MICHOACÁN COMO ANFITRIÓN

Oliverio Esquivel Rodríguez

La obra de Ward: “México in 1827”

Ahora analizaremos la obra de Henry George Ward, la cual lleva por título “México en 1827” y se llevó a cabo después de su segunda visita México en el periodo de 1825-1827 ya en calidad de embajador de Inglaterra en México y con la intención de establecer una relación de amistad, comercio y navegación entre las dos naciones, lo que lo llevó a inmiscuirse de gran manera en la política mexicana, y tener una marcada disputa con su contraparte norteamericana, que tenía las mismas intenciones de “aprovechar” la inestable política del naciente México.

http://www.memoriapoliticademexico.org/Textos/2ImpDictadura/IM/1827%20MexicoenWard.jpg

Después de su estadía en México, regresó a Inglaterra y fue ahí donde fue publicada un año después en 1828 en Londres Inglaterra, y traducida al español en el año de 19981 por el Fondo de Cultura Económica, dicha obra es el producto de sus detallados diarios de viaje, de sus conocimientos sobre la política mexicana y principalmente de su estudio a la actividad minera mexicana en la que ya había capitales ingleses y era necesario saber de qué forma se estaban aprovechando.

El libro comienza describiéndolos límites territoriales del país, y detallando los puntos de importancia para su causa. Critica la falta de estudio del territorio –incluso la falta de un buen mapa-, pero ve en esta una oportunidad, de descubrimiento y tiene la visión de que en pocos años el territorio será tan bien conocido como cualquiera del viejo mundo.

Para el caso de Michoacán, se recogen en la obra varias observaciones de las dos visitas que este hizo al estado en las que fue acompañado de su esposa Emily Elizabeth, sus pequeñas hijas, y la comitiva que le rodeaba. Su primera visita al estado, fue para supervisar la Tlalpujahua Company, una compañía del distrito minero que lleva este mismo nombre, y hace una detallada descripción de sus condiciones y funcionamiento,

http://enmichoacan.com/archivos/2015/05/Real-de-Otzumatl%C3%A1n-1.jpg

La segunda visita, fue mucho más detallada y larga, debido a que visitaron más lugares del territorio michoacano, después de su visita a los estados del norte del país, llegaron a Zipimeo donde pasaron la noche, para después ir a Valladolid donde se hospedaron en la posada de nuestra señora de la soledad, y según describe, fue una cómoda estadía, admiraron la arquitectura de los edificios y calles de la ciudad, y días después salieron a la zona minera de Otzumatlán para inspeccionar las filiales de la Real del Monte Company, obviamente movida por capitales ingleses, esta visita se prolongó por 11 días.

En esta obra se ve plasmada la naturaleza de diplomático de Henry George Ward, combinada con el gran conocimiento que este tenía de datos históricos y estadísticos sobre la región, -algunos que sabía y otros muy valiosos que aportó él, todo esto sumado con la gran visión de viajero curioso, que le obligaba a registrar todo detalle importante de los lugares que iba visitando, también es importante resaltar que esta descripción no estuvo exenta de comentarios ácidos sobre la economía y la sociedad de México, pero en conjunto es una buena impresión de la realidad de esta época.