La herida emocional es resultado de un acontecimiento de la infancia que conmovió y perturbó al niño de forma intensa y desagradable, obligándolo a confrontar por primera vez, su muerte. Ahí aprendió que para sobrevivir debe tomar rigurosas precauciones. Cualquier descuido podría ser lamentable. El dolor físico y las emociones desagradables son las herramientas más efectivas que tiene para alejarse instintivamente del peligro. Sin embargo, la ofensa más dolorosa la causó la persona que jamás pensé que podría lastimarme y de quien es muy difícil poder alejarse; mis padres.
Por eso ante la agresión quedan dos tipos de cicatrices, la física y la emocional:
Por eso si la abuela abandona a la madre, es más fácil que la madre abandone a al hijo y a su vez el hijo abandone al nieto. Esto lo replica porque “huir” esta incrustado en sus genes, así lo vivió, así fue educada, ante cualquier conflicto el instinto le dice “huye, sálvate”. Es tan grande el peligro que percibe, que no hay espacio para reflexionar sobre las consecuencias de sus actos. Lo primero es preservar la vida, en ese momento no le importa el sufrimiento que cause a los hijos con el abandono.
Las cicatrices emocionales son un conjunto de estrategias excesivas en número y exageradas en intensidad, encaminadas a prevenir el peligro, alejarte del sufrimiento y así salvar la vida.
Ejemplo: Una madre angustiada al ver a su hijo de 4 años, flotando inconsciente por haberse metido al mar, decide quemarle los pies y así dar al niño, un castigo ejemplar. Desea garantizar que jamás vuelva a desobedecerle.
Él esperaba comprensión y regocijo en sus brazos, en especial porque estuvo a punto de morir. Al obtener lo contrario activa las alarmas de supervivencia, su madre lo odia y lo rechaza, ahora es alguien de quien también se debe cuidar.
En la herida emocional, el niño debe ser consciente que por primera vez confrontó a la muerte. Por instinto o suerte, por hoy salió librado. Ahí comprendió que para seguir con vida debe anticipar el peligro. Esas estrategias de prevención son obstinadas, asertivas y muy desgastantes. Por eso rara vez se asocia a la palabra “cicatriz”. Ese grado de obstinación y desgaste hace que se le compare más con una herida abierta, que aun duele y no ha dejado de sangrar.
Deben quedar muy claro que lo que le duele arde y quema de una herida, nunca es la realidad sino más bien la interpretación subjetiva de esa realidad.
Eso explica por qué hay personas más afectadas que otras, a pesar de haber experimentado el mismo episodio desagradables.
Ejemplo. 3 padres de familia llegan con 20 minutos de retraso a recoger a sus hijos de 6 años, al colegio.
Si observas bien puedes percibir que el trasfondo de la angustia y desesperación en estos y en todos los demás casos, es la falta de amor. No importa cuánto te hayan amado, lo importante es el amor que fueron capaces de demostrar. Hay padres que sí sienten amor, lo que no saben es, expresarlo. El niño es consciente que al faltar amor podría quedar abandonado y confrontar su propia muerte, dado lo vulnerable y dependiente que es un niño de un adulto. Y sí, confrontar la muerte es muy peligroso, el cerebro emocional lo sabe y lo sabe bien, por ello activa mecanismos compensadores para evitar llegar a ese punto. Más vale prevenir que lamentar. Así un día descubrió que:
La herida emocional es el origen de nuestros más grandes miedos, la verdadera causa de nuestros sufrimientos, pobrezas, enfermedades, analfabetismo absoluto o relativo, de tu ansiedad, de tu estrés y la razón por la que estas aquí leyendo. Todos tenemos una herida emocional que aún no ha cicatrizado. Ningún ser humano es ajeno a esta descripción. El cerebro emocional en la infancia es muy vulnerable y el ambiente que lo rodea muy hostil por eso siempre quedan heridas muy profundas, que siguen sangrando y se manifiestan de diferentes formas durante la edad adulta, con un poder y eficacia increíble.
