Lecturas Devocionales de Menores 2017
OCTUBRE 2017
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1-Tal vez estás intoxicado
2017-10-01 - Menores
«Sométanlo todo a prueba y retengan lo bueno» (1 Tesalonicenses 5: 21).
¿ALGUNA VEZ te has intoxicado? Qué preguntas más raras te hago, ¿verdad? Lo sé, pero son para hacerte pensar. Es bueno reflexionar en las cosas antes de que sucedan, para que así luego no te tomen de sorpresa.
Regresando a la pregunta; tal vez ni siquiera sepas qué es eso de estar intoxicado, pero no hay problema porque te lo voy a explicar. Decimos que estamos intoxicados cuando hemos ingerido algo que es tóxico, es decir, malo para el organismo. Puede tratarse de algo líquido, como un pesticida, por ejemplo, que nos hemos bebido por error. También puede tratarse de algo sólido, como haber comido alimentos en mal estado. Y puede tratarse de algo que esté en el aire y que estamos respirando sin darnos cuenta.
La persona que está sufriendo los efectos de una intoxicación, sea del tipo que sea, se siente muy mal. Los síntomas que presenta pueden ser palidez en el rostro, que se le ponga la piel de color morado, que le den fuertes dolores de estómago, diarrea, vómitos, que sienta como que se está asfixiando o incluso que llegue a convulsionar. Todas estas son reacciones del organismo avisando de que algo no está bien y hay que extraer esa sustancia tóxica del cuerpo. Para que se sienta mejor y su vida no corra peligro, a una persona intoxicada hay que llevarla inmediatamente al hospital para que le hagan un lavado de estómago. No hay otra manera de recuperarse.
Uno piensa que nunca le va a pasar eso de estar intoxicado, pero a cualquiera puede pasarle. Y de hecho, en cierto sentido, nos pasa. Algunas veces nos «intoxicamos» aunque no por la boca, comiendo, bebiendo, ni respirando algo dañino; sino por los ojos o los oídos: viendo ciertas películas, leyendo ciertas revistas, escuchando comentarios hirientes o hablando de temas inapropiados. A lo mejor nos parece que todo eso no nos intoxica porque no nos ponemos morados, ni vomitamos, ni nos da diarrea, pero en lo que hacemos y en lo que decimos se nota que, por dentro, hay basura en nuestra cabecita.
El único que puede limpiarnos de este tipo de intoxicación es nuestro Médico divino: Jesús. Pídele que te ayude a no deleitarte en ver, oír ni decir nada que sea tóxico para ti.
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2-Trampas en el camino
2017-10-02 - Menores
«Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de él procede nuestra fe y él es quien la perfecciona. Jesús soportó la cruz, sin hacer caso de lo vergonzoso de esa muerte, porque sabía que después del sufrimiento tendría gozo y alegría; y se sentó a la derecha del trono de Dios» (Hebreos 12: 2).
CUENTA UNA VIEJA LEYENDA QUE, en la antigua Grecia, una hermosa joven llamada Atalanta desafió a todos sus pretendientes a que corrieran contra ella. El que ganara, recibiría un premio muy especial: ella misma. El campeón podría casarse con ella, que era bellísima. Lo interesante es que Atalanta también correría en la carrera. Estaba convencida de que nadie podía ganarle.
Muchos atletas trataron de conseguirla, pero ninguno lo logró, hasta que apareció en escena el apuesto Hipómenes. El día de la carrera, el joven Hipómenes se presentó con tres manzanas de oro que le había dado Afrodita, la diosa del amor. Los espectadores se preguntaban para qué serían aquellas manzanas tan hermosas. Y muy pronto lo descubrieron.
Comenzó la carrera y ambos corredores se situaron en la línea de salida. Hipómenes en seguida logró sacarle cierta ventaja a Atalanta, pero cuando la joven se le acercó, él dejó caer una manzana de oro. Ella, hechizada por la belleza del fruto dorado, se agachaba para recogerlo, perdiendo así de vista la carrera y concediendo más ventaja a su adversario. Esto mismo sucedió tres veces. En la tercera ocasión, Hipómenes aprovechó para ganar la carrera. Atalanta nunca pudo recuperar la ventaja que había concedido a su adversario, y finalmente perdió, porque con cada manzana que él dejaba caer, ella iba perdiendo de vista el objetivo de la carrera.
¿Sabes una cosa? La vida cristiana se parece mucho a esta carrera. Siempre hay alguien que desea distraernos. Ese alguien es el enemigo. No me gusta mucho hablar del enemigo, pero es real, existe, y quiere desanimarnos de seguir avanzando hacia la meta, que es la vida eterna. Por eso nos arroja «manzanas de oro» en el camino; cosas que nos atraen y que nos van a distraer del objetivo. No nos dejemos tentar. Fijemos la mirada en Jesús y sigamos avanzando hacia la meta, ignorando las trampas del camino. De lo contrario, perderemos la carrera, y eso sería lo más triste que nos podría pasar.
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3-Un oso, dos perros y un final inesperado
2017-10-03 - Menores
«Cuando Jesús pasaba por allí, miró hacia arriba y dijo: “Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que quedarme en tu casa. [...] Al ver esto, todos comenzaron a criticar a Jesús, diciendo que había ido a quedarse en la casa de un pecador» (Lucas 19: 5-7).
HACE TRECE AÑOS, el fotógrafo alemán Norbert Rossing acompañaba al cazador y manejador de perros Brian LaDoon durante una de sus excursiones por la helada región de Manitoba, en Canadá. Rossing se ha hecho famoso como fotógrafo de la vida salvaje para revistas como National Geografic. En esa ocasión, el plan era fotografiar a los perros de LaDOOn jugando y descansando al atardecer. Pero la tarde pasaba sin que nada ocurriera hasta que, de pronto, apareció un extraño sin invitación: ¡un oso polar enorme! Cuando LaDoon lo vio, pensó que era el fin de los perros. Él y Rossing estaban a una distancia segura, pero los perros estaban encadenados, así que no podían hacer nada para salvarlos. El oso no tenía más que acercarse y devorarlos.
Entonces..., sucedió lo increíble: el oso comenzó a jugar con los perros, y los perros comenzaron a jugar con el oso. Como si no hubiera peligro; como si fuera lo más natural del mundo. Pero no lo era. De hecho, es inexplicable por qué aquel oso enorme no les hizo daño alguno a los perros; tal vez no tenía hambre; tal vez se sentía solo y prefería compañía que comida; el caso es que todos los días de aquella semana, el oso fue a jugar con los perros. Puedes ver en YouTube el video (busca: Polar bears and dogs playing).
Esta escena me recuerda el relato de Jesús y Zaqueo. La gente no esperaba que Jesús se relacionara con pecadores como Zaqueo. Sin embargo, Jesús sorprendió a todo el mundo autoinvitándose a comer a la casa de ese pequeño pecador. Le brindó su ternura y su compañía, y con eso le cambió la vida.
Hoy, con total seguridad tú te relacionarás con personas diferentes a ti. Tal vez personas que no son adventistas, que no hablan tu idioma, que no son de tu raza o de tu país..., no los ataques, trátalos como Jesús trató a Zaqueo y como el gran oso polar trató a los perros. Al ver tu actitud, ellos también se enternecerán y se acercarán más a Jesús.
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4-El antivirus divino
2017-10-04 - Menores
«El Señor tiene su trono en el cielo, y con ojos bien abiertos vigila atentamente a los hombres» (Salmo 11: 4).
¿HAS OÍDO HABLAR alguna vez de la vitamina C? ¿Sabes qué es, dónde se encuentra y por qué es necesaria para el organismo? Por varias razones, la vitamina C es esencial para que tengamos buena salud: ayuda a cicatrizar la piel después de una herida; su presencia hace que nuestro cuerpo asimile el hierro; y, lo más importante de todo, aumenta nuestra resistencia a los virus. ¿Te has fijado que cuando algunas personas van a viajar en avión o a estar en contacto con mucha cantidad de gente, se toman un sobrecito de vitamina C en polvo? Es para evitar que algún virus de los que estarán en el ambiente, los enferme a ellos también. Si tomamos vitamina C todos los días, evitaremos que nos den resfriados con frecuencia, pues estaremos bien protegidos contra esos virus.
La vitamina C se encuentra en naranjas, mandarinas, limones, fresas y otras frutas y verduras. Por eso es tan importante que comamos frutas y verduras todos los días, para que nuestro cuerpo esté protegido contra los virus externos. Algunas personas se enferman con facilidad porque no consumen la vitamina C y los minerales necesarios para fortalecer sus defensas.
A tu computadora también le pueden entrar diversos virus, por eso siempre se les instalan a las computadoras programas antivirus, para que detecten y eliminen los virus informáticos de modo que no les afecten. La salud de una computadora depende de que tenga un buen antivirus. Así como nuestro cuerpo y las computadoras necesitan Vitamina C y programas antivirus, nosotros también necesitamos este tipo de defensas para que nuestra vida espiritual no se eche a perder. ¿Sabes cuál es el sistema de defensa de nuestra vida espiritual? Muy sencillo: la oración.
