Nuevo protocolo de Poda

  1. Introducción.

El árbol natural no necesita de la especie humana, crece y se desarrolla sin ninguna intervención. En función de su propio genotipo tiene programado su propio modelo arquitectónico. En función del ambiente en el que se encuentra (exposición a la luz, al viento, el agua, el suelo, etc) ese genotipo ajustará su modelo arquitectónico adaptándose y expresando en cada lugar su fenotipo.

La capacidad de supervivencia del árbol es extraordinaria pero no ilimitada. En la mayoría de casos el árbol sobrevive a gran cantidad de intervenciones humanas, después de la poda, el árbol responde continuando su crecimiento y la fotosíntesis. Aún y así, una mala poda en un momento oportuno puede matar al árbol.

La Ciencia, saber aspectos botánicos como qué modelo de crecimiento tiene, identificar sus unidades, conocer su taxonomía, su edad ontogénica, cronológica y fisiológica, etc. nos ayuda a tomar la mejor decisión en cada caso. A través del conocimiento científico podemos predecir cómo responderá a la acción de la poda.

  1. Árbol natural, árbol alterado.

Árbol natural es el que resulta de semilla germinada en entorno natural sin ninguna intervención humana que altere su propio proceso de crecimiento y desarrollo.

Árbol alterado es el que ha sido plantado, o ha sido podado alguna vez (ya sea en ramas o raíces)

En medio urbano casi siempre tenemos árboles alterados, el grado de alteración es variable desde el árbol plantado en medio adecuado y jamás podado hasta el árbol plantado en lugar poco adecuado y podado periódicamente.

  1. Unidad arquitectural.

Para una determinada especie, es el diagrama de ramificación específico. Observamos la unidad arquitectural de una planta en la etapa juvenil desde germinación de semilla.

  1. Gigantismo y Reiteración.

Existen especies que responden a un modelo de crecimiento en el que mantienen una única unidad arquitectural a lo largo de toda su vida, éste es el árbol unitario, su modelo de crecimiento es el gigantismo, ejemplos de ello son algunas especies de los géneros Araucaria, Pandanus, cycas, helechos arborescentes, la mayoría de palmeras,...

Evolutivamente el gigantismo era una de las primeras estrategias de crecimiento y desarrollo, pero difícilmente estas especies vegetales pueden mantener su estructura por más de cien años, así que la evolución de las especies permitió que surgieran otras estrategias más eficientes y longevas.

La mayoría de especies vegetales actuales pierden la forma de su unidad arquitectural después de la etapa juvenil, hemos aprendido que durante el desarrollo, se multiplican las unidades de crecimiento para dar lugar a un nuevo organismo vegetal con formas variables constituidas de múltiples reiterados. Esta nueva estrategia ofrece ventajas mejorando la eficiencia fotosintética y la longevidad, con la reiteración algunos árboles superan los 1.500 años de vida. Hablamos entonces de árbol colonial en lugar de árbol unitario.

La poda del árbol unitario es inviable porque no podemos dividir una unidad sin causar grave trastorno.

El árbol colonial ofrece posibilidades de poda sin que se observen problemas porque los reiterados poseen una relativa independencia funcional.

Según va creciendo y se va desarrollando la planta se desencadena una secuencia ordenada y jerarquizada de reiteración que da forma a la copa del árbol, este proceso se denomina reiteración secuencial.

A medida que pasan los años se producen accidentes que provocan la pérdida de partes del árbol, la energía vital tiende a compensar esta pérdida produciendo nuevos reiterados que llegan a reconstruir, tenemos entonces un proceso de reiteración retardada.

Estos conocimientos han sido resultado de las investigaciones que Oldeman comenzó en 1972 y que Francis Hallé continuó, especialmente en especies tropicales.

Fig.1 modelo de desarrollo de gigantismo y Fig.2 modelo de desarrollo de reiteraciónreiteració.jpggigantismo3.jpg

  1. Arquitectura de los árboles.

Cada planta tiene su propio programa de desarrollo, en el genotipo está escrito cómo van a producirse las reiteraciones secuenciales, la forma de cada árbol puede ser compleja, pero nunca aleatoria, responde a un modelo concreto aunque el ambiente modele en cierta medida este proceso.

F. Hallé y R.A.A. Oldeman investigaron y describieron 22 modelos arquitectónicos distintos resultado de la combinación de varios parámetros:

 

-La dirección de crecimiento de los ejes: vertical (pino, chopo, etc) u horizontal (albizzia, tipuana, etc)

-El ritmo de crecimiento: rítmico (con parada hivernal) o continuo (en toda la zona ecuatorial, sin parada vegetativa)

-La posición de la flor: terminal (adelfa, lila, etc.) o lateral (almendro, higuera, etc).

