Recuerdos de invierno

Lizbeth Luna

Capítulo 7

Ya había pasado más de una hora y no había ni rastro de Kilian. Aleksei daba vueltas de un lado al otro frente a la casa, se notaba la preocupación en su rostro, no podía esperar y menos a sabiendas de quién tenía a Kilian en esos momentos. Sin más regreso a aquel lugar.

Caminó hacia el bosque por la parte trasera de la mansión, llegó hasta el claro que tantos recuerdos le traía pero sabía que no era momento para eso así que siguió caminando un largo rato llegando a un pequeño río, lo cruzo sin dificultad y al pasar al otro lado del río pudo percibir enseguida los pasos de alguien que caminaba a no muy lejos de ahí, aquello le parecía imposible a no ser que fueran las gemelas con Kilian o el mismo Zoria. Siguió el sonido de los pasos sin pizca de vacilación sabiendo que en algún punto tendrían que verse frente a frente, no fueron ni dos minutos cuando en efecto se encontró con alguien, sin embargo, no se trataba ni de las gemelas, Kilian o Zoria. Lo que vio lo dejó impactado, aquello era imposible pero no tenía duda alguna de que se trataba de Mikail.

-M...Mika... -susurro sorprendido de ver ahí a su hermano-

-Oh, sí que has crecido Alek -le sonrió como si nada pasara-

-¿Cómo es posible?, tú... Tú estás muerto -sentía que todo aquello era una alucinación-

-Pues yo me siento muy vivo -se pasó la mano por los cortos cabellos- Sé que es imposible de creer pero aquí estoy, ¿qué mejor prueba que está?

-¿Por qué  apareces  ahora?, ¿por qué no me buscaste? -lo miraba aún sin poder creer que se tratara de su hermano-

-Porque no podía, no quería que te hicieran nada, pero ahora parece que soy yo quien debe detenerte -bajo la mirada-

-¿Detenerme? ...  No puede ser que estés con él, Zoria es la causa de todos nuestros problemas, Mika no es posible que estés de su lado -Saber que su hermano estaba vivo y no solo eso sino que ahora era un obstáculo lo habían dejado completamente sorprendido.

-Lo siento Alek, pero no hay mucho que puedas hacer contra mí, tú eres un soldado a medias -suspiro-

De un momento a otro su semblante cambió, su mirada se oscureció, esos ojos azules se fijaron en los negros, dos presencias igual de intimidantes chocando, pero Mikail tenía razón, había algo en el que superaba por mucho a Aleksei.

Un par de aves salieron huyendo de los árboles y sin previo aviso Mikail comenzó la riña, sus puños se encontraron, golpe tras golpe. En todo sentido Aleksei tenía la desventaja, no sólo en fuerza sino también en voluntad, estar peleando ahora contra su hermano mayor al que creía muerto, para empezar eso era un fuerte golpe emocional así que la pelea no duró mucho, Aleksei cayó inconsciente después de sentir una enorme descarga eléctrica por todo su cuerpo.

-Lo siento pequeño hermano -Lo cargó con cuidado y siguió en el mismo camino por el que se dirigía Aleksei-

 Pudo distinguir a una instalación de aspecto deteriorados o menos en el exterior. Al entrar se notó que la fachada solo era para disimular pues por dentro era completamente diferente, un laboratorio con equipo en funcionamiento, aunque solo había dos que tres personas por los blancos pasillos. Dobló en un pasillo a la izquierda entrando por una puerta de madera que llevaba a los pasillos de una casa, ahí estaba Zoria esperándolo.

-Veo que eres eficiente -sonrió de medio lado ante la llegada de Mikail-

-No es precisamente que lo disfrute -bajó a su hermano dejándolo sobre un sofá-

-Mmm pero fuiste tú quien me pidió que hiciera todo este espectáculo, al menos las gracias deberías darme.

-Todo esto es culpa tuya, solo te he pedido que arregles las cosas -se acercó a Zoria yo tomo de la cintura pegándolo a su cuerpo - así que solo has lo que te pedí.

-Yo ya te di mi versión  de la historia, y me alegro de que al menos finjas tan bien el hecho de creerme -suspiro y se alejó de Mikail- ahora me pondré a trabajar, deberías ir y hablar con ese chico, él novio de tu hermano... Se puso a romper un montón de cosas hace un rato, le di un tranquilizante pero se le va a pasar muy pronto el efecto.

-Bien, hablaré con él -miro de reojo a Aleksei y después se alejó caminando a la biblioteca de aquel lugar donde encontró a Kilian medio dormido- Supongo que es hora de explicarle algunas cosas.