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Bitacora Bici Tarifa-Santiago de Compostela
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BITÁCORA DE VIAJE

VERANO SOBRE RUEDAS (2012)

DE TARIFA A SANTIAGO DE COMPOSTELA

motion.jpg

Introducción

En el presente documento, transcribo lo más fielmente posible el texto escrito a mano durante las vacaciones de bicicleta el verano del 2012. Cuando salimos del punto más meridional de Europa continental (Tarifa) con nuestras bicicletas y llegamos a Santiago de Compostela.

Hoja de ruta

DÍA

FECHA

ORIGEN

DESTINO

DISTANCIA [Km]

COMENTARIOS

1

2012/07/18

Tarifa

Tarifa

16,4

2

2012/07/19

Tarifa

Conil de la Frontera

10,7 + 51,1

3

2012/07/20

Conil de la Frontera

Rota

42,3 + 2,6

Ferri

4

2012/07/21

Rota

Matalascañas

26,5 + 30

Ferri

5

2012/07/22

Matalascañas

Huelva

52,4

6

2012/07/23

Huelva

Punta Humbria

18,7

7

2012/07/24

Punta Humbria

Faro

50,5 + 1,5

Ferri + Tren

8

2012/07/25

Faro

Budens

21

Tren

9

2012/07/26

Budens

Rogil

44,7

10

2012/07/27

Rogil

Almograve

45,9

11

2012/07/28

Almograve

Porto Covo

31,1

12

2012/07/29

Porto Covo

Carvalhal

42,3

13

2012/07/30

Carvalhal

Lisboa

49,7 + 10,9

Ferri + Tren + Ferri

14

2012/07/31

Lisboa

Lisboa

0

Turismo

15

2012/08/01

Lisboa

Azambuja

55

16

2012/08/02

Azambuja

Atalaia

27,1 + 42

17

2012/08/03

Atalaia

Apinho

17 + 51,1

Tren + Tren

18

2012/08/04

Spinho

Oporto

28,1

19

2012/08/05

Oporto

Fao

80,3

20

2012/08/06

Fao

Mougas

34 + 15,9

Ferri + Ferri

21

2012/08/07

Mougas

Pontecesures

46,7

Tren + Tren

22

2012/08/08

Pontecesures

Santiago de Compostela

25

TOTAL

≈1000


Bitácora

Día 0 - 2012/07/17

Salida de Donostia en el bus de la compañía Socibus S.A. a las 20.00 de la noche. En el viaje, en uno de los descansos una chica saluda a Nico. Casualidad, se conocen de vista por estudiar en la liburutegi de Cristina Enea. Ellas viajan a Cádiz a pasar unos días en casa de una amiga que hicieron de Erasmus en Méjico. Acordamos llamarlas cuando llegáramos a Cádiz.

Día 1 - 2012/07/18

Llegada a Tarifa a las 13.30 del mediodía. Organizamos los macutos y ciclamos hasta el lugar más meridional del continente europeo. Un lugar muy jarto. Se ve áfrica. El viento sopla del E-SE a favor de nuestra ruta, ¡qué suerte! El mediterráneo esta picadísimo mientras que el atlántico bare-bare, ¡menuda contradicción!

Ciclamos unos 10 km desandando el camino realizado con el bus. Entramos en un cruce y nos encontramos una carretera enterrada bajo la arena, muy curioso. Entramos por el siguiente cruce y subimos, subimos el copón de la baraja.

Acampamos entre villas, junto a una parcela a vender. Cerca hay una zona de escalada, el sitio se llama (no recuerdo). La subida a la cima desde el oeste. Son todo rocas en las que se puede escalar, trepar y saltar. Casi vemos el atardecer, se nos escapa por minutos. Urtzi dice que el sitio le recordaba a la cala de Ulia. Mentira, era más bien la isla de Santa Clara.

Día 2 - 2012/07/19

Seguimos carretera comarcal por la costa, pasamos urbanizaciones dejadas de la mano de dios. Un avestruz gigante dentro de una parcela, ¿que pintara hay? Bañito en Zahara de los Atunes. Tomamos dos jarras frías a 3€ en alguno de los pueblos del camino. Llegamos a Conil, mítico sitio donde van muchos Euskaldunes de fiesta; de día poca fiesta. Dormimos en una cala a unos 5km de Conil. Un conjunto de calas que encaran al mar, todas preciosas y muy atractivas. Elegimos la más accesible para poder bajar las bicis y la que tuviera poca gente también.

Día 3 - 2012/07/20

Salimos de la cala justo con el sol. Muchas escaleras. Pasamos Roche, Chiclana de la Frontera y San Fernando. Llegamos a Cádiz. La llegada horrorosa. Solo somos capaces de entrar por carreteras gordísimas, mucho tráfico y muy rápido. Terminamos hasta los huevos. Encima Nico pincha la rueda trasera, lo que faltaba. Luego nos enteramos de que existía alternativa por un paseo cerca de la costa. ¡Mierda! Hacemos compra y llamada de rigor a las chicas que conocimos en el viaje de bus. Nos reunimos en la playa de la caleta, una de las más típicas y famosillas de Cádiz, aunque no la mejor. Intentamos quedarnos a dormir, pero hemos coincidido con el aniversario de la constitución de Cádiz y por tanto prácticamente todos los hostales y hoteles estaban a rebosar. Decidimos que no nos podemos quedar a dormir asique cogeremos el barco para salir de la ciudad. Tras patear la parte más interesante de la ciudad, nos pasamos por 100 Montaditos que no era el primero, pero si el que está en la ciudad natal del creador de la cadena. Nos despedimos y ciclamos hasta el puerto donde cogemos el barco que nos lleva a Rota. Llegamos y Nico se percata de que se le ha roto el eje del pedalier. Muy chungo chungo chungo. Decidimos arreglarlo el siguiente día y nos apalancamos encima de un búnker de quién sabe qué año.

