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Gente despierta. Amparo Sánchez Amparanoia Violencia de género. Carles Mesa charla con Amparo Sánchez Amparanoia 24_11_15
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- CARLES MESA: Nos adelantamos al Día Internacional para la eliminación de la violencia contra la mujer. Y Ana Cabanes ya está preparada, en los estudios de Prado del Rey, para plantearles algunas preguntas y algunas reflexiones. Ana, buena noches.
- ANA CABANES: Las violencias machistas, en plural, es nuestro asunto central de hoy, y sí conviene subrayar este plural, porque resulta muy necesario denunciar no solo las brutales palizas, sino también la explotación sexual o el maltrato psicológico que sufren muchas mujeres en todo el mundo; maltrato psicológico tanto en el ámbito familiar como en el laboral.
Invitamos a todos nuestros “despiertos” a que llamen al programa, y que compartan con nosotros no solo experiencias personales, también nos gustaría contar con opiniones y comentarios sobre la actual Ley integral contra la violencia de género. Se trata de una ley del año 2004 y queremos saber qué piensan, si creen que habría que modificar o no esta norma, porque es cierto que continúan las muertes de mujeres, víctimas de la violencias machistas y las cifras son muy alarmantes, Carles, pero lo más alarmante es ¡que muchas mujeres no denuncian!
- CARLES MESA: Cierto es, Cierto es. Todos los veinticinco de noviembre, desde hace más de treinta años, se celebra el día internacional contra la violencia hacia la mujer. Una jornada en la que este año se quiere hacer hincapié en la PREVENCIÓN, para acabar con esta lacra que, en alguna de sus formas, sufren millones de mujeres de todo el mundo.
Se eligió, esta fecha, el veinticinco de noviembre, en recuerdo del asesinato de tres mujeres dominicanas, las hermanas Maribal, ocurrido en 1960 por la orden del dictador de la República Dominicana, Rafael Leónidas Trujillo.
Enseguida hablamos de este asunto con nuestra invitada, con Amparo Sánchez, la voz del grupo musical Amparanoia, que fue ella misma víctima de la violencia machista, y que ha reflejado esa terrible experiencia en un libro que tenemos sobre la mesa. Pero antes escuchamos la “Introducción” que hace Luis Miguel Pérez Peris.
- LUIS MIGUEL PÉREZ PERIS: La PREVENCIÓN es el tema central de esta jornada internacional por la eliminación de la violencia contra la mujer. PREVENCIÓN para tratar de evitar que una de cada tres mujeres siga sufriendo agresiones físicas, psicológicas o sexuales, para evitar que sesenta millones de niñas sean obligadas a casarse con menos de 18 años, o que otros ciento cuarenta millones sean víctimas de la mutilación genital femenina.
La celebración de este año se va a extender, durante dieciséis días más, a partir del veinticinco de noviembre, hasta el próximo diez de diciembre, para enlazar con el día mundial de los derechos humanos. Dieciséis días de activismo contra la violencia de género en todas sus formas, para pintar el mundo de naranja, color con el que se vestirán calles, escuelas, monumentos o edificios, como las cataratas del Niágara, o la sede de la Comisión europea en Bruselas, o las ruinas arqueológicas de Petra en Jordania o la estatua del Cristo Redentor de Río de Janeiro, por citar solo algunos ejemplos.
Aquí en España, este día internacional por la eliminación de la violencia contra las mujeres viene precedido por la multitudinaria marcha, celebrada hace unos días en Madrid. La primera gran manifestación estatal contra la violencia machista a la que se adhirió la inmensa mayoría de las organizaciones políticas, sociales y sindicales de toda España.
Manifestación en la que se pidió que la violencia machista sea una cuestión de estado y que se reforme la Ley Integral de 2004, para que recoja otros tipos de violencia, como la explotación sexual, o la discriminación laboral, y en la que pudieron escucharse testimonios como este:
- “Yo he sufrido la violencia: física, psíquica y sexual de un maltratador. En 2009, me quitaron la custodia de mis hijos y se la dieron a un maltratador.”