De los 22 modelos, estos 4 son frecuentes en España:


  1. Modelo Leeuwenberg:

Ejes verticales, floración terminal, crecimiento rítmico.  

Ejemplos: Drago, Yuca, Lila, Ricino, Adelfa, etc.    

lewemberg.jpg   Fig.3 modelo Leeuwenberg

  1. Modelo Rauh:

Ejes verticales, floración lateral, crecimiento rítmico.

Ejemplos: Pino, chopo, Fresno, Encina, Plátano, Olivo, etc.

Rauh.jpgFig.4 modelo de Rauh

  1. Modelo Massart:

Ejes Verticales, floración lateral, crecimiento rítmico, ramas horizontales, árbol monopoidal.

Ejemplos: Abeto, Araucaria, Ginkgo, Acebo, Aliso, etc.

massart.jpgFig.5 modelo Massart

  1. Modelo Troll:

Ejes horizontales, floración lateral, crecimiento continuo, árbol simpoidal.

Ejemplos: Tipuana, Albizia, Gleditsia, Acacia, Almez, Olmo, etc.

troll.jpgFig.6 modelo Troll

  1. Las edades del árbol.

Durante la vida de los vegetales se suceden una secuencia de etapas desde la germinación de la semilla hasta la muerte. En estas etapas se muestra la lucha entre dos fuerzas opuestas: la gravedad y el vigor de la planta.

Pierre Raimbault investigó las etapas de desarrollo de los vegetales, concluyó un esquema de 10 etapas agrupadas en 4 grupos:

  1. De la etapa 1 a la 4:

Etapas marcadas por el liderazgo de un orden programado, se gana altura, se construye el tallo que en el futuro será tronco, la copa es temporal. Fase juvenil, aún sin reiteración. Dominancia apical fuerte.

1,2,3,4.jpgFig.7 etapas 1,2,3, y 4

  1. De la etapa 5 a la 6:

Etapas marcadas por la competencia entre ejes, comienza la reiteración de un orden programado hacia la longitud, se construyen las ramas, se autopoda la copa temporal. Debilitamiento de la dominancia apical.

5,6.jpgFig.8 etapas 5 y 6

  1. De la etapa 7 a la 8:

Etapas marcadas por el relevo de ramillas, queda definida la copa por encima de un tronco desnudo.

7 y 8.jpgFig.9 etapas 7 y 8

  1. De la etapa 9 a la 10:

Etapas marcadas por la reconstrucción y senescencia, baja la copa, el árbol se atrinchera, muerte de raíces  y ramas. Árbol hueco. Esta etapa puede durar muchos años hasta la muerte porque van surgiendo estrategias de rejuvenecimiento que reconstruyen nuevos reiterados. Árboles ancianos de los que se ha podido contar más de 1.500 años.

Estos ejemplares albergan una enorme biodiversidad y deben ser respetados como patrimonio para la vida.

9 y 10.jpgFig.10 etapas 9 y 10

Un mismo ejemplar puede tener varias edades, con raíces i tronco senescentes, ramas maduras y reiterados jóvenes.

Podemos distinguir entre edad cronológica (los años que tiene al árbol), la edad fisiológica (las funciones que mantiene) y la edad ontogénica (las etapas por las que ha pasado).

Por ejemplo, un árbol mal plantado en medio urbano puede tener solo 10 años de edad cronológica y presentar una edad ontogénica de 100 años. También puede darse el caso de que en un árbol de 1.000 años de edad cronológica surjan reiterados de edad ontogénica juvenil.

las edades del arbol.jpg Fig.11 las diferentes edades en el árbol alterado


  1. Nuevo protocolo de poda

De todo lo que hemos aprendido con el trabajo científico que desarrollaron los autores citados, además de otros como Alex L. Shigo o Christophe Drénau, Josep Selga propone un nuevo protocolo de poda que aplica en la práctica las consecuencias de la poda en el árbol.

No existe árbol bello, árbol feo, ese criterio estético es puramente cultural de la especie humana. El árbol responderá siguiendo sus reglas, no las nuestras.

Si respetamos las reglas que sigue el árbol lograremos nuestros objetivos de manera más eficiente y sobre todo más respetuosa.

Josep Selga propone seguir estos 5 pasos:

1- Antes de podar, “leer” el árbol, identificar sus diferentes unidades.