Día 4 - 2012/07/21

Nos levantamos. Lo primero, los mosquitos me han acribillado la cara. Tengo el ojo hinchadisimo, estoy bastante deformado. Nos pasamos por urgencias de Rota, me hacen pasar casi el siguiente. Me ponen una inyección en el culo como en las pelis y me dicen “Al principio te dolerá, pero en los primeros pasos se pasa.” ¡Los cojones! Todo el tiempo restante que pasamos buscando una tienda de bicis que nos hiciera el cambio de eje estuve soportando un dolor generalizado en mi nalga derecha. Que mal. Compramos tres cartuchos de gas, son baratos, =D. El cambio de eje nos costó sorprendentemente poco, yo no sé cómo se lo montan allí abajo para tenerlo todo tan barato. Urgencias, el gas y el eje nos hacen perder media mañana, casi entera. Atravesamos Chipiona. En Sanlúcar de Barrameda nos encontramos con un gran dilema moral. Nos enteramos de que no hay ninguna carretera al otro lado del río, en el parque nacional de Doñana. Tenemos dos opciones, subir hasta Sevilla para poder atravesar el río o atravesar el río allí mismo y ciclar por la playa unos 30 km hasta llegar al primer pueblo, Matalascañas. Nos decidimos por la segunda opción, con el calor que hacía no estábamos como para subir hacia Sevilla, hubiéramos muerto. Nos pegamos un bañito y nos tomamos una cañita. Estamos esperando a que comience a bajar la marea para así poder ciclar por la húmeda arena de la orilla. Cojemos el barco de las 7.30 más o menos  y aterrizamos en Doñana hacia las 8 de la tarde. Comenzamos a ciclar por la playa. Vemos un ciervo vivito y coleando, andando tranquilamente entre la gente. Luego una enorme medusa muerta y también una tortuga, muerta por desgracia. Ciclamos mientras es de día y justo en el momento en el que me alejo a unos arbustos a plantar un pino se nos acerca un 4x4, bueno se le acerca a Nico. Nos comenta que bajo ningún concepto podemos quedarnos a dormir, que es parque nacional. Si nos quedábamos a dormir nos dio una lista de tres cuerpos oficiales que nos meterían un puro del copón. Sin embargo no nos puso ninguna oposición a andar de noche por el parque. Nos tomamos sus palabras al pie de la letra. Ni descanso nos tomamos después de eso. Nos aconseja también acercarnos más a la orilla para andar mucho más a gusto, ya que hasta ahora habíamos andado subiéndonos y bajándonos de la bici para poder avanzar. Ciclamos con sol, mientras se mete el sol y sin sol. Precioso. Podemos ver varios animales, sobre todo jabalíes asomándose a la orilla del mar para quien sabe que. Intentamos rodear a alguno pero nos fue imposible. De repente Urtzi pincha las dos ruedas. La situación nos supera un poco. Estábamos cansados, las luces de Sanlúcar seguían más cerca que las luces de Matalascañas, los mosquitos eran capaces de picarnos mientras ciclábamos a través de la ropa, teníamos dos ruedas pinchadas. Llamamos al 112 y le explicamos la situación, pero la cobertura es mala, el operario no nos entiende ni consigue encontrar dónde estamos. Se nos pasa el apuro, y decidimos abortar el plan 112 y cambiar las cámaras y seguir nuestro camino. Pero los de emergencias no olvidan e insistió llamando una y otra vez. Al final hizo lo que quiso y mandó una patrulla de reconocimiento desde Matalascañas. Nosotros seguimos a lo nuestro y tras arreglar las ruedas ciclamos sin parar, tan motivados como cansados. Comenzamos a ver más cerca las luces de Matalarcañas y eso nos motiva. De repente divisamos las luces de la patrulla que ha mandado el 112. Tarda un tiempo en llegar. Le explicamos lo ocurrido y nos riñen por ciclar de noche por el parque. No es nuestra culpa. A Nico le ofrezco remolcarle como última opción, por suerte nunca llega ese momento. Llegamos a Matalascañas hacia las 2 de la madrugada. La gente está pescando con cañas luminosas. Curioso. Nos tumbamos en uno de los postes que delimitan el parque nacional y nos quedamos más que dormidos.

Día 5 - 2012/07/22

Hemos dormido poco, el sol nos ha despertado. Sorpresa, los mosquitos me han vuelto a acribillar, ¡no hay derecho! Ahora sí que estoy deformado. Les ha tocado el turno al labio y a la barbilla. Limpiamos las bicis en las duchas de la playa. Y las engrasamos en grasa, no tenemos aceite, gran fallo. A pesar del cansancio empezamos a ciclar. Ya hace calor pero ciclamos igual. Llegamos a Mazagón. Minigolf de 18 hoyos por 5 euros. Pasamos porque tenemos un objetivo, Huelva. La carretera de hoy, horrorosa. Viento en contra, sol y calor, lo bueno, la ausencia de coches y de estrés. Pasando por carreteras importantes nos aproximamos a Huelva. Un paseo zen muy chulo nos aproxima al centro por las marismas de Odiel (o Diel). Dormimos en el Albergue juvenil. 17€. Nos parece un poco caro. Y encima de no tener cocina libre, no permiten cocinar en los cuartos.

Día 6 - 2012/07/23

Nos levantamos tarde, arrastramos cansancio de los dos últimos días. Nos aguarda un opíparo desayuno de buffet. Sacamos bollitos y alguna cosa más para más tarde. Entre una cosa y otra se nos pasa el tiempo. Bajamos al ambulatorio ya que en una ciudad tan grande, urgencias estaría petado. Me hacen la ficha para que así me puedan atender y en media hora ya he salido de allí con una receta para unos antihistamínicos para los picotazos. Mientras, Nico busca un Correos para poder enviar una carta. Total, no tenía la dirección así que no puedo enviarla. Nos pasamos por una gasolinera para arreglar los pinchazos de las cámaras, pero solo encontramos el pinchazo de una. Decidimos tocar costa una vez más y bajamos a Punta Umbría por un carril bici que nos daba una vuelta de las buenas. Al final pasamos del carril bici y agarramos la carretera. Llegamos y nos bañamos. La playa, larguísima por cierto, estaba llena de gente. No nos resulta un bañito muy agradable, el mar está lleno de algas. Repentinamente se nos ocurre dormir en la playa. Casualidad, nos acostamos al lado de un chiringuito que está abierto las 24h del día. Todo el día, y toda la noche. Sus focos nos molestan un poco. Pero hacia las 5 de la mañana la galerna me despierta. Y despierto a Nico que como estaba protegido por mí el viento ni le molestaba. Ahora nos volvemos unos chaqueteros y aprovechamos el chiringuito para protegernos del viento. Menuda suerte la nuestra. ¡A dormir se ha dicho!

