Otoño
“Cuando llegue el momento lo entenderán”
Novela por entregas por Denisse Jacobo
9. Sombras al anochecer
¿Cómo buscar algo que no conoces? ¿Instinto? ¿Suposición? Todo lo que somos depende de 10 libros, nuestra existencia vaga por todo el mundo, cuando estás solo ¿Qué es lo que te guía? Muchos lo llaman "instinto de supervivencia" yo prefiero llamarlo impulso, estamos hechos de ellos, somos una mezcla de sentimientos, deseos, anhelos, frustraciones, pero ¿Qué soy yo? ¿Quién soy? Hay una voz que me llama, susurra mi nombre despacio, siento la necesidad de seguirla, de saber a dónde me llevará.
-Val- dice Samirah entrando en la habitación- ¿en que piensas?
-Pensaba en que debemos salir.
Samirah me miró extrañada.
-Señora de Aragón- dijo sentándose al borde la cama- te va bien.
-Oye, oye espera- dije alarmada- eso no pasaría ni aunque me dieran los diez libros en la mano.
Samirah rió divertida por primera vez desde Cartagena.
-Ay, Val- su sonrisa se ensombreció de pronto- no puedo creer que ella nos haya hablado, no puedo ni decir su nombre, se me parte el corazón.
-Lo sé- dije sentándome con ella- Samirah, apresura todo, debemos irnos, solo diles, una solo una palabra y ellos te harán caso.
-¿Por qué quieres irte? Ni siquiera has salido a la ventana, a ti te gusta conocer, ¿Qué pasa? ¿Tú vida de casada ya te amargó tan pronto? - dijo levantando varias veces la ceja.
-¡No! No, no- entonces la miré bien, en sus ojos había ese brillo-... ¿te gusta?
-¿Qué? - dijo sorprendida- no, no Val, solo es un buen amigo.
-¿Con los ojos más lindos y el cuerpo perfecto? - dije
-Si- enrojeció- no, bueno si, digo ¡que importa! El me hace sentir bien, como si no tuviera que estar a cargo por que el está aquí.
-Te hemos perdido- dije bromeando- entonces la señora Aragón debería ser alguien más.
-Nop- dijo levantándose- el no es precisamente una de las personas más fieles, no funcionaría.
-¿Por qué no Ramsés?- dije
Ella se rió, me miró como si hubiera perdido la cabeza.
-No pensaría en Ramsés ni un solo momento- dijo riéndose más.
-¡Es tan dulce! - dijo Thais entrando de pronto a la habitación.
-De acuerdo- dije moviendo mi cuello de lado a lado- las he perdido a ambas.
-¿De que hablas?- dijo mientras abrazaba a Samirah.
-¿Ahora negarás que te gusta Aarón y no estuvieron en el jardín del hotel por casi tres horas?- dije acusándola con la mirada.
-Perdón mamá- dijo riendo- Niego que me guste.
-Sabes que ya te gusta cuando lo niegas- dije levantando la ceja.
-Entonces yo no- empezó Samirah.
-¡Contigo no vale!- me apresuré a decir.
-¿Quién? ¿Daniel?- preguntó Thais inquieta, le guiñé un ojo en aprobación- No sé si estar feliz por ti o decirte que lo siento.
-Eh, hola- dijo Daniel entrando de pronto, Samirah palideció y se aferró a Thais- ¿tienen algún asunto de chicas? Siento no tocar pero Ramsés quiere verlas, en especial a ti Samirah, entonces cuando ustedes estén listas por favor bajen al comedor, que se vea muy casual, Val, no olvides que eres mi esposa, ellas fueron tus damas de honor- dijo susurrando- Ramsés les explicará.
Por primera vez lo veía actuar con seriedad, quien no lo conociera en verdad diría que es el tipo más tranquilo del mundo.
-Entiendo- dije mirando de reojo a Samirah- solo danos un minuto- el asintió- afuera Dan
El me guiñó el ojo y salió.
-Samirah yo- comencé.
-Ni lo digas- la orden de sobrevivir se interpone a todo, tal vez no sea la última vez, no caben sentimientos aquí Valeska, no hay problema en verdad.
Asentí y salimos.
Daniel me tomó de la mano, Thais y Samirah estaban detrás de nosotros, caminábamos despacio, apoyé mi cabeza en su hombro y le sonreí como si fuera la mujer más enamorada de todo el planeta, me sentía ridícula, pero Samirah tenía razón, sobrevivir se interponía a todo.
