controladas con riesgo de contaminación.
Los equipos y prendas de protección utilizados deberán estar perfectamente señalizados y no podrán salir de la zona hasta que hayan sido descontaminados.
Es aconsejable, en lo posible, la utilización de material de un solo uso que una vez utilizado deberá almacenarse en recipientes correctamente señalizados.
Se ha relacionado al yoduro de potasio (KI) con la prevención de los efectos de la radiación. Este elemento se usa solamente durante una emergencia por radiación que involucre la liberación de yodo radioactivo, como un accidente en una planta nuclear o la explosión de una bomba nuclear.
Una persona que ha sufrido una exposición interna al yodo radioactivo puede experimentar enfermedad de la tiroides en el futuro. La glándula tiroides absorberá el yodo radioactivo y la persona puede desarrollar cáncer o crecimientos anormales. El yoduro de potasio satura la tiroides con yodo, disminuyendo la cantidad del yodo radioactivo perjudicial que es absorbido. Pero solamente protege la glándula tiroides y no ofrece protección contra ninguna otra exposición por radiación.
Radiación no ionizante.
Son aquellas que no son capaces de producir iones al interactuar con los átomos de un material.
El término radiación no ionizante hace referencia a la interacción de ésta con la materia; al tratarse de frecuencias consideradas 'bajas' y por lo tanto también energías bajas por fotón, en general, su efecto es potencialmente menos peligroso que las radiaciones ionizantes.
Estas se dividen en dos grupos: Campos electromagnéticos y Radiaciones ópticas.
Campos electromagnéticos y tipos.
Dentro de los campos electromagnéticos se pueden distinguir aquellos generados por las líneas de corriente eléctrica o por campos eléctricos estáticos. Otros ejemplos son las ondas de radiofrecuencia, utilizadas por las emisoras de radio, y las microondas utilizadas en electrodomésticos y en el área de las telecomunicaciones.
Bajas frecuencias: - las longitudes de onda más largas -incluyendo a la frecuencia de energía y la transmisión de radio en ondas cortas- pueden producir un calentamiento general del cuerpo. Sin embargo, el peligro para la salud de estas radiaciones es muy leve, ya que es imposible que se presenten en intensidades tan elevadas como para que puedan provocar efectos significativos.
Microondas: están presentes en el radar, en las comunicaciones y en las aplicaciones diatérmicas. Las intensidades de los microondas pueden ser suficientes como para provocar un calentamiento importante de los tejidos.
El efecto está relacionado con la longitud de onda, la intensidad de energía y el tiempo de exposición. Generalmente las longitudes de ondas más largas producirán un mayor aumento de temperatura en los tejidos más profundos que las longitudes de ondas más cortas. Sin embargo, para una intensidad de energía dada hay una menor percepción subjetiva del calor de las ondas más largas que las longitudes de onda más corta, debido a que su absorción en el primer caso se produce debajo de la superficie del cuerpo. Una exposición de una intensidad y tiempo suficientes puede dar por resultado un aumento intolerable de la temperatura del cuerpo y como también de un daño localizado. Además cuando hay gases y vapores inflamables dentro de objetos metálicos ubicados en un rayo de microondas, estos pueden encadenarse.
Se debe evitar la permanencia en lugares que tengan una intensidad de energía mayor que 0,01 vatio por cm2.En tales lugares deberán usarse cargas simuladas para absorver la energía producida mientras se opera o se prueba el equipo. En caso de no poderse usar una carga simulada los lugares adyacentes poblados deberán ser protegidos mediante pantallas adecuadas.
Radiaciones ópticas .
Entre las radiaciones ópticas se pueden mencionar los rayos láser y la radiación solar como ser los rayos infrarrojos, la luz visible y la radiación ultravioleta. Estas radiaciones pueden provocar calor y ciertos efectos fotoquímicos al actuar sobre el cuerpo humano.
Tipos.
El láser es una forma de energía en la que todos los fotones están en fase y se transmiten con la misma longitud de onda . Su nombre corresponde a las iniciales de Light Amplification by Stimulated Emission of Radiation (amplificación de la luz por emisión estimulada de radiación).