Día 7 - 2012/07/24

Nos despertamos y decidimos seguir por la costa, que parece bonita. Lo tenemos todo lleno de arena, la galerna nos había azotado con fuerza. La comida, la fruta, la ropa, el saco, las bicis… que desastre. Entramos al centro de Punta Umbría. Preguntamos en la oficina de turismo lo que nos hiciera falta y nos pasamos por un supermercado primero y luego por un BBVA para sacar todo el dinero que habíamos ingresado (400€) en la cuenta. La tarjeta de crédito no funciona. Atravesamos el Portil, Nuevo Portil, el Rompido, Certaya por la carretera de la costa. Pasando del carril bici que sube, baja , se acerca y se aleja de la carretera. Comida y siestecilla para evitar las peores horas del día. Nos tumbamos en un parque verde. Añoramos el verde. Aquí todo el amarillo. A las 5 nos ponemos en marcha de nuevo. Pasamos Lepe, Ayamonte. Son las 8 menos algo ya. Cogemos rápidamente el ferri que nos cruza la frontera con Portugal (1,2€ por bici y 1,8€ por persona). Llegamos a Santo Antonio, la primera ciudad de Portugal. Hacemos la compra en Hipermarché y agarramos un tren a Faro. Al principio no nos damos cuenta, pero el tren funciona a petróleo, no es eléctrico como aquí. Flipados nos deja este descubrimiento. Hemos decidido dejar de ver la costa sur de Portugal para así poder aprovechar más la costa oeste. En Faro dormimos en la Pousada Juventude. 15€. Esto nos gusta más. ¡¡¡Portugal funciona a 1h menos que España!!! Dato del que nos percatamos bastante tarde.

Día 8 - 2012/07/25

Nos despertamos. Desayunamos de self-service sin mucha opción de repetir, así que en la primera pasada lo pedimos TODO. Nos montamos en un tren, esta vez eléctrico, que nos llevará a Lagos. Nos apena no ver Faro, tiene muy buena pinta. Llegamos a Lagos hacia las 11 de la mañana. Está petado de guiris, se explican mal y respetan menos que poco. Casualidad vemos una foto de unos acantilados, y se nos ocurre preguntar. Punta da Piedade. Nos decidimos a conocerlo. Preciosa. Encontramos una cala de ensueño y abandonamos las bicis a su suerte arriba para bajar abajo. Indescriptible lo bonito que era estar ahí abajo. Mil veces recomendable. Nos pegamos bañito,  comida, siesta y otro bañito. El agua empieza a estar muy fría. Tanto que con meter los pies ya pierdes todo el calor del cuerpo entero. Con tremenda pereza y pena, abandonamos ese lugar y ciclamos hasta Budens. Dormimos en una ermita descojonada. Sería la primera vez que dormimos en un sitio medianamente cutre.

Día 9 - 2012/07/26

Nos despertamos a las 5.15. Urtzi remolonea. Todavía es de noche. Desayunamos y tomamos la `carretera´ a Pedralba. Es una pista, ancha, pero pista al fin y al cabo. Nos podemos permitir gastar energías. Atravesamos Vilarinha y alcanzamos la nacional. Tenemos pocos coches hasta que nos encontramos con la carretera que viene de Lagos. El tráfico aumenta exponencialmente. Llegamos a Aljezur. Compras y oficina de turismo, casi rutinario y subimos al `castello ́ a comer. A las 3 bajamos y nos dirigimos hacia Sines. Urtzi la caga. Impulsivamente decide bajar del castillo y la bajada nos sale mal. Nico se ha cabreado mucho. Se deja pasar el tiempo y la tensión ha disminuido poco a poco. Paramos en Rogil; dos playas candidatas para dormir en ellas se encuentran allí. Tras preguntar a los pueblerinos, nos decidimos por `Dos Hombres ́ o algo así. Bajamos, nos bañamos, siesta, bocata y a dormir bajo el cenador que nos había dejado montado el socorrista.

Día 10 - 2012/07/27

Amanece nublado y lloviznando. El cenador nos ha protegido de la rasca así como del frío, que suerte. Hace unos 10ºC así que desayunamos dentro del saco. Como el tiempo no motiva, Nico se pone a dibujar, y yo escribo en el cuaderno de bitácora. Nos decidimos a salir. Remontamos las mil escaleras que bajamos la tarde anterior y nos ponemos a ciclar. Cuesta arriba, cuesta abajo todo el rato por carretera. En San Teotónio compramos en un Intermarche que cada vez nos parece más caro. Hacemos un e.d.i. (el desvío del itinerario) en toda regla y conseguimos ver un depósito de agua casi desde todos sus ángulos. Aún así, terminamos en un enorme faro donde comemos un bocata de salchichas de plástico con tomate natural y queso brie; una Nicoespecialidad. ¡Mmmmm! Podemos apreciar enormes acantilados azotados por la furia del mar. Conseguimos bajar y bañarnos en una pequeña playa sin nadie. Eso le da un toque especial. Merendamos y salimos hacia Almograve en busca de nuestro siguiente “hotel”. Lo encontramos en un saliente rocoso donde golpea el mar con fuerza. Pasando de estar pendiente de la rasca y de los mosquitos, montamos la tienda en un rellano. Bonita sorpresa cuando nos damos cuenta de que nos hemos puesto sobre un balcón de piedra, vamos que debajo nuestro había un hueco. Desplazamos la tienda para no estar tan en medio y nos echamos a dormir.

Día 11 - 2012/07/28

Despertamos, desayunamos, y nos ponemos a ciclar. Por primera vez, nos chispea mientras ciclamos. Un señor mayor nos confunde en un cruce y llegamos a un río que no se puede cruzar. Aún así, podemos apreciar un precioso pueblo al otro lado del río. Retrocedemos con ganas de plantarle cara al viejo pero ya no estaba. Encontramos la carretera correcta. Por culpa de otro despiste, hacemos bastantes kilómetros de más. Otro e.d.i. para la lista. Volviendo, paramos en un mercadillo enorme que había ahí montado. Un enorme churro (porra) por 1€ y medio pollo ya asado por 3€. Un chollo del copón. Nadie conoce Salgandiho, que es el pueblo que tenemos como referencia. Unos ciclistas con GPS, nos mandan por el buen camino. Bien. Llegamos a Porto Covo, una pequeña ciudad o un gran pueblo, donde invadimos un pequeño saliente y nos echamos una siesta de unas dos horas. Tras la siesta, Nico se pone a escribir una carta romántica. Ciclamos un poco más hasta encontrar un sitio idóneo para dormir. Con preciosas vistas al mar y a los pueblos de alrededor, entre ellos Sines.

