Importancia de los Referentes Éticos en nuestro Proceso de Transformación Curricular
Dr. Carlos Vilchez
Buen día mis estimados colegas, el proyecto educativo nacional (PEN) tiene una data antigua, la cual se concreta en la Venezuela de la era postmoderna con la actual transformación curricular, implementada por el Ministerio del Poder Popular para la Educación, apoyada por una consulta por la calidad educativa a más de siete millones de venezolanos y venezolanas, las cuales expresaron que tipo de educación querían.
Esta transformación curricular tiene unos principios éticos que están inmersos en todo y cada uno de los elementos que la componen. El currículo no es solamente las áreas de formación, los horarios, las asignaciones docentes, entre otras; Contiene unos principios morales, en correspondencia con lo que decía bolívar en el decreto de Chuquisaca (1825) “... La salud de una república depende de la moral que para la educación adquieren los ciudadanos en su infancia”. Es por ello que los niños y jóvenes deben recibir una educación que los forme como ciudadanos virtuosos e ilustrados y cuyo sentir y actuar estén regidos por el espíritu nacional.
Es imperativo insistir en la formación de nuestros niños y niñas, al igual que nuestros jóvenes, en relación a estos referentes éticos, para garantizar la formación de hombres y mujeres profundamente humanizados (emociones, sentimientos, sueños), con una fortalecida identidad, respeto y defensa de lo nuestro, de lo que nos identifica como venezolanos, como caribeños, como latinoamericanos, como habitantes de esta gran nación, soñada por bolívar, sur América.
Siguiendo con las ideas expresadas, quiero resaltar la experiencia de nuestra maestra Belén María San Juan Colina formada en buena parte durante la dictadura de Juan Vicente Gómez, en la escuela normal de mujeres, valerosa emprendedora mujer con una idea muy pragmática de cómo debería ser la educación venezolana. En su larga búsqueda por una educación humana y libre, para humanos libres, funda la Escuela Experimental Venezuela, en 1939, donde se implementa la formación integral de futuros ciudadanos de una democracia, la cual tenía como método la inclusión de una perspectiva pedagógica que denominó La República Escolar –autogobierno escolar, una forma de organización, funcionamiento y de trabajo en la escuela-, donde se enseña a vivir en democracia, con disfrute de una libertad de los demás y ejercitación de la solidaridad; porque coordina la cooperación solidaria y constante del alumnado en las diversas actividades de la
escuela: porque favorece el libre desarrollo integral de la personalidad del alumno; porque facilita la sustitución de la disciplina impuesta por el maestro, que es la característica de la escuela común tradicional, por una disciplina consciente que era aceptada por los educandos debido a que ellos participan en la elaboración de las normas y cooperan en el mantenimiento de la disciplina escolar.
Asimismo la república escolar, atendiendo a lo dicho por el Maestro Simón Rodríguez “si quieres Republicas, forma republicanos”, se organizaba internamente como una federación, el grupo de cada grado constituía un estado y todos conformaban la gran confederación de estados que era la República Escolar de la Escuela Experimental Venezuela, la cual también tenía dependencias federales: las secciones del jardín de infancia. La totalidad del alumnado de cada grado constituida el poder legislativo. Periódicamente se reunión en la Asamblea General para evaluar trabajos, para planificar, o para aprobar alguna ley propuesta por el legislativo de alguno de los grados-estado -si quieres el apoyo del grupo, invítalos a inmiscuirse en lo que haces y escucha sus propuestas-.
En palabras de Mivelis Acevedo, alumna de la Escuela experimental, decia: allí no nos enseñaban solamente a contar; no sólo a diseccionar insectos y los ojos de buey, no sólo a describirse y hablar el lúcido castellano, a hacer maquetas de las capas de la atmósfera, no. Allí nos enseñaban a bailar, a esculpir, a dibujar, a escribir poesía, a actuar, a recitar a Neruda, Rengifo, Nazoa, Martí, Mistral; nos enseñaban a caminar sin tropezarnos, a hacer hallacas, a cuidar los más pequeños, hilvanar elaborados discursos –en correspondencia con la actual transformación curricular se puede comparar lo expresado con los con grupos estables-. Junto al Valor de la higiene, el orden, el método de la ciencia como base del conocimiento, nos formaban en el Valor de la verdad, de la solidaridad necesaria, de la línea como imaginaria alegoría de la conducta, de la coherencia. Nos enseñaban la planificar; a dirigir grupos, a gestionar y evaluar nuestra propia educación, a entender la actividad humana en sociedad como la acción política, y por tanto, a manejarnos como república escolar.
Mis queridos colegas no permitamos que estos sueños mueran cuando mueren los que los soñaron, debemos tener claridad de propósitos en formar conscientemente a nuestros colegas docentes en lo valioso de estos principios éticos, para que ellos a través del amor y el ejemplo inyecten en nuestros niños y jóvenes esos valores, que son el estandarte de la verdadera transformación curricular; Sirva este ejemplo de la Escuela Experimental Venezuela, para abrir las mentes de nuestros docentes a la nueva forma de educar. Dejemos a un lado esa educación tradicional, caracterizada por formar hombres y mujeres para ocupar un puesto en la industria capitalista, debemos formar hombres y mujeres con principios humanos, que tengan como medida el ser felices, el construir una sociedad
solidaria, amante de la Paz, defensora del ambiente, con conciencia de la igualdad de todos los seres humanos, ya sean blancos, negros, indios, orientales, occidentales o cualquier otra forma inventada por la sociedad capitalista actual para dividirnos, para hacernos diferentes, unos privilegiados y otros sin privilegios.