Existen varias clases de láser (I, II, III y IV), incrementándose las medidas de precaución en cada una de las clases,
Clase 1:
Productos láser que son seguros en todas las condiciones de utilización razonablemente previsibles, incluyendo el uso de instrumentos ópticos en visión directa.
Clase 2:
Láseres que emiten radiación visible en el intervalo de longitudes de onda comprendido entre 400 y 700 nm. La protección ocular se consigue normalmente por las respuestas de aversión, incluido el reflejo parpebral. Esta reacción puede proporcionar la adecuada protección aunque se usen instrumentos ópticos.
Clase 3:
Láseres cuya visión directa del haz es siempre peligrosa (por ej. dentro de la distancia Nominal de Riesgo Ocular). La visión de reflexiones difusas es normalmente segura.
Clase 4 :
Láseres que también pueden producir reflexiones difusas peligrosas. Pueden causar daños sobre la piel y pueden también constituir un peligro de incendio. Su utilización precisa extrema precaución.
Riesgos del laser.
Los riesgos oculares son los más frecuentes, por ser los ojos los órganos más sensibles a los efectos del láser. Esto se debe a que en el ojo, las células vivas de la córnea, solo están protegidas por una fina capa de lágrimas.
El daño al segmento anterior del ojo (cornea y cristalino) puede ocurrir al trabajar con longitudes de onda dentro del espectro ultravioleta y en el infrarojo medio y alejado (láser de Erbio, Holmio, CO2), y producir cataratas (opacidad del cristalino) o puede afectarse la córnea (capa transparente de tejido que cubre el ojo), dañándose solo superficialmente el epitelio, lo que repara sin problemas; o más profundamente, dependiendo de la energía utilizada, implicando un daño permanente
Precauciones de seguridad personal.
Todos los trabajadores expuestos deben llevar protectores oculares adecuados al tipo de láser y la longitud de onda. (Marcado de gafas de protección Dye amarillo de Rodamina UNE EN 207:2003 a 595 nm. DI L5)
-No mirar directamente el haz del láser
-Aplicar únicamente el láser al área de trabajo.
-Impedir que elementos reflectores intercepten el haz del láser.
La radiación infrarroja, radiación térmica o radiación IR es un tipo de radiación electromagnética de mayor longitud de onda que la luz visible, pero menor que la de las microondas. Consecuentemente, tiene menor frecuencia que la luz visible y mayor que las microondas.
Emisores de infrarrojo industriales
Otra de las muchas aplicaciones de la radiación infrarroja es la del uso de equipos emisores de infrarrojo en el sector industrial. En este sector las aplicaciones ocupan una extensa lista pero se puede destacar su uso en aplicaciones como el secado de pinturas o barnices, secado de papel, termofijación de plásticos, precalentamiento de soldaduras, curvatura, templado y laminado del vidrio, entre otras. La irradiación sobre el material en cuestión puede ser prolongada o momentánea teniendo en cuenta aspectos como la distancia de los emisores al material, la velocidad de paso del material (en el caso de cadenas de producción) y la temperatura que se desee conseguir.
Generalmente, cuando se habla de equipos emisores de infrarrojo, se distinguen cuatro tipos en función de la longitud de onda que utilicen:
Riesgos generales: Numerosos procesos industriales requieren el empleo de fuentes que emiten altos niveles de radiación visible e infrarroja, por lo que un gran número de trabajadores, como panaderos, sopladores de vidrio, operarios de hornos de cocción, trabajadores de fundiciones, herreros, trabajadores metalúrgicos y bomberos, tienen potencial riesgo de exposición. Además de las lámparas hay que tener en cuenta otras fuentes, como llamas, sopletes de gas, sopletes de acetileno, baños de metal fundido y barras metálicas incandescentes. Estas fuentes se encuentran en fundiciones, acerías y muchas otras plantas de industria pesada.
