La comunicación y sus elementos.

La comunicación es un proceso que consiste en la transmisión de información desde un punto de origen a un punto de llegada. No se trata de un fenómeno exclusivamente humano y se realiza mediante signos. 

Un signo es un elemento perceptible por los sentidos que se asocia o representa algo distinto de él mismo. Por ejemplo, el sonido del timbre se asocia con la entrada o salida de clase; el color rojo del semáforo con la idea de "parar", la palabra silla con "mueble con asiento y respaldo de uso individual". 

Todo signo consta, por tanto, de dos partes:

Pues bien, en todo proceso de comunicación intervienen una serie de elementos:  

El código más potente que emplea el hombre es el lenguaje verbal, formado por las lenguas naturales (las distintas lenguas orales: francés, español, chino, etc.) y sus códigos sustitutivos (es decir, que tratan de representarla: el principal, es la escritura).

El lenguaje verbal es tan importante que incluso sirve para definir dos grandes tipos de comunicación:

RUIDO: se denomina "ruido" a cualquier elemento que dificulta, debilita o incluso impide el proceso de comunicación, generalmente al dificultar la adecuada recepción del mensaje. Ojo, porque en este caso, la palabra "ruido" no se refiere exclusivamente a fenómenos acústicos, sino a cualquier fenómeno que obstaculice la comunicación: una mala letra, deficiente ortografía, escasez de luz para leer, debilidad en la imagen de televisión, afonía del hablante o lentitud al cargar las páginas de Internet, serían ejemplos de "ruido".

REDUNDANCIA: son los mecanismos de compensación que se introducen en el proceso para contrarrestar el ruido y garantizar la recepción del mensaje. Por ejemplo, escribir en mayúsculas, repetir el mensaje con palabras o gestos, o con palabras y dibujos, o con palabras e imágenes. Son elementos que no añaden información, simplemente insisten en ella para garantizar que llega a su destino adecuadamente.

Según la relación emisor-receptor, la comunicación puede ser 

     Bidireccional : emisor y receptor colaboran y van cambiando alternativamente sus papeles (por ejemplo, una conversación, o incluso una representación teatral que termina con aplausos, o una clase en la que los alumnos participan en lugar de permanecer callados con cara de sueño) 

     Unidireccional : hay un único emisor y un receptor que no intercambian papeles, la comunicación va siempre del emisor al receptor. Ejemplo prototípico sería, por lo general, la televisión.