Estrategias de disciplina en la escuela. Pedagogía de la no violencia
Viernes, 15.01.2016
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Vidal Schmill. Bibliografía
Conocer estrategias efectivas de intervención en el aula para una buena disciplina en el aula.
Necesitamos salud mental: mantenerse en el justo medio entre el caos y la rigidez.
A veces se negocia, te adaptas y eres flexible; a veces requieres orden, cercanía y contacto.
El estrés es necesario para tener energía, pero debe ser cuidadosamente administrado.
“Conjunto de estrategias y acciones usados para transmitir valores que permitan a mis hijos/alumnos crecer como personas para su bien y el bien común”.
Vidal Schmill
Una sanción o una consecuencia no debe venir sin una lección de valor.
El premio y el castigo son mecanismos que llevan a la doble moral, son consecuencia del condicionamiento. Son un mecanismo propio de mascotas.
Entonces, ¿cuáles son las opciones?
Es necesario para:
“No es advertir; es permitir elegir”
Deben cumplir con las 5 C’s:
Los niños aprenden si contigo hay predictibilidad: saben lo que va a pasar contigo.
Deben trabajar juntas, simultáneamente.
Necesita llevarse en dos aspectos: prevención y reducción.
Condicionar para que suceda lo que necesito en diferentes ámbitos:
Curriculum Considerar estilos de aprendizaje. Usar apoyos visuales | Organización Asignación de lugares Acomodo de sillas para el diálogo | Interpersonal Reuniones semanales Campañas de buenos modales |
El “niño foca” es quien está condicionado y trata de condicionar los comportamientos de los adultos a “recibir su pescado”.
La sanción no es lo que cambia la conducta, ni su severidad, sino su inevitabilidad.
La sanción se aplica gradualmente, y se aplica como opción.
El premio condiciona para que algo se haga; el condicionamiento celebra lo hecho sin haberlo condicionado. El reconocimiento me hace sentir bien, pero no es consecuencia de efectuar una conducta mercantilmente.
La probabilidad de ocurrencia de repetición de una conducta positiva aumenta con el reconocimiento.
Cómo reconocer en el aula sin condicionamientos, sin generar una doble moral.
No son condicionados, y deben ser breves, sinceros, cálidos, oportunos y específicos, reconociendo lo valoral y lo actitudinal.
Brevedad. La adulación no es reconocimiento; la soberbia no es autoestima. El reconocimiento es moderado, no es superlativo. Que sea en corto y sobre la marcha: “que buena pregunta!”. Generalmente no se debe usar a los niños de ejemplo de sus compañeros. Se hace algo público cuando hay una conducta relevante/extraordinaria a enfatizar. Reconocimiento a los padres y ante los padres. Muchos papas necesitan y merecen reconocimiento a su labor.
“La buena disciplina empieza por los reconocimientos, no por las sanciones”.
Los niños no se creen los cumplidos exagerados. Jugaste bien, no eres el próximo chicharito.
“A veces el niño más antipático es que que más requiere empatía”
Una buena disciplina empieza por la validación de los niños.
Muchas veces un problema disciplinario es técnico pedagógico en realidad: desde la sana escucha y visión, que serían la componente física, hasta el desarrollo de técnicas de estudio, sin descartar que de hecho sí existan comportamientos antisociales no atribuibles a las causas anteriores.
Si el sistema disciplinario va directo a la sanción está condenado a fracasar. Debe valorar sus fortalezas y aciertos. Las sanciones no deben ser castigos,
“El castigo es una sanción dolorosa desvinculada del acto realizado que produce dolor y alejamiento natural del objeto castigador”
Si se presenta exageración o relativización se producen resentimiento e impunidad, respectivamente. Ningún niño que se pelea piensa: “es cierto, debo controlar mis impulsos para triunfar en la vida, extraño a mi escuela y a mis compañeros. He aprendido la lección que me ha dado esta expulsión del Colegio”. -Ningún niño piensa así!
No se puede imponer la no violencia con un método violento:
“La educación violenta para la
no violencia implica habituación
al método, no a la intención educativa
y eterniza así la violencia que quiere evitar”.
Lo primero es clasificar las faltas en: