El matrimonio de Alejandro y María
Alejandro y María llevaban juntos media vida así que pensaron que lo mejor era irse a vivir juntos y formar una familia.
María y Alejandro creían en Dios y solo entendía un matrimonio por la Iglesia, pero María decía que no estaba dispuesta a casarse solo para montar una parafernalia, que para Dios no era necesario hacer un bodorrio de tomo y lomo, Ella deseaba una boda sencilla en la pequeña ermita de su pueblo con sus familias y amigos más íntimos, Alejandro deseaba gritar a los 4 vientos su amor y quería casarse a lo grande.
Entre María y Alejandro cada vez había más distancia entre discusión y discusión.
Cierto día que Alejandro llegó especialmente enfadado a su trabajo la señora Ana le vio y enseguida supo que su jefe no venía para muchas fiestas, pero pensó que ese mal caracter llevaba demasiados días agriando el ambiente y no podían seguir así porque espantaba a los clientes, de modo que armándose de mucha paciencia se fue a su despacho, tomó asiento y le dijo sin demasiados miramientos:
Ahora Alejandro no solo estaba enfadado sino bastante decepcionado consigo mismo. María era el amor de su vida, y lo que de verdad quería era pasar el resto de sus días con ella comprometiéndose ante los ojos de Dios y del mundo entero aunque solo fuera en una pequeña ermita y con los más íntimos.
Alejandro salió corriendo y fue a ver a María, en menos de 3 meses eran el matrimonio más feliz del mundo, felicidad que creció cuando nacieron sus dos bellos hijos Mario y Alejandra que los colmaron de dicha, pero lo que mayor felicidad trajo a su pequeña familia fue la llegada de Hanachén a sus vidas.
Hanachén era una niñita pálida y enfermiza que conocieron un día por casualidad pidiendo en la calle, apenas podía mantenerse en pie.
María y Alejandro como buenos cristianos no lo pensaron dos veces y la recogieron en casa para cuidarla, sus hijos sabían que sus padres siempre que se proponían algo difícilmente no lo conseguían, su fe siempre les demostraba que movía montañas.
Todos se dedicaron en cuerpo y alma a cuidar a Hanachén, dándole cariño, protección y cuidados.
Pasado un tiempo Hanachén era una niña sana y feliz, quería a aquella familia comos si fuera la suya propia, María y Alejandro deseaban que siguiera formando parte de ella, así que hicieron una reunión familiar y propusieron a sus hijos apadrinarla, todos estaban encantados con la idea y después de muchos trámites el días del cumpleaños de Hanachén le hicieron el mejor regalo que ella deseaba.
Antes de soplar las velas, Hanachen cerro muy fuerte los ojos y dijo: - Gracias Jesús por regalarme esta familia. Gracias María por ser mi mamá, gracias Alejandro por ser mi papá, gracias Mario y Alejandra por ser mis hermanos, gracias por todo vuestro amor.
Ellos abrazaron a Hanachen emocionados y en ese momento supieron que su gran amor sería indestructible porque Dios estaba a su lado.
Reflexionamos y respondemos.
1.- Qué problema surge entre Alejandro y María cuando deciden vivir juntos y formar una familia.
2.- ¿Qué aconseja la señora Ana a Alejandro?
3.- Por qué crees que Alejandro acepta casarse con María por la Iglesia tal como ella deseaba.
4.- Copia los ejemplos de amor que crees que aparecen en la historia.
5.- Qué te enseña esta historia sobre el matrimonio cristiano.