Lecturas Devocionales de Adultos 2017
JULIO 2017
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1-Dios es el dueño de todo cuanto hay
2017-07-01 - Adultos
«Porque mía es toda bestia del bosque y los millares de animales en los collados». Salmo 50: 10
EL FUNDAMENTO de la integridad comercial y del verdadero éxito es el reconocimiento del derecho de propiedad de Dios. El Creador de todo cuanto hay es el propietario original. Nosotros somos sus mayordomos. Todo lo que tenemos él nos lo ha concedido para que lo usemos según sus indicaciones.
Esta obligación pesa sobre todo ser humano. Se aplica a toda la esfera de la actividad humana. Reconozcámoslo o no, somos mayordomos a quienes Dios ha otorgado talentos y capacidades, y nos ha puesto en el mundo para llevar a cabo la obra asignada por él.
El dinero no es nuestro; ni nos pertenecen las casas, los terrenos, los muebles, los atuendos y los lujos. Tenemos solamente una concesión de las cosas necesarias para la vida y la salud [...]. Las bendiciones temporales nos son dadas en cometido, para comprobar si se nos pueden confiar riquezas eternas. Si soportamos la prueba de Dios, recibiremos la posesión adquirida que ha de ser nuestra: gloria, honra e inmortalidad.
Si nuestros hermanos quisieran dedicar a la causa de Dios el dinero que les ha sido confiado o la porción que gastan en complacencias egoístas, depositarían un tesoro en el cielo y harían precisamente la obra que Dios les pide que hagan. Pero como el rico de la parábola, viven suntuosamente [ver Luc. 16: 19]. Gastan abundantemente el dinero que Dios puso bajo su custodia, a fin de que lo usaran para la gloria de su nombre. No se detienen a considerar su responsabilidad ante Dios, ni recuerdan que pronto llegará el día en que habrán de dar cuenta de su mayordomía.
Siempre debemos recordar que en el juicio confrontaremos el registro de qué hicimos con el dinero de Dios. Se gasta mucho en la complacencia propia, en cosas que no nos reportan verdadero beneficio, sino que en realidad nos dañan. Cuando comprendamos que Dios es quien da todo lo bueno y que el dinero es suyo, lo gastaremos sabiamente y conforme a su santa voluntad. No nos regiremos por las costumbres y modas del mundo. No ajustaremos nuestros deseos a sus prácticas, ni permitiremos que nos dominen nuestras inclinaciones.- El hogar cristiano, cap. 60, pp. 351-352.
2-¿Cómo nos afecta el dinero?
2017-07-02 - Adultos
«Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una propiedad». Hechos 5: 1, BA
EL DINERO NO ES necesariamente una maldición; es un recurso de alto valor porque si se usa correctamente puede hacer bien en la salvación de las almas y en beneficio de quienes son más pobres que nosotros. Por un uso imprudente, [...] el dinero puede llegar a ser un lazo para quien lo gaste. El que emplea el dinero para satisfacer su orgullo y ambición hace de él una maldición más bien que una bendición. El dinero prueba constantemente los afectos. Todo aquel que lo adquiera en mayor cantidad que la realmente necesaria debe pedir sabiduría y gracia para conocer su propio corazón y guardarlo con diligencia, no sea que tenga necesidades imaginarias y llegue a ser un mayordomo infiel, que use con prodigalidad el capital que le confió el Señor.
Cuando amamos a Dios sobre todas las cosas, lo temporal ocupará su debido lugar en nuestra mente. Si con humildad y fervor procuramos conocimiento y capacidad para usar correctamente los bienes de nuestro Señor, recibiremos sabiduría de lo alto. Cuando el corazón se apoya en sus propias preferencias e inclinaciones, cuando se alberga el pensamiento de que el dinero puede conferir felicidad sin el favor de Dios, entonces llega a ser un tirano que domina al ser humano; este le concede su confianza y estima y lo adora como a un dios. Sacrifica en su altar el honor, la verdad y la justicia. Pone a un lado los mandamientos de la Palabra de Dios; y las costumbres y prácticas del mundo, ordenados por el rey Mamón, llegan a ser un poder que lo domina.
Si se hubieran cumplido las leyes de Dios, la condición actual del mundo sería diferente, en lo moral, espiritual y temporal. No se manifestarían como ahora el egoísmo y el engreimiento, sino que cada uno demostraría bondadosa consideración por la dicha y el bienestar ajenos [...]. En vez de hallarse las clases más pobres bajo el férreo talón de los ricos, en lugar de que los juicios de otras personas pensaran por ellos en lo temporal y en lo espiritual, tendrían cierta oportunidad de ser independientes en sus pensamientos y acciones.- El hogar cristiano, cap. 61, pp. 355-356.
3-Educación en la mayordomía
2017-07-03 - Adultos
«Pues donde tengan ustedes su tesoro, allí estará también su corazón». Lucas 12: 34, NVI
¡CUÁNTO DINERO malgastamos en cosas inútiles para la casa, en ropas cargadas de adornos, en caramelos y otras cosas que no necesitamos! Padres, enseñen a sus hijos que es malo emplear el dinero de Dios para la satisfacción propia [...]. Motívenlos a ahorrar sus centavos siempre que puedan, para dedicarlos a la obra misionera. Al practicar la abnegación adquirirán una rica experiencia y estas lecciones evitarán muchas veces que cultiven hábitos de intemperancia.
Los niños pueden aprender a manifestar su amor por Cristo negándose bagatelas inútiles, en cuya compra se les va mucho dinero. En cada hogar debería enseñarse esto. Ello requiere tacto y método, pero resultará en la mejor educación que los niños puedan recibir. Si todos los niños presentaran sus ofrendas al Señor, sus donativos serían como los arroyos que, al fluir unidos, forman un río.
Se puede tener una pequeña alcancía sobre la chimenea o en algún lugar seguro donde se la pueda ver, para que los niños coloquen en ella Sus ofrendas para el Señor [...]. Así se los puede educar para Dios.
El Señor no solamente pide el diezmo como suyo, sino que nos indica cómo debemos reservarlo para él. Dice: «Honra a Jehová con tus bienes y con las primicias de todos tus frutos» (Prov. 3: 9). Esto no enseña que hemos de gastar nuestros recursos para nosotros mismos y llevar el resto al Señor, aun cuando fuera por lo demás un diezmo honrado. Aparten en primer lugar la porción de Dios. Las instrucciones dadas por el Espíritu Santo mediante el apóstol Pablo acerca de los donativos establecen un principio que se aplica también al diezmo: «El primer día de la semana, cada uno de ustedes aparte y guarde algún dinero conforme a sus ingresos» (1 Cor. 16:2, NVI). Esta recomendación abarca a padres e hijos. [...]
El mejor legado que los padres pueden dejar a sus hijos es un conocimiento del trabajo útil y el ejemplo de una vida caracterizada por la benevolencia desinteresada. Por una vida tal demuestran el verdadero valor del dinero, que debe ser valorado únicamente por el bien que realizará al aliviar las necesidades propias y ajenas y al adelantar la causa de Dios.- El hogar cristiano, cap. 63, pp. 369-370.
4-Evitemos las deudas
2017-07-04 - Adultos
«No tengan deudas pendientes con nadie, a no ser la de amarse unos a otros». Romanos 13: 8, NVI
EL MUNDO TIENE DERECHO a esperar estricta integridad de aquellos que profesan ser cristianos de acuerdo con la Biblia. Por la indiferencia de una persona en cuanto a pagar sus justas deudas, todos nuestros hermanos están en peligro de ser considerados deshonestos.
Los que aseveran tener la menor medida de piedad han de adornar la doctrina que profesan, y no dar ocasión a que la verdad sea insultada por causa de su conducta inconsiderada. «No tengan deudas pendientes con nadie» (Rom. 13:8, NVI), dice el apóstol.
Propóngase no volverse a endeudar. Niéguese mil cosas antes que endeudarse. Tener deudas ha sido la maldición de su vida. Evítela como evitaría la viruela. Haga un solemne pacto con Dios, de que por su bendición pagará sus deudas y no volverá a deber nada a nadie aun cuando haya de sustentarse con masa de maíz y pan. Al comprar la comida, es muy fácil gastar algunas monedas en algo adicional. Cuide los centavos, y ahorrará mucho. Niéguese algo, por lo menos mientras le acosan las deudas [...]. No vacile, no se desanime ni retroceda. Sacrifique sus gustos, rehúse satisfacer sus apetitos, ahorre sus centavos y pague sus deudas. Liquídelas cuanto antes. Cuando pueda erguirse nuevamente como hombre libre, que no deba nada a nadie, habrá obtenido una gran victoria.
Si algunos están endeudados y no pueden cumplir sus obligaciones, no se los debe instar a hacer lo que les resulta imposible. Hay que darles una oportunidad de liquidar sus deudas, y no colocarlos en una situación que los incapacite por completo para salir de ellas. Aun cuando una conducta tal pudiera considerarse justa, no representa la misericordia ni el amor de Dios.
Algunos no son discretos e incurren en deudas que podrían evitarse. Otros manifiestan una cautela que raya en incredulidad. Aprovechando las circunstancias podemos a veces invertir recursos tan ventajosamente que la obra de Dios será fortalecida y edificada, y esto, no obstante, habernos mantenido estrictamente fieles a los buenos principios.- El hogar cristiano, cap. 64, pp. 373-374.
5-Recordemos a los pobres
2017-07-05 - Adultos
«Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme». Mateo 19: 21
PARA QUE REPRESENTEMOS el carácter de Cristo, toda partícula de egoísmo tendrá que ser expulsada del alma. En el cumplimiento de la obra que él nos ha confiado, será necesario que demos cada jota y tilde que podamos ahorrar de nuestros recursos. Llegarán a nuestro conocimiento casos de pobreza y angustia en ciertas familias, y habrá que aliviara personas afligidas y dolientes. Muy poco sabemos del sufrimiento humano que nos rodea por todas partes, pero al tener oportunidad para ello debemos estar listos para prestar inmediata asistencia a los que están en gran necesidad.
