Como conocí a mi Maestro Jorge Benzaquén.

Homenaje Debido a un Grande.

Conozco a mi maestro Jorge Benzaquén en el año de 1991, sin embargo me referiré a una anécdota anterior que me lleva hasta él. Estudiando en mi etapa de liceísta, siendo que tocaba la guitarra sacando las canciones por oído desde los 9 años de edad, estaría en el 3er año del bachillerato con la guitarra siempre acompañándome cuando un amigo de aquellos tiempos me comentó que empezaría a estudiar con un Maestro de alto nivel, un músico muy conocido y reconocido, en Caricuao, se llamaba Jorge Benzaquén. Le pedí a este amigo llamado Augusto Jaramillo, me llevara con él a su clase a lo que me pidió esperara respuesta de su maestro porque tenía problemas de salud y no quería importunarlo, a las dos semanas Augusto me dijo que no había posibilidad alguna y que su maestro se había negado.

Lo dejamos de ese tamaño y quedé un tanto frustrado por el rechazo, al mes más o menos, mi hermana conoce en el metro a dos chicos y los llevó a la casa ya que ellos eran estudiantes de guitarra clásica, Norfred Castañeda y Javier Marín, recuerdo haber quedado con la boca abierta viendo todo lo que había escuchado alguna vez en la radio creyendo eran muchas las guitarras haciendo todo eso que ahora para mi sorpresa veía en solo unos dedos. En esos años se escuchaba muy a menudo por la radio al guitarrista Francés Nicolás De Ángelis a Paco de Lucía, y de pronto algún mensaje publicitario con el maestro Alirio Díaz tocando el Marabino del maestro Lauro. Pero no había visto sino presentido la maravilla de la guitarra hasta ese momento, tendría yo 17 años de edad.

Resulta que estos dos muchachos amigos de la casa eran alumnos de Jorge Benzaquén, se ofrecieron a prepararme dándome algunas señas de cómo se tocaba el instrumento, pero cuando ellos comenzaron haciéndome aprender nombres de acordes, saqué copia a un arreglo de Benzaquén que ellos tocaban sobre la canción Yesterday de los Beatles y solo, me dediqué a entender como era ese asunto de las partituras, fuera de algunas respuestas sueltas a mis preguntas y verlos tocar el tema, esa primera partitura la saqué entre conocer auditivamente la canción y sacar conclusiones sobre donde iba cada puntico del pentagrama escrita en el instrumento... Llegó así el día en que me llevan hasta Jorge y para mi sorpresa nos atiende un hombre joven pero con problemas de movilidad, usaba un bastón y sus movimientos eran muy lentos, aún así cuando agarró su guitarra vi a un Dios murmurándome cosas, él era mi maestro... Me pidió tocara algo para conocer mi talento y toqué con muchas dudas pero atrevidamente su arreglo de Yesterday, la sorpresa fue entonces para él y para los muchachos que desconocían de eso que yo intentaba. Jorge me aceptó de inmediato entre sus alumnos. Como las clases eran privadas y cobraba por aquello, mi hermana mayor Martha, me apoyó pagándome los estudios en efectivo como una parte de la cuota, la otra parte Jorge me la pidió en apoyo social con él mismo, ir a su casa y hacerle un mercado, o acompañarle a alguna diligencia a cancelar servicios como la luz, el agua o ayudarle en labores de su casa. Así viví poco a poco su enfermedad, conocí de la Esclerosis Múltiple y su proceso de desgaste. Recuerdo un día llegar a casa del maestro y



escucharle decir que ya no podía mantenerse en pie, o escucharle decir incoherencias, o un día simplemente no escucharle hablar más... Jorge no solo me enseñó a tocar la guitarra, me mostró un camino para recorrer, él me lleva con mi siguiente profesor, “Carlitos, ya no puedo darte clases de guitarra, seguimos con la composición” “Ve a buscar a un amigo, él te enseñará bien”... Así voy por mi maestro Lorenzo Camejo, donde inicia otra etapa, la de la escuela formal tradicional. Con Jorge aprendí las bases sin un manejo de la escuela, él simplemente me dejaba hacer y ser con el instrumento y me prendía luces cuando me alejaba del camino, recuerdo que más de una vez me dijo, “Eres tú quién da su clase, yo solo te observo”... “el maestro debe ser un canal al talento de su alumno” me dijo. Lo increíble de la historia o anécdota del principio, es que fui el último de sus alumnos, su discípulo final, el resto de mis compañeros se fueron perdiendo en el camino y cuando nos vinimos a dar cuenta, el único era yo. Formé un dúo de guitarras con un amigo, René Rojas Piñango, alumno en ese entonces del Maestro Douglas Estévez, y nos dedicamos a grabar en cassettes concierticos que dábamos más que como un dúo, como dos amigos apoyándose, decidimos luego que René conociera a Jorge, que nuestro dúo se llamaría Dúo de Guitarras “Jorge Benzaquén”. Unas semanas antes de su muerte hablamos Jorge y yo de dos cosas, la primera de su deseo de componer un concierto para guitarra y orquesta, a lo que me presté en apoyarle como su copista, pero con su negativa dado su agotamiento pasé al segundo tema, colocar una grabación del nuevo dúo “Jorge Benzaquén”.... Recuerdo verle una lágrima correr y escucharle un Gracias. Después de eso por diferentes actividades que salieron de golpe, dejé de verlo hasta que me llamó su señora Madre a darme el parte final.

La vida es circular, es un pañuelo, es un compendio de casualidades o coincidencias... O Dioscidencias... Pasaron los años y otras historias se han sumado a mi propia experiencia, pero jamás se olvidan las raíces. Como profesor he tenido a veces el dolor de verme enfrentado con algún alumno al que apoyé y traicionó mí confianza y me voy entonces a mis raíces a preguntar a mi maestro que haría él. La respuesta... “El maestro debe ser un canal al talento de su alumno” Así que sigo confiando llegará un Carlos Reyes llevado del destino a las manos de lo que hoy represento, un Jorge Benzaquén.

El Dúo de Guitarras Jorge Benzaquén, ha cumplido 3 etapas, la primera con René como compañero musical, la segunda junto al profesor Eduardo Ubilla, manteniéndonos 5 años con diferencias en nuestros objetivos, la tercera cuando pasé esa batuta a manos de dos alumnos que realmente tuvieron todo y no lo aprovecharon... Esperará el Dúo Jorge Benzaquén una cuarta etapa, tal vez se esté gestando ya... Habrá que esperar y rezo porque sea la mejor versión.

He tomado las piezas más conocidas del repertorio de mi maestro para crear un concierto en su nombre, porque es de él toda la obra que hoy puedo ser yo mismo como guitarrista, compositor y docente.

No se cierran los ciclos Maestro, se abren nuevos caminos para que tu obra se valore.

Tu alumno siempre.

Carlos Reyes.