Por ejemplo, el acto compulsivo es una característica de una herida no superada. Es decir, con la limpieza excesiva y extrema quiere evitar la tortura, el abandono, el rechazo, etc. El acto compulsivo es una fuerza interna que nos obliga a hacer algo que no queremos, de forma obstinada, repetitiva y desgastante.
No hay ser humano en el mundo que esté libre de conflicto emocional. No respeta, género, raza, credo, orientación sexual, región geográfica o posición económica. Nos afecta porque somos humanos, sentimos, vibramos y percibimos emociones.
Los culpables de tu herida emocional fueron tus padres el responsable de cómo te sientes ahora, eres sólo tú y nadie más. Imagino que estás pensando, pero ¿Cómo mis padres? creo que aquí si estás equivocado, ellos me quisieron mucho y fui muy feliz a su lado. Mentira y estas son algunas de las razones:
Tus padres son los culpables de todo el sufrimiento actual, aunque te cueste trabajo reconocerlo y aceptarlo, por acción o por omisión, directa o indirectamente, pero como te cuesta mucho trabajo reconocerlo, la herramienta más efectiva que tendrás hasta ahora será, la proyección.
La proyección En el psicoanálisis, atribuir a otra persona los defectos o intenciones que no quieres reconocer en ti mismo. Por ejemplo, el homofóbico no odia al homosexual que ve afuera en la calle. Él sabe que los seres humanos tienen derecho de vivir la vida como mejor les convenga. Al homosexual que realmente odia es al que vive dentro de él, pero por miedo, vergüenza, se niega a reconocerlo ya que, si lo hiciera, no sabría que hacer o cómo actuar o eso es lo que él cree.
Otros ejemplos son:
Ejemplo: Para superar el abandono. Este individuo debe intentar evocar el recuerdo de la primera vez que fue abandonado en una cajita de madera frente a la puerta del vecino con una leyenda que decía “cuide mucho a mi hijo”, en lugar de intentar sanar la desesperación, angustia y la tristeza que le evocan los niños abandonados, los perritos de la calle, sin dueño, los niños huérfanos, los maltratados, los que fueron abusados, etc.
No importa cuánto te abrume el conflicto emocional:
Todo individuo que busque trascender, le tendrá que hacer frente a sus conflictos más arraigados y lo conseguirá en la medida en que logre identificar al verdadero enemigo. Sin herramientas de inteligencia emocional es común que intentes buscar a fuera, quejándote, justificándote y en especial culpando a los demás cuando el verdadero enemigo a vencer “vive dentro de nosotros mismos”. Esta localización hace que la gente se pierda en el laberinto del conflicto, ante la confusión, lo busca fuera de ella, rara vez dentro de sí mismo. Por ejemplo: Un sujeto suele decir
BUSCANDO FUERA | CULPO A LOS DEMÁS | COMENTARIO |
“la gente abusa mucho de mí” | Absurdamente espero a que cambien ellos, los abusivos. | Esperar cambiar a más de 7,500 millones de seres humanos es imposibles |
BUSCANDO DENTRO | EL RESPONSABLE SON YO | |
“Por qué permito que abusen de mí” | Me responsabilizo al preguntarme ¿Por qué lo permito? | Me lleva a un recuerdo muy abrumador mi herida emocional principal. Porque quiero agradarles (Rechazo) |
Para dar solución a este problema tendría que capacitar a varios millones de gentes con la que se relacionará a lo largo de su vida, (buscando afuera). Al reinterpretar la realidad, diría ¿Por qué permito que la gente abuse de mí?, con esta nueva postura, tengo que educar a una sola persona; a mí mismo. Para entender una sola cosa: ¿Por qué lo permito? Cambiar a millones me resultará imposible, pero cambiarme a mí mismo, es mucho más fácil. Ahora la pregunta es ¿Por qué permito que la gente abuse de mí?, la respuesta muchas veces es… Porque quiero agradarles. Y quiero agradarles porque ¡no quiero darme cuenta que me siento rechazado! En ese momento irrumpe en llanto. Es probable que lo que hubieras querido evitar “culpando a los demás” es el dolor, el sufrimiento por no saber qué hacer ante tal emoción abrumadora. Instintivamente nos alejamos del dolor y nos acercamos a lo placentero. Tenerle miedo al rechazo, va en nuestros genes. Todos instintivamente sabemos que el ser humano que se rechaza de familia, clan, tribu, comunidad está condenado a morir. No podríamos sobrevivir solos y menos en la infancia que somos tan vulnerables, ahí fue la primera vez en la vida, que te sentiste rechazado, al grado de quedar atrapado en una sensación de intensa soledad. Por un lado, una madre con muchos conflictos se unió a un padre insensible, bloqueado, el niño percibía a través de sus emociones que no podían con sus propios miedos y les valía un cacahuate si vivías o morías o por lo menos eso creías. Aprendimos desde muy niños que sí queríamos sentirnos bien, tendríamos que hacer hasta lo imposible para evitar ser rechazado o abandonado, porque la vida depende de eso, buscando mecanismos infalibles en la medida de nuestras escasas posibilidades, dado la vulnerabilidad propia de esa edad.