Al despilfarrar dinero en lujos se priva a los pobres de los recursos necesarios para suplirles alimentos y ropas. Lo gastado en vestimenta, edificios, muebles y adornos, para complacer el orgullo, aliviaría la angustia de muchas familias pobres y dolientes. Los mayordomos de Dios han de servir a los menesterosos.
La costumbre de dar, que es fruto de la abnegación, ayuda en forma admirable al dador. Le imparte una educación que lo capacita para comprender mejor la obra de Aquel que anduvo haciendo bienes, aliviando a los dolientes y satisfaciendo las necesidades de los indigentes. La benevolencia abnegada y constante es el remedio de Dios para los pecados del egoísmo y de la codicia. Dios ordenó la benevolencia sistemática para sostener su causa y aliviar las necesidades de los dolientes y menesterosos. Ordenó que se adquiera el hábito de dar, a fin de contrarrestar el peligroso y engañoso pecado de la codicia. El dar continuamente ahoga la codicia.
La benevolencia sistemática es el plan que Dios ha ideado para arrebatar los tesoros de los codiciosos a medida que los adquieren, para consagrarlos al Señor, a quien pertenecen [...]. La práctica constante del plan de Dios de la benevolencia sistemática debilita la codicia y fortalece la generosidad. Si las riquezas aumentan, los seres humanos, aun los que profesan piedad, colocan sus corazones en ellas; y cuanto más tienen, menos dan a la tesorería del Señor. Así las riquezas hacen egoístas a las personas y su acumulación alimenta la codicia; y estos males se fortalecen por el ejercicio activo. Dios conoce nuestro peligro y nos ha protegido contra él con medios que previenen nuestra propia ruina. Se requiere la práctica constante de la benevolencia.- El hogar cristiano, cap. 60, pp. 353-354.
6-Recordemos a Dios en nuestro testamento
2017-07-06 - Adultos
«Lo que se requiere de los administradores es que cada uno sea hallado fiel». 1 Corintios 4: 2
LOS QUE SON FIELES mayordomos de los recursos del Señor, conocerán exactamente la situación de sus negocios, y como prudentes que son estarán preparados para cualquier emergencia. Si hubiera de terminar repentinamente su tiempo de gracia, no dejarían en una incertidumbre tan grande a aquellos que se vieran en la necesidad de ordenar sus bienes. Muchos no se preocupan de hacer su testamento mientras gozan aparentemente de salud. Pero nuestros hermanos han de tomar esa precaución; deberían conocer su situación financiera y no dejar que sus negocios se enreden. Necesitan ordenar su propiedad de manera que puedan dejarla en cualquier momento.
Los testamentos tienen que hacerse de una manera que resista la prueba de la ley. Después de haber sido formulados, pueden permanecer durante años, y no causar ningún perjuicio, aunque se continúe haciendo donativos de vez en cuando, según la causa los necesite. La muerte no llegará un día más temprano, hermanos, porque hayan hecho su testamento. Al legar su propiedad por testamento a sus parientes, cuiden de no olvidar la causa de Dios. Son sus agentes, administradores de su propiedad y deben considerar primero sus requerimientos. Su esposa y sus hijos no han de ser dejados en la indigencia; tienen que proveer para ellos, si lo necesitan. Pero no introduzcan en su testamento una larga lista de parientes que no tienen necesidad, simplemente porque es costumbre hacerlo.
Nadie crea que cumplirá con el sentir de Cristo si retiene avariciosamente su propiedad durante su vida y luego al morir lega una parte de ella a alguna causa benevolente.
Algunos retienen egoístamente sus recursos durante su vida, confiados en que repararán su negligencia recordando la causa en su testamento. Pero ni la mitad de los recursos así legados llega jamás a beneficiar el objeto especificado. Hermanos y hermanas, inviertan ustedes mismos en el banco del cielo, y no dejen a otros su mayordomía.
Los padres deben evaluar con mucha precaución la idea de entregar a sus hijos los talentos de los recursos financieros que Dios colocó en sus manos, a menos que tengan la seguridad absoluta de que ellos manifiestan mayor interés, amor y preocupación por la causa de Dios que los que ellos mismos sienten como padres, y que estos hijos serán más fervientes y celosos en impulsar la obra de Dios.- El hogar cristiano, cap. 65, pp. 376-377.
7-Mayordomos de la gracia de Dios
2017-07-07 - Adultos
«Pero teniendo dones que difieren, según la gracia que nos ha sido dada, usémoslos». Romanos 12: 6, BA
EL SEÑOR DESEA que su iglesia refleje al mundo la plenitud y la eficacia que hallamos en él. Constantemente estamos recibiendo los dones divinos, y, al impartirlos, representamos al mundo el amor y la beneficencia de Cristo. Mientras todo el cielo de promover la obra de la redención, la iglesia del Dios viviente debería actuar como colaboradora de Jesús. Somos parte de su cuerpo, y él es la cabeza que controla todos sus miembros. En su infinita misericordia, Jesús mismo está obrando en el corazón humano, en el que realiza transformaciones tan sorprendentes que los ángeles lo observan con asombro y alegría. El mismo amor desinteresado que caracteriza al maestro se ve en el carácter y la vida de sus verdaderos seguidores. Cristo espera que seamos participantes de la naturaleza divina mientras estamos en este mundo, no solo reflejando su gloria, para la honra de Dios, sino iluminando la oscuridad de la tierra con el resplandor del cielo. De esta manera se cumplirán las palabras de Cristo: «Ustedes son la luz del mundo» (Mat. 5: 14, NVI).
«Somos colaboradores de Dios» (1 Cor. 3:9), administradores de la gracia de Dios. El conocimiento de la gracia de Dios, las verdades de su Palabra, y los dones temporales; el tiempo y los medios, el talento y la influencia, todos son otorgados por Dios y deben emplearse para su gloria y para la salvación de los demás.
Dondequiera que haya un impulso de amor y compasión, siempre que el corazón se eleva y bendice a otros, allí se revela la obra del Espíritu Santo de Dios. En las profundidades del paganismo, muchos que no tienen conocimiento de la ley escrita por Dios, que nunca han oído el nombre de Cristo, han sido amables con sus siervos, protegiéndolos y arriesgando sus propias vidas. Sus actos muestran la obra de un poder divino, El Espíritu Santo ha implantado la gracia de Cristo en el corazón de los paganos, acrecentando su compasión en contra de su naturaleza, en contra de su cultura. «La luz verdadera que, al venir al mundo, alumbra a todo hombre» (Juan 1:9, BA), brilla en sus corazones; y si siguen esta luz, ella los guiará hacia el reino de Dios.- Review and Herald, 24 de diciembre de 1908.
8-La mayor necesidad del mundo
2017-07-08 - Adultos
«¿Quién subirá al monte de Jehová?¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón». Salmo 24: 3-4
DIOS DESEA REVELAR hoy, por medio de los jóvenes y niños, las mismas verdades poderosas que reveló mediante aquellos personajes. Las biografías de José y Daniel constituyen una ilustración de lo que el Señor hará por los que se entregan a él y se esfuerzan de todo corazón por llevar a cabo los propósitos divinos.
La mayor necesidad del mundo es la de hombres y mujeres que no se vendan ni se compren; hombres y mujeres que sean sinceros y honrados en lo más íntimo de sus almas; hombres que no teman dar al pecado el nombre que le corresponde; hombres y mujeres cuya conciencia sea tan leal al deber como la brújula al polo; hombres y mujeres que se mantengan de parte de la justicia aunque se desplomen los cielos.
Ahora bien, semejante carácter no es el resultado de la casualidad; no se debe a favores o dones especiales de la Providencia. Un carácter noble es el resultado de la autodisciplina, de la sujeción de nuestra naturaleza inferior a la superior, de la entrega del yo al servicio de amor a Dios y a la humanidad.
Es necesario inculcar en los jóvenes la verdad de que sus dones no les pertenecen. La vitalidad, el tiempo, el talento, son tesoros que nos han sido prestados. Pertenecen a Dios, y todo joven debería decidir darles el uso más adecuado; él es una rama de la cual Dios espera fruto; un mayordomo cuyo capital tiene que producir dividendos; una luz para iluminar la oscuridad del mundo.
Cada joven y niño tienen una obra que hacer para la honra de Dios y beneficio de sus semejantes.
Los primeros años de vida del profeta Eliseo transcurrieron en la quietud de la vida campestre bajo la enseñanza de Dios y la naturaleza, y la disciplina del trabajo útil. En una época de apostasía generalizada su familia se contaba entre los que no habían doblado sus rodillas ante Baal. En el hogar de Eliseo se honraba a Dios y la fidelidad al deber era la norma de la vida cotidiana.
Como hijo de un acaudalado agricultor, Eliseo había echado mano del trabajo que tenía más cerca. Aunque poseía aptitudes para el liderazgo, había sido instruido en el desempeño de los deberes cotidianos comunes. Para ser un buen dirigente tuvo que aprender a obedecer. La fidelidad en las responsabilidades pequeñas lo capacitó para llevar las responsabilidades mayores.- La educación, cap. 7, pp. 54-55.
