Recuerdos de invierno
Capítulo 11
Lizbeth Luna
-Mika, Mika despierta -Lo movió ligeramente -
-¿Qué pasa? -Despertó notando la penumbra de la habitación, debía de haber pasado poco más de una hora desde que se habían quedado dormidos-
-¿No escuchaste algo? -se levantó buscando su ropa entre la oscuridad-
-No escuche nada -Algo extrañado imitó al contrarío al buscar su ropa -
-Iré a ver si todo está bien -dijo terminando de ponerse la camisa-
-Iré a ver al rededor, tú ve si todos están bien -tomo su abrigo negro y salió de la habitación -
Al salir al pasillo no notó nada extraño pero aun así fue cuidadoso, sin embargo, no vio nada fuera de lugar. Salió de las instalaciones y fue a dar una vuelta por los alrededores.
Lo primero que hizo Zoria fue ir a la habitación donde sabía que estaban Aleksei y Kilian, ambos estaban dormidos. Siguió su recorrido por el interior del lugar en busca de las gemelas, notando ahí que algo andaba mal pues no las encontraba por ningún lugar.
-Odio este lugar –Susurró y no caminó más de 10 metros cuando sintió el frio metal en su nuca-
-Que irónico es ocultarse aquí, me fue difícil dar con ustedes.
-Nohe, ha pasado mucho tiempo –Lo miró por sobre el hombro- Que lindo reencuentro
-Para ser un hombre que sabe que morirá no pareces muy asustado –Removió el seguro del arma con la que le apuntaba.
-Sabía que esto pasaría tarde o temprano –Se dio media vuelta quedando frente a frente- ¿Que has hecho con las gemelas?
-Las puse a dormir, vamos camina –Movió la mano señalando la dirección que quería que siguiera – No quiero despertar a mi nieto.
-Tu nieto –Riendo un poco – No lo revise a él, no puedo creer que también lo tengas vigilado.
-Es él a quien más tengo vigilado –Ambos caminaron hasta entrar en la parte de la casa, la sala estaba completamente oscura a excepción de una lamparilla que iluminaba el lugar de verde –
-¿Qué se supone que harás? –Se detuvo junto a una ventana que tenía las cortinas abajo-
-Bueno, me llevare a mi nieto y olvidara todo de nuevo, siempre lo hace.
-¿Cuantas veces van ya? –Suspiró cansado-
-Es la quinta, y en todas llegamos a este punto, me sorprende que sigas intentándolo.
-Esta vez no es él el único que recuerda –Dijo Aleksei que había entrado en la sala y los observaba desde el marco de la puerta- Tu error es creer que todo siempre va a salir de acuerdo al plan.
Ambos lo miraron sorprendidos, aquello era algo que no había pasado, aquella era la primera vez que alguien más aparte de ellos recordaba. La historia se repetía siempre había un detonante en Kilian que provocaba el retroceso en el tiempo y la historia se volvía a repetir, una y otra vez.
-Son jóvenes ingenuos, está vez me encargare de que sea la última… no habrá segundas oportunidades –Apunto al azabache y le disparó repetidas veces, ambos chicos se ocultaron fuera del alcance, lo que aprovechó para entrar de nuevo en el laboratorio. Poco después ambos lo siguieron, las detonaciones pusieron en alerta a Mikail que enseguida volvió, encontrando un desastre en la sala y se dirigió al laboratorio también.
-Ambos están mal, esta vez no solo puse chip en ti, pero no se percataron de eso, son demasiado descuidados –Había cargado de nuevo el arma-
-Solo lo dices para confundirnos, es mejor que te rindas y admitas que en esta ocasión no saldrán las cosas como lo quieres.
-Puede que él no pueda acercarse a ti por esa tonta arma, pero eso no quiere decir que yo no pueda hacerlo.
-No puedes y no lo aras –Activando un pequeño aparato que parecía un detonador, lo que provocó que Aleksei sufriera de una descarga en todo su cuerpo y lo dejara inconsciente momentáneamente.
-Alek –Se acercó alarmado a él, pensando que le había pasado algo malo, se inclinó y lo giro para que quedara boca arriba pero la vista se le nubló y un delgado hilo de sangre comenzó a salir de la comisura de sus labios – A…Alek –dijo con voz quebrada bajando la vista, sosteniendo el brazo que había atravesado con brutalidad su abdomen justo en aquel momento Mikail entró, impactado al ver la escena.
-Zoria –Susurró y se acercó alejándolo de su hermano- No me dejes –Trataba de detener la hemorragia pero inútilmente.
-L...Lo siento -Apenas y podía hablar, su alma poco a poco abandonaba el cuerpo que tan solo podía derramar lágrimas- Te amo.
-Te amo –tenía la voz quebrada, sus ojos se habían nublado por el llanto y solamente podía permanecer con el cuerpo sin vida de su amado pegado a su pecho, el último latido de aquel corazón había significado también el último latido para el propio corazón.