Con la firme intención de evadir, evitar, impedir el sufrimiento, el cerebro emocional echa a andar varias estrategias:
Ejemplo:
--“Tuve una infancia feliz yo nunca me sentí rechazado”.
Al preguntarle con quien te criaste, irrumpe en llanto tuvo que aceptar que negar su realidad había sido la mejor estrategia porque desde niño su padre lo colgaba de un árbol cada vez que pretendía reprender lo que él llamaba, su mal comportamiento. A ningún hermano castigaba igual. Supongo que proyectaba su inseguridad en la infidelidad su esposa y sospechaba que no era su verdadero hijo.
Ahí aprendió que negar su realidad lo hacía sentir bien, al menos transitoriamente, así decía que eligió irse a vivir con su padrino desde los 8 años de edad, porque le gustaba el lugar donde vivía. Era muy doloroso aceptar que su propio padre lo quería matar, era insoportable esa realidad, se volvió adicto a drogas de todo tipo desde los 12 años de edad.
Ejemplo:
Después de aprender a gestionar sus emociones descubre en el curso, algo que la pone muy inquieta mediante técnicas adecuadas descubre que su padre abusaba de ella desde los 3 años de edad. Que lo sabía, pero lo borró de su menta por no confrontar el dolor de tener que aceptar que su propio padre, su primer y único héroe le acusó el dolor más intenso que existe y lo peor que ahora le dejaba al nieto en sus manos con la posibilidad de correr con la misma. Intentar manejar con el olvido todo lo que te hace sufrir no es estrategia útil ahora lo sabe. Su hermana es ciega, con demencia senil y diabética. Quizá por no confrontar el dolor afirma ella al ser liberada y puede que tenga razón.
Son adictos a la diversión como estrategia para superar lo desagradable, fiestas, alcohol, sexo, al mismo tiempo son el alma de las fiestas, cuentan chistes o cantan para mantenerse lejos de lo que los hace sufrir. Creo que nunca están en conflicto, con esa estrategia de distracción, aunque su vida sea un claro ejemplo de caos total.
Ejemplo: hombre de 32 años cantante, adicto al sexo, es habitual tener actividad sexual hasta con 20 hombres diferente en un mismo día, sin protección, ya no tiene de que cuidarse, refiere ya padece VIH desde el 2009. Si se le sugiere confrontar las emociones desagradables como el abandono de su padre, afirma que no le gusta sufrir, tan hermosa que es la vida como para desperdiciarla preocupándose de algo así. ¿Cuidarse y protegerse, de qué? de cualquier forma de algo tiene que morir. Al negar el miedo a la muerte, se bloquea y no es consciente de queda más expuesto y vulnerable a otras enfermedades muchas terribles como; Hepatitis B y C, Condilomas acuminados, gonorrea, sífilis, etc.