Efectos biológicos. Esta radiación no penetra debajo de la capa superficial de la piel de manera que su único efecto es el calor que produce sobre esta y los tejidos que están inmediatamente debajo de ella. Salvo en el caso de quemaduras térmicas, el peligro para la salud es ínfimo..
La protección normal más eficaz frente a la exposición a la radiación óptica es el confinamiento total de la fuente y de todas las vías de radiación que puedan partir de ella. En la mayoría de los casos, tales medidas permiten cumplir fácilmente los límites de exposición. De no ser así, deberá recurrirse a la protección individual.
Por ejemplo, se utilizará protección ocular en forma de gafas o pantallas adecuadas, o bien ropa protectora. Si las condiciones de trabajo no permiten adoptar tales medidas, puede ser
Necesario ejercer un control administrativo y restringir el acceso a las fuentes muy intensas. En algunos casos, una medida para proteger al trabajador puede ser reducir la potencia de la fuente o bien el tiempo de trabajo (mediante pausas que le permitan recuperarse del estrés por calor).
Se ha venido diciendo durante muchos años que una exposición excesiva de los ojos a la radiación, especialmente la invisible infrarroja, de hornos y cuerpos calientes similares produce la catarata del “soplador de vidrio” o la “catarata del calor”. Este estado consiste en una opacidad en la superficie posterior del lente ocular.
Por esto surge la necesidad de dar la protección visual a los hombres que se exponen a los deslumbramientos muy visibles, los cuales generalmente son muy intensos.
Pueden presentarse tareas de baja temperatura que emitan una luz poco visible. En estos casos también se debe prestar atención a al protección visual.
Radiación visible y radiación ultravioleta:
Al igual que la luz, que es visible, la radiación ultravioleta (RUV) es una forma de radiación óptica de longitudes de onda más cortas y fotones (partículas de radiación) más energéticos que los de la luz visible. La mayoría de las fuentes de luz emiten también algo de RUV. La RUV está presente en la luz del sol y también es emitida por un gran número de fuentes ultravioleta utilizadas en la industria, la ciencia y la medicina. Los trabajadores pueden encontrarse con la RUV en una gran variedad de puestos de trabajo. En algunos casos, con niveles bajos de luz ambiente pueden verse fuentes muy intensas de ultravioleta próximo, pero normalmente la RUV es invisible y solo se detecta por el resplandor de materiales que producen fluorescencia al ser iluminados con RUV.
Fuentes de radiación ultravioleta:
Luz solar
La mayor exposición de origen profesional a la RUV la experimentan quienes trabajan al aire libre, bajo la luz del sol. La energía de la radiación solar está muy atenuada por la capa de
ozono de la Tierra, que limita la RUV terrestre a longitudes de onda.
Fuentes artificiales
Entre las fuentes artificiales más importantes de exposición
Humana están las siguientes:
Soldadura al arco industrial. La principal fuente de exposición potencial a la RUV es la energía radiante de los equipos de soldadura al arco. Los niveles de RUV en torno al equipo de soldadura al arco son muy altos y pueden producirse lesiones oculares y cutáneas graves en un tiempo de tres a diez minutos de exposición a distancias visuales cortas, de unos pocos metros. La protección de los ojos y la piel es obligatoria.
Hombre soldando con sus respectivos
Elementos de protección personal.
Lámparas de RUV industriales/en el lugar de trabajo. Muchos procesos industriales y comerciales, tales como el curado fotoquímico de tintas, pinturas y plásticos, requieren la utilización de lámparas que emiten una radiación intensa en la región del UV. Aunque la probabilidad de exposición perjudicial es baja gracias al empleo de blindajes, en algunos casos puede producirse exposición accidental.
“Lámparas de luz negra”. Las lámparas de luz negra son lámparas especializadas que emiten predominantemente en la región del UV, y por lo general se utilizan para pruebas no destructivas con polvos fluorescentes, para la autentificación de billetes de banco y documentos, y para efectos especiales en publicidad y discotecas. No plantean ningún riesgo de exposición considerable para los humanos (excepto en ciertos casos para la piel fotosensibilizada).