La oración es nuestro mejor antivirus. Si oramos a Jesús todos los días, estaremos tan conectados con él que no nos invadirá el virus del pecado. Lo único que tenemos que hacer es pedirle a Jesús que entre en nuestra vida cada día, y que camine siempre a nuestro lado. De ese modo, nuestra mente estará libre de la invasión del virus del pecado y estaremos sanos y fuertes espiritualmente. Jesús, que nos vigila desde el cielo, se encargará de protegernos y ayudarnos en todo momento, porque se lo hemos pedido.
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5-¿Qué es eso de «autoridad»?
2017-10-05 - Menores
«Todos deben someterse a las personas que ejercen la autoridad. Porque no hay autoridad que no venga de Dios, y las que existen, fueron puestas por él» (Romanos 13: 1).
¿SABES QUÉ SIGNIFICA la palabra «autoridad»? Se usa para referirse a las personas que han sido elegidas para que gobiernen, o para que sean nuestros jefes, maestros, padres y superiores. La persona que ejerce autoridad merece que la obedezcamos, porque así le agrada a Jesús que hagamos. A no ser que esa persona abuse de su autoridad y la utilice contra nosotros. Entonces, lo más lógico es que le pidamos que actúe con justicia.
Un ejemplo de autoridad es el presidente de un país. Todos los ciudadanos que lo eligieron, e incluso los que no votaron por él o por ella, deben obedecerle y darle un trato de respeto, porque ganó las elecciones por mayoría. Por esa razón, tiene autoridad para tomar decisiones y los ciudadanos hemos de respetar esas decisiones.
En todo el mundo, el 22 de abril se celebra el Día de la Tierra. En ese día se espera que la gente cuide los recursos naturales del planeta y que los maneje con buen criterio. En la ciudad donde vivo, Medellín, se decretó el Día sin carro para cuidar del medioambiente. ¿Sabes qué tienen que hacerlos conductores ese día? Dejar el auto en la casa y moverse en transporte público; o ira todas partes caminando. El que no obedezca esa norma, va a tener problemas.
La autoridad siempre ha existido. Antes de que naciera Jesús, Augusto César anunció una ley; todos debían ser empadronados, y cada persona debía ir a la ciudad donde había nacido. José y María tuvieron que viajar a Belén y, estando allí, nació Jesús. Los padres de Jesús obedecían a las autoridades. Y el mismo Jesús siempre obedeció a sus padres, que eran su autoridad terrenal. Por eso nosotros también debemos ser obedientes con quienes tienen autoridad sobre nosotros y la utilizan de manera justa. Tus maestros, dirigentes de iglesia, ciudad o país, abuelitos y también papá y mamá, aunque algunas veces se equivoquen, Dios los puso ahí para ayudarte por medio de su autoridad. No seas rebelde, obedece a quien debes, y en especial a Jesús, nuestra máxima autoridad. Sus leyes son para hacernos felices.
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6-Si critican, que critiquen
2017-10-06 - Menores
«Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención» (Romanos 8: 27, NVI).
UN MATRIMONIO que tenía un hijo de doce años y un burro, decidió viajar para conocer el mundo. Emprendieron su viaje con el único medio de transporte del que disponían: el burro. Cuando pasaron por el primer pueblo, la gente comentaba al mirarlos:
-Miren a ese chico maleducado, va sentado encima del burro mientras que sus pobres padres, ya mayores, tienen que ir caminando.
Al oír esto, la mamá le dijo al papá:
-Amor, no permitamos que la gente hable mal de nuestro hijo. Es mejor que él se baje del burro y que tú te subas en su lugar.
Así lo hicieron. El papá se subió al lomo del burro y continuaron viaje. Llegando al segundo pueblo, la gente comentó:
-Miren qué sinvergüenza ese tipo; él va cómodamente sentado en cima del burro mientras que su esposa, una mujer, tiene que ir caminando; y el pobre niño apenas le sigue el paso.
Afectados por el comentario, tomaron una nueva decisión; subieron a la mamá al burro mientras que el papá y el hijo continuaron el camino a pie. Al pasar por el tercer pueblo, la gente murmuró:
-Pobre hombre, después de trabajar todo el día y su esposa ni siquiera le permite ir descansando sobre el burro... Y pobre hijo, qué le espera con esa madre.
Decidieron entonces subirse al burro los tres y, en el siguiente pueblo, les gritaron:
-¡Brutos, van a partirle el lomo al burro!
Finalmente decidieron bajarse los tres e ir todos caminando, a lo cual los habitantes del siguiente pueblo comentaron:
-Miren a esos tres tontos, todos caminando cuando tienen un burro.
Cada persona piensa de manera diferente, pero nadie puede tomar decisiones por otro. Cuando tú tomes una decisión, asegúrate de que a Jesús le parezca bien y sigue adelante con su aprobación. No tienes que gustarle a todo el mundo. Si alguien te da un consejo que sea bueno y útil, está bien, acéptalo, pero no hagas o dejes de hacer algo solo por lo que digan los demás, Sé tú mismo y no te dejes afectar por las críticas destructivas. Si Jesús está de acuerdo, todo está bien.
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7-Muy parecidos, muy diferentes
2017-10-07 - Menores
«¿Con quién vas a compararme, o a quién me vas a igualar? ¿A quién vas a asemejarme para que seamos parecidos?» (Isaías 46: 5, NVI).
TENGO UNOS PRIMOS GEMELOS QUE, de pequeños, eran muy inquietos. Libardo, el más travieso, mordía y empujaba a su hermano Mario. Un día, mi tía salió en su Jeep con ellos en la parte de atrás; Libardo abrió la puerta y empujó a Mario, que se cayó a la carretera sin que mi tía se enterara, «Mami, Mario está tirado por allá», dijo mi primo. ¿Te imaginas el susto? Mi tía detuvo el auto inmediatamente y corrió a recoger a Mario. Otro día, jugaban a «reparar» la bicicleta de su hermana cuando Mario colocó sus dedos dentro de la rueda y Libardo le dio vueltas a la cadena. El dedo de Mario quedó atrapado en el engranaje. Qué gritos daba mi primo.
En una ocasión, jugando con un ábaco, a Libardo se le ocurrió sacar las bolitas del ábaco y metió una en la nariz de su hermano, que luego no podía sacar Mario sangraba sin parar. Cuando eran adolescentes, Mario se rompió una pierna y cada mañana lo iba a recoger un transporte a casa para llevarlo a la escuela. Pero un día, llegó el transporte y el conductor le dijo a Libardo, pensando que era Mario: «Niño, súbete», y Libardo se subió mientras que su hermano, el que tenía la pierna rota, estaba dentro de la casa esperando.
La Biblia relata el caso de dos gemelos: Jacob y Esaú. Desde el vientre de su mamá se llevaban mal. Al nacer, uno agarraba al otro por el talón como diciéndole: «Yo quiero nacer primero». Su padre le puso el nombre a ese niño de acuerdo con su carácter: Jacob, el suplantador. Los niños crecieron pero eran muy diferentes: Esaú se sentía feliz en la naturaleza; a Jacob, le gustaba la tranquilidad hogareña. Jacob engañó a Esaú y la historia acabó muy mal.
¿Cómo te llevas tú con tus hermanos? ¿Sabes? Un hermano es algo muy importante. Tal vez ahora que son niños se pelean mucho, pero cuando sean grandes se darán cuenta de que un hermano es una de las personas que más nos quieren. ¿Qué te parece si hoy le dices a tu hermano o hermana cuánto lo quieres? Aprende a valorarlo, porque es una bendición del cielo tener hermanos.
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8-La gran recompensa
2017-10-08 - Menores
«"Les aseguro -respondió Jesús- que todo el que por mi causa y el evangelio haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o terrenos, recibirá cien veces más en este tiempo [...] y la vida eterna"» (Marcos 10: 29-30, NVI).
A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX, el famoso multimillonario Andrew Carnegie se puso muy triste al perder a su mascota a orillas del lago Míchigan. Por eso decidió poner un anuncio en el periódico que decía: «Se busca a un Fox Terrier blanco que responde al nombre de Billy. Recompensa de mil dólares a quien lo encuentre».
Al día siguiente, Andrew Carnegie comprobó con asombro que el anuncio no se había publicado, así que fue a las oficinas del periódico para preguntar por qué no habían publicado su anuncio. Al llegar descubrió que no había nadie más que la señora de la limpieza. «¿Dónde estarán todos?», pensó, y decidió averiguarlo.
-¿Es que no hay nadie? -le preguntó a la señora de la limpieza.
-No -respondió ella-. Se han ido todos a buscar a un perro blanco llamado Billy.
¿Qué te parece esta historia? ¿Cómo la has interpretado? Lo cierto es que tiene más de una interpretación. La puedes interpretar de varias formas:
• Que los empleados del periódico fueron irresponsables al no cumplir sus deberes.
• Que les importaba más el dinero que su trabajo.
• Que eran trabajadores muy solidarios con el necesitado.
• Que todos eran amantes de los perros y decidieron ayudar al dueño a encontrarlo.