Ejemplo:
-- Es increíble la cantidad de seres humanos que esperan que los medicamentos como diazepam, bromazepam, Lorazepam y otros ansiolíticos terminen con su sufrimiento, hubo un aumento de 15 a 30 % en la venta de fármacos ansiolíticos y antidepresivos durante la pandemia, según datos de la Asociación Nacional de Farmacias de México. Son legales y no se sienten culpables por usarlos. En lugar de hacerse cargo de su vida, esperan que una deidad divina como Dios, una limpia con el chamán, amuletos de la suerte, cambiarse de ciudad, solucionarán el problema. Les cuesta trabajo creer que pueden elegir una estrategia para terminar con su angustia.
-- Todas las Drogadicciones son una forma burda de huir de tu realidad, cómo no la soportas, es horrible ser tú y por ello buscas un limbo en el que no seas, no sientas y en consecuencia te salve de sufrir.
-- Hay formas tan variadas de huir que te sorprenderá saber que, con los juegos en línea, las películas y hasta durmiendo en exceso se puede huir. Todo con tal de no sufrir de no hacerte cargo de tu vida. El suicida no quiere morir, lo que quiere es dejar de sufrir y cree que esa es la forma más efectiva de lograrlo. Fatal error.
En los cursos de inteligencia emocional suelen faltar con frecuencia, usan frases como: “Tuve un compromiso” y eso es suficiente argumento para engañarse a sí mismos, cuando se les proporciona la herramienta de Aprender a sentir emociones desagradables se dan cuenta que pudieron haber acudido a ambos eventos, si lo hubieran planificado mejor. El miedo a sentir emociones los aleja inconscientemente de lo que los tortura, angustia y desespera. Nunca se han cuestionado si es útil o no, seguir huyendo.
Todo aquel que huye, deja de hacerlo al darse cuenta de los costos de la huida como:
Si a pesar de analizar costos y sentir los resultados sigues sin evitar huir, has uso de esta herramienta:
Inventa 3 estrategias que podrían ayudarte a confrontar (dejar de huir). Si te sorprendes huyendo ponlas en práctica
Cada vez que me sorprenda huyendo, usaré la estrategia de:
Ahora de estas 4 opciones, ¿Cuál sientes que funcionará mejor?
Tres es el número exacto en el que el cerebro emocional deja de sufrir y reconoce que puede elegir la mejor la opción, la más conveniente, la más efectiva. Deben ser inventadas por ti, por eso es inteligencia. Lo que funciona en mí, no esperes que funcione en ti. Usa tus propios recursos. No importa si los argumentos son reales o no para el cerebro tienen la misma importancia
Intentar huir de las emociones desagradables es instintivo, lo hacemos sin pensar. Nos alejamos de aquello que nos hace sentir mal para acercarnos a lo que nos hace sentir bien. Ante la ignorancia emocional es común no saber exactamente qué siento, qué tengo, por lo tanto, no sé cómo solucionar mi problema. Si no sé la solución, lo más probable es que esa solución que busco y no encuentro, no esté en mí, debe depender de otra persona o ya me hubiera enterado, así lo deduce el cerebro racional:
Suplico ayuda implícitamente, cuento mi desgracia una y otra vez a todo aquel que esté dispuesto a escucharme, para ver si alguno de ellos se apiada de mí y me ayuda. Esperando siempre que, si tú lo haces por mí, mejor. Lo más probable es que encuentres a otra persona en la misma situación te unes a él para hacerse compañía. Asúmelo, si estas escuchando a alguien que se queja, sólo estas esperando tu turno, para después quejarte tú. Ejemplo:
-- Mi esposo me hace sentir menos. Me humilla, me engaña y me golpea.
-- Que mala suerte tengo no pasé el examen, otros por suerte lo aprobaron.
Mi intención es esconder la emoción que me embarga, la gente no tiene que darse cuenta de mi miedo, vergüenza, tristeza, etc. Voy a probar que mi fracaso tiene razones convincentes que están fuera de mi alcance y por eso no pude. Nadie te cree ni siquiera tú mismo, pero algo tiene que decir.
La solución no está en ti, el responsable es una cosa.
Ejemplo:
--No tengo tiempo, tuve tanto que hacer, por eso no pude estudiar.
--No le entiendo mucho a la computadora, por eso no entro al curso
--No me pasa nada solo tengo una basura en el ojo.
--No pongo mi negocio porque se paga mucho en hacienda.