9-Dios está hablando
2017-07-09 - Adultos
«Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios». Salmo 46: 10, NVI
JESÚS RECIBIÓ SABIDURÍA y poder durante su vida terrenal en las horas de oración solitaria. Sigan los jóvenes su ejemplo y busquen a la hora del amanecer y del crepúsculo un momento de quietud para tener comunión con su Padre celestial. Y durante el día eleven su corazón a Dios. A cada paso que damos en nuestro camino, nos dice: «Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha y te dice: “No temas, yo te ayudo"» (Isa.41:13). Si nuestros hijos pudieran aprender estas lecciones en el amanecer de su vida, ¡qué frescura y poder, qué gozo y dulzura se manifestaría en su existencia!
Todas estas lecciones puede enseñarlas solo el que las ha aprendido. La enseñanza de la Escritura no tiene mayor efecto sobre los jóvenes porque muchos padres y maestros que profesan creer en la Palabra de Dios niegan el poder de ella en sus vidas. A veces los jóvenes experimentan el poder de la Palabra, perciben los encantos del amor de Cristo, ven la belleza del carácter de Cristo y les atraen las posibilidades de una vida dedicada al servicio del Maestro. Pero al mismo tiempo se dan cuenta del contraste que supone la vida de los que profesan amarlos preceptos divinos. A cuántos se aplican las palabras que fueron dichas al profeta Ezequiel:
«Los de tu pueblo hablan de ti junto a los muros y en las puertas de las casas, y se dicen unos a otros: “Vamos a escuchar el mensaje que nos envía el Señor”. Y se te acercan en masa, y se sientan delante de ti y escuchan tus palabras, pero luego no las practican. Me halagan de labios para afuera, pero después solo buscan las ganancias injustas. En realidad, tú eres para ellos tan solo alguien que entona canciones de amor con una voz hermosa, y que toca bien un instrumento; oyen tus palabras, pero no las ponen en práctica» (Eze.33:30-32, NVI).
Una cosa es tratar la Biblia como un manual de instrucción moral, y prestarle atención mientras esté de acuerdo con el espíritu de la época y nuestra situación en el mundo; pero otra cosa es considerarla como lo que en realidad es: la Palabra del Dios Viviente, la Palabra que es nuestra vida, la Palabra que ha de moldear nuestras acciones, nuestros dichos y nuestros pensamientos. Concebir la Palabra de Dios como algo inferior a esto, es rechazarla. Y este rechazo de parte de los que profesan creer en ella es una de las principales causas del escepticismo y la incredulidad de los jóvenes. [...]
Muchos, aun en sus momentos de devoción, no reciben la bendición de la verdadera comunión con Dios. Están demasiado apurados. Con pasos presurosos penetran en la amorosa presencia de Cristo y se detienen tal vez un momento dentro de ese recinto sagrado, pero no esperan su consejo. No tienen tiempo para permanecer con el divino Maestro.- La educación, cap. 30, pp. 233-235.
10-Ayudémonos mutuamente a crecer
2017-07-10 - Adultos
«Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios». Salmo 46: 10, NVI
TENGO PROFUNDO interés en la juventud y deseo grandemente ver a los jóvenes esforzándose por adquirir un carácter cristiano perfecto, tratando de lograr, mediante el estudio diligente y la oración fervorosa, la preparación esencial para prestar un servicio aceptable en la causa de Dios. Anhelo verlos ayudándose mutuamente para alcanzar un nivel más elevado en la experiencia cristiana.
Cristo vino a enseñar a la familia humana el camino de la salvación e hizo este camino tan llano que hasta un niñito puede andar por él. Invita a sus discípulos a que avancen en el conocimiento del Señor; y a medida que estos sean guiados diariamente por su dirección, aprenderán que su salida es «cierta como el alba» (Oseas 6:3).
Ustedes han observado la salida del sol, y la aparición gradual del día sobre la tierra y el cielo. Poco a poco progresa la aurora, hasta que aparece el sol; la luz se hace cada vez más fuerte y clara hasta que se llega a la plena gloria del mediodía. Es esta una bella ilustración de lo que Dios desea hacer por sus hijos en el perfeccionamiento de su experiencia cristiana. Andando día tras día en la luz que él nos envía, en la obediencia voluntaria a todos sus requerimientos, nuestra experiencia crece y se amplía hasta que alcanzamos la estatura plena de hombres y mujeres en Cristo Jesús.
Los jóvenes necesitan tener siempre presente el camino que Cristo siguió. Fue en todos sus pasos un camino de victorias. Cristo no vino a la tierra como rey, para gobernar a las naciones. Vino como hombre humilde para ser tentado y para vencer la tentación; para que sigamos en pos de él, como debemos ir, para conocer al señor. En el estudio de la vida de Jesús aprenderemos cuánto hará Dios, por su medio, en favor de sus hijos. Y sabremos que por grandes que sean nuestras pruebas, no pueden exceder a lo que Cristo soportó para que pudiésemos conocer el camino, la verdad y la vida. Mediante su vida de conformidad con su ejemplo, hemos de mostrar nuestro aprecio por el sacrificio que hizo en favor de nosotros.
Los jóvenes han sido comprado a un precio infinito: el de la misma sangre del Hijo de Dios. Consideren el sacrificio del Padre al permitir que su Hijo fuera inmolado. Consideren lo que Cristo abandonó cuando dejó los atrios celestiales y el trono real para dar su vida como sacrificio diario por la humanidad. Sufrió reproches y abusos. Soportó el insulto y la burla que los hombres malvados pudieron acumular sobre él. Y cuando hubo cumplido su ministerio terrenal, sufrió la muerte de cruz.- Mensajes para los jóvenes, sec.1, pp. 14-15.
11-Elijamos sabiamente
2017-07-11 - Adultos
«¿De qué le servirá al hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma? ¿O qué dará el hombre a cambio de su alma?». Mateo 16: 26
DIOS QUIERE QUE los jóvenes lleguen a ser hombres y mujeres de mente seria, a estar preparados para la acción en su noble obra y a ser aptos para llevar responsabilidades. Dios llama a jóvenes de corazón incorrupto, fuertes y valientes, decididos a pelear valientemente en la lucha que les aguarda, para que glorifiquen a Dios y beneficien a la humanidad. Si los jóvenes tan solo hicieran de la Biblia el objeto de su estudio, calmaran sus impetuosos deseos y escucharan la voz de su Creador y Redentor, no solo estarían en paz con Dios, sino que se sentirían ennoblecidos y elevados. Joven amigo, redundará en beneficio de tu interés eterno si prestas atención a las instrucciones que contiene la Palabra de Dios, pues son de inestimable importancia para ti.
Te ruego que seas prudente y consideres el resultado de llevar una vida desenfrenada, no gobernada por el Espíritu de Dios. «No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra. El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción» (Gál. 6: 7, 8, NVI). Por amor a tu vida, por amor a Cristo, quien se dio a sí mismo para salvarte de la ruina, detente en el umbral de tu vida y pesa bien tus responsabilidades, tus oportunidades, tus posibilidades. Dios te ha dado la oportunidad de cumplir un elevado destino. Tu influencia puede dar testimonio de la verdad de Dios: puedes ser colaborador de Dios en la gran obra de la redención humana [...].
¡Ojalá los jóvenes apreciaran el elevado destino al cual son llamados! Examinen bien el sendero que siguen sus pies. Comiencen su obra con elevado y santo propósito y determinen que, por el poder y la gracia de Dios, no se apartarán de la senda de la rectitud. Si empiezan a ir en la dirección equivocada, cada paso estará lleno de peligro y desastre, y seguirán desviándose del camino de la verdad, la seguridad y el éxito. Ustedes necesitan que el poder divino fortalezca su intelecto y avive sus energías morales.
La causa de Dios requiere las facultades más elevadas del sor, y en muchos campos hay necesidad urgente de jóvenes que tengan aptitudes literarias. Se necesitan hombres y mujeres a quienes se pueda confiar el trabajo en campos extensos que hoy están listos para la cosecha. Los jóvenes que se entreguen completamente a Dios, que no estén corrompidos por el vicio y la impureza, tendrán éxito y estarán capacitados para hacer una gran obra para Dios.- Mensajes para los jóvenes, sec. 1, pp. 16-17.
12-Probémonos a nosotros mismos
2017-07-12 - Adultos
«Predica la Palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno, corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar». 2 Timoteo 4: 2, NVI
TIENEN A SU ALCANCE algo más que posibilidades finitas. Un ser humano, según Dios aplica el término, es un hijo de Dios. «Queridos hermanos, ahora somos hijos de Dios, pero todavía no se ha manifestado lo que habremos de ser [...] Todo el que tiene esta esperanza en Cristo, se purifica a sí mismo, así como él es puro» (1 Juan 3: 2-3, NVI). Es su privilegio apartarse de lo vulgar e inferior y elevarse a una norma alta, a ser respetados por la humanidad y amados por Dios.
La obra que el Señor da a los jóvenes y a sus hijos, sin importar la edad, muestra la consideración que les tiene como hijos suyos. Les da la encomienda de gobernarse a sí mismos. Los llama a ser participantes con él en la gran obra de la redención y elevación de la humanidad. Así como un padre hace a su hijo socio suyo en su negocio, el Señor hace socios suyos a sus hijos. Somos hechos colaboradores de Dios. Jesús dice: «Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo» (Juan 17:18). ¿No escogerían más bien ser hijos de Dios que siervos de Satanás y del pecado?
Los jóvenes necesitan más de la gracia de Cristo para practicar los principios del cristianismo en la vida diaria. La preparación para la venida de Cristo es una preparación hecha mediante Cristo, para ejercitar nuestras más elevadas cualidades. Es privilegio de cada joven hacer de su carácter una hermosa estructura. Para lograrlo ha de mantenerse siempre cerca de Jesús. Él es nuestra fuerza y poder. Ni por un momento podemos depender de nosotros mismos [...].