Día 12 - 2012/07/29

Proseguimos el camino de la costa que como no, sube y baja y sube y baja y tiene viento en contra. Llegamos a Sines. Menuda fiesta tenían montada allí. Fiesta poligonera en las afueras, conciertos en la playa, escenarios en fuertes,… Menuda fiesta que han tenido en Sines esta noche. Todavía a las 8.30 de la mañana siguen de fiesta a tope. Recomendable. Pasando del fiestón, dejamos Sines atrás. En la salida, ciclamos por un bidegorri muy bien hecho. Llegamos a una carretera enorme que aún estaba en obras. Toda una carretera de 4 carriles solo para nosotros. Inconveniente, como siempre el viento en contra. Nico se estresa. Picamos para descansar un poco. Llegamos por fin a Melides. Bajamos a la playa. Curioso chiringuito, se parece a uno de esos de ensueño. Muy recomendable. También tiene al lado un río, que se queda a unos 50 metros del mar. Es curioso, una barrera de arena los separa, nunca había visto algo así. Comemos, nos pegamos un bañito fresco-fresco y como nos han echado de las sombrillas por no pagar, nos montamos un chiringuito improvisado con la tienda de campaña y las bicis. Siesta como si fuéramos unos maharajás. Hacia las 7 decidimos hacer una nocturna. Cenamos con la puesta del sol y salimos a ciclar antes de que los mosquitos nos acribillen. Dormimos en un lugar que no sabemos dónde está, en el porche de una casa que está en construcción. Aún así, montamos la tienda. Los mosquitos nos tienen aterrados.  A Nico casi le atropellan, putos BMW-s.

Día 13 - 2012/07/30

Nos despertamos hacia las 8.00 y desayunamos. Viene una grúa y empieza a jugar con la arena que está cerca de la casa. Recogemos y nos vamos. La grúa ni nos ve. Somos muy rápidos. Llegamos a Troia casi sin darnos cuenta. Hacemos compra, mensajito a estos a ver donde están y comemos tranquilos esperando su respuesta. Que estrés cuando nos responden diciendo que ya están en Montixo y que iban a coger el ferri a Lisboa ya. Gran dilema el nuestro. Según nuestros cálculos llegaríamos a Lisboa en 2 días. Decidimos sacrificar el final de nuestro viaje en solitario para así llegar ese mismo día a Lisboa. Nos apuramos y cogemos es siguiente ferri que nos atravesaba la entrada de mar. Saliendo de la península de Troia, alcanzamos la costa de otra península aún más grande; Setúbal. Aquí cogemos el tren que nos lleva hasta Pino Novo. Nos podría haber llevado hasta Montijo. Pero nos apetecía andar en bici más. Sabemos de ciertas cosas que dejamos sin ver en esa península, la verdad que prometían. Recorremos 7 km hasta llegar a Montijo donde realizamos una búsqueda exhaustiva del ferri que nos llevará hasta Lisboa. Hace calor, mucho calor. Por fin cogemos el ferri. Que mierda, por dentro es como un autobús. No se puede salir fuera, no se pueden abrir las ventanillas, menuda mierda. En el trayecto le preguntamos a un viajante y nos explica ciertas cosas sobre Lisboa. Que ver, donde ir y esas cosas. Nos encontramos en la salida con Cantera. Caluroso abrazo y nos lleva a la plaza del comercio. Allí se encuentra Ander esperándonos. ¡¡Que subidón!! Nos saludamos todos, nos abrazamos y nos contamos pequeñas batallitas. Ellos vienen desde Badajoz. Han llegado en dos días. Que mataus. Preguntamos en la oficina de turismo y nos dirigimos directamente a la Pousada da Juventude de Lisboa. Dejamos los bártulos, duchita y cena. Cocinamos en la misma habitación. Hemos quitado el detector de humos. Somos la ostia. =D. Nos pegamos un pequeño paseíto nocturno por Lisboa. Encontramos una terraza preciosa y nos tomamos ahí una caña. A dormir.

Cantera ya nos ha contado. Han venido desde Badajoz en 2 días, esto son más de 100 kilómetros diarios. Cantera, que llevaba más de dos semanas parado por el esguince de tobillo que se hizo antes del viaje - por el cual retrasamos la salida - estaba exhausto. Ya había una pequeña tensión.

Día 14 - 2012/07/31

Hoy toca visita a Lisboa. Salimos por la mañana hacia un castillo que parece ser muy chulo. Se divisa desde muchos sitios. Está en un alto, por supuesto. Llegamos arriba y nos piden pagar por la entrada. Ni de coña vamos a pagar. Nos indignamos a tope y empezamos a buscar más entradas al castillo, alguna forma de colarse. Descubrimos ciertas opciones pero la idea de colarse no fragua del todo. Somos unos rajados. ¡Qué casualidad!, de repente escuchamos unos cánticos vascongados. ¡Euskaldunak Lisboan! Empezamos a hablar con ellas. Son tres chicas, elementos de un grupo llamado Pentatonix Folk y están de viaje. Se pagan el viaje cantando en la calle. Qué buena idea, nunca se me habría ocurrido que con nuestra cultura en el extranjero se podría ganar dinero. Qué buena idea. Nos quedamos un rato con ellas. Bailamos una polca y cantamos “Ikusi mendizaleak”. La gente aplaude, qué divertido. Entre pitos y flautas quedamos para hacer una especie de pintxo-poteo por Lisboa de noche. Intercambiamos números de teléfono. Quedamos para las 10. Toca la vuelta hasta el albergue. Estamos cansadísimos. Hacemos cocinillas en el cuarto y comemos. Creo que echamos la siesta, salimos y cogemos el metro. Menudo movidón es el metro. Líneas rojas, azules y amarillas. Mil y un puntos. No pasa nada. Al final acertamos y nos juntamos con las vascas. Muy buen ambiente el de Lisboa. Ciudad de artistas. Nos paseamos por el barrio alto o algo así. Hay muchos bares pequeños, cada uno con su propia banda tocando. Como éstas ya llevaban más tiempo que nosotros se lo conocían mejor. Un ambientazo del copón. Era posible hablar con casi cualquier persona. Hablamos con italianos, franceses, ingleses e imagino que también con portugueses, aunque no lo recuerdo muy bien. Acabamos la noche en un mirador charlando con un grupo de gente que habíamos conocido. Menuda noche. Volvemos al albergue hacia las 5 de la madrugada, que ya es hora.

