Canto primitivo, poema inédito de Santos López

María Antonieta Flores

La vivencia poética asumida como misterio, como revelación, es un suceder cuyo fin último es acceder a lugares ignotos, presentidos, desconocidos. Esos lugares que la palabra no puede nombrar pero sí aproximarse para elaborar una imagen. Esta visión tradicional del quehacer poético se entreteje con la corriente que ha sido nombrada poesía visionaria. William Blake es la voz más notoria de esta tendencia y, quizás, el precursor de ella en la poesía moderna.

Ya, a mediados de siglo XX, bajo otros signos, la poética del éxtasis y de la alucinación nos ha dejado una serie de textos transcendentales, ineludibles. La década de los sesenta abrió un camino de exploración de la creatividad mística a través de visiones inducidas bajo el cuidado de shamanes o, la mayoría de las veces, bajo propio riesgo para quien se adentraba sin guía. Se estaba ante otra vivencia del saber poético pero igual marcada por el sino del viaje guiado por la rama dorada, por Virgilio o por Beatriz. Quedaron textos testimoniales marcados por estos trances.  

Las enseñanzas de Don Juan de Carlos Castaneda, publicado en 1968, y Una realidad aparte, de 1971 y del mismo autor, se constituyeron en hitos que luego se hicieron menos visibles en las décadas siguientes. Pero el llamado seguía allí, alimentando ese mundo de revelaciones en algunos poetas, aunque las estéticas imperantes se mostraban más interesadas en nombrar lo exterior, el afuera, lo considerado habitualmente cotidiano.

Lo que habita en el hombre no se queda quieto ni durmiendo. Así, junto al interés por los llamados pueblos originarios, revive a comienzos del siglo XXI, en medio de una cultura eminentemente urbana, el culto a la ayahuasca.

Las revelaciones de la ayahuasca, el bejuco  hembra, la serpiente, ya había sido explorada por Burroughs y Ginsberg en Las cartas de la ayahuasca. Chorreo de las iluminaciones de Néstor Perlongher es el poemario que da cuenta de su vivencia ritual con la ayahuasca bajo las pautas del culto al Santo Daime. Y hay muchos otros casos. El vino de las almas o vino de los muertos, la liana de los muertos, es el significado que se esconde bajo su nombre de origen quechua.

En este poema inédito que aquí presentamos en exclusiva para La Otra, el poeta venezolano Santos López (1955), iniciado en la espiritualidad africana, da cuenta de esta experiencia. Quizás sea el primero o si no uno de los primeros poetas venezolanos en tocar el tema  abiertamente. Este poema forma parte de su libro inédito titulado Canto de luz negra. En el "Aviso" que precede a los textos y firmado por el autor, se cuenta que la mayoría de los poemas que constituyen el libro es un material elaborado a partir de papeles de origen desconocido agrupados en una carpeta que el poeta recibe de manos de Gilberto Antolínez, ese gran estudioso de las culturas aborígenes latinoamericanas y gran conocedor del mito y el culto a María Lionza, quien a su vez lo recibió de un tal Solórzano en la selva amazónica. Así el autor se desdibuja y subraya el carácter comunitario de la creación. Y es allí donde nos señala que “Canto primitivo” se refiere a "la experiencia de la ayahuasca como medicina del alma". El poema está dividido en cinco partes y le da voz a las ánimas de la naturaleza para que se manifiesten las voces de los ancestros y los arquetipos. La fecundación es considerada la acción vital que palpita en todo acto, en todo encuentro con la naturaleza. Es ésta una de las revelaciones que encierra este poema. Abramos, para adentrarnos en esta tierra iluminada, las puertas de la percepción.   

