Queriendo saltar un muro,
un chiquillo fue a parar
sobre un montón de ladrillos.
Se hizo daño en un tobillo
en el brazo, en la rodilla,
en la boca, en un colmillo
y en unas cuantas costillas.
Tres meses en una silla
tuvo el pobre que aguantar,
sin jugar con su pandilla,
sin salir a pasear.