PROGRAMA DE HABILIDADES PARA LA INFANCIA TEMPRANA
(La enseñanza de habilidades prosociales a los niños de preescolar y jardín infantil)
Ellen McGinnis - Arnold P. Goldstein
Material de apoyo para el programa:
“ESTRATEGIAS PARA LA PREVENCIÓN
TEMPRANA DE LA VIOLENCIA EN LOS NIÑOS”
Traducción y adaptación:
Guillermo Gutiérrez Gómez
Andrés Restrepo Gutiérrez
Unión Temporal: Centro persona y Familia – Fundación para el Bienestar
Humano - SURGIR
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ÍNDICE
Página
PRESENTACIÓN......................................................................................................... 5
• Las habilidades prosociales y su importancia.
• ¿Qué contiene este texto?
I. INTRODUCCIÓN............................................................................................. 9
• Los Niños de Preescolar y Jardín Infantil.
• ¿Por Qué Enseñar Habilidades Prosociales?
• ¿Quién se Beneficia con Aprender Habilidades Prosociales?
• Lo que incluye el Programa de Programa de Habilidades.
• Resumen
II. COMPONENTES DEL PROGRAMA DE HABILIDADES............................... 17
• 1. El modelaje.
- Elementos que refuerzan el modelaje.
- Investigación sobre el modelaje.
• 2. Los juegos de roles.
- Elementos que refuerzan los juegos de roles.
- Investigación sobre los juegos de roles.
• 3. La retroalimentación sobre el desempeño.
- Fortaleciendo los refuerzos del desempeño.
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• 4. El entrenamiento en la transferencia de conductas.
-Refuerzos del Entrenamiento en la Transferencia de Conductas.
• Resumen.
III. LAS HABILIDADES PROSOCIALES............................................................ 34
• Habilidades prerrequisito.
• Selección y secuencia de habilidades.
• Agenda de habilidades.
• Desempeño o ejecución de las habilidades.
• Plan de lecciones para las habilidades:
- Habilidad 1: Escuchar.
- Habilidad 2: Hablar amablemente.
- Habilidad 3: Hablar con firmeza.
- Habilidad 4: Dar las gracias.
- Habilidad 5: Recompensarse uno mismo.
- Habilidad 6: Pedir ayuda.
- Habilidad 7: Pedir un favor.
- Habilidad 8: Ignorar a alguien.
- Habilidad 9: Hacer una pregunta.
- Habilidad 10: Seguir instrucciones.
- Habilidad 11: Intentar cuando es difícil.
- Habilidad 12: Interrumpir.
- Habilidad 13: Saludar a otros.
- Habilidad 14: Interpretar a los demás.
- Habilidad 15: Unirse a un grupo.
- Habilidad 16: Esperar el turno.
- Habilidad 17: Compartir.
- Habilidad 18: Ofrecer ayuda.
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- Habilidad 19: Pedirle a alguien que juegue.
- Habilidad 20: Participar en un juego.
- Habilidad 21: Reconocer los propios sentimientos.
- Habilidad 22: Manejar el sentirse excluido.
- Habilidad 23: Buscar a alguien con quien hablar.
- Habilidad 24: Enfrentar el miedo.
- Habilidad 25: Decidir cómo se siente alguien.
- Habilidad 26: Mostrar afecto.
- Habilidad 27: Enfrentarse con ser molestado.
- Habilidad 28: Manejar el sentirse enfadado.
- Habilidad 29: Decidir si es justo.
- Habilidad 30: Resolver un problema.
- Habilidad 31: Aceptar las consecuencias.
- Habilidad 32: Relajarse.
- Habilidad 33: Enfrentar los errores.
- Habilidad 34: Ser honesto.
- Habilidad 35: Saber cuando contar algo.
- Habilidad 36: Enfrentarse con la derrota.
- Habilidad 37: Querer ser el primero.
- Habilidad 38: Decir “no”.
- Habilidad 39: Aceptar “no” por respuesta.
- Habilidad 40: Decidir qué hacer.
- Acerca de los autores................................................................................................. 86
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PRESENTACIÓN
Las habilidades prosociales y su importancia.
Las habilidades o destrezas prosociales constituyen elementos fundamentales a ser
trabajados en un proyecto de prevención de la violencia y la promoción de patrones de convivencia pacífica en los niños (as)1. Cumplen varios objetivos básicos:
a) Brindar a los niños elementos de socialización y cortesía. Se ha detectado que
frecuentemente la agresión se instala en el aula debido a que algún niño (a) no sabe la
forma adecuada de solicitar un juguete, el ingreso a un juego o un turno. Debido a esto,
puede ser agredido por sus pares (sus iguales) o aislado. A su vez, él puede tornarse
violento. Dentro de estas destrezas se incluyen “decir gracias”, “comenzar una
conversación”, “solicitar hablar”, “hablar amablemente”, etc.