--No puedo cambiar porque así me criaron, yo soy así.
Falsa liberación de mi sufrimiento porque aquí el responsable ya no es una cosa, es una persona. El culpable no soy yo. Si ellos me ayudaran yo conseguiría mi objetivo.
Ejemplo:
-Si no se portaran mal, no los castigaría. Hagan las cosas bien, eviten el regaño
-Si no me hicieras enojar no te pegaría, yo soy muy tranquilo y los sabes
-Toda esta pobreza e ignorancia es culpa del mal gobierno
-La inseguridad es culpa de la policía no se ponen bien.
En estas frases, el que tiene que cambiar es otro y eso te deja sin poder, sin energía y con un agotamiento físico intenso. No tiene caso que te desgastes según tu argumento. Si la culpa de la delincuencia es de la policía es inútil y peligroso que tomes un arma y vayas a acabar con la inseguridad. No se dan cuenta que un delincuente se formó en una casa y pudo haber sido en la tuya.
Cualquiera de los 3 conducen al autosabotaje, que te impiden llegar a la meta. Y si esto se vuelve repetitivo un día se dará por vencido y llegará al conformismo, cuando es crónico se transforma en estado depresivo con defensas del cuerpo bajas, infecciones, cáncer, deseos suicidas y muerte.
Para liberarse de la herida emocional principal es necesario acumular mucha energía, para la mayoría de los seres humanos fue la acumulada a través de los años. Ya están cansados de sufrir. Por supuesto que da mucho miedo, pavor, pánico, terror, vergüenza, ira, tristeza confrontar la herida emocional principal. No es algo fácil. Queda evidente en los cursos cuando vemos que lloran, gritan, reclaman, sufren dolores musculares, abdominales, vértigo, estados de pánico. Por lo tanto, si crees que aún no tienes la suficiente energía, para emprender la liberación, para entregarte al miedo y confiar en tu Tutor o Guía emocional, entonces sigue sufriendo. Pero sé consciente que siempre fue tu elección. Por acción o por omisión. Huir también es una estrategia, carísima, pero estrategia. Son muy pocos los seres humanos que en ausencia de sufrimiento intenso acuden para mejor su estilo de vida, por ejemplo, aumentar sus ingresos económicos. Porque son letrados y saben la relación tan estrecha que guardan las emociones (valía personal) y el dinero. Encontrar la estrategia adecuada deliberación exige:
Todas requieren de una inversión inicial, por supuesto cultivarse es caro, pero si crees que la cultura es cara prueba con la ignorancia y verás. Toda tu inversión la recuperas con creces, invertir en ti es y seguirá siendo la mejor inversión que hagas.
A grandes rasgos empoderarte es concentrar esa energía que ya posees para hacer que sirva de combustible en el proceso. Empezaremos por pedirte que organices tus pensamientos de forma tal que:
Ilustración: Evita usar la triada de la miseria.
Confrontar significa “Carear a dos personas” aquí lo usamos como sinónimo para decir que te hagas cargo de tu miedo más grande. En efecto ya estás confrontando, cuando empiezas a hablar con propiedad y evitas, la triada de la miseria y en su lugar mencionas la herramienta que concentra tu poder. En lugar de quejarte inicias el diálogo con la palabra permití que… seguido de tu queja, en lugar de justificarte revelas la emoción que intentabas ocultar y en lugar de culpar a otros de tus acciones u omisiones, terminas la frase diciendo … y el responsable soy yo.
Usando esta simple metodología verás que es muy doloroso, vergonzoso e irritante darse cuenta que no te hacías cargo de tus acciones (u omisiones) atribuyendo tus errores a Dios, a la suerte, al universo, a las cosas o a otros seres humanos. Hacerte cargo de tus errores tarde o temprano te llevará la crisis. No es algo fácil de enfrentar, darte cuenta que vivías errado, engañado saboteándote la vida, tú mismo. Sin herramientas, querrás salir huyendo para evitar sentir, la angustia, desesperación, sensación de muerte que produce aceptar que tu vida era un fraude, que no era como tú la percibías. Hasta que logras entender la importancia de aprender a sentir emociones desagradables realmente puedes confrontar al niño interior. Esa confrontación es el principio de la liberación y bienestar físico y emocional.