• Que conocían muy bien al dueño del perro, pues era vecino de ellos.
Seguramente tú tendrás tu propia interpretación de esta historia, pero yo diría que los trabajadores fueron irresponsables porque les importó más el dinero que su trabajo. La recompensa económica es la que, en general, más le interesa a la gente. ¿Sabías que Jesús ha ofrecido una recompensa a quienes lo busquen? La recompensa es nada más y nada menos que la vida eterna: casa propia, no te dolerán nunca más las muelas, se acabarán las vacunas, harás viajes interplanetarios...
Anímate a buscar a Jesús cada día, para que puedas pronto recibir tu gran recompensa.
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9-Una mano amiga
2017-10-09 - Menores
«Hermano, tu amor me ha alegrado y animado mucho» (Filemón 1: 7, NVI).
¿SABES QUÉ ES sentirse reconfortado? Hubo un joven muy especial que se sintió así, y su historia es de gran inspiración para nosotros, para que sepamos estar atentos a las necesidades de los demás. Esta historia ocurrió hace años durante unos Juegos Paralímpicos, que son las Olimpiadas para atletas con discapacidades.
Nueve jóvenes participantes con discapacidad mental se alinearon para la salida de la carrera de los cien metros planos. Al oír la señal, todos salieron corriendo lo más rápido que pudieron. Quizás a un atleta sin discapacidades no le pareciera mucha la velocidad que alcanzaban, pero para ellos estaba muy bien, pues se habían entrenado duro todo el año para superar sus limitaciones. Además, todos tenían un deseo inmenso de dar el máximo de sí mismos para ganar. Todos, absolutamente todos, querían llevarse la medalla de oro.
¡Oh, oh! A mitad de la carrera, uno de los corredores tropezó, se cayó al piso, dio varias vueltas y comenzó a llorar. Los Ocho corredores restantes podrían haberse alegrado, al fin y al cabo era un competidor menos. Sin embargo, ninguno se alegró. Al escuchar el llanto de un ser humano, aunque fuera la competencia, todos disminuyeron el paso y miraron hacia atrás. Vieron al muchacho en el suelo, se detuvieron y regresaron. ¡Todos!
Una de las muchachas, que tenía síndrome de Down, se arrodilló junto al corredor caído, le dio un beso en la mejilla y le dijo: «¿Listo? Ahora vas a ganar». Y fue así como los nueve entrelazaron sus brazos y caminaron juntos hasta la línea de meta. El estadio entero se puso de pie; se podía sentir la emoción. Los aplausos duraron largos minutos.
Habrás oído un montón de veces a tus padres y maestros decirte: «Lo importante no es ganar», y quizás aún no te han convencido. Pero es verdad. Ayudar a los demás tiene una recompensa mucho, pero mucho mayor, que ganar. Tiene la recompensa de una alegría enorme. Cuando reconfortamos a otro ser humano, nosotros somos los primeros reconfortados. Y por cierto, eso es lo que hizo Jesús por nosotros. Él es nuestra mano amiga. ¿Y tu mano? ¿Es amiga o competidora?
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10-Les «dichos» de Dios
2017-10-10 - Menores
«En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti» (Salmo 119: 11, NVI).
EN TODOS LOS PAÍSES hay dichos populares que utilizamos diariamente. En muchos casos no se sabe quién los inventó, o cómo surgieron, pero son muy útiles. Quiero compartir contigo algunos dichos colombianos: «Chilla más que un camión lleno de pollos», «Duerme más que gata con anemia», «Habla más que un perdido cuando aparece», «Es más aburrido que un cajero de peaje», «Es más amarrado que un viejito en un columpio», «Es más cansón que un submarino de remos», «Está más flaco que un gato de ferretería», «Es más lento que un caracol artrítico». Son divertidos, ¿cierto?
Por muy conocidos y utilizados que sean estos dichos, no pueden hacer cambiara nadie, no nos ayudan a mejorar nuestra forma de ser y de actuar. Es decir, que si somos chillones, dormilones, charlatanes, aburridos, amarrados, cansones, flacos o lentos, por mucho que nos repitan todos los días estos dichos populares, seguiremos siendo igual. Estos dichos no tienen el poder de hacernos cambiar. Sin embargo, no sucede así con los dichos de Dios.
Los dichos de Dios, que están en su Palabra, tienen un poder increíble. Por eso nos dice el texto de hoy que, en mi corazón, debo atesorar. los, es decir, guardarlos con mucho cuidado para ponerlos en práctica, Porque si, por ejemplo, yo tengo un defecto grande como no querer perdonar a otro, cuando leo en la Biblia cómo Jesús nos perdonó a nosotros, o la historia de cómo perdonó a Pedro, me siento inspirada a pero donar yo también. O digamos que soy egoísta, y al leer la historia de Ananías y Safira en las Escrituras, me dan ganas de ser generosa. O su pongamos que me cuesta darle a Jesús lo que es suyo y me ha prestado; pues cuando leo el relato de Caín y Abel, quiero ser como Abel, y entonces de manera espontánea le entrego a Jesús mi ofrenda.
Es importante distinguir entre lo que dicen los demás, o la tele, o ciertos libros y revistas, y lo que dice Dios en su Palabra. Sus dichos y promesas nos hacen mejores, nos evitan meternos en líos, nos ayudan a no equivocarnos, a estar sanos. Tienen poder para hacernos mejores en todo. ¡Compruébalo!
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11-¿Memoria de elefante?
2017-10-11 - Menores
«La memoria de los justos es una bendición» (Proverbios 10: 7, NVI).
¿HAS OÍDO ALGUNA VEZ la expresión «memoria de elefante»? Los elefantes son famosos por su buena memoria, reconocida por los científicos. Parece que la zona del cerebro relacionada con la memoria, es tan grande y tan activa en los elefantes, que lo recuerdan todo muy bien, desde que eran apenas bebés. Precisamente su buena memoria es la razón por la que no se escapan de algo tan pequeño como una cadena atada a una estaca.
¿Has visto alguna vez, por ejemplo en el circo, un elefante encadenado a una estaca? Si es así, probablemente te hayas preguntado por qué no se escapa, siendo que el elefante tiene fuerza como para levantar la estaca de la tierra y probablemente destruir el circo completo. Pues no se escapa porque recuerda cuando, de pequeñito, lo encadenaban a una estaca. Como era pequeñito, no tenía fuerza para escaparse, y se mano tenía allí preso, porque no le quedaba de otra. Cuando ya es mayor, recuerda que la estaca es fuerte y la cadena dura, y sigue convencido de que no puede soltarse de ellas, a pesar de que ya no es así. Su memoria lo traiciona, y hace que no intente de nuevo huir, porque está convencido de que no puede ya que en el pasado no podía. Es una tragedia, ¿verdad? Pobrecitos los elefantes.
También es una tragedia cuando nosotros nos resignamos a dejar de intentar algo simplemente porque en el pasado no lo logramos. A veces nuestro cerebro nos juega la misma mala pasada que le juega al elefante el suyo. Con frecuencia nos limitamos a nosotros mismos y dejamos de luchar por algo que es justo y que merece la pena porque no nos atrevemos a intentar nuevamente lo que ya nos salió mal en el pasado. Quizás no queremos pasar vergüenza, o no queremos desanimarnos otra vez, o tenemos miedo de las consecuencias de intentarlo. Pero recuerda: «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece» (Filipenses 4: 13, RV95).
Aunque algo te haya salido mal, si cuentas con la aprobación de Dios, inténtalo una vez más. No te des por vencido.
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12-Nada de camuflajes
2017-10-12 - Menores
«Me alegra ver que tienen orden y que se mantienen firmes en su fe en Cristo» (Colosenses 2: 5).
¿SABES QUÉ ES CAMUFLARSE? El diccionario dice que es «disimular algo dándole el aspecto de otra cosa». Parece una definición un poco complicada pero no lo es; es bastante sencillo de entender. Te lo explicaré con ejemplos de la naturaleza.
Verás, existen animales que «se camuflan» para protegerse de otros animales. Lo que hacen es que cambian aspectos de su cuerpo, como su color. Su forma o su luminosidad, para confundirse con el entorno y pasar desapercibidos. Es muy importante para algunos animales poder camuflarse, porque es su único mecanismo de defensa. Si no se camuflan, entonces otros animales más grandes y depredadores, los descubren y se los comen. Camuflarse es su única manera de no convertirse en el almuerzo de un depredador y así salvar la vida.
Algunos animales capaces de camuflarse son ciertos peces que adquieren rápidamente el color del fondo del mar; o los reptiles que se hacen pasar por hojas, troncos de árbol y piedras. Pero el rey del camuflaje es un gusano que, si un pájaro se le acerca con intenciones de comérselo, adopta el aspecto de una ramita de árbol. Su imitación es tan perfecta que algunas veces se posa encima del pájaro y este ni siquiera sospecha que podría ser su alimento.
