ACTIVIDAD 12: Las polémicas en la lengua
Profesora: MUSOTTO, F. Ayelén
Entregar los trabajos a: aye.musotto@hotmail.com. Horario de consultas: Lunes a miércoles de 10 a 17 hs.
CURSO: 3º 3ra – Semana del. Fecha de entrega: 22/10
¡Hola! ¿Cómo están? Hoy nos encontramos para resolver una nueva actividad. Para repasar un poco… al comienzo del año, habíamos trabajado con “argumentación”. Esta actividad, la última del año, retomaremos el tema para darle un cierre a nuestra cursada.
Entonces, observen el título ¿por qué hablamos de polémicas? Porque son temas controversiales, que se prestan a discusión. Y en el terreno de la lengua, como en casi todos los temas, nadie tiene la última palabra: hay distintas posiciones, y diferentes defensas y argumentos dentro esas posiciones. Hoy trabajaremos con una polémica en torno a la lengua.
Polémica: Los jóvenes ¿hablan mal?
1. Leer atentamente:
Adriana Valdés: directora de la Academia Chilena de la Lengua
[...] En cuanto al uso del lenguaje de la juventud, Valdés se mostró disconforme con “la
letanía, que siempre se repite, de que los jóvenes hablan mal”.
“Los jóvenes tienen maneras muy coloquiales de tratarse que son perfectamente normales y
la Academia las acoge en el diccionario, pero entre paréntesis especifica que son de uso
popular o vulgar, aunque nadie lea esa parte”, concretó. “Antes se pensaba que solo la gente
culta hablaba bien, pero hay estratos populares que hablan muy bien. Lo importante es que
las personas entiendan que deben dominar varios registros del habla”, agregó. La única “preocupación” que Valdés mostró respecto a la lengua es el uso de “muy pocas palabras”.
“La limitación del vocabulario limita el pensamiento. También es cierto que ahora los jóvenes
no solo piensan en palabras sino también en imágenes. Pero el lenguaje humano es irreemplazable y, mientras más capacidades tengamos para expresarnos bien, pensaremos
mejor”, aseguró.
Fuente: nota de Patricia López Rosell publicada en el diario catalán La Vanguardia, 8 de enero de 2019.
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Jóvenes
Pintó la parca”, “Te quiero banda”, “Ya pegué laburo”, “¡Alto peinado!”, “¡Zarpada remera, chabón!”, “Corte que no le conté”, son frases que “delatan” la edad de los hablantes. Es que la edad es un factor que influye en el modo en que hablamos, igual que el nivel de instrucción, la clase social o el país, la provincia, la ciudad (¡hasta el barrio!) del que provenimos.
Un lugar común instalado en la sociedad reza que los jóvenes “hablan mal”. Lo repite, una y otra vez, un personaje de Peter Capusotto y sus videos: Juan Estrasnoy, funcionario del Ministerio de Educación enfurecido con las “aberraciones” del lenguaje juvenil [...]. Los estudiosos de los
aspectos sociales de la lengua afirman que, en todo el mundo, las peculiaridades del habla de los jóvenes resultan de su carácter de grupo social innovador, que puede desencadenar cambios lingüísticos.
Ese carácter innovador llevó a las elites argentinas de comienzos del siglo XX a catalogar a los
jóvenes como “amenazas” para la “pureza” de la lengua, un prejuicio lingüístico que se
reproduce irreflexivamente desde entonces.
Fuente: nota de Laura Kornfeld publicada en el boletín Noticias
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opinión al respecto. Sigan para eso los pasos que enumeramos a continuación:
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