Todo lo que deberías saber sobre el fracking

¿Qué es el fracking?

El fracking  es la técnica utilizada para  perforar el suelo a través de un pozo y así poder extraer gas. Consiste en introducir agua y productos tóxicos a más de 2500 metros bajo tierra. La presión rompe la roca e hiela el gas. “El líquido contiene una mezcla de 596 productos químicos. Se puede hidrofracturar un pozo hasta 18 veces. Se perfora el pozo verticalmente, atravesando acuíferos, hasta llegar a la capa de roca donde está el gas. Ahí se perfora casi de forma horizontal, profundizando más de tres kilómetros la superficie terrestre y ahí inyectamos agua a presión con una cantidad de aditivos (biocidas con concentración baja que puede cargarse todos los peces sin problemas, productos cancerígenos …)

¿Por qué ahora?

EE UU es el único país en el que está técnica se ha utilizado a gran escala: ya se han perforado más de 50.000 pozos. Samuel Martín-Sosa, responsable del área Internacional en Ecologistas en Acción, explica a Periodismo Humano que “las empresas americanas y canadienses están intentado meter el pie pero de momento, hasta donde sabemos, no hay explotación como tal. En Polonia, Alemania, Reino Unido hay pozos en los que se está investigando pero está todo en paños menores”. Continúa relatando que “hace unas semanas hubo una reunión en Viena con representantes del sector donde vieron que en EE UU la técnica vino de la mano de una facilitación normativa que les ha permitido una expansión muy rápida: se les eximió de la reglamentación sobre calidad del agua potable, del aire, se les facilitó incentivos fiscales, no están obligados a revelar las sustancias empleadas… Se pensaban que iban a encontrar lo mismo aquí pero la realidad ha sido una presión popular fuerte que ha obligado a la Comisión Europea a replantearse si tiene un marco normativo legislativo adecuado para el desarrollo de esa actividad”.

http://youtu.be/oHQu3SeUwUI

¿Cuáles son los riesgos del fracking?

ONGs como Ecologistas en Acción o Greenpeace, entre otras, mantienen desde hace meses una campaña para advertir sobre los riesgos del fracking: contaminación de las aguas subterráneas y atmosférica, emisión de gases de efecto invernadero (metano), terremotos (sismicidad inducida), contaminación acústica e impactos paisajísticos. Además hay que contemplar los derivados del tráfico de camiones para transportar el gas extraído, el consumo de agua y la ocupación del territorio.

Martín-Sosa sostiene que “la industria se cansó de decir que no hay casos de contaminación, que el gas es inocuo… Hasta que a final del año pasado la EPA (Agencia de protección medioambiental americana) corroboró que en Wyoming habían aparecido sustancias químicas en acuíferos que surtían de agua a la población cercana procedente de uno de los pozos explotados mediante fracking. Perforando se atraviesa el acuífero, el fluido de la fractura queda ahí en un 80 por ciento… Nadie garantiza lo que va a pasar. Es un riesgo tan inasumible que no hay forma de hacer una buena regulación porque va a seguir siendo peligroso”.

¿Por qué en España?

”Esto viene de EEUU, que se vende como el mayor exportador de gas sólo por detrás de Rusia. Europa intenta replicar pero afortunadamente aquí las leyes medioambientales son más estrictas, el propietario de los recursos naturales no es el propietario del terreno como en EE UU, la sensibilidad ambiental de los europeos es algo mayor…Países como Francia o Bulgaria han legislado en contra”, explica a Periodismo Humano Julio Barea, responsable de campaña de Residuos y Energía en Greenpeace.

En el informe de Ecologistas en Acción “El fracking en el Estado español. Situación, amenazas y resistencia” [pdf] se refleja cómo Aragón, Castilla y León y Andalucía son las áreas más afectadas por el número de licencias. “El País Vasco es el que más abiertamente apuesta por el fracking, con una administración pública dispuesta a cambiar la legislación para ello”.