Canto primitivo

Santos López

                                               Ninguna imagen se presenta diáfanamente en la realidad.                                                                                        Giorgos Seferis

                                                                         Pero la imagen acaba por prevalecer.                                                                                             Haroldo de Campos

para Juan Diego Tamayo

para Rafael García

                                                           

I

Un bejuco herido como mujer

        hace de perra de la noche que huele

Suplica su embrión

        en la tierra humosa

        después de la lluvia

Tiene su gran boca

        llena de sangre

        al dar a luz otro bejuco perro

Que es descuartizado

        y luego devorado por todos sus esposos

Todos ellos eran doscientos

        que aseguraron su pedazo de carne

Y durmieron muchos días

        sin levantarse

Entonces la mujer bejuco

        volvió a copular con ellos

        mientras dormían y roncaban

El bosque creció fuerte

        y digno

        como una familia de antepasados:

Eran miles de cordones umbilicales

        que ascendían al cielo

Sus hijos

eran sabios de las hojas

        con honor caminaron

        en la tierra de los muertos

Las manchas de sangre

        eran los otros escondidos

        en el pecho para sobrevivir

Y el bosque vistió sus labios al alba

        con el asomo de consciencia                

        y la primera espontaneidad

II

¿Quién es este que se funde con el bosque?

Estaba aquí y se marchó

“Yo soy este quien conmigo se ha ido” dijo el bejuco

Cuéntanos de este pasajero

        que tiene afición por el trance

Es formidable

        primordial su desnudo

        como un pez jaguar

        cuyos ojos abiertos

        tienen veinte años

(La sombra no podría dejar que el objeto

viviese en lo profundo del río)

Las lomas gemelas

        no pueden verse una a la otra

        la de acá y la de allá

        son macho y hembra están en celo

Tampoco ellas pueden ver la montaña

        que está creciendo al lado del río

La montaña ha echado raíces en la ribera

        poblada por boas y garcetas

También el río tiene su alegría si corre

        Vemos lo que queremos ver

        Y creemos cuando no se sabe

(Un gran río

nunca podría

mirar hacia atrás: conoce su fluir)

Quien sea que esté aquí en este bosque

        ha ofrecido beber

        un tibio oro con veneno

“Todavía no eres del todo uno de los nuestros

Dinos si has conseguido más desnudez

        al deshacerte de tus harapos

Tus pieles no tienen costura

        por dentro ni por fuera

        y nadie ha visto

        que cubran tu cuerpo

        que es una sombra que a la vez

Es carne dejando afuera su terror por el mundo”

La magia con que la araña hace su red

Y la pone a vibrar con la presa

Si la sacude para amarrarla

        de una rama a otra conseguirá alimento

El pasajero devastado es su comida

Lo disuelve y desmenuza

        incesantemente

        en su historia

        en su agonía y en su infierno

El final oscuro de este viaje

        es la exhibición de una cáscara

        suspendida en la red

Es cuando se corta el lomo de una serpiente

La palabra

-amado ancestro-

es un trozo de ese lomo

La araña coloniza lo que abandonas

Alza su tienda o su palacio en tus ruinas

¿Quién usaría la seda tejida

        por una araña para coser su ropa la nuestra?

Al caminar

        tampoco tu sombra levanta

        el polvo en los caminos

¿Qué criban las sombras

        en su flujo

        y rebote constante?

Toda oscuridad parece luz

        y la mentira es lo que más se acerca a la verdad

¿Quién puede bañarse

        con el jabón que hacen las avispas

        si su profesión son las heces?

Oyes lo que quieres oír

Y ves lo que quieres ver

la imagen de un hombre

        desmenuzado incompleto

Si desechas        algo eres una mitad

(Pero una imagen

nunca tiene ojos para llorar)

III

Y la palmera vive por este lado del río

        y es fina espigada y sensual

Y cuando despierta

        ladea su cabeza ante la brisa

Y estira su pierna en la tierra húmeda

Ella misma invita a su lecho

Un vientre de verano río arriba

Y una boca abierta

        en el deseo de dos extraños

¿Quién es este que estaba aquí

y quien conmigo se ha ido?

Dijo que escucharía lo que el colibrí silbaba

“Entre los oídos nace el corazón del día”

Y sus ojos regresaron a la casa

        que queda entre las lomas gemelas de enfrente

Dijo

        en otra lengua que estaba

        agradecido por todo

por la esposa los hijos la casa la comida

y por la fragancia que era poca pero alcanzó

“Los oídos compran un corazón

que vive cerca del sol” cantó el colibrí

-Tú eres mi luz -dijo agradecido

Para mostrar gratitud sobre gratitud

está el ancestro de la gratitud ¡Gracias!