-Los recién casados han llegado- dijo la hostess en un español un poco malo- pasen señores- dijo mirando mi mano, entré en pánico no había ningún anillo en mi dedo.
Daniel se tensó a mi lado, sentí a Samirah hacerlo también, mágicamente Thais puso uno en mi dedo, la verdad estaba impresionada, era un anillo hermoso, plateado, tenía un diamante de buen tamaño, el anillo de bodas ni hablar, era dorado, tenia pequeños grabados alrededor, hermosos ambos, la hostess nos miró eufórica cuando vio los anillos, nos llevó a la mesa de Ramsés y Aarón.
-Me temo- mirando a Ramsés- que solo podremos atenderles en portugués o inglés, mi turno ha terminado no hay meseros que sepan, español.
-Perfecto- dijo Ramsés mostrando satisfacción- ha sido un buen servicio, no se preocupe por eso.
La hostess asintió y se retiró prometiendo enviar un buen mesero.
-Bonitos anillos- dijo en un tono que no reconocí- si que te tomaste en serio tu papel Daniel.
Solté la mano de Daniel, Samirah me vio aliviada, sin siquiera pensarlo tomé la mano de Ramsés, la acaricié despacio procurando que sintiera mi dedo anular izquierdo, todos me miraron incrédulos.
-No hay nada- dije molesta por alguna razón- es una ilusión óptica de Thais.
-Tienes razón- dijo mirándome, alejé mi mano de la suya se sentía extraño- bueno empecemos.
-Ramsés por alguna razón tiene la necesidad de irse de aquí- dijo mirando de reojo a Thais.
-En efecto- dijo Ramsés- no estoy tranquilo estando donde William está, lamentablemente él conoce la mayoría de mis estrategias, podría intuir donde estamos, Thais, ¿podrías por favor, crear una ilusión donde no se vea lo que sacaré de mi bolsa?- ella asintió.
-Ya está- dijo mirando fijamente la mano de Ramsés- solo lo vemos nosotros.
Ramsés asintió y de su bolsa sacó un paquete café.
-Tenemos la ventaja de que ellos no saben su nombre- dijo abriendo el paquete- pero no debemos arriesgarnos, evidentemente no puede repetirse lo de Cartagena, implicó un desgaste físico para Valeska y Thais, más específicamente para Thais, no voy a exponerlas a eso de nuevo- todos asentimos- por eso, he buscando a gente aquí, me proporcionaron documentos falsos, son realmente buenos, tienen un pasaporte, acta de nacimiento y todos los papeles necesarios.
-¿Y mi acta de matrimonio con Val?- dijo Daniel mirando los papeles.
-No la necesitas- dijo Ramsés con brusquedad- si ella tiene sus papeles en orden no debe hacerse pasar por tu esposa de nuevo.
Samirah le tocó el hombro a Ramsés ¿Qué le pasaba? Estaba actuando como tonto.
-Bueno no importa- dijo mirando al mesero que se acercaba- hablaremos de esto en cuanto estemos sin compañía.
El mesero se acercó y habló tímidamente, no entendí ni una palabra de lo que dijo, Ramsés para mi sorpresa hablaba perfectamente bien el portugués.
-El plato tradicional aquí es feijoada- dijo mirándonos más calmado- ¿eso está bien?- todos asentimos.
Ramsés ordenó rápidamente y el mesero se fue.
-Bueno como les decía- dijo mirando los pasaportes- es arriesgado volver a crear ilusiones ópticas para Thais, Valeska no debe volver a levantar aviones, si enferman, no creo que se recuperen como un ser humano normal, así que me tomé la libertad de cambiar sus nombres, señoritas, nadie debe saber nada por mínimo que sea de ustedes.
Ramsés comenzó a repartir los pasaportes, efectivamente, era yo, pero ¿de dónde tomó una foto mía?
-Photoshop- me dijo resolviendo mi duda no formulada en voz alta- hace maravillas hoy en día.
Asentí.
“Camila Montesinos Guzmán”, esa era yo, se escuchaba bien.
-Solo tendríamos un inconveniente- dijo Ramsés frustrado- su registro de hotel ha sido firmado con sus nombres reales, debemos cambiarlo.
-Yo lo haré- dijo Aarón mirando a Thais- todo estará bien- le prometió.
La cena llegó, realmente se veía deliciosa, mágicamente apareció la sensación de hambre, era por qué había comido muy poco desde que llegamos.
¿Qué nombre les puso?
Tania Cisneros Contreras.
Camila Montesinos Guzmán ¿cuál tienes tú?
Elizabeth Suarez Reyes, Aarón me estresa, todo el tiempo me promete que todo saldrá bien, me cree débil no lo soy.