- “Cada día sufrimos violencias machistas como la sexual, como el acoso laboral, como humillaciones... Esas miles de violencias que padecemos por el hecho de ser mujeres, que sean consideradas terrorismo machista y, como tal, se adopten las medidas urgentes y se mantengan en el tiempo, para parar esta masacre.”
- CARLES MESA: Saludamos ya a nuestra invitada que, además de ser compositora, cantante, productora, es escritora.
Hoy se acerca a la radio para conversar sobre su libro La niña y el lobo. Vivir para contarlo, una historia de violencia machista y superación, publicado en ediciones Lupercalia. Si de algo nos tiene que servir esta charla es, sobre todo, para demostrar que se puede salir, porque nuestra invitada es. también, un ejemplo de SUPERACIÓN.
- CARLES MESA: Amparo Sánchez, buenas noches y bienvenida.
- AMPARO SÁNCHEZ: Hola, buena noches y muchas gracias.
- CARLES MESA: Este libro, Amparo, llega veinticinco años después de todo lo sucedido. ¿Por qué ahora?
- AMPARO SÁNCHEZ: Era el momento, ¿no?, de compartir una historia así. Bueno, escribirla primero. Llegar al punto de decir que quiero escribir acerca de lo que me pasó y tener esa visión que te da el paso del tiempo, ¿no?, que es la distancia, el poder acompañar también ese crecimiento como persona, después de que pasaran tantos años, a esa visión, ¿no?; porque, cuando acabó esta historia, que es cuando acaba el libro, cuando acaba físicamente la historia, yo decido olvidar lo que había pasado y empoderarme y hacer lo que quería hacer, que era música, y pensar en criar a mi hijo y tener una vida, pues, sin violencia; y, de alguna manera, pues, oculto, entierro esto, lo comparto con muy pocas personas, pero es algo que está ahí, siempre latente, y, sobre todo, pues, cuando llega un medio, una asociación de mujeres, o ves las noticias, o veía, osea, me tocaba, o veía una película del tema, siempre me decía: “Yo también pasé por ahí” y, quizás, llega la hora de mirar, ¿no?; entonces, bueno, me decido a empezar a contar mi historia, animada por una amiga que, actualmente, trabaja en la lucha contra la violencia y ella me dijo: “Amparo, necesitamos historias de superación y tú pasaste por ahi. ¿No crees que, quizás, podrías contarla? Y te gusta mucho escribir…” Y dije: “bueno, no sé si me voy acordar, no sé si voy a encontrar la manera...” Pero, la verdad, se fueron dando como las señales, los empujones y el apoyo necesario para empezar a escribir.
- CARLES MESA: Y empieza la historia, la historia del libro, contando tu infancia. Empieza así, una infancia en la que, a pesar de tener hermanos, te sientes muy sola, porque hay mucha diferencia de edad con ellos, ¿no? A todo esto: ¿tal vez la soledad, tiene algo que ver, con lo que te ha sucedido? ¿crees?