Aunque camuflarse es una virtud para muchos animales, no lo es para un cristiano. La persona que sigue a Jesús no debe querer nunca pasar desapercibida, ni que la confundan con otro tipo de personas. Hemos de ser auténticos cristianos, que llamemos la atención con nuestra personalidad allí donde estamos, para que todos puedan ver en nosotros a Jesús.
Tú eres un niño o una niña cristiana, por eso, no te ocultes. No trates de pasar desapercibido cambiando tu manera de ser para que los demás no se den cuenta de que eres amiguito de Jesús. Al contrario, muestra bien que crees en Jesús comportándote como se comportaba él. De ese modo, otros niños querrán ser cristianos también, gracias a tu ejemplo, Ser cristiano no es ninguna razón para avergonzarse; al contrario, es algo de lo que podemos sentirnos muy contentos y orgullosos. Ya lo sabes, no te escondas: sé auténtico y déjate ver.
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13-Papá y mamá
2017-10-13 - Menores
«Yo he visto que uno de los hijos de Jesé, el de Belén, sabe tocar muy bien; además, es un guerrero valiente, y habla con sensatez, es bien parecido y cuenta con la ayuda del Señor» (1 Samuel 16: 18).
EN EL BALCÓN de mi casa hay unas plantas que son el lugar favorito de las palomas para hacer su nido. No es que me guste vivir rodeada de palomas, pero por consideración las dejamos que coloquen allí sus huevos y los empollen. El problema viene cuando tengo que regar las plantas. ¡Si vieras cómo esas palomas comienzan a aletear con fuerza para impedirme acercarme a sus crías! Para ellas, cuidar de sus polluelos es lo primordial. Por cierto que las crías son bastante feítas: ojos enormes, todas peladitas, amorfas... ¡Sin embargo, sus papás las ven hermosas! Así somos los papás: nos gustan nuestros hijos, los queremos tanto que los vemos siempre con buenos ojos. Estoy segura de que tu papá y tu mamá piensan que eres hermosísimo o lindísima.
El versículo de hoy nos habla de David, el valiente hijo de Jesé, que se enfrentaba a leones y agigantes, y que llegó a ser rey. De él decían que era talentoso, valiente, luchador, prudente, hermoso, y que contaba con la compañía y la protección de Dios. ¿No te parecen muchas virtudes para un solo joven? ¡Cuán satisfechos debían de estar sus padres! Muchas personas observan el comportamiento de los niños, porque suele ser buena muestra de cómo son sus padres. No siempre ocurre, pero detrás de un buen muchacho casi siempre hay unos papás que lo han educado bien, y eso dice mucho de ellos. Otros chicos, aunque tienen buenos padres, hacen cosas indebidas que los avergüenzan. Pero gracias a Dios que tú no eres así.
¿Qué te parece si esta mañana te haces el propósito de comportarte todo el día de una manera que haga que tus padres se sientan orgullosos de ti? Incluso puedes hacer una lista de cosas que agradan a tus padres, y pedir le a Jesús que te ayude a cumplirlas. Este es un buen camino para convertirte en un cristiano exitoso, del que tus padres terrenales y tu Padre celestial se sentirán felices. Si te gusta la experiencia, tal vez podamos repetirla mañana; y al otro día; y al otro... Hasta que se vuelva una costumbre.
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14-Huye del «veneno»
2017-10-14 - Menores
«¡Corre, ponte a salvo! No mires hacia atrás, ni te detengas para nada en el valle. Vete a las montañas, si quieres salvar tu vida» (Génesis 19: 17).
¿TE GUSTAN LAS SERPIENTES? A mucha gente no les gustan para nada; les dan asco porque son así como viscosas: o les tienen miedo, porque algunas sueltan veneno. Yo les tengo miedo y al mismo tiempo también me dan un poquito de asco.
¿Te imaginas que existiera alguna señal para distinguir de un solo vistazo qué serpientes son venenosas y cuáles no? Hoy por hoy no sabemos muy bien aún cómo distinguirlas. Por ejemplo, dicen los expertos que algunas serpientes cascabel, cuando se ven sorprendidas, atacan sin hacer el ruido que se supone que hacen antes de atacar, así como un sonido de cascabel. ¿Ves? No hay nada seguro. Dicen también que las serpientes de coral, que son muy venenosas, pueden confundirse con otras serpientes que se les parecen mucho pero que no tienen veneno. Así que cuando uno ve esas bandas transversales de color rojo, amarillo y negro quizás no está viendo una coral sino otra serpiente que no es venenosa. Claro que no creo que cuando veas una serpiente amarilla, roja y negra te detengas a estudiar la sucesión de colores... Lo más sensato es poner la mayor distancia entre ella y tú, sea venenosa o no.
Y la cosa se complica todavía más con las serpientes. Aunque una serpiente sea inofensiva, es decir, que no tiene veneno, su mordedura puede provocar infección. Por eso debemos tener siempre cuidado con las serpientes si estamos en un lugar en el que Sospechamos que hay. ¡No podemos correr riesgos! Debemos protegernos con guantes, botas y pantalón largo y tener cuidado dónde caminamos. Pero el mejor remedio ¡es evitarlas! Así nos aseguramos de que no nos hagan nada.
Algunos hábitos son como las serpientes. Al comienzo parecen bonitos, inofensivos, pero «su mordedura» no lo es. Cuando nos damos cuenta, nos dejan una «infección». Por ejemplo ver la televisión. No tiene nada de malo, ¿verdad? Pero si nos descuidamos y vemos cualquier cosa, todos los días, varias horas cada vez, el día menos pensado nos volvemos agresivos, violentos, mal hablados. Porque algunos programas contienen esos «venenos». ¡No podemos correr riesgos! Pongámonos a salvo, seamos inteligentes, y evitemos todo lo que pueda ser venenoso.
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15-¿Cuál es tu bandera?
2017-10-15 - Menores
«¡Levanten la bandera en el país! ¡Toquen la trompeta entre las naciones! ¡Convoquen contra ella a los reinos!» (Jeremías 51: 27, NV).
¿SABES COMO es la bandera de tu país? ¿Sabes cuántos colores tiene y cuáles son esos colores? ¿Sabes si tiene franjas, o círculos, o estrellas? ¿Sabes si se parece mucho a la bandera de algún otro país? ¿Sabrías dibujarla? Vamos a hablar hoy un poco sobre las banderas.
Las banderas son símbolos que sirven para representar la identidad de un país, y a veces incluso una serie de valores que ese país tiene o de situaciones históricas que ha vivido. La historia común de Guatemala, Nicaragua, El Salvador y Honduras explica, por ejemplo, que sus banderas sean tan parecidas.
El origen de las banderas es muy antiguo y se utilizaban ya desde el principio para distinguir a unos pueblos de otros. Pero no solo se han utilizado para identificar países, sino también para representar a entidades y organizaciones. Por ejemplo, la bandera de los Juegos Olímpicos es blanca, con cinco aros entrelazados, los tres de arriba son de color azul, negro y rojo, y los dos de abajo son amarillo y verde. La bandera de la Cruz Roja tiene pintada una gran cruz de color rojo sobre un fondo blanco; la de las Naciones Unidas tiene un mapa del mundo rodeado de ramas de olivo, que representan la paz.
Los cristianos también deberíamos tener una bandera, un símbolo que nos represente y con el que nos sintamos identificados. Yo creo que nuestra «bandera» es la cruz de Cristo. La cruz representa el sacrificio que hizo Jesús por toda la humanidad. Claro que no es un trozo de tela que hondea al viento, y que tampoco hemos de llevarla en ninguna cadena ni pulsera. Se trata más bien de una bandera que llevamos en nuestro corazón. De un símbolo de nuestra historia con el que nos identificamos todos. Aunque es un símbolo de algo muy triste como la muerte del Hijo de Dios, también nos da la alegría de saber que esa muerte nos salva del pecado y nos da esperanza de la vida eterna.
¿Con qué bandera te identificas más tú? ¿Con la de tu país o con la de tu religión? Si lo más importante para ti es Jesús, definitivamente tu estandarte y tu bandera es la cruz. Lo mismo me pasa a mí.
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16-¿Qué es para ti el dinero?
2017-10-16 - Menores
«El amor al dinero es raíz de toda clase de males; y hay quienes, por codicia, se han desviado de la fe y se han causado terribles sufrimientos» (1 Timoteo 6: 10).
¿SABÍAS QUE hace muchos años no existían monedas ni billetes? El dinero como lo conocemos hoy no ha existido siempre. En la antigüedad, cuando alguien necesitaba algo, como por ejemplo un caballo, lo que hacía era que le daba al dueño del caballo otra cosa a cambio, como una vaca o un objeto que tuviera un valor semejante; y que el dueño del caballo necesitara, por supuesto, o de lo contrario no habría acuerdo. A eso se le llamaba trueque. El trueque era el intercambio de mercancías entre personas y representaba algo parecido al comercio actual.