Una crisis es una situación grave y decisiva que pone en peligro el desarrollo de un asunto o un proceso. Exige un cambio profundo y de consecuencias importantes para ese proceso, esa situación, o en la manera en que estos son percibidos. Darte cuenta que el verdadero enemigo nunca estuvo afuera, no era tu pareja, tu padre o tu madre, tu jefe en el trabajo, el problema no era que ellos te hicieran o dejaran de hacer (buscar afuera), el verdadero problema es lo que tú has permitido (buscar adentro). Asúmelo, lo has permitido, lo aceptes o no.
¿Pero qué podía yo hacer en esas circunstancias?
Aprender a decir:
“Ya no, basta, suficiente o simplemente huir del lugar” por ejemplo.
Dejar de culpar a los demás te hace entender que nunca te has sentido seguro de ti mismo y de ahí la manía de culpar a otros de tus errores. El enemigo a vencer habita dentro de ti.
Aceptar la crisis es horrible porque salen a flote tus más grandes miedos, escondidos en el sótano más profundo de tus recuerdos, algo que creías ya superado, olvidado o incluso ignorabas que algún día sucedió. Imagínate, si ya es una tortura continua sentirte siempre rechazado para que, sobre eso, descubras que el único ser que creías que te amaba, un día bajo la presión y la duda, intento matarte cuando más vulnerable y necesitado estabas. Dime si no es para querer salir corriendo, gritando, reclamando, exigiendo explicaciones. Son noches de desvelo, madrugadas sin dormir, días de miedo inexplicable, horas de pánico e intensa sensación de querer huir de tu realidad. Existe mucha energía en ese estado y la vas a necesitar para tu liberación. Es más, nunca he podido ayudar a alguien fuera de la crisis, sin esa energía de caos tan valiosa, no hay nada que mejorar. En tu negación todo está bien.
Permitirte sentir la crisis es otorgar la llave de tu mundo interior a ese Tutor o Guía emocional que te ayudará a corregir desde la raíz el conflicto que genera tanta angustia y desesperación en la actualidad.
Instintivamente queremos huir (emoción), racionalmente nos conviene acercarnos y permitir el cambio radical que tanta falta le hace a nuestras vidas.
Hasta aquí puedes observar que la energía es la misma:
Éste en términos generales estriba en conseguir tu objetivo y muchas veces ese objetivo es ganas de ayudar a los demás. Formando las auténticas sociedades cooperadoras o empáticas. Donde el dinero es la forma de premiar tu esfuerzo, en ocasiones el símbolo más grande de éxito.
TIPOS DE HERIDA
Es grato reconocer el trabajo de Lise Bourbeau en su libro las 5 heridas que te impiden ser tú mismo y lo tomaré como referencia de aquí en adelante, sin embargo:
Sin embargo, nos conviene aceptar por separado cada una de estas definiciones porque en programación neurolingüística no importa cómo lo percibo yo, lo importante es cómo las percibe el individuo que sufre. Por eso es prudente resaltar el carácter subjetivo, de la herida emocional, es decir el sujeto que sufre no está obligado a demostrar que es real, basta con que él así pueda percibirlo. Sí el alumno percibe abandono, le creemos, no importa que el mundo entero esté convencido de lo contrario. Por eso resulta difícil entender la percepción subjetiva de otra persona. La que se siente fea y nosotros la vemos muy hermosa o la que se siente gorda y tiene bajo peso y aun así sigue obsesionada por seguir adelgazando. No importa lo que digan los otros de ti, lo importante es lo que tú te está diciendo a ti mismo. Para sufrir, basta con imaginar lo que uno mismo ya cree como verdad ya no hace falta que alguien lo diga, pero si lo hacen por lo menos tendrás a quien culpar de tu desdicha. Si crees que sufres porque otros dicen que eres un idiota, la verdad es que tú ya te sientes idiota sin que alguien lo diga.
Te invito a analizar la Segunda Parte