Antes de encontrarnos con las chicas tenemos una bronca basada en una auténtica chorrada, tanto que ni la recuerdo. Cuando ellas llegan se tranquiliza la cosa.

Día 15 - 2012/08/01

Nos bebimos pocas rondas, así que prácticamente no tenemos resaca. Desayunamos y lo recogemos todo. Hacia las 10.30 partimos. Seguimos por el puerto hacia el norte por un carril bici de mierda. Observamos la ciudad portuaria, un edificio enorme hueco, un telesilla, una especie de museo, una fuente un tanto extravagante. Atravesamos el gran puente “vasco da gama” el nuevo y más largo puente que cruza la ría. Pillamos al final el Camino de Santiago y lo ciclamos. Es muy bonito, va por un camino estrecho por la ribera de un río. Por el calor y el cansancio tal vez, estos se rallan y decidimos abandonar el camino para salir a la carretera. Si llego a saber que se cansarían tan pronto del camino, hubiera insistido más en salir de Lisboa por la costa, que a mí me lo habían recomendado encarecidamente. Comemos y ciclamos un poco más hasta que encontramos un buen sitio para echar una cosquerita; en Alberca. Luego ciclamos hasta el anochecer y montamos el campamento en Azambuja. Putos mosquitos, ¡los odio a muerte!

Día 16 - 2012/08/02

Nos levantamos y Cantera se descubre mil picotazos. Jajajajjaj parece que Cantera es más dulce que yo. La tienda de Cantera, una canadiense del año de la pera, se nos ha caído varias veces en la cabeza; una mala noche. Es canadiense y no hemos podido anclarla bien al suelo, las clavijas no entraban. Añoro la “vaude”. Intentamos volver a pillar el chemin pero como esperábamos, nos lleva por pistas putas, así que lo dejamos para coger la carretera y así ciclar más rápidamente. En seguida alcanzamos Santarem. Donde el Camino de Santi y el de la Virgen de Fátima se dividen. Jamada y siestecilla, como siempre. Aquí tampoco hay credenciales, habrá que esperar a Oporto. Nos decidimos por una nocturna; así que nos echamos una buena siesta bajo una gran palmera, cenamos y salimos a ciclar. Rápidos como el rayo atravesamos pueblos como Golega, Entroncamento y Atalaia, siempre por carretera. Nos echamos a dormir en un bosque artificial de eucaliptos bien ordenaditos. Montamos solo la “Vaude”; Cantera y yo haremos vivac. Ander quiere montar siempre la tienda porque lleva un saco bastante cutre y no quiere pasar frío. Lógico.

Día 17 - 2012/08/03

Un día más Ander y yo tiramos de los perezosos Nico y Cantera. Desayuno y recogida de tienda entre Ander y Nico solos, miedo me da ver cómo la van a dejar, pero no me entrometo. En dos horillas estamos ciclando, como siempre. Malas noticias, hemos fulminado la nocilla, vendita nocilla, habrá que comprar más. En 15 kilómetros alcanzamos Tomar. Hacemos compra de todo menos de nocilla, es Nutella y es muy cara. Nos decidimos por tomar un tren de aquí hasta Aveiro y así adelantar unos kilómetros para poder llegar más tranquilamente a Galicia. Pillamos el ticket y nos vamos a tomar algo jajajajajaj. ¿Lo habéis pillado no? A tomar algo en Tomar; jajajjajj. Nos pasamos por la feria de la cerveza pero claro, son las 10 de la mañana asique está cerrada. Nos da lo mismo. Comemos en una de las mesas de la feria bocata de queso brie con tomate con aceite con sal con jamón serrano (presunto en portugués) y con mortadela con aceitunas rellenas de pimientos rojos. Manjar de los dioses. Nico se empeña con su pan tumaca y como siempre se queda sin pan. Jajajaja, que se joda. =D. Problema; Ander se percata de que su parrilla está muy baja. El exceso de peso de las alforjas o el peso mal distribuido está doblándola. Quita los fardos, suelta la parrilla endereza lo más posible los yerros y vuélvela a montar. Se nos pasa el tiempo sin darnos cuenta y la hora del tren se aproxima. Nico y Cantera ya descansan, Ander y yo ni nos tumbamos. Pero al poco tiempo ya estamos en la estación esperando al tren. Que mala suerte; ya montados en el tren nos comunican que el tren en el que teníamos que realizar el trasbordo no circula. A Ander se le acumulan las cosas y se estresa, pero el pica mismo nos cambia el billete y todo se calma. Retrocedemos en tren hasta Entroncamento y nos toca esperar dos horas. Es la hora de la nocilla. Encontramos un parque y Ander y yo vamos a comprar nocilla. ¡Bingo! con el “dia” portugués “mini preço”. Pillamos nocilla y atún; ya nos lo comeremos. En el parque donde descansamos, Ander y Nico se pegan una pequeña ducha con los aspersores, yo paso, luego nos podemos enfriar, pero Cantera no, Catera de ha empapado entero… él es así. Los fardos van a reventar. Pillamos el tren a Coimbra de una vez por todas. En el trayecto toca siesta y escribir bitácora, pero parece que la siesta hay que posponerla; entre trasbordos, curvas y baches es imposible dormirse, esto es peor que “Euskotren”. El tren está petado de gente y nos sentamos separados. Por fin llegamos a Aveiro. Pero pasamos de verlo, es de noche. Nos echamos una picada rápida de chorizo, atún y demás y ciclamos atravesando Estarreja y Ovar. Nos apalancamos antes de Espinho hacia las 2 de la madrugada en un área de esparcimiento bajo pinos.