2- Antes de empezar, valorar las razones para podar: puede haber razones de situación (despejar una señal de tráfico), razones de seguridad (eliminar una rama muerta o enferma), y razones de regulación (eliminar reiterados para devolver al árbol alterado un tamaño que pueda soportar su estructura, el pasado condiciona el futuro)

3- Antes de empezar, valorar la capacidad de respuesta del ejemplar y la conveniencia de actuar o esperar. Según la especie, la etapa de desarrollo en la que se encuentra, su vitalidad. Valorar si el perjuicio causado por la poda es superior al beneficio obtenido.

4- En el momento de la poda, nunca acortar o reducir unidades, si es necesario eliminarlas enteras. Por eso es tan importante identificar las unidades o reiterados antes de empezar.

5- Para reducir una rama curvada hay que dejar la ramificación del lado convexo.

Siguiendo este protocolo podemos afrontar cualquier operación de poda que se nos presente.

No existe una manera de podar predeterminada. Una misma poda aplicada en diferentes etapas o diferentes modelos puede ser correcta en según que casos o inadecuada en según qué otros. Cuestiones como podar fuerte o podar suave dejan de tener sentido.

Puede ser que una acción de poda bien hecha resuelva nuestro objetivo en una sola intervención, situación ideal que nos ahorra trabajo y problemas para el árbol.

Árboles que han sido podados en el pasado, muchas veces con problemas, no pueden resolverse en una sola intervención, entramos entonces en una dinámica compleja en la que se requieren más intervenciones.

Las podas periódicas:

Existen técnicas de poda ancestrales que si respetan el protocolo son correctas, se trata de las podas periódicas. Su principal inconveniente es el coste económico, pero sus ventajas son múltiples, en medio urbano estas podas encajan en lugares donde el espacio aéreo está limitado, los requerimientos de limpieza viaria son altamente exigentes (se evitan frutos i exceso de hojas). Actualmente no tiene mucho valor, pero antiguamente se obtenía un buen producto forestal para muchos usos, los troncos rectos, bastones y leñas.

Son podas técnicamente sencillas de hacer. La cuestión más importante de las podas periódicas es el tema de las reservas energéticas del árbol, antes de podar conviene evaluar la vitalidad para establecer la periodicidad correcta, que no siempre debe ser necesariamente anual.

Se ha investigado sobre la distribución de energía en la estructura del árbol podado periódicamente, Cl. Edelin ha observado que se concentra mucha cantidad de almidón en las cabezas de gato, y el las raíces principales en el árbol trasmochado.

energia trasmochado.jpgFig.12 localización la las altas concentraciones de almidón en el árbol trasmochado.

de este diagrama se concluye que es vital respetar las cabezas de gato.

De lo explicado anteriormente se puede deducir que el árbol podado periódicamente no admite cambios en criterios de poda, debemos mantener los mismos criterios sin cambiar.

Sucede que el abandono de la poda en el árbol trasmochado puede provocar que se rompa por tener una estructura podrida y débil. Atender a criterios de seguridad donde hay afluencia de personas (especial cuidado con sauces, chopos, olmos, negundos, etc) .

Sucede también que no se rompa. Hay especies de madera buena, que no se pudren con tanta facilidad, y resisten la rotura, transcurridos unos cuantos años tenemos un resultado curiosos: una estructura que sostiene una colonia de reiterados de gran vigor que son árboles enteros con su tronco y su ramificación. En jardines históricos de España tenemos colonias de este tipo en Plátanos que llegan a superar los 20 m de altura.

Platanus Sp. CTRA. OLESA.JPGFoto 1 colonia de reiterados sobre una estructura que antiguamente tenía sus podas periódicas. El paso del tiempo y la calidad de la especie ha permitido este resultado.

  1. Diagnosis y evaluación de riesgo del árbol peligroso.

Como gestores de los espacios verdes tenemos la responsabilidad de evitar accidentes que puedan causar daños a terceros.

No existe el riesgo cero, es lógico admitir que es imposible vivir en un lugar sin riesgos, no podemos ni debemos cortar todos los árboles sólo porque alguno de ellos pueda causar daños. Los beneficios que nos aporta la vegetación son fundamentales para nuestra supervivencia y la de muchas más especies.

Incidente y accidente. Definimos accidente como el suceso imprevisto y no deseado que interrumpe el desarrollo normal de una actividad causando daños a personas o a bienes. El incidente es también suceso imprevisto pero con la diferencia que no se ocasionan daños.

Accidentes previsibles y no previsibles. Los previsibles son aquellos que antes de suceder, presentaban indicios que nos alertaban. Son no previsibles los causados en ausencia de indicios que nos alerten del peligro y también los producidos por causa mayor (fenómenos extraordinarios, de los cuales muchas veces no se escapan ni los árboles sanos)

Siendo propietarios i/o responsables de nuestros jardines debemos evaluar el riesgo de los árboles para observar indicios de peligro. No actuar frente a estos indicios  incurre en negligencia.