Pero eso del trueque tenía un problema. Si una persona, a cambio de lo que necesitaba, ofrecía a otra algo que la otra ya tenía, entonces no podía haber trueque. ¿Quién va a querer que le den algo que ya le sobra? ¡¡¡Nadie!!! Por eso el trueque de objetos o animales se fue haciendo cada vez más difícil, ya que con frecuencia a las personas les faltaba lo mismo y les sobraba lo mismo. Fue así como se empezaron a entregar objetos que representaban el valor de la deuda. Para eso se empleaban metales valiosos. Pero eso también tenía un problema: los objetos tenían valor solo para las personas que habían hecho el intercambio. Por eso luego apareció la moneda, inventada por los fenicios. Luego aparecieron los billetes. Tanto a las monedas como a los billetes se les llama «dinero». El dinero tiene valor porque lo respalda el oro que se guarda en los bancos. Por sí solo, un billete no sería más que un pedazo de papel; y una moneda, un trozo de metal.
La Biblia habla de personajes que se perdieron por culpa del dinero. Una de las historias más conocidas es la de Judas, que traicionó a Jesús a cambio de treinta monedas de plata. También los hermanos de José lo vendieron por veinte piezas de plata. Pero eso no es lo que Dios espera que hagamos por dinero. De hecho, la Biblia nos advierte que el amoral dinero es la raíz de muchos males. Por eso, considera hoy qué valor le darás al dinero. Espero que no sea mayor que el que le das a la familia, a Jesús y a la vida.
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17-No más ojos rojos
2017-10-17 - Menores
«¡Cuán dichoso es el hombre a quien Dios corrige! No menosprecies la disciplina del Todopoderoso» (Job 5: 17, NVI).
¿ALGUNA VEZ te han salido los ojos rojos en una fotografía? A mí también. ¡¡¡Cómo me molesta eso!!! Aunque ahora hay mecanismos para disimularlo un poco, lo cierto es que cuando nos tomamos una foto en lugares poco iluminados, casi siempre sucede. ¿Sabes por qué? Porque al dispararse el flash de la cámara para compensar la ausencia de luz ambiental, esa luz blanca y fuerte impacta nuestras retinas y llega a una zona cargada de vasos sanguíneos. De ahí resulta el color rojo: de los vasos sanguíneos que bañan la retina. Esto pasa siempre que la luz del flash nos da de frente, y que la distancia es corta respecto a la cámara y estamos mirando directamente al objetivo. ¿Sabes qué? Esto se da más con los niños y las personas que tienen ojos claros, porque son más sensibles a la luz.
Para evitar eso de los ojos rojos en las fotos, los fotógrafos profesionales utilizan muchas luces ambientales para mejorar la iluminación del lugar. Con eso se arregla el problema porque la pupila se contrae, es decir, se cierra ante el exceso de luz, así que el impacto del flash no es tan grande y no se ve la parte roja del ojo. También se puede corregir con un flash parpadeante que se enciende y se apaga por un momentito antes de que se dispare la fotografía, porque ayuda a que el tamaño de la pupila se adapte. Nuestros ojos son algo increíble, aunque no nos guste que se nos vean rojos en las fotos.
De la misma forma que un fotógrafo profesional puede corregir el efecto de los ojos rojos en las fotos, Jesús puede corregir los defectos de nuestro carácter, si se lo pedimos. Él es el primer interesado en que luzcamos bien y tengamos amigos. Por eso, él quiere que cada día mejoremos nuestros defectos y desarrollemos nuestras virtudes. Si se lo pedimos, puede ayudarnos a superar esas cosas de nosotros mismos que no nos gustan, y que todos pueden ver porque son evidentes.
¿Qué te parece si esta mañana le pedimos a Jesús que nos ayude a corregir nuestros defectos de carácter? Estoy segura de que él quiere hacerlo, pero está esperando a que se lo pidas. Este es un buen día para empezar. El «fotógrafo» divino está dispuesto a ayudarte.
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18-¿Cómo anda tu memoria?
2017-10-18 - Menores
«Procuren no olvidarse del Señor [...] Adoren al Señor su Dios y sírvanle solo a él» (Deuteronomio 6: 12-13).
HABÍA UNA VEZ un soldado que estaba luchando en una guerra. En su país había dejado atrás a una novia, con la que llevaba tiempo saliendo. Un día, recibió una carta de su novia, que decía así:
Lo lamento, pero no puedo continuar con esta relación. Quiero confesarte que te he sido infiel con otro muchacho, y no creo que ni tú ni yo nos merezcamos esto. Por esa razón quiero terminar nuestro noviazgo mediante esta carta. A partir de ahora, tú y yo ya no somos nada. Por favor, te voy a agradecer que me devuelvas la foto mía que te di antes de que te fueras. No quiero perderla.
¿Cómo crees que se sintió aquel soldado? Imagínate, con todos los problemas de una guerra y estando tan lejos de casa, no había nada que pudiera hacer salvo sentirse muy herido. Ahora, ¿qué le contestaría a la muchacha? ¿Le devolvería la foto o se la quedaría? Fíjate lo que hizo: les pidió a sus compañeros que le dieran fotos de sus novias, hermanas, primas y amigas. Recogió sesenta fotos en total. Las metió en un sobre, junto con la de su novia, y las envió a su ex, con una breve nota que decía:
Perdóname, pero no puedo recordar quién eres. Por favor, encuentra tu foto entre todas estas y devuélveme el resto. Cuídate.
¿Crees que es posible que un novio olvide quién es su novia? Claro que no es posible. Sin embargo nosotros, a veces, sí olvidamos cosas que son tan importantes como esa, o más. Olvidamos, por ejemplo, que Jesús es el novio que está esperando a su iglesia para las bodas del Cordero. ¡Y su iglesia somos tú y yo! ¿Nos estamos preparando para ese banquete? También olvidamos que Jesús es nuestro amigo, que siempre nos es fiel aun cuando le somos infieles. Jesús sí tiene buena memoria, nunca se olvida de nosotros. Y aunque recuerda nuestros pecados, no nos castiga por ellos. Él nos perdona y está con los brazos abiertos esperando que volvamos a él. Jesús nos perdona y nos ama. Siempre. Nunca pierdas esto de tu memoria.
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19-El «monstruo» de dos cabezas
2017-10-19 - Menores
«¿Hasta cuándo vacilaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra» (1 Reyes 18: 21, RV95).
¿HAS VISTO ALGUNA VEZ a un animal de dos cabezas? Yo, en la televisión, sí. Un día vi un programa de animales con dos cabezas y me quedé impresionada. Hay quien puede pensar que mejor sería tener dos cabezas que una, pero tener dos cabezas no es ninguna ventaja, y en ese programa quedó demostrado. Voy a explicarte por qué.
Los casos reales eran: un cerdito que nació con dos cabezas y se volvió toda una celebridad, y una tortuga de dos cabezas que nació en Nueva York. Ahora fíjate en la cuestión: aunque esos animales tienen una cabeza que parece ser la dominante, nunca se ponen de acuerdo en el lugar al que quieren ir. Por eso andan de un lado para el otro. Cada una de las cabezas tiene su propio cerebro, que piensa por sí mismo y por lo tanto toma sus propias decisiones. Pero el resto de los órganos del cuerpo los comparten, así que, ¿a qué cerebro obedecerán los órganos? No saben a cuál seguir, y por eso se mueven esos animales de una manera desorientada, ¡¡¡Es que están desorientados!!! No saben quién manda.
Tener dos cabezas es un problema en la naturaleza física, pero no en la naturaleza espiritual, siempre y cuando sepamos quién manda. Me explico. Tú tienes una sola cabecita física, pero esa cabecita no tiene que tomar todas las decisiones por ella misma, sino llevarlas primero a Jesús para saber si él las aprueba. Jesús es el que nos dice lo que está bien y lo que está mal, él es la cabeza de su iglesia. Entonces, espiritualmente, tenemos dos cabezas: la que Dios nos puso sobre el cuello, y la que puso sobre sus hijos, que es Jesús. A la hora de tomar decisiones, no tenemos por qué estar desorientados, porque Jesús es quien nos indica qué dirección tomar.
Antes de tomar cualquier decisión importante, pídele opinión a Jesús y mira qué dice la Biblia sobre el asunto. Decide hacer lo que Jesús te indique. Deja que él sea tu cabeza.
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20-Casi salva
2017-10-20 - Menores
«No hay otro Dios como tú, porque tú perdonas la maldad y olvidas las rebeliones. [...] Tú nos muestras tu amor y no mantienes tu enojo para siempre» (Miqueas 7: 18).
«¡APRESÚRENSE, HIJOS!», gritó el señor Pablo mientras preparaba la embarcación. La familia se estaba alistando para pasar la tarde navegando por un caudaloso río del norte de Colombia. Muchas veces iban de excursión a ese lugar, porque a toda la familia le encantaba y, tras una de las curvas del río, se encontraba la finca de don Pablo.
El viaje comenzó como de costumbre, sin novedad. Nada hacía presagiar que no iba a ser un día como cualquier otro. La embarcación se deslizaba rápidamente por el río, abriendo el agua a su paso. Era divertido ver las líneas que dejaba sobre el río. El viento también era protagonista, despeinando las cabezas de los alegres viajeros, que disfrutaban, además de la naturaleza, de la música a todo volumen. Al llegar a un recodo del río, la embarcación se topó súbitamente con un extraño remolino, en el que quedó atrapada. A pesar de los esfuerzos de don Pablo, el barco se ladeó y, finalmente, volcó, hundiéndose rápidamente.