- AMPARO SÁNCHEZ: Bueno, muy al principio, lo que sí aparece es una agresión sexual que sufrí de muy jovencita y que no llegó a violación porque, bueno, ahí algo se me iluminó y me defendí, pero es lo primero que me vino a la cabeza, cuando empecé a escribir el libro, dije: “pero bueno, a ver, la primera vez que sufrí violencia no fue con mi primera relación amorosa, sino, que ya de niña, sentí como un hombre intentó agredirme y utilizar su fuerza y su violencia para conseguir a nivel sexual excitarse, o, bueno sí, para conseguir algo a nivel sexual y fue muy fuerte, porque era algo que, eso sí era verdad, tenía completamente olvidado y al ponerme a escribir, o sea, al acordarme de cómo era yo cuando tenía catorce años, que es cuando empieza el libro, ahí, de pronto, me viene este flash de mi infancia y me viene también un recuerdo de la historia de mi abuela, que fue una mujer maltratada durante toda su vida por mi abuelo, y...de pronto me vinieron muchas cosas, justo al empezar a escribir. Entonces: ¿Por qué yo llego a esa situación?... ¿Soledad? Bueno, soledad puede ser, porque mis papás eran mayores, mis hermanos eran mayores, y yo vivía en un mundo de mucha fantasía, y tenía un mundo así, muy intenso en mi habitación, en mi pequeño cuarto, pero es cierto que cuando salgo fuera, pues, con un cuerpo muy de mujer, aunque era una niña, y con muchas ganas de conocer la vida, empiezo una relación con un hombre mayor que yo y … porque me atrae, justamente eso, que es mayor que yo, que tiene coche, que bebe, que conoce música, que me lleva a sitios, ¿qué no?... me enamoro realmente de él.
- CARLES MESA: ¿Y te quedas embarazada?
- AMPARO SÁNCHEZ: Me enamoro mucho, sí. Empiezan a aparecer las primeras señales de lo que vino después, ¿no?; pues el control por su parte: alejarme de mis amigas, de mis amigos, por supuesto, ni hablar, de mis amigos porque no existían ¡que yo tuviera amigos!... Pero bueno de mis amigas sí, y alejarme, incluso, de mi familia: “ellos no te entienden, ellos pasan de ti”. También, coincidió con un momento en que un hermano mío tenía un problema personal y mis padres estaban muy volcados en él, y eso me dio a mí una tremenda libertad, para hacer todo lo que quise que era, pues, mentirles, engañarles, y…
- CARLES MESA: Además, la adolescencia es el tiempo pues eso.. de la rebeldía.
- AMPARO SÁNCHEZ: Sí, con catorce o quince años. Si, pensar que tenía yo ya..., no sé cuánto... Entonces, no sé, bueno, lo que pasa básicamente es que me enamoro y, bueno, y en vez de hablarlo con alguien, pues, a nivel de anticonceptivo, del tipo de relación que estábamos teniendo, y de todas estas de señales que ya te digo de control, de todo eso...
- CARLES MESA: Por eso insistía, al principio en la soledad.
- AMPARO SÁNCHEZ: Sí, puede ser, Sí, sí...
- CARLES MESA: Sin tratar de justificar nada, ¡eh!, en absoluto, en absoluto.
- AMPARO SÁNCHEZ: Por supuesto que no. Y, también, pues que mis amigas salían con chicos de su edad, entonces, tampoco tenían la misma experiencia que yo estaba teniendo con él, y ahí sí que me sentía como sola, con él mi mundo era él y yo, no había nada más y de pronto como tú muy bien dices, quedé embarazada, ahí ya aparece un rostro de él bastante fuerte.
- CARLES MESA: Con dieciséis años ¿eh?
- AMPARO SÁNCHEZ: Me quedo embarazada con quince años y doy a luz con dieciséis años.
- CARLES MESA: Eso tiene unas consecuencias, porque, por ejemplo, tus padres sienten vergüenza del ¿qué dirán los vecinos? ¿no? Lo que sucedía hace muchos años, y entonces cambiáis de casa y de ambiente.
- AMPARO SÁNCHEZ: Bueno, ahí pasaron muchas cosas, ¿no?, porque en un principio, él no quería que yo tuviera ese bebé y ahí fue su insistencia.
- AMPARO SÁNCHEZ: Y su batalla... Y de pronto mi familia se entera de que yo estoy embarazada, por la madre de él, o sea, se entera todo. En la familia empieza así a arder y a bullir, y después de idas y venidas, él decide que no quiere asumir esa paternidad, y que se va y que no y que terminamos, ¿no? Entonces mis padres, sí que me acogen, y me dicen: “no te preocupes, el niño viene a su casa. No te va a faltar nada ni a tí ni a él. Puedes seguir estudiando, cuando nazca, en fin. Estamos aquí para apoyarte”. Pero, bueno, por un lado, yo estaba enamorada de él, y cuando nace y él ve al bebe, pues… me dice que sí que quiere estar conmigo y ahí es donde empezamos una vida en común y ahí es donde empieza la tortura.
