Trabajo Informática Por: Astor Barnes, Marina Frövel y Blanca Agüí
Érase una vez una niña llamada Nadia. Tenía 13 años ,un pelo largo y liso y ojos azules. Le encantaba pintar y chatear con sus amigos. La mayoría de su tiempo libre lo pasaba en el ordenador. Casi nunca salía de casa. Lo que más hacía era conectarse a las redes sociales.Al final no tenía amigos de verdad solo por internet pero ella no se sentia triste o sola. Su madre le regañaba pero a ella le daba igual. Su padre casi nunca estaba en casa por lo que no veía a menudo.
Un día en clase les hablaron de los peligros de internet, pero ella no atendió, por lo que no pudo percatarse de lo peligroso que era pasar tantas horas en el ordenador. Esa misma tarde una amiga le avisó de que el día siguiente había examen de Ciencias Sociales pero ella, gracias a su adicción a las redes sociales, no pudo estudiar. Cuando se conectó a una red social, vio un cartel que ponía que podía ganar un premio extraordinario. Ella tenía muchas ganas de ganar ese premio y se informó de que tenía que poner su teléfono móvil. Lo insertó y acepto las condiciones sin leerlas.
Durante las próximas diez semanas no paro de gastar dinero, pero ella, ni llamaba, ni enviaba mensajes. Su madre estaba preocupada porque su hija iba a quedar con una persona, a la que no conocía y no sabía porqué. Esa misma noche, no regresó a casa, y su madre sabía que tenía algo que ver con la quedada.
Mientras tanto, Nadia estaba delante del portal número 27, el número que indicaba el mensaje que le habían mandado. Llamó al timbre y al cabo de un rato un hombre vestido de negro abrió la puerta de entrada. El señor le indicó que tenía que entrar para recoger su premio y que le invitaría a tomar una bebida. En la bebida que se tomó, el hombre puso somníferos, suficientes como para dormirla durante horas. Cuando se despertó todo estaba oscuro, no entendía nada, tenía miedo, frío y hambre. De repente oyó una voz que le resultó familiar, pero no sabía dónde la había escuchado. ¡Ahora lo entendía, le habían engañado y le habían capturado en esa casa! Se dio la vuelta y vio al señor que le estaba mirando. Tenía una mirada fría y maligna, se le veía sonreír por lo bajo, entonces dijo: “Bienvenida”.
No sabía qué hacer, estaba temblando, entonces el hombre le dijo: “No te asustes...este es el premio que has ganado”. Mientras, en su casa, la policía registraba su habitación y su madre lloraba sin cesar. La policía encontró una interesante prueba en el historial de su ordenador, una página web llamada “www.premiosextrahordinarios. com”. La policía sabía que tras esa página se encontraba un criminal, cosa que no les tranquilizó mucho. Decidieron entrar en la página y averiguar qué premio había ganado. Encontraron un mensaje reciente que adjuntaba un mapa de la ciudad. La “X” que había dibujada en el mapa indicaba el lugar donde se encontraba el premio. Pero el secuestrador lo tuvo en cuenta, y cuando Nadia abrió el mensaje y lo cerró, automáticamente se cambió la dirección correcta a una falsa.
De momento, Nadia estaba atrapada y con la única compañía de un loco mirando la televisión y viendo el ordenador por si alguien podía caer en su ingeniosa y aterradora trampa. La policía fue al lugar que mostraba el mensaje del ordenador. Los policías planearon una redada para terminar con el secuestro. Para su sorpresa sólo encontraron una vieja pastelería abandonada, donde el siniestro personaje escribió: jajaja, os habéis equivocado, estáis buscando en un sitio incorrecto, no me atraparéis NUNCA y yo me quedaré con esta niña. Salgo ganando.
Los policías se quedaron desconcertados por la nota y se dieron cuenta de que estaban otra vez en la misma casilla.Si querían encontrar a Nadia tendrían que ingeniárselas muy bien para conseguir rescatarla.
Los últimos tres días Nadia estuvo alimentándose de agua, pan y poco más. Cada día que pasaba perdía la esperanza de que algún día pudiera ver la luz más allá de una ventana translúcida, que pudiera salir a tomar aire fresco y de volver a abrazar a su querida madre. Por el contrario, su madre aún tenía la mirada fija en el teléfono y la puerta, por si su hija volvía a casa. Día y noche, acurrucada en su mecedora, veía pasar interminablemente las horas.
La policía estuvo casi una semana investigando el caso de Nadia.
Nadia estuvo cerca de escaparse varias veces pero el astuto secuestrador había tapiado las salidas, así como la puerta, las ventanas y una rendija para los conductos de basura, pero Nadia estaba planeando su jugada hacía varios días.
Los policías por fin habían encontrado una pista de verdad, una chibatazo anónimo les había contado todo lo que tenían que saber, la localización, quiénes eran los raptores de la niña y sus jugadas.
El 16 de enero del 2000, los secuestradores de Nadia fueron llevados ante la justicia por el agente Roger Smith para incautar a los secuestradores. Hicieron una redada con los agentes especiales S.W.A.T. Nadia pasó 23 días y una noche secuestrada pero ahora vive feliz con su familia y sin riesgo a caer en otra situación parecida. Ella misma declaró ante las cámaras: “En estos últimos días he comprendido que las redes sociales pueden tener grandes usos e incluso ser muy cómodas pero toda acción tiene su riesgo, por lo cual hay que ser prudente con la confidencialidad”.
Nadia nunca jamás usó imprudentemente internet, ahora es otra persona: más activa, saca sobresalientes y mantiene muchas amistades.
fin