Por grandes o pequeños que sean sus talentos, recuerden que lo que tienen es de ustedes, pero que únicamente lo tienen en custodia. Dios los prueba así, dándoles la oportunidad de mostrarse fieles. Le son deudores por todas las aptitudes que poseen. Las facultades del cuerpo, la mente y el espíritu le pertenecen, y han de usarlas para él. Ante aquel que lo da todo deben rendir cuenta del tiempo, la influencia, las aptitudes, la habilidad. El que por esfuerzos fervientes trata de llevar a cabo el gran plan del Señor para elevar a la humanidad, es quien mejor usa sus dones.
Perseveren en la obra que han empezado hasta ganar victoria tras victoria. Edúquense para un fin. Tengan en vista la más elevada norma para que puedan realizar cada vez mayor bien, reflejando así la gloria de Dios.- Mensajes para los jóvenes, sec. 1, pp. 33-34.
13-El ideal de Dios
2017-07-13 - Adultos
«Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios». Romanos 8: 14
LA OBEDIENCIA FIEL a los mandamientos de Dios tendrá una sorprendente influencia para elevar, desarrollar y fortalecer todas las destrezas del ser humano. Los que en su juventud se han entregado al servicio de Dios, llegan a ser personas de sano criterio y agudo discernimiento. ¿Y por qué no habría de ser así? La comunión con el mayor Maestro que ha conocido el mundo fortalece el entendimiento, ilumina la mente y purifica el corazón; eleva, refina y ennoblece todo el ser. «La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples» (Sal. 119: 130, RV60). [...]
Dios actuará en favor de los jóvenes si ellos quieren, mediante la ayuda del Espíritu Santo, recibir su Palabra en el corazón y obedecerla en la vida. Él trata constantemente de atraerlos así, el manantial de toda sabiduría, la fuente de bondad, pureza y verdad. Cuando la mente se ocupa en asuntos elevados, se ennoblece.- Signs of the Times, 1 de diciembre de 1881.
Cuando la gracia de Dios se posesiona del corazón, nos damos cuenta de que necesitamos crucificar las tendencias al mal, cultivadas y heredadas. Comprendemos que precisamos una nueva vida, bajo un nuevo mando. Todo lo que se haga, debe ser hecho para gloria de Dios. Esta obra incluye tanto lo exterior como lo interior. Todo el ser: el cuerpo, el alma y el espíritu, debe someterse a Dios, para que él lo use como instrumento de justicia.
Nuestra naturaleza carnal no se «sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden» (Rom. 8: 7). Pero mediante la fe, el que ha sido renovado vive día tras día la vida de Cristo. Día tras día muestra que reconoce que es propiedad de Dios.
El cuerpo y el alma pertenecen a Dios. El dio a su Hijo para la redención del mundo, y a causa de esto se nos ha otorgado una prolongación de la vida, un tiempo de gracia, para desarrollar caracteres de perfecta lealtad. Dios nos ha redimido de la esclavitud del pecado, y nos ha dado la posibilidad de vivir vidas de servicio regeneradas, transformadas.
Hemos sido sellados con el sello de Dios. Él nos ha comprado y desea que recordemos que nuestras destrezas físicas, mentales y morales le pertenecen. El tiempo, la influencia, la razón, los afectos y la conciencia, todos pertenecen a Dios y deben ser usados de acuerdo con su voluntad. No deben emplearse para servir al mundo.- The Youth's Instructor, 8 de noviembre de 1900.
14-Alistémonos en el ejército de Cristo
2017-07-14 - Adultos
«Después de esto miré, y vi una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas. Estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas y con palmas en sus manos». Apocalipsis 7: 9
COMO HIJOS E HIJAS de Dios, hemos de esforzarnos por alcanzar el elevado ideal que el evangelio supone. No debemos conformarnos con nada que esté por debajo de la perfección. [...]
Hagamos de la sagrada Palabra de Dios nuestro tema de estudio, aplicando sus santos principios en nuestra vida. Andemos delante de Dios con mansedumbre y humildad, corrigiendo diariamente nuestras faltas. No separemos, por un orgullo egoísta, a nuestra alma de Dios. No acariciemos ningún sentimiento de supremacía, considerándonos mejores que los demás. «Si alguien piensa que está firme, tenga cuidado de no caer» (1 Cor. 10:12, NVI). Hallaremos descanso y paz al someter nuestra voluntad a la voluntad de Cristo. El amor de Cristo reinará entonces en el corazón, subyugando las motivaciones al dominio del Salvador. El aceite de la gracia de Cristo suavizará y dominará el mal genio, fácilmente irritable. La sensación de los pecados perdonados proporcionará esa paz que desafía toda comprensión. Habrá una seria lucha por vencer todo lo que se opone a la perfección cristiana. Desaparecerán todas las desavenencias. Aquel que otrora criticaba a los que lo rodeaban verá que existen en su propio carácter faltas mucho mayores.
Hay quienes prestan atención a la verdad y se convencen de que han estado viviendo en oposición a Cristo. Se sienten condenados y se arrepienten de sus pecados. Confiando en los méritos de Cristo y ejerciendo la verdadera fe en él, reciben el perdón del pecado. A medida que abandonan el mal y aprenden a hacer el bien, crecen en la gracia y en el conocimiento de Dios. Ven que tienen que hacer sacrificios para separarse del mundo, y, después de calcular el costo, consideran todo como pérdida, con tal de ganar a Cristo. Se han alistado en el ejército del Salvador. Tienen delante de sí una guerra, y la emprenden con ánimo, luchando contra sus inclinaciones naturales y sus deseos egoístas y sometiendo su voluntad a la voluntad de Cristo. Buscan diariamente al Señor para que les dé gracia para obedecerle, y así reciben la fortaleza y ayuda necesarias. Esta es la verdadera conversión. Aquel que ha recibido un nuevo Corazón, confía en la ayuda de Cristo con una dependencia humilde y agradecida. Revela en su vida el fruto de la justicia. Antes se amaba a sí mismo. Se deleitaba en el placer mundanal. Ahora su ídolo ha sido destronado y Dios reina supremo.- The Youth´s Instructor, 26 de septiembre de 1901.
15-La edificación del carácter
2017-07-15 - Adultos
«Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu ». Romanos 8:11
LA VERDADERA EDUCACIÓN no deja de lado el valor del conocimiento científico o literario, pero considera que el poder es superior a la información, la bondad, al poder, y el carácter, al conocimiento intelectual. El mundo no necesita tanto hombres y mujeres de gran intelecto como de carácter noble. Necesita hombres y mujeres cuya capacidad sea dirigida por principios firmes.
«La sabiduría es lo primero». Por lo tanto: «¡Adquiere sabiduría!». «La lengua de los sabios destila conocimiento» (Prov. 4: 7; 15:2, NVI). La verdadera educación imparte esa sabiduría; nos enseña a usar adecuadamente, no solo una parte, sino todos nuestros conocimientos y talentos. Y así abarca toda la gama de nuestras obligaciones hacia nosotros mismos, hacia el mundo y hacia Dios.
La edificación del carácter es la obra más importante que jamás haya sido confiada a los seres humanos y nunca antes ha sido su estudio diligente tan necesario como ahora. Las generaciones pasadas no tuvieron que enfrentarse a problemas tan trascendentales; nunca antes se hallaron los jóvenes frente a peligros tan enormes como los que tienen que arrostrar hoy.
En un momento como este, ¿cuál es la tendencia de la educación que se imparte? ¿Qué objetivo tiene generalmente en vista? La complacencia del yo. Gran parte de la educación actual es una perversión del arte pedagógico. La verdadera educación contrarresta la ambición egoísta, el afán de poder, la indiferencia hacia los derechos y las necesidades de la humanidad, que constituyen la maldición de nuestro mundo. En el plan de vida de Dios hay un lugar para cada ser humano. Cada uno debe perfeccionar al máximo sus talentos, y la fidelidad con que lo haga, sean estos pocos o muchos, le dará derecho a recibir honor. En el plan de Dios no tiene cabida la rivalidad egoísta. Los que se miden entre sí y se comparan los unos con los otros lo que demuestran es «su falta de juicio» (2 Cor. 10:12). Todo lo que hagamos homos de llevarlo a cabo «conforme al poder que Dios da» (1 Ped. 4: 11). «Todo lo que hagan, háganlo de buena gana, como si estuvieran sirviendo al Señor y no a los hombres. Pues ya saben que, en recompensa, el Señor les dará parte en la herencia. Porque ustedes sirven a Cristo» (Col. 3: 23-24, DHH). La formación obtenida mediante la puesta en práctica de estos principios, así como el servicio que con ello se presta, es de inmenso valor. Pero ¡qué alejada de estos principios se halla la educación que se imparte ahora! Desde los primeros años de la vida, el niño pone en práctica la emulación y la rivalidad; y manifiesta egoísmo, que es la raíz de todo mal.- La educación, cap. 25, pp. 203-204.
16-Lecciones del surgimiento y la caída de las naciones
2017-07-16 - Adultos
«Él revela lo profundo y lo escondido, conoce lo que está en tinieblas y con él mora la luz». Daniel 2: 22
LOS PROFETAS A QUIENES fueron reveladas estas grandes escenas anhelaban comprender su significado. Ellos «inquirieron y diligentemente indagaron [...], escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos [...]. A estos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas [...]; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles» (1 Ped. 1: 10-12).
Para nosotros, que estamos a las puertas mismas de su cumplimiento, ¡de cuán profunda importancia, de cuán palpitante interés, son estas descripciones de los acontecimientos venideros, que los hijos de Dios han esperado, anhelado y orado desde que nuestros primeros padres salieron del Edén!