Se considera árbol peligroso aquel que reúne defectos con potencial de fallo y estando ubicado en zona de diana existe una probabilidad alta de accidente. Cuando la probabilidad es superior al límite aceptable toca actuar. Se puede hacer de tres maneras:

-eliminar todo el árbol, sobretodo si el defecto se haya en raíces o tronco.

-podar adecuadamente para reducir el riesgo, sobretodo si el defecto se haya en ramas.

-balizar la zona e impedir que se causen daños, poco usado en España, más propio de grandes jardines en culturas más respetuosas con las normas.

Evaluación de riesgo. Proceso sistemático de análisis y valoración del potencial de fractura o caída de un árbol o parte de él y la probabilidad de producir daños.

Tres componentes deben ser analizados:

-Factores intrínsecos al árbol. Defecto(s) que causan potencial de caída o fractura

-El entorno. Las fuerzas que contribuyen al accidente, viento, nieve.

-La diana. área de impacto en la que puede haber personas o bienes.

Métodos de evaluación. Desde los años 90 se han desarrollado varios métodos. Los más recientes han ampliado los puntos de vista para ser más precisos en la evaluación.

-Método USA (Clark y Matheny, 1991) valora el árbol y la diana cuantificando los daños.

-Método VTA (Mattheck, 1994) se centra en los síntomas de defecto del árbol.

-Método SIA (Wessolly, 1995) estudia la carga (viento) y el material (madera).

-Método QTRA (Ellison, 2005) trabaja la probabilidad de fallo y la probabilidad de impacto (diana, arbol, carga desde el punto de vista probabilístico)

Instrumentos de medición. Complementan la diagnosis al intentar cuantificar o medir los defectos en el árbol. Los resultados nunca pueden ser concluyentes porque muchas veces son muy dispares según con qué instrumento se mida. Si perdemos mucho tiempo en mediciones realizadas con instrumentos podemos perder de vista la visión global del caso, que la necesitamos para no perder el sentido común.

Plan de gestión de riesgo. Si somos propietarios o gestores de un espacio verde debemos evaluar todos los árboles periódicamente (anualmente). Eso es mucho trabajo cuando hay muchos árboles, tarea imposible si no se sistematiza y organiza con sentido común.

Cotidianamente se puede complimentar un comunicado de inspección:

En TODOS los árboles, muy simple, a cumplimentar por encargados, con pocas variables pero discriminatorias para pasar a los casos particulares que requieren mayor estudio.

Para los árboles a los que se anotó diagnosticar en el comunicado de inspección, que serán muchos menos, pasamos a un estudio detallado: el diagnóstico, del cual se desprende la decisión a tomar, con cuatro posibles actuaciones:

-Tala: eliminar el árbol entero porque el defecto se haya en tronco, pie o en raíces

-Poda: una buena poda, planificada con la diagnosis puede resolver situaciones de riesgo sin perder el árbol, a veces se debe actuar sólo sobre una parte de la copa, otras veces se requiere una reformación de todos los reiterados de la copa para volver a empezar con una palanca menor al tener la vela más baja. Naturalmente, para poder optar por la poda es necesario que el defecto se halle en copa y también es necesario estudiar si el árbol resistirá la poda (que el beneficio obtenido compense al perjuicio que siempre causa una poda)

-Sustentación: con el defecto en copa, una posible solución sería la sustentación con cordaje adecuado tipo “cobra”. Un caso que puede resolver el uso de pernos roscados sería la unión de troncos codominantes, cuando el divorcio entre dos troncos gemelos puede desgarrar y partir el árbol.

-Balizamiento: poco usado en España, se trata de señalizar la zona de diana con peligro para que no pase ni permanezca gente. Después de tempestades y ventadas, si vemos algún árbol en proceso de derribo ó rotura, debe ser balizado inmediatamente hasta que acuda un servicio de tala.

Como conclusión de este documento, destacar que la poda es una excelente herramienta para resolver muchas situaciones. Si entendemos el árbol y actuamos a su favor lograremos una gran calidad biológica-fisiológica que en conclusión proporcionará función y belleza para nuestro paisaje urbano y forestal.

Destacar también que la calidad del arbolado de nuestras ciudades nace en proyecto, escogiendo correctamente los espacios y las especies. Un correcto plan de mantenimiento, con decisiones acertadas es el siguiente paso. No dudemos en eliminar árboles que han dejado de cumplir su función porque han recibido múltiples podas inadecuadas al no caber en los espacios  donde están. Mejor ciudades con menos árboles de mayor calidad.