Oye relájate, lo hace con buena intención.
Sí, yo también lo creo.
-En verdad me agradaría decir que podemos salir un rato- dijo Daniel- pero sería arriesgado, eso es muy triste.
-Daniel- dijo Ramsés con severidad- no estamos en un viaje de placer.
-Tu problema es que todo lo vez de una manera tan formal- dijo desenfadado- véanlo como un viaje cualquiera chicas- dijo tomando mi mano.
Samirah miró su plato, yo solté inmediatamente su mano y seguí comiendo.
Se repite de nuevo.
Pensó Ramsés en un tono melancólico, ¿se repite qué? Hice como que no escuché y seguí comiendo.
-Saldremos mañana- dijo Ramsés- a las 5 de la mañana.
Dijo y se levantó.
-¿Qué rayos le pasa?- preguntó Daniel.
Aarón lo miró fijamente.
-Yo…vuelvo en un rato- dije y me levanté.
¿Qué estaba haciendo? No lo sabía, era tonto pero sentía la necesidad de buscarlo.
Valeska.
Escuché y miré a todas partes, no había nadie, estaba sola en el corredor.
Valeska.
Escuché de nuevo.
-¿Quién eres?- pregunté mirando a mi alrededor.
Solo debes escucharme.
-¿Qué quieres de mí?- dije sin mostrar temor.
Tu cuerpo.
-¿Qué?- dije con verdadero pánico.
Una figura salió de la nada del viento, se dirigía con gran velocidad a mí, mi instinto fue mucho más fuerte, estaba en peligro debía defenderme, traté de disolver la ráfaga de viento, pero no podía hacerlo, era mucho más fuerte que yo.
¡Corre!
Me ordenó una voz.
Corre, cariño corre, no te defiendas, yo lo haré por ti.
Del viento salió otro cuerpo, delante de mí, en una postura extraña que no pude reconocer, las dos figuras chocaron.
Sal de aquí, si te defiendes tomará tu cuerpo, huye mi vida huye, ve con él, ¡CORRE!
Comencé a correr por el pasillo, podía escuchar como la mujer que quiso atacarme lanzaba un grito de profundo dolor.
Corrí lo más rápido que pude, sin mirar atrás, giré en el corredor y choqué con algo.
-¿Estás bien?- me dijo Ramsés mirándome- Valeska que pasa, tus ojos cambian.
No pude decir nada, las palabras se negaban a salir de mi boca, como niña pequeña, me abracé al cuerpo de Ramsés con fuerza, él me devolvió el abrazo.
-¿Qué pasa?- me preguntó alarmado-¿hay alguien? ¿Te hicieron daño?
Negué con la cabeza, el respiró aliviado y me abrazó con más fuerza.
-Todo está bien- me prometió- solo dime que pasa, ¿Daniel? ¿Te dijo algo? ¿Te insinuó algo?
Negué de nuevo con fuerza.
-¿Quién eres?- escuché decir a Samirah en el jardín.
-No, no- dije separándome de Ramsés- Ellas no.
Dije y comencé a correr, escuché como Ramsés corría detrás de mí.
-¡Valeska!- gritó detrás de mí- ¿Qué pasa?
Llegamos en el momento en que las ráfagas se estaban formando, no era una, eran siete, rodeaban a Thais y Samirah.
Su cuerpo.
Dijo una voz ronca.
Samirah y Thais estaban listas para atacar a lo que fuera que estuviera acechándolas.
-¡NO!- grité cuando los cuerpos de aire avanzaban a ellas.
Sin pensarlo dos veces, corrí y me interpuse, era una mujer…e iba a chocar con mi cuerpo.
-¿Qué estás haciendo?- dije cuando Ramsés se interpuso- ¿Puedes verlos?
-También puedo escucharlos- dijo protegiéndome con su cuerpo.
-Samirah, Samirah- dije y ella me miró- no se defiendan, si lo hacen tomarán su cuerpo, no lo hagan.
Samirah me miró incrédula, pero hizo caso, sus ojos fueron perdiendo el color azul.
-¡THAIS!- grité.
Nuestra nena ha vuelto.
Dijo una voz, dos figuras femeninas cubrieron el cuerpo de Samirah.
Ella las miraba incrédula.
-¿Quiénes son?- dijo tratando de mantener la calma.
Quédate detrás de nosotras.
Dijo la segunda figura.
-Valeska- dijo Samirah- ¿Qué está pasando?
-Solo obedece- dije.
Ríndete
Dijo la voz más ronca.