Necesitan aprender del nacimiento y la caída de las naciones, tal como lo presenta la Santa Escritura, de cuán poco valor es la gloria externa y mundanal. Babilonia, con todo aquel poder y magnificencia que el mundo no ha vuelto a contemplar, y que tan estables y duraderos parecían, desapareció por completo. Pereció como la flor del campo. Así perece todo lo que no tiene a Dios como fundamento. Solo puede perdurar lo que está ligado al propósito divino y manifiesto el carácter de Dios. Sus principios son lo único firme que el mundo conoce.
Estas son las grandes verdades que tanto los más jóvenes como los mayores tenemos que aprender. Es necesario que reflexionemos sobre el cumplimiento del propósito de Dios en la historia de las naciones y en la revelación de las realidades futuras, a fin de poder estimar en su verdadero valor las cosas visibles e invisibles, aprender cuál es el verdadero ideal de la vida; dar el uso más noble y adecuado a lo que es temporal y considerarlo a la luz de la eternidad. De este modo, al aprender aquí los principios de su reino, y al llegar a ser sus súbditos y ciudadanos, estaremos preparados para tomar posesión de él cuando el Señor venga.
El día está cerca. El tiempo que queda es demasiado breve para las lecciones que es preciso que aprendamos, la obra que hay que hacer, la transformación del carácter que debe efectuarse.- La educación, cap. 19, pp. 164-165.
17-Obtener conocimiento de Dios
2017-07-17 - Adultos
«El temor de Jehová es el principio de la sabiduría; el conocimiento del Santísimo es la inteligencia». Proverbios 9: 10
ASÍ COMO SUCEDIÓ con nuestro Salvador, estamos en este mundo para servir a Dios. Estamos aquí para asemejarnos a Dios en carácter, y mostrarlo al mundo por medio de una vida de servicio. Para ser colaboradores con Dios, a fin de ser semejantes a él y revelar su carácter, debemos conocerle tal como es, tal como él mismo se revela.
El conocimiento de Dios es el fundamento de toda verdadera educación y de todo servicio verdadero. Es la única salvaguardia contra la tentación. Es también lo único que puede hacernos semejantes a Dios en carácter. Tal es el conocimiento que necesitan cuantos trabajan a favor de sus semejantes. La transformación del carácter, la pureza de vida, la eficacia en el servicio, la adhesión a los principios verdaderos, todo esto depende del verdadero conocimiento de Dios. Este conocimiento es la preparación esencial para esta vida y para la futura. [...]
Los elementos de la naturaleza que ahora contemplamos nos dan apenas un débil concepto de la gloria del Edén. El pecado afectó la belleza de la tierra, y por todas partes pueden verse los estragos del mal. No obstante, queda aún mucha hermosura. La naturaleza atestigua que un Ser infinito en poder, grande en bondad, misericordia y amor, creó la tierra y la llenó de vida y de alegría. Aunque deteriorada, la naturaleza manifiesta la obra de la mano del gran Artista y Maestro. Por dondequiera que nos volvamos, podemos oír la voz de Dios y ver evidencias de su bondad.
Desde el solemne retumbar del trueno y el bramido incesante del viejo océano, hasta los alegres cantos que hacen de las selvas un concierto de melodías, las miles de voces de la naturaleza entonan las alabanzas de Dios. Contemplamos su gloria en la tierra, en el mar y en el firmamento, con sus maravillosos tintes y colores, que varían en grandioso contraste o se armonizan unos con otros. Los perennes collados nos hablan de su poder. Los árboles que hacen ondear sus verdes banderas bajo los rayos del sol, y las flores en su delicada belleza, nos señalan al Creador. El vio verdor que alfombra la tierra nos habla del solícito cuidado de Dios por sus criaturas más pequeñas. Las cavernas del mar y las profundidades de la tierra revelan sus tesoros. ... Todo el brillo y la belleza que adornan la tierra e iluminan los cielos, hablan de Dios.- El ministerio de curación, cap. 35, pp. 287-289.
18-Mente y cuerpo
2017-07-18 - Adultos
«Que tu corazón guarde mis mandamientos, porque muchos días y años de vida y de paz te aumentarán». Proverbios 3: 1-2.
LO ESENCIAL en la educación para la salud es que se enseñe a los jóvenes que las leyes de la naturaleza son leyes de Dios, tan ciertamente divinas como los preceptos del Decálogo. El Señor ha inscrito en cada nervio, músculo y fibra del cuerpo las leyes que gobiernan nuestro organismo. Toda violación de esas leyes, cometida por descuido o con premeditación, es un pecado contra nuestro Creador. [...]
Es necesario que demos la importancia que se merece a la influencia que tiene la mente sobre el cuerpo y este sobre aquella. La energía eléctrica del cerebro, aumentada por la actividad mental, revitaliza todo el organismo, y constituye una ayuda inapreciable para resistir la enfermedad. Esto tiene que ser bien explicado. También es necesario hablar respecto al poder de la voluntad y la importancia del dominio propio, tanto en la conservación de la salud como en su recuperación, como asimismo el efecto depresivo y hasta letal de la ira, el descontento, el egoísmo y los pensamientos impuros, y, por otra parte, el maravilloso poder revitalizador de la alegría, la generosidad y la gratitud.
Hemos de tener muy en cuenta las verdades acerca del funcionamiento de nuestro organismo que nos presenta la Biblia: «No hay mejor medicina que tener pensamientos alegres» (Prov. 17:22, TLA). [...]
Los jóvenes necesitan comprender la profunda y esencial verdad de la declaración bíblica según la cual en Dios «está la fuente de la vida» (Sal. 36:9, NVI). No solo es el Creador de todo, también es quien da vida a todo ser viviente. Es su vida la que recibimos en la luz del sol, en el aire puro y suave, en el alimento que da energía a nuestros cuerpos y mantiene nuestra vitalidad. Por su vida seguimos existiendo hora tras hora, momento tras momento. A menos que hayan sido pervertidos, todos los dones que Dios nos ha otorgado producen vida, salud y gozo.
«Dios hizo todo hermoso en su momento» (Ecl. 3: 11, NVI), y se obtendrá la verdadera belleza no echando a perder su obra, sino poniéndola en armonía con las leyes de Aquel que creó todo cuanto existe y que se complace en su hermosura y perfección.
Cuando se estudia el funcionamiento del cuerpo, se debe prestar atención a su maravillosa adaptación de los medios al fin, a la armoniosa acción e interdependencia de los diferentes órganos. Una vez que se ha despertado el interés del estudiante y se le ha hecho ver la importancia del conocimiento de las leyes de la salud, el maestro puede hacer mucho para obtener el debido desarrollo y formar hábitos correctos.- La educación, cap. 21, pp. 178-180.
19-Nuestra influencia es vital
2017-07-19 - Adultos
«Asegúrense de que nadie pague mal por mal, más bien, esfuércense siempre por hacer el bien, no solo entre ustedes sino a todos». 1 Tesalonicenses 5: 15, NVI
EN LA VIDA TRANQUILA y consecuente de un cristiano puro y verdadero hay una elocuencia mucho más poderosa que la de las palabras. Lo que una persona es tiene más influencia que lo que dice.
Los emisarios enviados a Jesús volvieron diciendo que nadie había hablado antes como él. Pero esto se debía a que jamás ser humano alguno había vivido como él. De haber sido su vida diferente de lo que fue, no hubiera hablado como habló. Sus palabras llevaban consigo un poder que convencía porque procedían de un corazón puro y santo, lleno de amor y solidaridad, de benevolencia y de verdad.
Nuestro carácter y experiencia determinan nuestra influencia en los demás. Para convencer a otros del poder de la gracia de Cristo, tenemos que conocer ese poder en nuestro corazón y nuestra vida. El evangelio que predicamos para la salvación de las almas debe ser el evangelio que salva nuestra propia alma. Solo mediante una fe viva en Cristo como Salvador personal nos resulta posible hacer sentir nuestra influencia en un mundo escéptico. Si queremos sacar pecadores de la corriente impetuosa, nuestros pies deben estar afirmados en la Roca: Cristo Jesús.
El símbolo del cristianismo no es una señal exterior, ni tampoco una cruz o una corona que se lleven puestas, sino que es aquello que revela la unión del ser humano con Dios. Por el poder de la gracia divina manifestada en la transformación del carácter, el mundo ha de convencerse de que Dios envió a su Hijo para que fuera su Redentor. Ninguna otra influencia que pueda rodear al alma humana ejerce tanto poder sobre ella como la de una vida abnegada. El argumento más poderoso en favor del evangelio es un cristiano amante y amable.
Llevar una vida tal, ejercer semejante influencia, cuesta a cada paso esfuerzo, sacrificio de sí mismo y disciplina. Muchos, por no comprender esto, se desalientan fácilmente en la vida cristiana. Muchos que consagran sinceramente su vida al servicio de Dios, se chasquean y sorprenden al verse como nunca antes frente a obstáculos, y asediados por pruebas y perplejidades. Piden en oración un carácter semejante al de Cristo y aptitudes para la obra del Señor, y luego se hallan en circunstancias que parecen exponer todo el mal de su naturaleza. Se revelan entonces defectos cuya existencia no sospechaban.- El ministerio de curación, cap. 40, pp. 337-338.
20-La capacidad de pensar y actuar
2017-07-20 - Adultos
«¡La sabiduría vale más que las piedras preciosas!». Job 28: 18
LAS SAGRADAS ESCRITURAS son la norma perfecta de la verdad y, como tales, se les debería dar el primer lugar en la educación. Para obtener una educación digna de tal nombre, debemos recibir un conocimiento de Dios, el Creador, y de Cristo, el Redentor, según están revelados en su Palabra.