- CARLES MESA: Bueno, la cuestión es que empieza una nueva vida. Te casas con Alejandro, estás con tu hijo, pero pronto llegan los problemas.
Voy a leer textualmente un fragmento del libro que a mí me ha dolido especialmente y lo hago no por morbo, ¡en absoluto! Quiero que lo sepas.
- AMPARO SÁNCHEZ: Está todo en el libro, quiero decir.
- AMPARO SÁNCHEZ: Lo cuento para que se lea.
- CARLES MESA: Efectivamente, y sirve seguramente como lección
- AMPARO SÁNCHEZ: Y para que sirva.
- CARLES MESA: Para que sirva para los que nos están escuchando. “El otro día se paso de la raya. Volvíamos del bar, hacia casa de madrugada. Alejandro había bebido mucho ese día. Empezó en el restaurante con el <sol y sombra> temprano. Ángel estaba dormido en su carrito y por el camino empezó a decirme que era una zorra, que por qué hablaba con todo el mundo, que no lo respetaba. Yo iba en silencio. Porque bastante escándalo estaba montando él solo
Al llegar a casa, acosté a Ángel y cerré la puerta de la habitación. Al salir al pasillo, me sorprendió con un bofetón y después me dió otro. Traté de esquivarlo y de pararlo, pero se me resistía, le daba más coraje y me pegaba más fuerte. Tirada en el suelo del pasillo, pedía ayuda, pero ni mi hermano ni su mujer estaban en casa, así que solo podía llorar y desear que se cansara y parara. Después de unas patadas en el estómago y la espalda, y muchos insultos vi que se dirigía al cuarto. Me levanté de un salto asustada, pensando que pudiera hacerle algo a nuestro hijo; pero al entrar le vi tumbado boca abajo en la otra cama, borracho, con la respiración entrecortada y murmurando: “así aprenderá a respetarme la muy zorra”. Me acosté sigilosamente junto a Ángel, que dormía profundamente. Lloré muy bajito. Dolorida por los golpes y por la humillación, me dormí.
- AMPARO SÁNCHEZ: Si bueno, era lo que decía antes, que había muchos avisos, y ese fragmento del libro, esa era la primera, la primera vez que vi al lobo frente a mí, sin ningún tipo de compasión hacia mi persona.
- CARLES MESA: Sin máscara. Estaba muy claro.
- AMPARO SÁNCHEZ: Sí muy claro. Y... ahí, quizás, es donde yo tendría que haber desaparecido, pero, bueno, era una historia que tenía que vivir.