Día 18 - 2012/08/04

Me levanto el primero a las 8.15 de la madrugada. En el desayuno un gatito nos acompaña y entretiene a Cantera un buen rato. El gato persigue el palo que Cantera arrastra contra el suelo. Parece que el movimiento de hojas le atrae. Nos bajamos hasta la playa. La bruma, las olas, dos enormes playas una a cada lado y un enorme espigón que las separa hacen de ese sitio un lugar precioso. Nosotros desde Lisboa que no veíamos mar, pero Cantera y Ander, no lo habían visto todavía. Nos metemos dentro de Espinho. Nico está desesperado, quiere sellos. Atravesamos todos los pueblos anteriores a Oporto y tras pasar algunas playas en las que parece que merece la pena bañarse, vemos la ría de Oporto. En primer lugar, el puente nuevo, pero pronto se hace visible el puente viejo de Oporto. Nos informamos en la oficina de atención al turista y vamos al albergue. Tras una ducha y un buen bocata salimos en bici para llegar al ayuntamiento donde dejaremos las bicis. Pateamos la ciudad de iglesia en iglesia, comemos dos bocatas de la zona y vemos la catedral donde hacemos el mono escalando y saltando paredes de roca antigua. La ciudad nos impresiona, tiene muchos altos y miradores que permiten ver el conjunto de la ría, las altas torres de iglesias, los tejados y casas viejas, que en conjunto te regalan un momento mágico. Vemos el atardecer en el puente viejo; “Ponte Luis I”. Recomendable. Y la ciudad termina de hechizarnos.

Probamos el vino oporto bajo las estrellas en el otro lado del río mientras apreciamos Oporto de noche. Después nos pasamos por una shischa (pero cachinbas con aroma a manzana, bastante adictivo) en el muelle del casco antiguo y dando tumbos volvemos al albergue, donde finiquitamos la noche con unos macarrones en la terraza.

Día 19 - 2012/08/05

Hoy nos levantamos a las 8.30. El puto móvil de Ander ha sonado una hora antes… puto móvil… lo estamparía. Desayuno que compensa el precio del alojamiento, 14,5€ y salimos con la tripa llena a ciclar hacia la 1.30 del mediodía después de comprar en Pingo Doce. Seguimos sin saber lo que significa. Entre playas, paseíllos de madera, bidegorris y edificios chulos, perdemos mucho tiempo y solo ciclamos 15km. Nico, el que menos había desayunado, ya tiene hambre. Mierda. Se huelen sardinas asadas por doquier pero no paramos. Con la compra de la mañana, nos ponemos en una playa con rocas en la orilla y nos ponemos a zampar. Ya hace calor, y los chulos estos de playa se quitan la camiseta… ¡¡yo quiero tener marca!! Avanzamos poco, así que decidimos salir de la costa. ¡Je! Los odiosos e irregulares adoquines negros asfaltan la carretera costera. Tras un esfuerzo brutal por mantener el tipo, conseguimos pisar asfalto, bendito asfalto. La tripa, el calor, el cansancio, el tráfico, nos pesan mucho y nuestro ritmo deja mucho que desear.

Un Lidl ilumina nuestro camino y decidimos parar a comprar. Somos unos consumidores de mierda… pero no pasa nada. Son las 7.00. Recorriendo una carretera blanca, nos decidimos por pasar la noche en una campa. Es chula pero está cerca de la carretera y del río de Fou al mismo tiempo. Montamos ambas tiendas por pavor a los mosquitos, cenamos filetes de lomo con espaguetis a toda ostia temiendo el anochecer y el ataque de los mosquitos y a sopar. Ondo lo in.

P.D.: Intento hacerle comprender la doctrina del “Baby don´t worry about a thing” . Consiste en que las cosas que no están ocurriendo ahora, no tienen mayor importancia, los problemas del futuro, que los resuelvan los ‘nosotros’ del futuro.

Día 20 - 2012/08/06

Suena el Ander-despertador, pero nadie reacciona. Esta vez soy yo el primero en levantarme y salir de la tienda. Hace frío, calculo que unos 10ºC, aunque igual hay menos. Comienzo a prepararme y entonces sale Ander. Ponemos el desayuno y asoman los otros dos. Nico se trae el saco al desayuno. Nos quejamos del frío, no nos merecemos el título de ser del norte… La idea de Cantera de tomar leche fría no fragua, jajajaja, estaba claro. Una vez más, Nico es el primero en prepararse mas el último en salir a ciclar. Hoy nos toca carretera. Enseguida alcanzamos Viana do Castello. No sabemos si es por eso pero tiene una especie de iglesia-castillo arriba en el monte. Más o menos, todos coincidimos en subir, Ander teme por su rodilla. Precioso palacio por fuera, y preciosas las vistas del mar y montañas que rodean Viana. Nos cobran 1€ por subir en un ascensor al tejado del palacio y otro por subir por las escaleras. Que les den por el culo. Nosotros les montamos el pollo por cobrar, Nico consigue su sello y nos bajamos. Para darle emoción a la bajada, la realizamos sin dar pedales en plan competición. Algunos factores y sucesos se acumulan y Ander se empieza a calentar. La bici de Cantera sufre un desperfecto. Tres de los cuatro tornillos que sujetan sus platos se han partido y caído. Eran viejos y tienen mucha traya. Los sustituimos por dos bridas verdes por tornillos. Ahora sus platos molan más. Seguimos por la carretera hasta que nos percatamos de una pista paralela, sin dudarlo la pillamos y ciclamos, más lento pero menos estrés y menos ruidos. Tras unos kilómetros no tenemos más narices que volver a la carretera. Nuestro destino está cerca, a unos 10 km. Alcanzamos al fin ‘Caminha’. Pueblo donde por pocas perras cogemos un ferry hacia ‘Camposancos’. Hermosa Galicia, llena de montes y valles, playas y acantilados, colores y tempestades. Porfin, lengua conocida, lengua castellana… o en su defecto, gallego. Ander muy feliz, no tendrá que verse obligado a decir ‘obrigado’ para decir ‘gracias’. Parece que las cosas rulan, una recepcionista muy maja nos indica múltiples cosas: sitios, paseos, tiendas y bares. Ander se siente desplazado, está siendo muy negativo y eso lo aleja del grupo. Hacerle entrar en razón es difícil. Fallo, la recepcionista nos da la localización de un bar donde sirven bocatas calientes. Estos se lanzan de cabeza, estoy siendo muy pesao con el tema del dinero asique no ofrezco mucha oposición a la idea de un bocata caliente. Lo único bueno, el bar tiene caramelos gratis y riquísimos. Me como tres dentro y me saco 4. Nico, justificando que soy un rata, me roba uno, que cabrón. Nos encontramos comiendo un bocata tirados en una playa. Ahora me pongo con la armónica. Haber que sale. Toca paseíllo por la orilla. Cantera y Nico se bañan a traición, sin avisar. Que cabrones. Secamos la tienda mojada por la escarcha. Se llena de arena, pero da igual, a la noche tendremos que abrirla para Ander, tiene un saco cutre. Empezamos a ciclar y nos paseamos por un paseíllo de madera que va por la costa. Paramos en ‘Aguarda’ y preguntamos por un sitio para dormir. Nos indica dos calas, pero están demasiado céntricas, en medio del pueblo vamos, y están de fiesta, asique decidimos asomarnos a unas pozas que creemos, están al lado del mar.