Todo ser humano, creado a la imagen de Dios, está dotado de una facultad semejante a la del Creador: la individualidad, la facultad de pensar y hacer. La gente en quien se desarrolla esta facultad es la que lleva responsabilidades, la que dirige empresas, la que influye sobre los demás. La obra de la verdadera educación consiste en desarrollar esta facultad, en educar a los jóvenes para que sean pensadores, y no meros reflectores de los pensamientos de otros. En vez de restringir su estudio a lo que otros han dicho o escrito, los estudiantes tienen que ser dirigidos a las fuentes de la verdad, a los vastos campos abiertos a la investigación en la naturaleza y en la revelación.
Al contemplar las grandes realidades del deber y del destino, la mente se expandirá y se robustecerá. En vez de jóvenes educados, pero inseguros, las instituciones del saber deben producir jóvenes fuertes de ideas y de acción, jóvenes dueños de sí mismos y no esclavos de las circunstancias, jóvenes que posean amplitud de mente, claridad de pensamiento y valor para defender sus convicciones.
Semejante educación provee algo más que disciplina mental; proporciona algo más que preparación física. Fortalece el carácter, de modo que no se sacrifiquen la verdad y la justicia al deseo egoísta o a la ambición mundana. Fortalece la mente para su lucha contra el mal. En lugar de que algún vicio dominante llegue a ser un poder destructor, se amoldan cada motivo y deseo a los grandes principios de la justicia. Al espaciarse en la perfección del carácter de Dios, la mente se renueva y el alma vuelve a crearse a su imagen.
El ideal que Dios tiene para sus hijos está por encima del alcance del más elevado pensamiento humano. La meta que hemos de alcanzar es la piedad, la semejanza a Dios. Ante el estudiante se abre un camino de progreso continuo. Tiene que alcanzar un objetivo, lograr una norma que incluye todo lo bueno, lo puro y lo noble. Progresará tan rápidamente e irá tan lejos como le sea posible en todos los aspectos del verdadero conocimiento. Pero, así como son más altos los cielos que la tierra, sus esfuerzos se encauzarán hacia fines mucho más elevados que el mero egoísmo y los intereses temporales.- La educación, cap. 1, pp. 16-17.
21-El poder de la temperancia
2017-07-21 - Adultos
«Porque han sido comprados por un precio. Por tanto, glorifiquen a Dios en su cuerpo y en su espíritu, los cuales son de Dios». 1 Corintios 6: 20, NBLH
HAY QUE ENSEÑAR y practicar la temperancia en todos los aspectos de la vida. La temperancia en el comer, el beber, el dormir y el vestir es uno de los grandes principios de la vida cristiana. La verdad, colocada en el santuario del alma, guiará en el trato del cuerpo. Nada que ataña a la salud del ser humano ha de considerarse con indiferencia. Nuestro bienestar eterno depende del uso que hagamos en esta vida de nuestro tiempo, energía e influencia.
Tan solo se nos da esta vida aquí en alquiler; y cada uno debiera preguntarse: ¿Cómo puedo invertir mi vida para que dé la mayor utilidad?
El desarrollo propio es nuestro primer deber hacia Dios y nuestro prójimo. Debiera cultivarse hasta el más alto grado de perfección cada destreza con que Dios nos ha dotado, a fin de que podamos realizar la mayor cantidad de bien de que somos capaces. Por lo tanto, el tiempo que se destina al establecimiento y la preservación de una sólida salud física y mental es tiempo provechosamente empleado. No podemos permitirnos menguar o dañar una sola función de la mente o del cuerpo por el trabajo excesivo o por el abuso de cualquier parte de la maquinaria viviente. Tan ciertamente como lo hagamos, sufriremos las consecuencias. [...]
Los que desempeñan puestos de confianza deben tomar diariamente decisiones de gran trascendencia. A menudo deben pensar con rapidez, y esto solo pueden hacerlo con éxito los que practican la estricta temperancia. La mente se fortalece bajo la influencia del correcto tratamiento dado a las facultades físicas e intelectuales. Si el esfuerzo no es demasiado grande, cada nueva tarea añade nuevo vigor [...]
Los que, como Daniel, rehúsen contaminarse, cosecharán la recompensa de sus hábitos de temperancia. Con su mayor fibra física y mayor resistencia, tienen un capital del que pueden disponer en un caso de emergencia.
Los hábitos físicos correctos estimulan la superioridad mental. El poder intelectual, la fortaleza física y la longevidad dependen de leyes inmutables. En esto, no hay nada librado al azar o a la casualidad. Dios no intervendrá para preservar a los seres humanos de las consecuencias de haber violado las leyes de la naturaleza.- La conducción del niño, cap. 63, pp. 392-393.
22-El ejemplo de Juan el Bautista
2017-07-22 - Adultos
«Porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre». Juan 1: 15
COMO PROFETA, Juan había de «hacer volver los corazones de los padres a los hijos y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto» (Luc. 1: 17). Al preparar el camino para la primera venida de Cristo, representaba a aquellos que han de preparar un pueblo para la segunda venida de nuestro Señor. El mundo está entregado al pecado. Abundan los errores y las fábulas. Se han multiplicado las trampas de Satanás para destruir a las almas. Todos los que quieran alcanzar la santidad en el temor de Dios deben aprender las lecciones de temperancia y dominio propio. Las pasiones y los apetitos deben ser mantenidos en sujeción a las facultades superiores de la mente. Esta disciplina propia es esencial para la fuerza mental y la percepción espiritual que nos han de habilitar para comprender y practicar las sagradas verdades de la Palabra de Dios. Por esta razón, la temperancia ocupa un lugar en la obra de prepararnos para la segunda venida de Cristo.
En circunstancias normales, el hijo de Zacarías habría sido educado para el sacerdocio. Pero la educación de las escuelas rabínicas le habría arruinado para su obra. Dios no envió a Juan a los maestros de teología para que aprendiese a interpretar las Escrituras. Lo llamó al desierto, para que aprendiese de la naturaleza, y del Dios de la naturaleza.
Fue en una región solitaria donde halló hogar, en medio de las colinas áridas, de los desfiladeros salvajes y las cuevas rocosas. Pero él mismo quiso dejar a un lado los goces y lujos de la vida y prefirió la severa disciplina del desierto. Allí lo que le rodeaba favorecía la adquisición de sencillez y abnegación. Sin ser interrumpido por los clamores del mundo, podía estudiar las lecciones de la naturaleza, de la revelación y de la Providencia. Las palabras del ángel a Zacarías habían sido repetidas con frecuencia a Juan por sus padres temerosos de Dios. Desde la niñez, se le había recordado su misión, y él había aceptado el cometido sagrado. Para él la soledad del desierto era una manera bienvenida de escapar de la sociedad en la cual las sospechas, la incredulidad y la impureza, lo compenetraban casi todo. Desconfiaba de su propia fuerza para resistir la tentación, y huía del constante contacto con el pecado, a fin de no perder el sentido de su excesiva pecaminosidad.
Dedicado a Dios como nazareno desde su nacimiento, hizo él mismo voto de consagrar su vida a Dios.- El Deseado de todas las gentes, cap. 10, pp. 79-80.
23-El compromiso de los padres
2017-07-23 - Adultos
«Vivan como hijos de luz». Efesios 5: 8, NVI
SE HA ENCOMENDADO a los padres una comisión sagrada, la de guardar la constitución física y moral de sus hijos, para que el sistema nervioso de ellos se mantenga equilibrado y sus almas no corran peligro. Los padres y las madres deberían entender las leyes de la vida, para que no permitan que debido a la ignorancia se desarrollen tendencias equivocadas en sus hijos. La dieta afecta tanto la salud física como la moral. Con cuánto cuidado entonces deberían aprender las madres a colocar sobre la mesa los alimentos más sencillos y saludables, a fin de que los órganos digestivos no se debiliten, los nervios no se desequilibren, y que sus hijos aprendan las enseñanzas que se les imparten.
Satanás ve que no puede ejercer un poder tan grande sobre las mentes cuando el apetito se mantiene bajo control, a diferencia de cuando se le da rienda suelta, y él está trabajando constantemente para inducir a los seres humanos a complacerse a sí mismos. Bajo la influencia de alimentos nocivos la conciencia se duerme, la mente se nubla y se arruina su susceptibilidad a las impresiones. Pero la culpa del transgresor no deja de ser la misma porque la conciencia haya sido llevada al punto de la insensibilidad.
Puesto que la salud mental depende de la normalidad de las fuerzas vitales, ¡cuánto cuidado debiera ejercerse para que no se usen narcóticos ni estimulantes! Y sin embargo vemos que un gran número de los que profesan ser cristianos usan tabaco. Ellos deploran los males de la intemperancia; pero mientras hablan en contra del uso de bebidas alcohólicas, ellos mismos usan tabaco. Debe haber un cambio con respecto al uso del tabaco. Pero vayamos un poco más allá en este mismo tema. El té y el café están fomentando el apetito por estimulantes más fuertes. Y si hablamos acerca de la preparación de los alimentos, y preguntamos: ¿Se práctica la temperancia en todo? ¿Se realiza aún allí la reforma que es esencial para la salud y la felicidad?
Todo verdadero cristiano tendrá el dominio de sus apetitos y pasiones. A menos que estemos libres de la esclavitud del apetito, no podemos ser siervos de Cristo verdaderos y obedientes. La complacencia del apetito y la pasión embota el efecto de la verdad sobre el corazón. Se le hace imposible al espíritu y el poder de la verdad realizar su obra santificadora en el corazón, el cuerpo y el espíritu, cuando se está bajo el control de los deseos carnales.- Fundamentals of Christian Education, pp. 143-144.
24-No se puede confiar en el apetito
2017-07-24 - Adultos
«En conclusión, ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios». 1 Corintios 10: 31, NVI
NUESTRO CUERPO se forma con el alimento que ingerimos. En los tejidos del cuerpo se realiza constantemente un proceso de reparación, pues el funcionamiento de los órganos causa desgaste, y el alimento repara dicho desgaste. Cada órgano del cuerpo exige nutrición. El cerebro debe recibir la suya; y lo mismo sucede con los huesos, los músculos y los nervios. Es una labor maravillosa la que transforma el alimento en sangre, y aprovecha esta sangre para la reconstitución de las diversas partes del cuerpo; pero esta labor constante, suministra vida y fuerza a cada nervio, músculo y órgano.
Deben escogerse los alimentos que proporcionen los mejores nutrientes. En esta elección, el apetito no es una guía segura. Los malos hábitos en el comer lo han pervertido. Nuestro apetito muchas veces nos pide un alimento que altera la salud y causa debilidad en vez de producir fuerza. Tampoco podemos dejarnos guiar por las costumbres de la sociedad. Las enfermedades y dolencias que prevalecen por todas partes provienen en buena medida de errores comunes respecto a la alimentación.
Para saber cuáles son los mejores alimentos tenemos que estudiar el plan original de Dios para la alimentación de los seres humanos. El que creó al ser humano y comprende sus necesidades indicó a Adán cuál sería su alimento. «También les dijo: “Yo les doy de la tierra todas las plantas que producen semilla y todos los árboles que dan fruto con semilla; todo esto les servirá de alimento”» (Gén. 1: 29, NVI). Al salir del Edén para ganarse el sustento labrando la tierra bajo el peso de la maldición del pecado, el hombre recibió permiso para comer también «plantas del campo» (Gén. 3: 18).
Los cereales, las frutas carnosas, las oleaginosas y las legumbres constituyen el alimento escogido para nosotros por el Creador. Preparados del modo más sencillo y natural posible, son los comestibles más saludables y nutritivos. Proveen una fuerza, una resistencia y un vigor intelectual que no pueden obtenerse mediante productos más complejos y estimulantes. […]
Nuestro cuerpo es propiedad de Cristo, comprado por él mismo, y no nos es lícito hacer de ese cuerpo lo que nos plazca. Todos los que conocen las leyes de la salud, establecidas por Dios, deben sentirse obligados a obedecerlas. La obediencia a las leyes de la salud es una obligación personal.- El ministerio de curación, cap. 23, pp. 199-200-209.
25-Seamos constantes
2017-07-25 - Adultos
«Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas y que tengas salud, así como prospera tu alma». 3 Juan 2
EN MUCHOS CASOS, es mejor comer dos veces al día que tres. La cena, si es muy temprano, interrumpe la digestión de la comida anterior. Si es muy tarde, no tiene tiempo para ser digerida antes del momento de ira acostarse. Así el estómago no tiene el descanso que necesita, se trastorna el sueño, el cerebro y los nervios se agotan, se pierde el apetito por el desayuno, y el organismo no recibe la fortaleza necesaria, ni está preparado para desempeñar el trabajo del día.
No se debe pasar por alto la importancia de la regularidad en el horario de comer y en el de dormir. Puesto que el trabajo de recuperación del organismo se efectúa durante las horas de descanso, es esencial, especialmente para los jóvenes, que el sueño sea regular y suficiente.
Siempre que sea posible, debemos evitar comer apresuradamente. Cuanto más breve es el tiempo de que se dispone, menos se debe comer. Es mejor dejar una comida que ingerirla sin haberla masticado correctamente.
La hora de la comida ha de ser un momento de sosiego y sociabilidad. Debe desaparecer todo lo que nos angustie o nos irrite. Hemos de abrigar sentimientos de confianza, bondad y gratitud hacia el Dador de todo lo bueno, y la conversación tiene que ser alegre y distendida, que eleve, sin cansar.
La temperancia y la moderación en todo tiene un poder maravilloso. Para producir la dulzura y la serenidad de carácter que tanto contribuyen a allanar el camino de la vida, será de más valor que las circunstancias o los talentos innatos. Al mismo tiempo, el dominio propio así adquirido será una de las virtudes más valiosas para hacer frente con éxito a las responsabilidades y desafíos que le esperan a todo ser humano.
Los caminos de la sabiduría «Son caminos deleitosos; todas sus veredas, paz» (Prov. 3: 17). Que todo joven recuerde que tiene ante sí posibilidades de un destino superior al de un monarca reinante en la lección transmitida en las palabras del Sabio: «¡Bienaventurada tú, tierra, cuando [...] tus príncipes comen a su hora para reponer sus fuerzas y no para beber!» (Ecl. 10: 17).- La educación, cap. 22, p. 186.
26-No lo toques, no lo pruebes
2017-07-26 - Adultos
«Teme al Señor y huye del mal. Esto infundirá salud a tu cuerpo y fortalecerá tu ser». Proverbios 3: 7-8, NVI
ES RESPONSABILIDAD de las madres ayudara sus hijos a adquirir hábitos correctos y gustos puros. Eduquen el apetito; enseñen a sus hijos a rechazar los estimulantes. Críen a sus hijos de modo que tengan fortaleza moral para resistir al mal que los rodea. Enséñenles a no dejarse desviar por nadie, a no ceder a ninguna influencia por fuerte que sea, sino a ejercer ellos mismos influencia sobre los demás para el bien.
Se hacen grandes esfuerzos para acabar con la intemperancia; pero muchos de ellos no están bien dirigidos. Los reformadores de la temperancia deberían estar apercibidos contra los pésimos resultados del consumo de alimentos malsanos, de condimentos, del té y del café. Deseamos buen éxito a todos los que trabajan en la causa de la temperancia; pero los invitamos a que observen más profundamente la causa del mal que combaten, ya que sean ellos mismos consecuentes en la reforma.
Hay que recordar a la gente que el equilibrio de sus facultades mentales y morales depende en gran medida de las buenas condiciones de su cuerpo. Todos los narcóticos y estimulantes artificiales que debilitan y degradan la naturaleza física tienden también a deprimir la inteligencia y la moralidad. La intemperancia es la raíz de la depravación moral del mundo. Al satisfacer sus apetitos pervertidos, el ser humano pierde la capacidad de resistir a la tentación.
Los que trabajan en favor de la temperancia tienen que educar a la gente en este sentido. Enséñenle que la salud, el carácter e incluso la vida, corren peligro por el uso de estimulantes que excitan las energías exhaustas para que actúen en forma antinatural y espasmódica.
En cuanto al té, al café, al tabaco y a las bebidas alcohólicas, la única conducta exenta de peligro consiste en no tocarlos, ni probarlos, ni tener nada que ver con ellos. El efecto del té, del café y de las bebidas semejantes es comparable al del alcohol y del tabaco, y en algunos casos el hábito de consumirlos es tan difícil de vencer como lo es para el borracho renunciara las bebidas alcohólicas. Los que intenten romper con estos estimulantes los echarán de menos por algún tiempo, y sufrirán por falta de ellos; pero si perseveran, llegarán a vencer su ardiente deseo, y dejarán de echarlos de menos. La naturaleza necesita algún tiempo para reponerse del abuso a que se la ha sometido; pero désele una oportunidad, y volverá a rehacerse y a desempeñar su tarea noblemente y con toda perfección.- El ministerio de curación, cap. 26, pp. 229-230.
27-El camino a la embriaguez
2017-07-27 - Adultos
«No te fijes en lo rojo que es el vino, ni en cómo brilla en la copa, ni en la suavidad con que se desliza; porque acaba mordiendo como serpiente». Proverbios 23: 31-32, NVI
SE LLEGA a la embriaguez tan ciertamente con el vino, la cerveza y la sidra, como con bebidas más fuertes. El uso de las bebidas que tienen menos alcohol despierta el deseo de consumir las más fuertes, y así se contrae el hábito de beber. La moderación en la bebida es la escuela en que se educan los hombres para la carrera de borrachos. Tan engañosa es la obra de estos estimulantes más leves, que la víctima entra por el camino ancho que lleva a la costumbre de emborracharse antes de que se haya dado cuenta del peligro.
Algunos que nunca son tenidos por ebrios están siempre bajo la influencia de las bebidas embriagantes suaves. Se los nota febriles, de genio inestable, y desequilibrados. Creyéndose seguros, siguen adelante, hasta derribar toda barrera y sacrificar todo principio. Las resoluciones más firmes quedan socavadas; las más altas consideraciones no bastan para sujetar sus apetitos a la razón.
En ninguna parte la Biblia sanciona el uso del vino fermentado. El vino que Cristo hizo con agua en las bodas de Caná era jugo puro de uva. Este es el «mosto» que se halla en el «racimo», del cual dice la Escritura: «No lo desperdicies, porque bendición hay en él» (Isa. 65:8).
Fue Cristo quien advirtió a Israel en el Antiguo Testamento: «El vino es escarnecedor, la sidra alborotadora; ninguno que por su causa yerre es sabio» (Prov. 20: 1). Cristo no suministró semejante bebida. Satanás induce a los seres humanos a dejarse llevar por hábitos que embotan la razón y entorpecen las percepciones espirituales, pero Cristo nos enseña a dominar la naturaleza inferior. Él nunca ofrece a los hombres lo que podría ser una tentación para ellos. Su vida entera fue un ejemplo de abnegación. Para quebrantar el poder de los apetitos ayunó cuarenta días en el desierto, y en beneficio nuestro soportó la prueba más dura que la humanidad pudiera sufrir. Fue Cristo quien dispuso que Juan el Bautista no bebiese vino ni bebidas fuertes. Fue él quien impuso la misma restricción a la esposa de Manoa. Cristo no contradijo su propia enseñanza. El vino sin fermentar que suministró a los invitados de la boda era una bebida sana y refrigerante. Fue el vino del que nuestro Salvador hizo uso con sus discípulos en la primera comunión.- El ministerio de curación, cap. 26, pp. 227-228.
28-Piedras de tropiezo para otros
2017-07-28 - Adultos
«No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo». 2 Corintios 6: 3
EL TABACO ES UN VENENO lento, engañoso, pero de los más nocivos. En cualquier forma en que se haga uso de él, destruye el organismo; es tanto más peligroso cuanto sus efectos son lentos y apenas perceptibles al principio. Estimula y después paraliza los nervios. Debilita y embota el cerebro. A menudo afecta los nervios más que las bebidas alcohólicas. Es un veneno más sutil, y es difícil eliminar sus efectos del organismo. Su uso despierta sed de bebidas fuertes, y en muchos casos sienta las bases del alcoholismo.
El uso del tabaco es perjudicial, costoso y sucio; contamina al que lo usa y molesta a los demás. Sus adictos se encuentran en todas partes. Es difícil pasar por entre una multitud sin que algún fumador le eche a uno a la cara su aliento envenenado. Es desagradable y malsano permanecer en un vagón de ferrocarril o en una sala donde la atmósfera esté cargada con olores de alcohol y de tabaco. Aunque haya quienes persistan en usar estos venenos ellos mismos, ¿qué derecho tienen para viciar el aire que otros deben respirar?
Entre los niños y jóvenes el uso del tabaco hace un daño incalculable. Las prácticas perjudiciales de las generaciones pasadas afectan a los niños y jóvenes de hoy. La incapacidad mental, la debilidad física, las perturbaciones nerviosas y los deseos antinaturales se transmiten como un legado de padres a hijos. Y las mismas prácticas, seguidas por los hijos, aumentan y perpetúan los malos resultados. A esta causa se debe en gran parte la degradación física, mental y moral que produce tanta alarma. [...]
Pregunto a los que profesan creer y obedecer la Palabra de Dios: ¿Podemos, como cristianos, practicar un hábito que paraliza nuestra inteligencia y nos impide considerar debidamente las realidades eternas? ¿Podemos consentir en robar cada día a Dios parte del servicio que se le debe, y negar a nuestros semejantes la ayuda que debiéramos prestarles y el poder de nuestro ejemplo? ¿Hemos considerado nuestra responsabilidad como mayordomos de Dios respecto a los recursos que están en nuestras manos? ¿Cuánto dinero del Señor se gasta en tabaco?- El ministerio de curación, cap. 26, pp. 224-225, 226.
29-Teorías peligrosas
2017-07-29 - Adultos
«Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, y grande en misericordia para con todos los que te invocan». Salmo 86: 5
HOY DÍA se están introduciendo en las escuelas y en las iglesias doctrinas espiritualistas que minan la fe en Dios y en su Palabra. Muchos de los que profesan creer en las Escrituras aceptan la teoría que sostiene que Dios es una esencia que compenetra toda la naturaleza; pero, por muy ataviada que vaya esta teoría, es un engaño muy peligroso. Da una falsa idea de Dios y agravia su grandeza y majestad. Lo seguro es que no tiende tan solo a extraviar, sino a corromper a los seres humanos. Las tinieblas son su habitación y la sensualidad, su ambiente. Su aceptación aparta de Dios. Y para la naturaleza humana caída esto equivale a la ruina.
La condición en la que el pecado nos ha colocado es antinatural, y el poder que nos restaure debe ser sobrenatural, o no tiene valor alguno. No hay poder que pueda quebrantar el yugo del mal y libertar a los corazones de los seres humanos, sino el poder de Dios en Jesucristo. Solo mediante la sangre del Crucificado hay purificación del pecado. Solamente la gracia de Cristo puede habilitarnos para resistir y dominar las inclinaciones de nuestra naturaleza caída. Las teorías espiritualistas respecto de Dios anulan la gracia divina. Si Dios es una esencia que compenetra toda la naturaleza, entonces mora en todos; y para llegar a la santidad, el ser humano no tiene más que desarrollar el poder que está en él mismo.
Estas teorías, llevadas hasta su conclusión lógica, socavan la experiencia cristiana. Desechan la necesidad de la expiación, y hacen del ser humano su propio salvador. Estas teorías acerca de Dios dejan sin efecto la Palabra divina, y quienes las aceptan corren grave peligro de ser inducidos finalmente a considerar la Biblia como una ficción. Aunque consideren la virtud superior al vicio, pero al desalojar a Dios de su verdadero puesto de soberanía, han colocado su confianza en el poder humano, que, sin Dios, no tiene valor alguno. Dejada a sí misma, nuestra voluntad no tiene verdadero poder para resistir y vencer el mal. Las defensas del alma quedan destruidas. El ser humano carece de valla protectora contra el pecado. Desechadas las restricciones de la Palabra de Dios y de su Espíritu, ya no sabemos en qué abismos podemos hundirnos. [...]
La revelación que de sí mismo dejó Dios en su Palabra es para nuestro estudio, y podemos procurar entenderla. Pero más allá de ella no debemos penetrar.- El ministerio de curación, cap. 36, pp. 302-303.
30-Efectos de la gratitud y la alabanza
2017-07-30 - Adultos
«El temor del Señor es fuente de vida». Proverbios 14: 27, NVI
NADA TIENDE más a fomentar la salud del cuerpo y del alma que un espíritu de agradecimiento y alabanza. Resistir a la melancolía, a los pensamientos y sentimientos de descontento, es un deber tan importante como el de orar. Si estamos destinados para el cielo, ¿cómo podemos portarnos como un séquito de plañideras, gimiendo y lamentándonos a lo largo de todo el camino que conduce a la casa de nuestro Padre?
Los profesos cristianos que están siempre lamentándose y parecen creer que la alegría y el gozo fueran pecados, desconocen la religión verdadera. Los que solo se complacen en lo melancólico de la naturaleza, que prefieren mirar hojas muertas a hermosas flores vivas, que no ven belleza alguna en los altos montes ni en los valles cubiertos de verde césped, que cierran sus sentidos para no oír la alegre voz que les habla en la naturaleza, música siempre suave para todo oído atento, los tales no están en Cristo. Se están preparando tristezas y tinieblas, cuando bien pudieran gozar de dicha, y la luz del Sol de justicia podría despuntar en sus corazones llevándoles salud en sus rayos. Puede suceder a menudo que nuestro espíritu se nuble de dolor. No tratemos entonces de pensar. Sabemos que Jesús nos ama. Comprende nuestra debilidad. Podemos hacer su voluntad descansando sencillamente en sus brazos.
Es una ley de la naturaleza que cuando expresamos nuestros pensamientos y sentimientos, los alentamos y los fortalecemos. Aunque las palabras expresan los pensamientos, estos a su vez siguen a las palabras. Si diéramos más expresión a nuestra fe, si nos alegráramos más de las bendiciones que sabemos que tenemos: la gran misericordia y el gran amor de Dios, tendríamos más fe y gozo. Ninguna lengua puede expresar, ninguna mente finita puede concebir la bendición resultante de la debida apreciación de la bondad y el amor de Dios. Aun en la tierra puede ser nuestro gozo como una fuente inagotable, alimentada por las corrientes que manan del trono de Dios.
Enseñemos, pues, a nuestros corazones y a nuestros labios a alabar a Dios por su incomparable amor. Enseñemos a nuestras almas a tener esperanza, y a vivir en la luz que irradia de la cruz del Calvario. Nunca debemos olvidar que somos hijos del Rey celestial, del Señor de los ejércitos. Es nuestro privilegio confiar reposadamente en Dios.- El ministerio de curación, cap. 18, pp. 166-167.
31-El peligro de ser autosuficientes
2017-07-31 - Adultos
«Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos». 2 Corintios 1: 9
LOS PENSAMIENTOS deben concentrarse en Dios. Tenemos que dedicar nuestro esfuerzo más enérgico a dominar las malas tendencias del corazón natural. Nuestros esfuerzos, nuestra abnegación y perseverancia han de corresponder al valor infinito del objeto que perseguimos. Solo venciendo como Cristo venció podremos obtener la corona de vida.
El gran peligro del ser humano consiste en engañarse a sí mismo, en creerse suficiente y en apartarse de Dios, la fuente de su fuerza. Nuestras tendencias naturales, si no las enmienda el Espíritu Santo del Señor, encierran la semilla de la muerte moral. A no ser que nos unamos con Dios, no podremos resistir los efectos de la intemperancia, del amor egoísta y de la tentación a pecar.
Para recibir ayuda de Cristo, debemos comprender nuestra necesidad. Necesitamos tener verdadero conocimiento de nosotros mismos. Únicamente quien se reconoce pecador puede ser salvado por Cristo. Solo cuando vemos nuestro desamparo absoluto y no confiamos ya en nosotros mismos, podemos asirnos del poder divino. No es solamente al principio de la vida cristiana cuando debe hacerse esta renuncia al yo. Hay que renovarla a cada paso que damos hacia el cielo. Todas nuestras buenas obras dependen de un poder externo a nosotros; por tanto, se necesita una continua aspiración del corazón a Dios, una constante y fervorosa confesión del pecado y una humillación del alma ante Dios. Nos rodean peligros, y no estamos seguros sino cuando sentimos nuestra flaqueza y nos aferramos con fe a nuestro poderoso Libertador.
Debemos apartarnos de un sinnúmero de temas que llaman nuestra atención. Hay asuntos que consumen tiempo y despiertan deseos de saber, pero que acaban en la nada. Los más nobles intereses requieren la estricta atención y energía que suelen dedicarse tantas veces a cosas relativamente insignificantes. [...]
El conocimiento de Dios y de Jesucristo, expresado en el carácter, es una exaltación por encima de cualquier otra cosa que se estime en el cielo o en la tierra. Es la educación suprema. Es la llave que abre los pórticos de la ciudad celestial. Es el propósito de Dios que posean este conocimiento todos los que se revisten del Señor Jesucristo.- El ministerio de curación, cap. 38, pp. 326-328.