- CARLES MESA: Me gustaría incidir en eso, por qué, justamente, cuando se habla de maltrato en los medios de comunicación, lo más habitual que se escucha muchas veces, a veces trivializando el asunto, es, bueno, si pasa eso, por qué no se ha ido de casa; pero, claro, es que no es fácil, es que hay amor, es que hay un hijo, es que hay muchas cosas compartidas, es que hay un señor…
- AMPARO SÁNCHEZ: En mi caso, me había rebelado contra mis padres, diciendo que era lo que quería hacer. Tampoco podía volver a casa, diciendo: “¡Ah!, no ha salido bien”. Te sientes culpable y quieres creer que es verdad, que nunca más va a volver a pasar, quiero decir…
- CARLES MESA: Porque él lo dice muchas veces, ¿no? Muchas veces: “No va a volver a suceder”
- AMPARO SÁNCHEZ: Siempre. Claro. Siempre que hay una agresión física y, aparte, siempre lo digo: las agresiones físicas, siempre van creciendo, se van… van siendo cada vez con más fuerza. Porque él también va probando hasta dónde puede llegar, ¿no? Y es cierto que en la primera es cuando hay que coger los bultos y desaparecer. Pero él llegó al día siguiente pidiendo perdón. No sabía lo que le había pasado. Bueno, la culpa era del alcohol, de esto, de lo otro, que no estábamos en nuestra casa, porque vivíamos en esa época con mi hermano y su mujer. ¡En fín! Una serie de circunstancias que le habían provocado eso. Y los celos, porque él me amaba profundamente. Entonces, claro, eres tú la culpable, quiero decir que, en su discurso, lo que te hace sentir es que tú has tenido la culpa de lo que te ha pasado, y que ha perdido el control y que no va a pasar más. Y como estas enamorada, porque tienes un hijo, tienes un proyecto de vida, tienes amor, tú sientes amor hacia esa persona, piensas bueno pues y tú, y tú … Y voy a ir más allá, arriesgándome con lo que voy a decir, pero es cierto, a mí de pequeña mi padre me había pegado y me quería muchísimo, quiero decir, que recuerdo, no palizas, pero sí que me pegaba y yo decía: “¿cómo me está pegando mi padre, si él me quiere tanto?”
- CARLES MESA: ¡Qué tanto te quiere!
- AMPARO SÁNCHEZ: Claro, entonces había algo. También me decía: “bueno es que puede ser que los hombres de pronto tienen…” Todo esto que te digo no lo analizaba, simplemente, era un mar de emociones y de sentimientos y de confusión y de querer que las cosas fueran bien.
- CARLES MESA: Justamente en el libro dices algo muy interesante. Dices: “no imaginaba que fuera tan triste y tan duro estar casada”.
- CARLES MESA: ¿Te llegas a hacer a la idea de que es así, de que estar casada significa eso, justamente?
- AMPARO SÁNCHEZ: Claro. Yo pensaba que estar casada era eso, y luego me acordaba de lo de mi abuela y decía: “ claro, mi abuela había estado toda la vida con mi abuelo y la pegaba. ¿Por qué estuvo toda la vida con mi abuelo? ¿por qué lo quería? ¿por qué lo perdonaba? ¿por qué le hacía otro hijo? ¿por qué…?” Entonces, sobre todo, lo que pasaba es que yo no tenía con quién hablar de esto. Sentía que no tenía nadie con quién hablar.
- CARLES MESA: Volvemos a la soledad.
- CARLES MESA: Y, también, hay maltrato psicológico. Bueno, tú, claro, te preguntas el porqué de muchas cosas. Te preguntas: “¿por qué llega tan serio a casa? ¿por qué casi ni te mira?”. Y dices: “Le he preguntado si ya no le gusto, porque tampoco tenemos muchas relaciones sexuales”. Y me dice: “que sí, que le gusto aunque esté gorda, pero que viene muy cansado de trabajar”. Y, claro, eso te va anulando, sobre todo, la autoestima.
- AMPARO SÁNCHEZ: Sí muchísimo. Si yo me sentía gorda, fea, inculta, pobre... o sea (¡jejeje!) me sentía todo lo peor que te puedes sentir, pues sentía todo en el mismo “paquete”. Y muy inexperta, y con mucho miedo de hacerlo bien con mi hijo, o que no le pasara nada a mi hijo, y muy impotente también. Por eso de no poder trabajar, de no poder estudiar, fue muy duro salir de su “ala protectora”, porque él realmente no quería que hiciera nada más que estar en casa.
- CARLES MESA: Por ejemplo, tampoco le hace demasiada gracia eso de estudiar, ¿no? Estudiabas contabilidad y te decía: “Es imposible que en tres meses vayas a aprender una mierda!”. Así, literalmente.
- AMPARO SÁNCHEZ: Sí, pero fíjate qué curioso.
- CARLES MESA: ¿Qué destructivo? ¿no?