A la distancia, se podían oír los gritos del papá, dando órdenes para que todo el mundo se aferrara a los salvavidas; indicando a los que supieran nadar que ayudaran a los que no sabían. Fue un momento de angustia total. De pronto, la hija menor no se veía por ninguna parte. Don Pablo se sumergió para buscarla, pero nada. Uno de los trabajadores de don Pablo se sumergió también y, al estirar los brazos, sintió los cabellos de Kety. Rápidamente los agarró con fuerza y, tirando de ellos, logró rescatarla. ¡Casi se pierde!
De esto han pasado muchos años y Kety es ya adulta, pero sigue casi perdida. Sabe que Jesús existe, pero ni le entrega su vida, ni va a la iglesia. Está desaprovechando la segunda oportunidad que recibió del Señor, tan casi salva como se encontraba bajo el agua, esperando que la rescataran. No permitas que eso te pase a ti. Toma hoy la decisión de seguir a Jesús; pídele que te agarre ahí donde estás, y aférrate de él, para que te salve. Esta es tu oportunidad.
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21-¿Tú puedes volverte invisible?
2017-10-21 - Menores
«No tengan, pues, miedo de la gente. Porque no hay nada secreto que no llegue a descubrirse, ni nada escondido que no llegue a saberse» (Mateo 10: 26).
¿ALGUNA VEZ has deseado ser invisible? Yo sí. Cuando he atravesado alguna situación difícil o incómoda, cuando he metido la pata diciendo o haciendo algo imprudente, he querido desaparecer para que nadie me viera. Qué maravilloso sería tener el poder de volvernos invisibles cuando lo deseáramos, ¿verdad? Pero no lo tenemos. Aunque deseemos ser invisibles, nunca lo podremos lograr. ¿No? Bueno, en la Secretaría de Defensa de los Estados Unidos parecen creer que sí.
Los responsables de Defensa de ese país han desarrollado una tecnología que consiste en una especie de mala que impide que la luz sea refractada. Funciona de la siguiente manera: esa malla se coloca sobre un objeto, y hace que ese objeto se vuelva «invisible», porque al no refractar la luz, el objeto no puede ser captado por ningún ojo humano. Da la impresión de que desaparece, aunque en realidad el objeto no desaparece, está ahí, solo que no lo podemos ver. Es lo más parecido que encontramos en este mundo a ser invisibles.
Aunque el ser humano, desde el Edén, ha deseado ser invisible para evitar dar explicaciones a Dios y a los demás, esta capacidad no la poseemos nosotros en este mundo. Pero los seres de otros mundos sí la poseen. Dios y los ángeles tienen esa capacidad. Ellos sí se pueden hacerse invisibles a nuestros ojos. Recuerdas lo que le pasó a Balaam. No podía ver al ángel de Dios, que se le atravesaba en el camino para no permitirle que fuera a maldecir a su pueblo, Israel (lee la historia en Números 22:21-35).
Que no podamos ver a Dios ni a los ángeles no significa que no existan. De hecho, existen, la Biblia lo indica claramente. Solo que tienen el poder de hacerse invisibles para nosotros. Lo importante es que tú tengas presente todos los días, desde que te levantas hasta que te acuestas, que no estás solo. Que a tu lado Dios envía ángeles que te protegen, y que él mismo está pendiente de ti, para que no te pase nada. Aunque creas que cuando estás solo nadie te ve, no es cierto: Jesús te ve y sus ángeles también. Por eso no tienes que sentirte solo nunca. Ellos están contigo.
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22-Arranca las malas hierbas
2017-10-22 - Menores
«No digan indecencias ni tonterías ni vulgaridades, porque estas cosas no convienen; más bien alaben a Dios» (Efesios 5: 4).
HACE TIEMPO, yo vivía en una casa con jardín, pero no tenía plantas bonitas. Lo único que tenía era maleza, que no daba cabida a las plantas hermosas que una vez alguien había sembrado. Cansada de ver algo feo todos los días en mi patio, decidí contratar a dos jóvenes para que quitaran la maleza. Lo hicieron muy bien, aunque les llevó demasiado tiempo. ¡Pero valió la pena el esfuerzo! Una vez eliminada la fea maleza, sembramos hermosas plantas decorativas, que me causaban mucha satisfacción. Cada día que salía a regar mi jardín, era una delicia para mí. Hasta que, poco tiempo después de haber sembrado tanta maravilla, la maleza reapareció. La arranqué yo misma, pero volvió a aparecer. No sabía qué hacer con aquella mala hierba.
Decepcionada, busqué nuevamente a los expertos, que me dijeron:
-No estábamos seguros antes, pero ahora sabemos que esas malezas no se eliminan simplemente con arrancarlas.
-Entonces, ¿qué puedo hacer para que no salgan más? -pregunté.
-Hay que quitarles los bulbos -me dijeron-. Si solo se les quita la raíz, seguirán creciendo.
El trabajo fue enrome, porque los bulbos estaban enterrados muy profundamente. A veces, tras encontrar el primer bulbo, había que seguir desenterrando hasta encontrar el segundo; y después el tercero. No había otra manera de erradicarlas para siempre de mi jardín.
¿Sabes? Así como aparecen plantas invasoras en los jardines a pesar de que no se han sembrado nunca, debemos evitar ciertas cosas que son «invasoras» para nuestra vida espiritual. Cosas como decir malas palabras y chistes groseros, pensar en lo malo y lo negativo, andar con amistades que no son buenas, ver programas que no edifican. Si no arrancamos esas malas hierbas de raíz, pero de lo más profundo del corazón, donde están sus bulbos, seguirán creciendo una y otra vez, ahogando los frutos de fe que Jesús quiere producir en ti. ¿No crees que es mejor erradicar todo eso del jardín de tu alma? Pídele ayuda a Jesús para lograrlo, y él te ayudará.
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23-La astucia del gallo
2017-10-23 - Menores
«Sean, pues, astutos como serpientes, aunque también sencillos como palomas» (Mateo 10: 16).
ALGUNOS ANIMALES poseen características de las que debemos aprender. Allá por los tiempos de Jesús, él nos aconsejó que fuéramos astutos como serpientes, porque él sabía que en el mundo hay personas que querrán aprovecharse de nosotros, y no hemos de ser tan tontos como para permitírselo.
La serpiente no es el único animal astuto, el gallo también lo es. Pero con una diferencia: la serpiente es astuta como mecanismo de defensa, para evitar que le hagan daño. Por eso es un ejemplo a imitar. El gallo es astuto para sacar provecho.
Cualquier día que vayas a una finca donde haya gallinas, observa el comportamiento del gallo y verás que siempre anda en plan de conquista. Él quiere aparearse para tener descendencia, por eso camina como si fuera el ave más hermosa del corral. Y realiza una danza alrededor de la gallina para conquistarla. Pero cuando la gallina no le hace ni caso y pasa de él, él se las ingenia de maravilla para llamar la atención de ella. Como te digo, el gallo es muy ingenioso y astuto. ¿Qué es lo que hace? Pues se hace el cortés. Busca alimento y empieza a emitir una serie de ruiditos para llamar la atención de alguna gallina hacia el alimento. Así, la gallina se acerca para comer, no para flirtear con el macho. Y cuando la gallina llega para participar del banquete, el gallo, con un gesto de cortesía animal, le concede ser la primera en comer. Esto no es común en el reino animal. La gallina, deleitada por el cortés caballero, come feliz y contenta. Cuando la gallina está comiendo con la guardia baja, el gallo se aba-lanza sobre ella sorpresivamente, y se aparean.
La cortesía es una virtudcuando brota del corazón de una persona convertida. Pero cuando «la utilizamos astutamente» para conseguirlo que uno quiere, entonces no sirve. Jesús nos dice que seamos astutos como la serpiente para que nadie nos engañe. Pero nunca nos ha dicho que seamos astutos como el gallo para sacar provecho de otro. ¿Lección aprendida? Espero que sí.
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24-¿Qué anteojos usas para ver a los demás?
2017-10-24 - Menores
«Quien pasa por alto la ofensa, crea lazos de amor; quien insiste en ella, aleja al amigo» (Proverbios 17: 9).
¿USAS ANTEOJOS? Normalmente cuando alguien usa anteojos es porque tiene algún problema de visión. Cuando no vemos bien los objetos que están lejos, entonces tenemos miopía y debemos usar lentes para que esos objetos se aclaren; el que tiene presbicia o hipermetropía ve mal los objetos cercanos, lo cual también se arregla con lentes. Hay quien padece daltonismo, que se caracteriza por la imposibilidad de distinguir el color verde del rojo. Aunque eso no hay lentes que lo arreglen.