No puedes protegerla.
Las figuras nos rodeaban, avanzaban, estábamos atrapados.
-¡Ramsés!- grité cuando una sombra lo golpeó.
No pasó nada, al traspasar su cuerpo las sombras se deshacían.
Es tu escudo.
Dijo la mujer delante de Samirah.
No te separes de él.
No puedes proteger a las tres.
Dijo una voz cerca de mi oído.
Sabía que no podían hacerle nada, lo sabía, pero mi instinto me decía que debía interponerme entre él y la oscuridad.
Mi pequeña.
Dijo la misma voz, podía sentir su contacto en mi hombro, era una sensación de tranquilidad que no había experimentado antes.
Quédense detrás de mí.
-¿Qué está pasando?- dijo Thais alarmada.
Las tres figuras delante de nosotras se miraron, mostraban preocupación.
Nosotros no podemos cuidar de ella.
-Si las sombras se deshacen en mi cuerpo, lo haré yo- dijo Ramsés colocándose delante de ella.
Eso no funcionará, tú no tienes sentimientos hacia ella…él sí.
Aarón miraba todo desde afuera del circulo de sombras, estaba atemorizado lo sabía.
Las sombras se movían más de prisa, las mujeres delante de nosotros también.
-¡Aarón!- dijo Ramsés- corre, solo tú puedes ayudarla.
-O tal vez no- dijo Thais, pero su voz era diferente, sonaban varias voces en una.
Levantó su mano apuntando a Aarón, su cuerpo comenzó a brillar.
-¡NO!- gritamos Samirah y yo al unísono.
Thais…o quien fuera, estaba a punto de desintegrar a Aarón.
Sin pensarlo, levanté mi mano, elevé a Aarón en el aire, parecía inconsciente.
¿Era demasiado tarde?
Thais me miró, sonrió de lado y levanto sus palmas en mi dirección, el cuerpo de la mujer se interpuso, las sombras comenzaron a encerrarnos más.
Una ráfaga de luz se interpuso entre Thais y nosotros, yo trataba de no soltar a Aarón, Ramsés corrió y protegió mi cuerpo de nuevo.
Un cuerpo que parecía hecho de neblina, atravesó el cuerpo de Thais sacando a una de las sombras.
Zendaya, tú no puedes estar aquí, no estás preparada.
Exclamó una de las mujeres cerca de Samirah.
Qué él la proteja.
Me ordenó Zendaya, bajé Aarón cerca de Thais, comprobé que no estaba inconsciente, miró a Thais sin pensarlo la abrazó.
Daniel nos miraba extrañado, como si estuviéramos completamente desquiciados.
-¡Daniel!- ordenó Ramsés- cruza el círculo.
-¿Cuál circulo?- dijo mirándonos- yo no veo nada, ¿Qué rayos hacen?
Las mujeres se miraron alarmadas, ¿Qué significaba eso?
Ahora
Ordenó la mujer más alta.
La mujer de mi lado desapareció a una velocidad fantasmal, se lanzó a las sombras sin miedo, forcejeaban, de sus palmas salía una luz extraña; Zendaya tomó la mejilla de Thais, tocó mi hombro, le lanzó una mirada a Samirah y se lanzó al círculo de sombras.
-No te separes de mí- ordenó Aarón a Thais- te protegeré.
- ¡Están completamente locos!- dijo Daniel- ¿Por qué todos se abrazan?
La mujer más baja le dio un beso en la frente a Samirah y desapareció en las sombras, podíamos ver la lucha.
¿Qué puedo hacer?
Pensé tan alto como pude.
No moverte, no separarte de él, Samirah no nos escucha.
¿Por qué Daniel no ve lo que pasa?
Porque él no tiene un vinculo sentimental con ninguna de ustedes.
Asentí y me abracé con fuerza a Ramsés cuando una sombra rozó mi hombro.
Él me miraba con solemnidad, como si fuéramos un equipo.
Las sombras poco a poco se fueron desvaneciendo, se escuchaban gritos desgarradores, lamentos y amenazas.
Todo fue tan rápido que si hubiera cerrado un segundo mis ojos me hubiera perdido de todo.
Todo está hecho.
Dijo una voz cuando el círculo que nos rodeaba desapareció.
No puedo verte.
Dijo Samirah.
¿Quiénes son? ¿Dónde están? ¿Zendaya?
Preguntó Thais.
En su momento lo sabrán.
Las voces dejaron de escucharse, dejaron únicamente una fría brisa.
¿Sentimientos?
¿Ramsés tiene sentimientos por mí?