- AMPARO SÁNCHEZ: Sí, bueno, yo creo que es un tipo de personalidad que necesita humillarte para sentirse importante. Porque, fíjate qué curioso, que esto de la contabilidad y de la informática, que era lo que mi padre decìa que era lo que tenía que estudiar, y que más tarde tuve un trabajo gracias a esos estudios, no le pasaba igual con la música, porque a él le gustaba también la música. Entonces, de pronto, que yo tuviera algo en la voz, una gracia especial, que no me diera, o sea que pudiera hacerlo, que le acompañara en esa aventura. Eso a él le gustaba. Entonces, era muy raro, porque lo de que estuviera al frente cantando no le molestaba, pero que yo pudiera progresar económicamente, intelectualmente, era lo que él no quería. Porque, en el fondo, él veía que la música iba a ser como un entretenimiento para nosotros. Esa fue una de las grandes sorpresas cuando al final ya nos separamos. Él también me dijo que no apostaba por mí nada, y que yo en Madrid iba a estar dos días y me iba a volver con él. Y no fue así. Ya no volví más. Y, además, hice un disco y tuve éxito. Y de pronto empecé a salir en los periódicos, en la tele, en la radio, y él pudo ver todo eso, ¿no?. Y, entonces, imagínate, para alguién que siempre trató de que yo no pudiera sacar la cabeza fuera, también... Bueno, la lección que aprendió él, con todo esto también, me imagino.
- CARLES MESA: Cuentas otro episodio, también muy triste. Después de una agresión estás en el hospital. Y dices así, leo textualmente: “Cuando entró el médico y me vio, me preguntó: <¿quién te ha hecho esto?>”. Alejandro le explicó que nos habíamos caído de la moto, que me había dado con un adoquín, que no sabía cómo había podido pasar, y mientras él inventaba su historia, tartamudeando y nervioso, el médico le observaba atento y muy serio. Se detuvo en el desgarro de la camisa de Alejandro, y le dijo: “¡vaya a la sala de espera!, ¡luego hablamos!”. Nos quedamos solos el médico y yo, unos segundos, frente a frente. Él me miraba, yo lloraba. Apareció una enfermera con una bandeja metálica, que portaba una jeringuilla. Me pinchó algún medicamento para el dolor y para relajarme. Cuando me vio más tranquila, el doctor se acercó y me dijo: “Dime que ha sido él quién te ha hecho esto. Llamo a la policía y lo detienen en dos minutos. Yo negué con la cabeza, llorando con un solo ojo”
- AMPARO SÁNCHEZ: ¡Ajá!¡Ajá!
- CARLES MESA: No tenías fuerzas, ni siquiera para denunciar.
- AMPARO SÁNCHEZ: Le tenía muchísimo miedo, le tenía muchísimo miedo, porque aparte él tenía antecedentes, entonces siempre, siempre me metía mucho miedo con lo de “yo no puedo tener problemas con la justicia, porque si tengo la más mínima cosa, voy a ir a la cárcel, ¿y tú no querrás que yo vaya a la cárcel? ¿no?. Y le tenía mucho miedo, y es cierto que ese doctor para mí fue uno de los ángeles que aparecieron en mi camino; que aunque yo en el momento no le dijera que había sido él, la vida, años más tarde, porque ese médico atendió de urgencias con la nariz, por eso digo en el libro que estoy llorando con un sólo ojo, porque la nariz me tapaba completamente el ojo izquierdo. Y…, bueno, me la arregló, pero, bueno, la nariz no se quedó bien a los niveles de que no respiraba bien y todo. Y años más tarde, casualmente, que, bueno, que no es casualmente, pero, bueno, la vida es así. Volví a ese médico para que me arreglara de verdad los tabiques, ya que ese día había sido algo como por urgencias. Y fue muy fuerte nuestro encuentro. Y yo le dije que aunque no le había admitido que había sido él, que a mí me había ayudado mucho, el que se diera…
- CARLES MESA: Claro, que se diera cuenta, ¿no?