Llegó el cuervo de copete rojo

        y alas negras que habla sin fin

Habló habló habló… bló bló bló…

Los otros pájaros que asistían al festín

        lo dejaron solo no respondieron

Dio un sermón de absurdos

        se quedó hablando solo

A gatas en este bosque

        el semen de medianoche

        se vuelve una serpiente.

IIII

Y al frente pasa un caballo blanco y gordo

        galopando sobre el agua

Y mientras venía era colmado

        con un leve bocado de arco iris

La loma visible y la loma oculta

        se hacen una

        cuando se aman en secreto

Su amor es tan espeso

        cualquiera así se vuelve una montaña

        o un elevado templo

Luego se van a lo eterno dicen ellas

Y de allí a otro sueño fresco o amarillo

El caballo es una seda

        con espumas

        flotando en ese joven río

Tan pronto como las dos lomas

        se volvieron una

        la crin se soltó a cantar

“Pintamos con barro

        la espalda del caimán

        así es nuestra vestimenta”

(Las hojas secas doradas flotan

y contemplan el afuera

La piedra blanca y lisa

medita en el fondo del río

Son las dos miradas del ser)

El jaguar bebía leche en la ribera

        se amamantaba de su madre

        y de su padre

Y cantó

“El camino del camino es el oro

        porque no conoce la pobreza

          es decir

        no ir es el verdadero camino”

¡El jaguar cuánto quería estas flores...!

        las cortó y se las llevó a su esposa

“Esposa mía recogí estas rosas

        no tienen futuro sólo fragancia”

La esposa del jaguar se quedó en silencio

        hablar era pasar por ignorante

Siempre guardó silencio

Hasta que se hizo invisible

Sólo el jaguar sabía que su esposa

        lo seguía a todas partes

        como una fragancia suelta

El jaguar fue jaguar

Y el amor entre dos

        se hizo uno en el espejo

V

Y corre un semen de oro

Y brota una lluvia con ternura

Y la arcilla líquida

        sin prejuicio de tierra

        colma todos los rincones

Y la luna inmola su bruñir de las doce

¿Y qué queda de esta hazaña?

Un pasajero casi enterrado en trance

        dentro de un vientre de creación

        estirado a la redonda

        también quebrado

--Jamás muchas yemas de huevos rotos

        contra una piedra araguaney

De este centro

        el bejuco dorado y sinuoso

        desenterró su alma de hembra

Esqueje de voz hacia el origen

        o hendidura de madre

Por donde brota el flujo

        un ser en su total oscuridad

¿Quién ha madurado su lenguaje del alma

        campante rizado y desnudo?

A buen recaudo

        se pone la sombra mostaza del pasajero

        gira en el prodigio de las aguas

        ante un cielo tupido y en ruina

“Ahora eres uno de los nuestros

Dejaste aquí todo tu terror por el mundo

Cuéntanos si volviste a ser un niño”

--Madre ábreme paso quiero salir…

Y la culebra sinuosa insiste

        en su murmullo final

        la-cura-es-amargor-dulzura

Santos López (Mesa de Guanipa, Anzoátegui, Venezuela, 1955). Poeta, periodista e iniciado en la espiritualidad del África Occidental. Director-fundador de la Casa de la Poesía Pérez Bonalde (fundada en 1990, organizó la Semana Internacional de la Poesía de Caracas con 12 ediciones). Ha publicado los poemarios: Otras costumbres (1980), Alguna luz, alguna ausencia (1981), Mas doliendo ya (1984), Entre regiones (1984), Soy el animal que creo (1987), El libro de la tribu (1992), Los buscadores de agua (1999), El cielo entre cenizas (2004), Le Ciel en cendres, edición bilingüe español-francés (2004), Soy el animal que creo. Antología (2004), I cercatore d’acqua, edición bilingüe español-italiano (Milano, 2008), La Barata (2013) Del fluir. Antología (Madrid, 2016), Azar de almendra (Querétaro, 2016). Premio Municipal de Poesía en 1987 y en 2001. Poemas suyos han sido traducidos al inglés, alemán, francés, chino, coreano e italiano. Ha participado como poeta invitado en festivales y encuentros en Portugal, Francia, Colombia, Cuba, México, Chile, Bélgica, Benin y Austria.