¿Cuidas bien de tus ojos? Recuerda que solo tienes un par de ojos para toda la vida y que no se pueden reemplazar. ¿Que cómo se cuidan los ojos? Pues hay dos formas de cuidarlos, una por dentro y otra por fuera. La forma interna de cuidar nuestros ojos consiste en comer alimentos que contengan vitamina A, como la zanahoria o la ahuyama. Estos alimentos te ayudan a tener buena visión. La forma externa de cuidarlos consiste en usar lentes de sol, no rascarse los ojos, o evitar estar mucho tiempo en ambientes con mucho polvo o humo. Por supuesto, ponerse los lentes correctores que el oftalmólogo indique. Nuestros ojos son un regalo de Jesús, y por eso debemos cuidarlos.
Existe también una enfermedad que no es tratada por el oculista, y consiste en «ver» solo los defectos de los demás, y ser incapaces de «ver» las virtudes del otro o los defectos de uno mismo. Esta enfermedad no la corrigen los lentes, pero sí la oración. Cuando te acercas al «oftalmólogo divino» él puede solucionar tu problema de falta de visión espiritual. Él te ayuda a aceptar a los demás como son, con defectos y virtudes. Y te ayuda a darte cuenta de tus propios defectos, no para que te pongas triste, sino para que puedas mejorar.
Permite que Jesús reconstruya tu visión para que sepas ver a los demás con amor, con equilibrio y como hijos de Dios que son. Si miras a los demás sin juzgarlos, harás muchos amigos.
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25-La lengua decide
2017-10-25 - Menores
«Porque ustedes son un pueblo apartado especialmente para el Señor su Dios; el Señor los ha elegido de entre todos los pueblos de la tierra, para que ustedes le sean un pueblo especial» (Deuteronomio 7: 6).
¿ES LARGA TU LENGUA? Por ejemplo, si se celebrara un concurso para ver quién tiene la lengua más larga, ¿crees que lo ganarías? Bueno, si ese concurso se celebrara en el reino animal, los más firmes candidatos al título serían la jirafa, el camaleón, el oso hormiguero y un murciélago de Ecuador llamado Anoura fistulata.
La longitud promedio de la lengua humana es de 8.5 centímetros; sin embargo, a quienes hablan mucho les dicen que tienen la lengua muy larga. Les dicen así porque hablan demasiado, de una forma que molesta a quienes escuchan.
En la Biblia se habla de la lengua, y se dicen cosas muy interesantes. ¿Quieres descubrir algunas? Pues vamos, acompáñame en un breve recorrido. Luego, si el tema te interesa, puedes buscar la palabra «lengua» en una concordancia bíblica y seguir aprendiendo más tú solito. Leamos estos versículos:
• «Refrena tu lengua de hablar mal, y nunca digan mentiras tus labios» (Salmo 34: 13).
• «De la lengua de los sabios brota sabiduría» (Proverbios 15: 2).
• «Si alguno cree ser religioso, pero no sabe poner freno a su lengua, se engaña a sí mismo y su religión no sirve de nada» (Santiago 1: 26).
• «La lengua es una parte muy pequeña del cuerpo, pero es capaz de grandes cosas. ¡Qué bosque tan grande puede quemarse por causa de un pequeño fuego!» (Santiago 3: 5).
¿Te gusta ser bombero? Porque eso es lo que le toca ser a la persona que tiene la lengua muy larga o que dice muchas mentiras: tiene que ir apagando fuegos todo el día, para que no ardan demasiado las palabras que pronunció. Estresante, ¿no crees? Mucho mejor es pedirle a Jesús cada día que nos ayude a usar bien este instrumento que tenemos llamado lengua. Es decir, que nos ayude a usarla para el bien.
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26-Necesito una metamorfosis
2017-10-26 - Menores
«Cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios» (Romanos 12: 2).
LA PALABRA RARA de hoy es... metamorfosis. ¿Te suena? Yo supongo que sí, que la habrás visto en la escuela, seguramente en la clase de ciencias. O quizás en alguna película de la tele, en los cómics o en una revista. Quizás se la hayas oído decir a alguien incluso para referirse a ti..., eso sería gracioso. Pero bueno, vamos a recordar brevemente qué es eso de la metamorfosis, y cómo se puede aplicar a nosotros.
La metamorfosis es una etapa de crecimiento y desarrollo por la que pasan algunos animales. Esa etapa se reconoce visiblemente, porque el animal sufre una serie de cambios por fuera. Por ejemplo, una larva rompe su capullo y se convierte en una mariposa. ¡Vaya cambio, eh! Cualquiera puede darse cuenta de que hay un antes y un después. Quizás le puedas decir a una mariposa: «Quién te ha visto y quién te ve». Digamos que la etapa de larva era la infancia y la juventud de la mariposa, y ya con alas y toda linda es su edad adulta.
Durante la metamorfosis, también se producen cambios internos en esos animales. Pero claro, esos cambios no podemos verlos. Nosotros, aunque no somos animales, también sufrimos ciertas metamorfosis. La diferencia de una vida con Jesús a una vida sin Jesús es enorme; es un antes y un después; es un quién te ha visto y quién te ve.
La vida sin Jesús es un poco loca. Uno dice y hace lo que le da la gana, no respeta a nadie si no quiere, va y viene como le gusta, sin importarle agradar a Dios o a los demás. ¿La vida con Jesús? Es sencilla, pura y merece más la pena vivirla. Cuando uno no está pendiente de vivir como le agrada a Jesús, es inmaduro espiritualmente, digamos que está en su infancia o adolescencia religiosa. Pero tras la metamorfosis que obra Jesús en el corazón, si se lo pedimos, nos hacemos maduros espiritualmente, Hemos entendido qué es la fe, y cómo se vive.
¿Qué te parece si le pedimos a Jesús que nos ayude a romper el capullo de nuestra inmadurez espiritual? Vivamos hoy con Jesús a nuestro lado.
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27-Sin fronteras
2017-10-27 - Menores
«Del Señor es el mundo entero, con todo lo que en él hay, con todo lo que en él vive» (Salmo 24: 1).
SI MIRAS UN MAPA del mundo verás que cada país tiene unas líneas que establecen sus límites con los países de al lado. Pareciera como si esas líneas existieran en realidad, pero si miras alguna fotografía de la tierra desde el aire, te darás cuenta de que no existe ninguna línea que divida a un país de otro. Las fronteras que separan a unos países de otros las han puesto ahí los seres humanos para impedir que otros entren en lo que consideran «suyo», pero lo cierto es que la tierra es una sola superficie, sin divisiones.
Para entrar a otro país distinto al tuyo, e incluso cuando regresas a tu propio país, debes mostrar siempre tu pasaporte. En él te estampan un sello, según el cual te dan permiso para permanecer en ese país durante cierto tiempo. ¿Alguna vez te has preguntado cuándo y por qué se inventó el pasaporte? Verás, antes de la Primera Guerra Mundial era muy fácil pasar de un país a otro, pero después de esa guerra, a principios del siglo XX, se impusieron requisitos más rigurosos para viajar al extranjero. El objetivo era impedir la entrada de personas que fueran a hacer el mal o que causaran problemas de empleo. Hay países que jamás permitirán que los habitantes de ciertos países entren por sus fronteras. Esto es muy triste, pero es porque vivimos en un mundo de pecado.
Si alguna vez has viajado a otro país, te habrás dado cuenta de que debes hacer una larga fila para presentar tu pasaporte y que te pongan un sello en el que te dan el permiso para entrar. Esas filas son muy, muy aburridoras, pero es la única manera de poder entrar a ese nuevo país. Afortunadamente esto cambiará muy pronto, cuando Jesús vuelva a buscarnos. Entonces no habrá países, ni pasaportes, ni fronteras, ni límites. La tierra nueva será la misma para todos, y podremos movernos por ella libremente, volando de un lugar a otro sin necesidad de pasaporte.
Cuando Jesús vuelva otra vez, podremos viajar a todos los mundos habitados por seres maravillosos que no son verdes, ni pegajosos, ni cabezones, ni tienen grandes escamas, ni nada de eso. Los conoceremos, hablaremos con ellos, aprenderemos de ellos..., y podremos hablarles de cómo Jesús nos salvó. Y además viviremos eternamente con Jesús. ¿No te parece genial?
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28-Jeremy, el chico listo – 1ra parte
2017-10-28 - Menores
«Yo contesté: “¡Ay, Señor! ¡Yo soy muy joven y no sé hablar!”. Pero el Señor me dijo: “No digas que eres muy joven. Tú irás a donde yo te mande, y dirás lo que yo te ordene"» (Jeremías 1: 6-7).
JEREMY era de buena familia. Hilcías, su papá, era sacerdote. Vivían cómodamente en Anatot y creían en Dios, Jeremy estudiaba en una escuela cerca de su casa pero tenía pocos amigos porque era tímido. Siempre pensó que, cuando fuera mayor, no iba a ser nadie importante. Sus padres querían que fuera al seminario para ser sacerdote como su papá, pero Dios tenía otros planes para él.