- AMPARO SÁNCHEZ: Claro, que se diera cuenta alguien, y que estuviera conmigo, ¿no? Que viera que alguien me iba a apoyar. Porque más tarde sí que voy a hacer una denuncia, pero, bueno, estamos hablando del año ochenta y siete. No había…
- CARLES MESA: Una denuncia que no llega a nada.
- AMPARO SÁNCHEZ: Que no llega a nada, porque me pedían un informe forense, porque era, bueno, muy complicado. Intento explicar, en el libro, que para mí no era fácil eso, siendo pobre, teniendo miedo, estando sóla, ¿eh?
- CARLES MESA: Incomprendida también por la policía
- CARLES MESA: Muy incomprendida
- AMPARO SÁNCHEZ: Muchísimo, muchísimo, muchísimo. Sí, porque cuando él me dijo: “¿dónde está el informe forense?” Yo le miré y le dije: “pero... ¿no me está viendo la cara? ¿qué más informe forense necesita? Te estoy diciendo que ha pasado esto en mi casa. Pueden venir a mi casa. Está todo tirado por el suelo”.
Y, bueno, no tuve ese apoyo, pero sí que tuve este médico del que habla otra terapéuta que aparece más adelante, que también fue la que me dió el empujón final. Y, bueno, cuando ya me atreví a contárselo a mi mejor amiga, que es la que trabaja hoy día contra la violencia, que te he contado al principio, y a mi hermana. Entonces, bueno, la reacción de las dos fue increíble, mi hermana, sobre todo, decía: “Cómo no he podido darme cuenta, ¿no?. La de veces que te he visto y me has dicho: <No, me he pegado con un armario> <No, me caí de la ducha> <No, no se que…>. Entonces, cómo no me he podido dar cuenta de que tú tenías heridas , de que te estaba pasando algo, y de que estabas triste. Y, claro, cómo no me daba cuenta de que te estaba pasando algo, ¿no?”. Y… pero, bueno, fue buenisimo contárselo a ellas dos, me sentí muy liberada, y, sobre todo, me sentí muy bien de decirles: “Me voy. O sea, os estoy contando esto, he pasado por todo esto, pero no os preocupéis, porque ya lo tengo claro y me voy”.
- CARLES MESA: Y a todo esto, Amparo, tú dices en el libro que has sabido perdonar.
- AMPARO SÁNCHEZ: Sí, porque llegó un momento en el que sentía que iba cargando una mochila que no me interesaba cargar, ¿no?, que era la del odio e incluso la de la venganza. ¡Me vengaré!, ¿no? Y no me interesaba cargarla porque tenía, tengo un hijo con esa persona, en ese momento era un niño. Y yo no quería transmitir eso a él. No quería transmitirle que su padre me había hecho pasar por todo eso, ni que su padre era alguien malísimo, sino que su padre y yo no estábamos juntos, nos habíamos separado y él cuando podía iba a ver a su padre o no. Tampoco tuvieron mucha relación a partir de que nosotros dejamos Granada. Pero, bueno, ahí tuvieron algo ellos, su relación. Y yo no quise demasiado influir eso. Y opté por el perdón, porque dentro de todas las circunstancias, yo lo superé, yo pude escaparme de ahí. No se fue a perseguirme a la ciudad a la que me fui. No siguió haciéndome la vida imposible, sino que dejó que hiciera mi vida. Y sentí que en mi corazón iba a estar mucho más tranquila perdonando, sin entender por qué pasó, pero perdonándolo mejor que almacenando un odio, un ansia de venganza o un dolor que realmente no me iba a ayudar a avanzar a caminar.
- CARLES MESA: ¿En qué andas metida musicalmente?
- AMPARO SÁNCHEZ: ¿Ahora mismo?