Ciclamos hasta el pueblo de abajo. Menuda subida nos espera. En efecto, menudo cuestón, se ve recompensado con peras ‘de san juan’ según Nico. Cuando ya nos íbamos, sale el dueño todo cabreado y gritando irónicamente que cogiéramos más. Huímos cuesta arriba. Me dejan atrás con la bolsa de peritas y el dueño gritando “cabrones!”. Nos cruzamos con una cuadrilla de jóvenes y nos indican claramente por donde bajar al río. Menudo bajadón de la hostia. Mañana habrá que subirlo, pero mejor no pensar en ello. Nico se cae en una curva arenosa y yo lo veo todo, jajajaja. No le pasa nada obviamente. Alcanzamos las pozas ya dejando las bicis en el merendero cercano. Cantera y yo nos bañamos en bolas mientras que Nico y Ander en calzoncillos. Tras mucho pensarlo, salto donde no debería y casi me dejo el coxis… que librada. El agua no está tan fría como imaginábamos, pero como no hay sol, nos enfriamos rápido. Bajamos al merendero, cenamos, y a ver las estrellas.

Día 21 - 2012/08/07

Cada día, nos pesa más el culo. La cuesta de ayer fue potente. Arramplamos con los Corn Flakes. Un día más, tardamos dos horas en montarnos en la bici. Subiendo, Cantera parte las 6 bridas que sustituían los tornillos y el tornillo que lo quedaba en pie. Mierda, no ha tenido cuidado, mira que se lo dije. Llegamos arriba y le pongo el tornillo que guardamos y cuatro bridas más, paso de ponerle más. Una vez bajados hasta la costa otra vez, buscamos ‘Baiona’ pasando del Camino de Santiago para no forzar los Canter-platos. No hay tienda pero le damos la vuelta a un castillo muy chulo por un paseo muy chulo. Todo muy chulo. Vemos las islas Cíes, las imponentes Islas Cíes. Yo quiero ir. La moral no nos acompaña hoy. Los casi 90 km que nos cascamos ayer a lo tonto nos pasan factura.

Ya tenemos la dirección de una tienda de bicis. Nos timan vendiéndonos a 2,5 cada tornillo, que cabrones. Elegimos el camino de la costa. Ander no está del todo de acuerdo pero tiramos bien. Sin ningún inconveniente llegamos a Vigo. En lo que en Donostia seria Riberas de Loiola. Hacemos las compras Ander y yo. No hay manera de coincidir, casi todo nos da igual. Salimos, comemos la picada y entonces, por fin, hacemos un petit comité. El que deberíamos de haber hecho mucho antes. Exponemos nuestras opiniones y puntos de vista. Nuestras expectativas del viaje. Coincidimos en algo obvio. Ander no terminaba de encajar en la idea del plan perroflauta que teníamos y todo se aclara porfin sin ningún mal rollo. Mola que seamos capaces de ello. Signo de la fuerte amistad que en el fondo nos une. Pero la moral sigue baja y decidimos coger un tren de Vigo a un pueblecillo cerca de Santiago de Compostela. El tren nos da problemas, no habíamos pensado en ello. 4 bicis nos dan problemas a la hora de movernos en transporte público. Conseguimos hacer un chachu y nos cuelan en el tren Vigo-Pontevedra. Solo cuesta 2 con algo, que barato!!

Llegamos a Pontevedra enseguida y acto seguido, pasamos por ventanilla para pillar el siguiente tren. Tenemos uno a las 4, pero solo nos permiten coger el de las 7 así que preguntamos por un parque verde y con sombras y nos ponemos a comer en las mesas de una feria de la cerveza, que estaba cerrada por desgracia. La siestita de rigor después de zampar el bocata de salchichas y mientras, Ander se ha ido a dar una vuelta por la ciudad. Dos horitas después, nos despejamos y cogemos el tren. Este, también es rápido, pero tengo tiempo de escribir a Bitácora. Llegamos por fin a Pontecesure. Compra de rigor. Nos cogemos un vicio por fin. Para levantar la moral. Un croissant relleno de nata y un helado para todos, de esos baratos de “Froiz” (Supermercado). Intentamos un bañito en una campa, pero fracasa, no hay manera humana de acceder al río, así que desistimos. De repente, nos encontramos una parrilla limpia y se nos ocurre hacer una parrillada. Les pedimos permiso a los vecinos, y nos obsequian con piñas para hacer mejor brasa. Mientras Ander y yo hacemos fuego, los otros dos se ocupan de la compra. Chuletas de cerdo y cuatro patatas para asar. Menudo manjar! Es precisamente lo que necesitábamos para reunirnos y levantar la moral. ¡Mola!, mola y ¡mucho!