b) Aportar a los niños herramientas de asertividad. Ésta se refiere a la capacidad de
expresar eficazmente los propios deseos y necesidades. Cuando un niño(a) carece de
este tipo de destrezas, puede expresarse de manera que irrespeta y agrede a sus
pares, o puede ser incapaz de manifestar lo suyo, situándose en un lugar pasivo. Esto
propicia que sea victimizado. Dentro de tales habilidades pueden incluirse “conocer los
propios sentimientos”, “expresar los propios sentimientos”, “compartir”, etc.
c) Darle a los niños elementos de prevención y manejo de conflictos. Estos apuntan a
que los niños aprendan a “evitar que se instale la agresión” o “evitar involucrarse” en
escenas de este tipo cuando se les presente tal posibilidad. Además, pretenden
enseñarle a los niños a autocontrolarse de manera suficiente para no desencadenar
ellos la violencia. Dentro de estas destrezas se incluyen “la relajación”, “la
1
El texto se refiere por igual a ambos géneros, excepto en los casos en que sea evidente la referencia a sólo
uno de ellos. Con el fin de no sobrecargar el texto, solo en algunos casos se explicitan ambos sexos.
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interpretación adecuada de los choques accidentales con los compañeros”, “aceptar
que se nos diga no a una petición”, “la escucha”, etc.
d) Propiciar en los niños la construcción de vínculos sociales. Esto se refiere a crear en
ellos la conciencia de que cada persona que encuentran a su paso es también un ser
humano como ellos mismos. A partir del logro de dicha perspectiva, el niño puede
comprender que sus acciones producen placer o sufrimiento en los otros. Esto le
permite tratarlos con empatía y tolerancia. Además, puede desarrollar los conceptos
de solidaridad y compromiso social, indispensables para trabajar en equipo con los
otros.
Las direcciones hacia las cuales están orientadas las habilidades prosociales
(socialización y cortesía; asertividad; prevención y manejo de conflictos y construcción de
vínculos sociales) se entrelazan tan íntimamente, que no podría decirse exactamente
donde comienza una y termina la otra. Por ejemplo, “hablar amablemente” es al mismo
tiempo un elemento de cortesía pero también puede evitar el comienzo de una riña. Esto
hace imprescindible trabajar con los niños permanentemente en todas las vías.
La enseñanza de las habilidades prosociales es particularmente importante en el caso de los
niños de preescolar y los primeros años de primaria. Hay múltiples razones para esto:
- En primer lugar, debido a su temprana edad, los niños (as) de tales niveles apenas están
desarrollando sus procesos de socialización. Por consiguiente, es probable que aún no
hayan adquirido un número significativo de las destrezas en cuestión. El trabajo con los
niños pequeños en torno a las habilidades prosociales en el ámbito escolar constituye,
entonces, un gran aporte a su crecimiento.
- En segundo lugar, es de inestimable valor trabajar dichas destrezas en la escuela debido
a que en nuestro medio los padres frecuentemente suponen que éstas “se aprenden de
manera automática”, es decir, creen que su hijo (a) debe adquirir las habilidades prosociales
con sólo compartir con sus pares. Este enorme equívoco hace que no le presten atención a
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tan importante área de la educación del niño (a) y, en consecuencia, muy frecuentemente el
estudiante del preescolar o de los primeros años de primaria presenta grandes deficiencias
en el manejo de una cantidad considerable de dichas conductas prosociales.
- En los casos en que el niño (a) ya haya adquirido algunas de estas habilidades, el trabajo
específico en torno a ellas cumple la valiosa función de afianzar su desenvolvimiento social y
personal. De este modo, se propicia un desarrollo más firme y rápido en el niño (a).
- Finalmente, la enseñanza de las habilidades prosociales contribuye también al desarrollo
de la personalidad y las habilidades cognitivas e intelectuales del niño (a). Esto se debe a
que tales destrezas promueven en el niño (a) la autoestima y la valoración de sus propias
ideas y sentimientos y lo estimulan para la realización de actividades que le exigen clarificar
sus ideas, escoger alternativas, sustentar sus opciones y otras funciones que elevan sus
niveles de percepción e inteligencia.
Con base en los planteamientos anteriores, podemos afirmar que la enseñanza de las
habilidades prosociales debe considerarse un aspecto imprescindible dentro del currículo del
preescolar y los primeros años de la primaria.
¿Qué contiene este texto?
A continuación, presentamos la traducción de una parte significativa del texto “PROGRAMA
DE HABILIDADES PARA LA INFANCIA TEMPRANA, La enseñanza de habilidades prosociales a los niños de preescolar y jardín infantil”2, de Ellen McGinnis y Arnold P.
Goldstein (Ver referencia sobre ellos, página: 86). Estos autores exponen en torno a varios
aspectos de gran relevancia:
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“PROGRAMA DE HABILIDADES PARA LA INFANCIA TEMPRANA, La enseñanza de habilidades
prosociales a los niños de preescolar y jardín infantil”, McGinnis, Ellen y Arnold P. Goldstein, Ed. Research
Press, Illinois, 1990, 187 pags.