Tratamiento médico. Las lámparas de RUV se utilizan en medicina para diversos fines de diagnóstico y terapéuticos. Normalmente, las fuentes de UVA se utilizan en aplicaciones de diagnóstico. Los niveles de exposición del paciente varían considerablemente según el tipo de tratamiento, y las lámparas UV empleadas en dermatología requieren una utilización cuidadosa por parte del personal.
Alumbrado general. Las lámparas fluorescentes son de uso habitual en el lugar de trabajo y también hace tiempo que se utilizan en el entorno doméstico. Estas lámparas emiten pequeñas cantidades de RUV y solo contribuyen en un pequeño porcentaje a la exposición anual de una persona a la radiación UV.
Las lámparas de tungsteno halógenas cada vez se utilizan más en el hogar y en el lugar de trabajo para diversos fines de alumbrado y exhibición. Las lámparas halógenas sin apantallar pueden emitir niveles de RUV suficientes para causar graves lesiones a cortas distancias. Colocando sobre ellas filtros de
vidrio se eliminaría este riesgo.
Efectos biológicos
Eritema
El eritema, o “quemadura solar”, es un enrojecimiento de la piel que normalmente aparece de cuatro a ocho horas después de la exposición a la RUV y desaparece gradualmente al cabo de unos días. Las quemaduras solares intensas provocan formación de ampollas y desprendimiento de la piel.
Fotosensibilización
Los especialistas de la salud en el trabajo encuentran con frecuencia efectos adversos por exposición de origen profesional a la RUV en trabajadores fotosensibilizados. El tratamiento con
ciertos medicamentos puede producir un efecto sensibilizante en la exposición a la UVA, lo mismo que la aplicación tópica de determinados productos, como algunos perfumes, lociones corporales,
etc. Las reacciones a los agentes sensibilizantes pueden implicar, fotoalergia (reacción alérgica de la piel) y fototoxicidad (irritación de la piel) tras la exposición a la RUV de la luz solar o de fuentes industriales de RUV (también son frecuentes las reacciones de fotosensibilidad durante el empleo de aparatos de bronceado).
Efectos retardados
La exposición crónica a la luz solar —en especial, al componente UVB— acelera el envejecimiento de la piel e incrementa el riesgo de cáncer de piel
El ojo
Fotoqueratitis y fotoconjuntivitis
Son reacciones inflamatorias agudas como consecuencia de la exposición a radiación UVB y UVC, que aparecen pocas horas después de una exposición excesiva y normalmente remiten al cabo de uno o dos días.
Efectos crónicos
La exposición laboral de larga duración a la RUV durante varios decenios puede contribuir a la formación de cataratas y a efectos degenerativos no relacionados con el ojo, tales como envejecimiento cutáneo y cáncer de piel relacionados con la exposición.
Protección en el trabajo
La exposición laboral a la RUV debe minimizarse en la medida de lo posible. En lo referente a las fuentes artificiales deberá darse prioridad en lo posible a medidas técnicas tales como filtrado,
blindaje y confinamiento. Los controles administrativos, tales como la limitación de acceso, pueden reducir los requisitos deprotección individual.
Los trabajadores que actúan a la intemperie, como los obreros agrícolas, peones, trabajadores de la construcción, pescadores, etc. pueden reducir al mínimo su riesgo de exposición a la radiación
UV solar utilizando ropa apropiada de tejido tupido y, lo que es más importante, un sombrero con ala para reducir la exposición de la cara y el cuello. Para reducir aún más la exposición
pueden aplicarse filtros solares a la piel expuesta. Deben disponer de sombra y se les debe proporcionar todas las medidas protectoras necesarias antes indicadas.
La idoneidad y selección de los medios de protección ocular dependen de los siguientes puntos:
• La intensidad y las características de la emisión espectral de la fuente de RUV;
• Los patrones de comportamiento de las personas situadas cerca de fuentes de RUV (son importantes la distancia y el tiempo de exposición);
• Las propiedades de transmisión del material de las gafas protectoras,
• El diseño de la montura de las gafas, para evitar la exposición periférica del ojo a RUV directa no absorbida.