Día 22 - 2012/08/08

Tengo una mañana perezosa, y esta vez, espero a mi móvil para levantarme. Como siempre, Canter y Nico tardan más. Hoy terminan por desaparecer los Corn Flakes, así, de repente. Nos motivamos con la nocilla porque nos sobra y total que nos motivamos y casi se termina. Hoy nos aguardan 25 km que decidimos hacer completamente por el Camino de Santiago. Creo que solo ha sido mi impresión, pero hemos subido demasiado para lo que hemos bajado. Pero, ¡qué bajada! Ha sido sublime, prácticamente BTT. Curvas, recortes, derrapes y piedras. Que gozada. Pero Niko, como no, pincha. Bueno, nos coincide sombra así que ni tan mal. Empezamos a pensar que alguna maldición recae sobre las ruedas de nico. Esta vez también ha sido un pellizco. ¡¡Joder!! Sin picada ni nada, alcanzamos Santiago y nos colocamos en el centro de la plaza del obradoiro. Abrazos y risas. Está llena de gente. Nico y yo visitamos la catedral por dentro. Como hace dos años, sigue la puerta en obras. Toda la ilusión se chafa cuando el tren no nos deja meter ni una sola bici. Qué vergüenza. Ponemos una queja por escrito. Esperemos que las cosas cambien. El albergue también nos pone pegas. La cosa se caldea. Pero cuando conseguimos un bus de vuelta y alojamiento, todos tan tranquilos. Al final, dos noches en Santiago y vuelta el día 10 a las 6 de la tarde. Tendríamos que haberlo hecho en Vigo; lo del alojamiento y el bus. Otro fallo más. Por fin llegamos al albergue. La recepcionista dice que tengo un nombre bonito y que gracias a él, nos ha guardado el sitio. Que ilusión me ha hecho.

Dejamos fardos, duchita y arroz para comer. A pesar de comer más, me he quedado con hambre. Nico y Canter se quedan en el albergue. Mientras, nosotros dos nos vamos a dar un voltio. Unas cervecillas, unas compritas, un vicio y vuelta al albergue. Ahora nos toca preparar la mega ensalada que hemos comprado con gulas y gambas y luego a dar un voltio por el Santiago nocturno, el cual no conozco. Tiene buena pinta el plan. Menuda ensalada, la primera vez que una ensalada me llena. ¡Flipa! Conocemos mucha gente en el albergue, ingleses, suizos, finlandeses,… esto mola mucho. Cada vez más convencido de que algún año lo haré andando. Paseamos por las oscuras calles de Santiago cuando una banda chilena nos entretiene en una plaza con un concierto en directo. Nos quedamos hasta el final. Luego nos bajamos hasta la plaza del obradoiro y estamos un rato sentados charlando en el suelo. Ahora no hay nadie. Nos dan las 2 y nos volvemos al albergue.

Día 23 - 2012/08/09

Hoy toca dedicarle todo el día a Santiago. Entre desayuno y ducha, salimos del albergue hacia las 10.00. Yo me he levantado media hora antes para arreglar la cámara pinchada. No me importa. Pasamos prácticamente por los mismos sitios que ayer. Deambulamos y vemos las mismas tiendas 4 veces o más. Qué pequeña es la parte vieja de Santiago. El sol empieza a calentar y decidimos ir a comer unas pizzas. Andamos justos de pasta, 2X1 pone asique entramos. Tras divagar sobre la pizza que vamos a coger, nos dicen que no existe tal oferta. Tres decidimos no coger pero Ander parece que quiere algo. Unas decisiones anticipadas y falta de comunicación cabrean a Ander y se aísla del grupo. Yo estoy bastante cansado de el asique me da igual, paso. Nos pasamos por el FROH y pillamos fundamento para el bocata. Ander sigue a su bola. Casualidad, cogemos barritas de mar, esas naranjas y blancas, como las crisia. A Ander no le gusta el marisco. Cagada por nuestra parte.

Nos metemos hasta un parquecillo para comer nuestros bocatas. Canter ha elegido un pan poco adecuado. Nuestros bocatas terminan siendo una completa anarquía. Da igual. El ambiente se tranquiliza bastante. Cansados de vagabundear, nos pasamos por la oficina de turismo. Nos indica unos museos gratuitos, y decidimos, ya hartos del rollo de Santiago, un museo sobre invenciones sencillas y muy comunes: bombilla, pinza, archivador, tetra-brik, lata de conserva, goma elástica, post-it, mosquetón, tirafondos, sobre de té, aceiteras, sacacorchos, … Nico se va a su bola a leer. Ander a callejear y Cantera y yo nos vemos toda la exposición y nos subimos a la plaza del obradoiro para esperar a los otros. Hablamos sobre inventos, invenciones y su trabajo de fin de curso. Avanzamos bastante de forma oral. Tenemos que apuntarlo para que no se nos olvide. Al final, nos juntamos y bajamos hacia el DIA% de camino al albergue para comprar la cena. Toca tortilla de patata, porque no hay mucha pasta. Gastamos 5€. DPM. Imagino que cenaremos y bajaremos al Momo para fundirnos 2 rondas. Ya se verá. Más o menos sobre lo planeado. En lugar de ir primero al Momo, nos hemos acercado a un concierto que justo terminaba cuando llegábamos. Aun así, nos recomiendan un bar de rock del que dudamos al principio pero termina siendo de nuestro agrado. Tiene DJ’s de rock, lo nunca visto. Nos tomamos una ronda de Paulaner. Hacía ya tiempo que no me tomaba una. Decidimos dejar el bar atrás para conocer por fin el famoso Momo. Que bar. Nada más entrar, un semáforo asoma. El suelo es de adoquín, como el de la calle y tiene hasta pasos de cebra. Sales fuera del edificio y hay unas mesas bajo una lona de plástico que te protege del frío y de la lluvia. Y como remate final, una preciosa terraza con flores, árboles, plantas, fuentes y preciosas vistas a una muralla mal iluminada en la oscuridad de la noche.

Este año, esta petadisimo, hasta los topes. Encontramos una mesa bajo un limonero y nos echamos una ronda. Estamos cansadísimos, tanto, que Ander y yo nos quedamos dormidos sentados en las sillas. Hago mi primera rosa de origami. Papiroflexia. Cantera se hace otra. Yo la dejo en el bar. Una linda agonía nos espera de vuelta al albergue. La misma calle de siempre, mil veces recorrida. A duras penas llegamos, nos tomamos un tentempié y nos quedamos sobados. 2.00 de la madrugada.

Día 24 - 2012/08/10

La mujer del albergue nos despierta a las 9.30. La recogida nos ha llevado su tiempo. Sobre todo a Cantera, todos sabemos porque… es un desastre como organizador. Tras comer, nos pasamos por la tienda en la que ojeamos ayer las tartas de Santiago, y yo les compro una a la familia. Embalamos las bicis perfectamente, para que luego la conductora nos joda el embalaje para girar los manillares. El viaje de vuelta ha sido bastante más pesado que el de ida… he dormido mal y poco. Dejo de escribir. El bus vibra. Bien esta lo que bien acaba, y eso es lo que importa ;)