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a) Sustentan la validez de la enseñanza de las habilidades prosociales con base en las
investigaciones realizadas durante varios años y proponen una gama que incluye las 40
principales destrezas dentro de este campo.
b) Presentan, además, una metodología adecuada para enseñarlas en el ámbito escolar:
modelaje, juegos de roles, retroalimentación sobre el desempeño en las habilidades
prosociales y entrenamiento en la transferencia de las conductas enseñadas a los ambientes
cotidianos del niño (a).
c) Finalmente, sugieren alternativas concretas para el desarrollo de cada una de las 40
habilidades propuestas. Por ejemplo, sugieren los pasos específicos para la enseñanza de
destrezas como “Enfrentarse con el miedo”, “Decir no”, “Buscar a alguien con quien hablar”,
etc.
En este texto, se ha incluido el material principal referente a los elementos mencionados.
Con tal fin, se presenta la traducción de tres de los siete capítulos del texto original. Se han
seleccionado estos tres por considerarlos los más pertinentes a nuestro contexto educativo y
social.
Guillermo Gutiérrez G.
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I - INTRODUCCIÓN
Los años de preescolar y jardín infantil son una época especial para los niños (as), lleno de
maravillas y cambios. Pero al mismo tiempo en el que su aprendizaje social, cognitivo y del
lenguaje se está desarrollando rápidamente, muchos niños comienzan también a
experimentar rabia, frustración y miedo - y a ser confrontados por las demandas crecientes
del medio ambiente. Considere los siguientes escenarios:
• Pedro y María, de 4 años de edad, discuten sobre quien obtendrá el próximo turno en
el nuevo triciclo del preescolar. Cada uno sostiene un lado del manubrio y ninguno
parece interesado en ceder.
• Natalia, de 3 años de edad, rompe en llanto cada vez que su madre la anima para que
se vista ella sola. “No puedo hacerlo”, se lamenta. Y luego, se siente cada vez más
frustrada y se rehúsa a intentarlo, “No lo haré”.
• Miguel, de 6 años de edad, parece nunca tener a nadie con quien jugar en los
descansos. Él espera tímidamente cerca de los demás niños pero parece no saber
cómo tomar parte en sus juegos.
• Susana, de 5 años de edad, a menudo intimida a sus compañeros para que hagan lo
que ella dice. “Si no me das tus tijeras, te pego”, les ordena. Generalmente obtiene lo
que desea, pero los demás niños le temen y la evitan cada vez que pueden.
Lo que les falta a estos niños, o su debilidad, radica en las destrezas, habilidades o patrones
de comportamiento necesarios para ser socialmente competentes. En otras palabras, tienen
deficiencias en sus habilidades prosociales, así como los niños que pierden alguna materia o
año escolar son deficientes en habilidades académicas.
Muchas intervenciones educativas se han concentrado en disminuir los comportamientos
sociales inapropiados o indeseables. Sin embargo, no es suficiente enseñar a los niños qué
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es lo que no deben hacer; es necesario tomar también medidas adicionales para enseñarles
lo que si deben hacer. La meta de este libro es proporcionar a los maestros y a otras
personas que trabajan con niños de preescolar y jardín infantil técnicas de validez
demostrada para enseñar de manera sistemática los patrones de comportamiento necesarios
para las interacciones sociales efectivas y satisfactorias. – en el colegio, en el patio de recreo y en la casa3.
Este método, “Programa de Habilidades”, ha tenido éxito con niños de edades de preescolar
(McGinnis, Goldstein, Sprafkin & Gershaw, 1984) y adolescentes (Goldstein, 1973 - 1981;
Goldstein, Sprafkin, & Gershaw, 1976; Goldstein, Sprafkin, Gershaw & Klein, 1980). Nuestra
presentación de este método para niños entre 3 y 6 años de edad es el resultado de la
conciencia creciente de que, aún en esta temprana edad, el dominio de las habilidades
prosociales juega un papel crítico en el bienestar de los niños y en su desarrollo posterior.
Los Niños de Preescolar y Jardín Infantil.
Hacia los 3 años, edad que denota típicamente el fin la primera infancia y el comienzo de los
años del preescolar, la mayoría de los niños comienzan a verse como parte de un mundo
más grande - un medio que incluye la demanda de dominar habilidades implícitas y explícitas
para así agradar a los adultos de ese mundo. Piaget (1962) denominó las edades entre los 2
y 7 años como la etapa preoperacional, un tiempo en el cual los niños empiezan a
contemplar cada vez más sus acciones y a darse cuenta de cómo su conducta provoca
premios como sonrisas, abrazos y palabras de elogio; o castigos indeseados como ceños
fruncidos, reprimendas, o pérdidas de privilegios.
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Aunque el programa descrito en este libro está enfocado principalmente hacia niños de edades de jardín
infantil o menores, dependiendo del nivel de desarrollo de los niños involucrados, las habilidades y métodos
pueden ser útiles hasta para niños de segundo grado elemental.