Todas las mañanas, Jeremy leía su Biblia y su devocional, y oraba. Su papá miraba las noticias, que no eran nada buenas; solo se escuchaban informes de violencia por las calles, robos, y malhechores. Ni siquiera el pueblo de Dios hacía lo correcto, pues adoraban a falsos dioses. Una tarde, mientras Jeremy hacía sus tareas, escuchó una voz suave; era Dios. «Jeremy, ¿sabes una cosa? -le dijo Dios—. Yo te conozco desde antes que nacieras y tengo una obra especial para ti. ¡No me puedes decir que no! Ve al lugar que yo te envíe y habla en mi nombre». Jeremy se asustó: «Señor, soy un chico, aún no sé hablar bien». No quería hablar porque era cobarde, pensaba: «¿Hablarle yo a esa gente mala? ¿Y si me hacen algo?». Pero Dios le dijo que no tuviera miedo, que él lo acompañaría. E hizo algo grandioso; le tocó la boca a Jeremy y lo hizo fuerte, valiente y sabio. Así que Jeremy se cambió de ropa, se fue en su scooter y habló valientemente. Dijo al pueblo que Dios los amaba y quería que se arrepintieran y se volvieran a él. Pero nadie escuchó. Enojadísimos se pusieron los sacerdotes con aquel mensaje; dijeron que Jeremy se lo había inventado y se propusieron matarlo. Entonces Dios le dijo a Jeremy algo que lo dejó boquiabierto: «Lo mejor es que no ores por ellos. Cuando me pidan ayuda, no los voy a oír».
Mañana terminaremos esta historia, pero por hoy, solo decirte una cosa: Dios te cualifica para ayudar en su obra. No creas que no tienes talentos o que no sabes hacer nada; si quieres servir a Jesús en la iglesia, pon tus capacidades a su servicio y él te hará saber dónde encajas mejor. Lo importante es que tengas buena disposición.
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29-Jeremy, el chico listo – 2ª parte
2017-10-29 - Menores
«El hombre justo piensa lo que ha de responder, pero el malvado lanza maldad por la boca» (Proverbios 15: 28).
JEREMY ESTABA TRISTE porque el pueblo de Dios seguía empecinado en hacer el mal. Ya se disponía a irse, cuando le dijo al máximo dignatario: «Quiero advertirle de que la batalla contra el ejército de Babilonia la van a perder. Se acordará de mí cuando eso pase». «¡Cómo te atreves a amenazarme! -exclamó el hombre-. ¡Llévenselo a la cárcel!». Los guardias agarraron a Jeremy y lo arrastraron hasta la prisión.
Jeremy lloraba de tristeza. Con él en la cárcel había otras personas y les habló de Dios; les dijo que debían arrepentirse de las cosas malas que habían hecho. Jeremy dejó de tener miedo. Poco después lo liberaron y volvió a su casa. Estaba cansado, se dio una ducha, se puso la piyama y se metió en la cama. En la mañana pensó: «Voy a volver al palacio». Así que se puso sus jeans y una camisa, se peinó y se despidió. Por el camino le preguntaba a Dios qué debía decir. A la entrada, un guardia de seguridad le preguntó adónde iba, él le contó, y luego de esperar un rato se encontró de nuevo con el máximo dignatario. Allí estaban muchas personas también. Jeremy saludó a todos los presentes y, sin más demora, empezó nuevamente a decirles que debían obedecer a Dios. «¡¡¡Fuera de aquí!!! –le gritaron- Llévense a este joven». De nuevo agarraron a Jeremy; él forcejeaba, pero no pudo soltarse. Otra vez se puso tristón porque estaba en problemas por ser fiel a Dios. Pero no temió, siguió orando. Y Dios estaba actuando en la mente del máximo dignatario, que en secreto mandó que le llevaran a Jeremy y le preguntó: «¿Qué es lo que Dios quiere que haga?». «Que vaya usted al cautiverio para que viva». El ejército de Babilonia invadió Jerusalén, derribó sus edificios y lo arrasó todo. Dios dijo que su pueblo sería esclavo setenta años y luego volvería a su tierra.
¿Qué cosas de las que haces crees que no agradan a Jesús? ¿Mentir, robar, querer tener mucho dinero, hablar mal de los demás, ser orgulloso? Todo esto desaparece cuando uno pone a Jesús en primer lugar. Hoy, cuando veas a personas cercanas a ti hacer cosas incorrectas, diles que obedezcan a Jesús. Y que no te dé miedo.
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30-Todos somos útiles
2017-10-30 - Menores
«¿Es [...] una vasija rota e inútil, un trasto que nadie quiere?» (Jeremías 22: 28).
AL LADO del parqueadero está nuestro «cuarto útil». En él guardamos los trastos que no nos son útiles en el momento. Qué ironía llamarle cuarto útil al que contiene trastos inútiles, pero los guardo con la intención de utilizarlos cuando los necesite. Te confieso que a mí me gusta «acumular» objetos; así que tengo guardados desde el árbol de Navidad con todos sus adornos, hasta juguetes viejos, ropa para regalar, lámparas, retazos de tela, pinturas usadas, macetas vacías, plantas artificiales, vidrios de colores. Créeme que tenía mucho más, pero un día mi esposo, preocupado porque ya casi no se podía cerrar el cuarto y era muy difícil encontrar en él lo que estabas buscando, me dijo: «Si sigues así, nos va a salir un tigre de ahí».
Así fue como decidí conservar lo que era más útil y regalé todo lo demás. Por una parte me siento triste, porque me gusta saber que las cosas están ahí por si las necesito. Por otra parte me siento feliz al compartir.
Fíjate que todo lo que no se usa, no es necesariamente inútil. Yo tenía una repisa antigua guardada en el cuartito, y compré pintura aerosol, la pinté y ¡quedó como nueva! La coloqué en una habitación e incluso mi esposo se sorprendió de que quedara tan bien (si por él hubiera sido, la hubiera botado, pero yo la hice útil de nuevo). Los pedazos de vidrios de colores que mencioné antes, cuando tengo tiempo los pulo, los recubro con cinta de cobre, les pongo una soldadura y un producto que se llama pátina, y armo una linda lámpara o un lindo objeto decorativo para regalar. ¿Te imaginas cómo se tienen que sentir de bien la repisa y los vidrios cuando los desempolvo y les doy uso?
Cuando yo tenía tu edad, veía que tomaban en cuenta a otras niñas para actos cívicos y presentaciones, pero a mí nunca me tomaban en cuenta; me sentía inútil. Hasta que un día sí me pidieron que participara, ¡y a todos les gustó mi presentación! Si crees que no te están dando la oportunidad de ser útil, sé paciente, porque ya la tendrás. Pero sobre todo recuerda que Jesús no nos deja sin valor. Para Jesús tú vales mucho, y a su debido tiempo hará que todo el mundo vea tu valor.
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31-Buzo, valiente y buen amigo
2017-10-31 - Menores
«El amor más grande que uno puede tener es dar su vida por sus amigos» (Juan 15: 13).
UN DÍA DE VERANO, varios buzos, todos ellos amigos, salieron a explorar los restos de un naufragio. El primer buzo se lanzó al agua. Su cometido era fijarse en el estado del barco hundido, para sacar luego conclusiones sobre qué había pasado exactamente para que se hundiera. Cuando él regresara a la superficie, sería el turno del segundo buzo de bajar a las profundidades.
Veinte minutos pasaron y el primer buzo no regresaba a la superficie. ¿Qué habría sucedido? Sus amigos estaban preocupados, porque la bombona llevaba oxígeno para poco más de veinte minutos. Tiraron de la cuerda salvavidas varias veces, pero no obtuvieron respuesta. Uno de ellos dijo: «Algo grave debe de haberle ocurrido». Convencido de que seguramente algo se le había enredado entre los restos del naufragio dejándolo trabado, se lanzó al agua para liberarlo. Bajó al lugar e inmediatamente encontró a su amigo, trabado en unas maderas del barco. Sin perder un instante, comenzó a soltarlo. Cada segundo que pasaba, aumentaba el peligro, porque el primer buzo se iba quedando sin oxígeno. Si no conseguía liberarlo pronto, moriría.
A medida que pasaban los minutos, el segundo buzo se iba sintiendo cada vez más débil pero, a pesar de ello, seguía intentándolo. Sabía que de él dependía la vida de su amigo. Hubo un momento en que creyó inútil seguir, pero pensó: «No puedo abandonar a mi amigo». Finalmente logró desenredarlo y regresar juntos a la superficie, pero el primer buzo murió al día siguiente. Aunque parezca un final triste, lo cierto es que aquel amigo evitó que el primer buzo muriera solo. Su valor y lealtad fueron una gran compañía en medio de las tinieblas y la soledad del fondo del océano. Los verdaderos amigos son así están a tu lado en los momentos más difíciles.
Jesús dio su vida por ti. Seguramente has pasado por momentos difíciles como perder a un amigo porque te mudaste a otro lugar o porque cambió de actitud contigo, pero Jesús está ahí, aunque no lo veas. Él es tu mejor amigo. Te entiende cuando te equivocas, cuando sufres alguna injusticia y cuando tienes un mal día. Jesús te valora. Así que siéntete fuerte y valiente, con las palabras del lindo texto de hoy.
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