- AMPARO SÁNCHEZ: Pues mira, hace una semana que…, bueno, estoy tocando, la verdad, es que estoy tocando todavía, pero ahora en noviembre acabamos los conciertos, acabamos el calendario. Luego, en enero, retomamos de nuevo, pero, ahora mismo, estoy haciendo charlas con el libro, aparte de asociaciones de mujeres, de centros de igualdad, estoy yendo a institutos con jóvenes que es una experiencia, la verdad, que está siendo increíble hablar de todo esto que estamos hablando a jóvenes de catorce, quince y dieciséis años. Muy curioso también escucharlos a ellos, sus opiniones, sus comentarios en algunos incluso está muy claro, muy patente, que sus familias han visto de lo que estoy hablando. Así que creo que de alguna manera es sanador poder hablar, poder contarnos nuestra historia. Y a nivel musical. pues. bueno, estoy haciendo temas porque eso es algo ya necesario, ir creando, pero también estoy haciendo versiones, o transformando canciones de otras cantantes que me gustan mucho, latinoamericanas, y estoy como con varios proyectos así al mismo tiempo.
- CARLES MESA: Pues ya lo saben, apunten “Los despiertos”: La niña y el lobo. Vivir para contarlo. Una historia de violencia machista y superación de Amparo Sánchez, editado en Ediciones Lupercalia. Muchísimas gracias por estar con nosotros esta noche.
- AMPARO SÁNCHEZ: Muchísimas gracias. Solo quiero añadir que el objetivo final de compartir esta historia es que pueda servir, como te he dicho antes. Porque creo que puede servir tanto a chicas jóvenes que estén empezando una relación, mujeres que, como yo, lo hayan pasado en algún momento de su vida pero que no hayan tenido tiempo de mirar atrás, de reconciliarse con esa etapa de su vida. A mí el libro me ha servido mucho para abrazar a esa niña a la que le pasaban todas esas cosas que hemos estado hablando y que yo había enterrado en algún lugar y decirle que puede estar aquí conmigo que mire a la mujer en que me he convertido y que esté contenta por haber llegado donde hemos llegado Y, también, a la gente que afortunadamente nunca ha tenido que ver con la violencia de género, acercarla a un tipo de violencia que nos toca mucho más de cerca de lo que creemos, y donde no existen estereotipos o el único requisito de ser mujer. Y que, desde luego, consigamos erradicarla algún día por todas esas niñas y mujeres que están en el mundo y todas las que están por venir.
- CARLES MESA: Que así sea, gracias Amparo
ADJUNTO UN GRÁFICO DE LA ESCALADA DE VIOLENCIA
Tras escuchar el programa: Gente despierta. Amparo Sánchez Amparanoia violencia de género. Carles Mesa charla con Amparo Sánchez Amparanoia 24_11_15, Hay que dirigir el debate en clase para que lleguen a distinguir las diferentes etapas de la Escalada de violencia que se produce en la “Violencia de género”

ESQUEMA DE LA ENTREVISTA Y DEL VIAJE DE AMPARO

Interpretación del Esquema Amparo se define en la actualidad como una mujer recuperada. Hasta llegar a este punto ha vivido como víctima de maltrato un fuerte conflicto entre, por un lado, verse a sí misma como una mujer incompetente, asustada, con sentimiento de culpa posicionamientos construidos fundamentalmente por la voz de su ex marido, y, por otro lado, considerarse como una mujer fuerte, trabajadora y madre responsable, posicionamientos articulados gracias a la voz del médico, su hermana, amiga, terapeuta,..., al contrapunto de la voz de su ex marido. Tal conflicto llega a un punto de inflexión generado por un fuerte miedo a morir y el tener que cuidarse por el bien de su hijo, y que pudo resolverse gracias a su gran fortaleza y su música. Tal situación, gracias al apoyo familiar, desencadenó su huida de casa, lo que es considerado el final de verse a sí misma como víctima y empezar a verse como mujer en proceso de recuperación de su propia identidad. Lo que permitió marcharse de casa con su hijo, terminando así su consideración de ella misma como víctima y empezar a verse como mujer que recupera el control de su vida y su propia identidad.
PROCESO DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO
