RAÚL ANTONIO VEGA GONZÁLEZ
Mi nombre es Raúl Antonio Vega González, tengo 21 años de edad, soy de Ciudad-Darío, Matagalpa. Quiero iniciar este pequeño escrito haciendo mía la frase que dice: “Cristo no se fijó en mis cualidades para elegirme, Cristo se fijó en mi miseria”, estoy muy claro que no soy digno de la vocación a la que el Señor me ha convocado y de la que yo estoy muy agradecido con Él por haberme llamado..
Hablar acerca de mi historia vocacional me hace recordar tantos detalles que el Señor ha tenido conmigo, tantas gracias que me ha regalado en la vida. Desde mi niñez visitaba la Iglesia católica, pero, nunca pensé en ser sacerdote, si me gustaba como los sacerdotes celebraban la Misa. Agradezco a mis padres que con gran amor siempre me han inculcado los buenos caminos que debo tomar, sin duda alguna son grandes consejos los que recibo de parte de ellos. He sido valiente en preguntar a Jesús: ¿Qué quiere de mí?, como diría San Juan Pablo II: “no tengáis miedo de entregarte a Él. Bien se sabe que nunca se llega tan lejos como cuando no sabes hacia donde te diriges y sólo sabrás lo que quieres después de hacer tu elección, nada tarda tanto en llegar como lo que nunca se empieza”.
La idea de la vocación durante mi niñez quizás pudo ser pequeña, minúscula, ínfima, pero, estoy convencido que Dios a medida que el tiempo ha avanzado, la idea ha crecido y ha sido fortalecida por aquel que me llamó y también por mi oración y entrega, digo esto porque le he dedicado tiempo a esta idea. Fui avanzando poco a poco en los estudios de primaria y secundaria, luego que finalicé dichos estudios quería estudiar medicina o enfermería, me matriculé en la universidad UNAN-León, pero, faltando casi un mes antes de hacer el examen de admisión, sentí que Dios me pedía otra cosa, no es que haya tenido miedo al examen de admisión, creo que aún no estaba muy claro de lo que Dios me pedía.
Estuve trabajando en mi comunidad en la pastoral juvenil, lector de la palabra y acólito en mi parroquia, atendí la inquietud que tenía de entrar al seminario, fui a los encuentros vocacionales que por un año se hacen en mi diócesis. Entré al seminario menor San Luis Gonzaga, el 01de febrero del 2013, luego pasé a Managua al año propedéutico y actualmente curso el segundo año de filosofía en el Seminario Interdiocesano Nacional Nuestra Señora de Fátima. Este año ha sido una experiencia dura, perdí a mi papá el 20 de mayo. Dedico este pequeño escrito a mi madre y hermano la razón de mis esfuerzos y a la eterna memoria de mi padre, muchísimas gracias por todo y a todos, oren siempre por mi vocación.
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