Published using Google Docs
antología de cuentos medievales y el romancero 3º eso IES Carpe Diem.docx
Updated automatically every 5 minutes

Antología de Cuentos Medievales y el Romancero

        3º ESO

        Departamento de Lengua Castellana

        IES Carpe Diem

Índice de colecciones de cuentos.

Introducción. Características de la cuentística medieval.

Una de las primeras manifestaciones de la prosa literaria fue la traducción de cuentos orientales que habían llegado a Europa a través de los árabes. Estos trabajos tienen relación con la labor desarrollada por la llamada Escuela de Traductores de Toledo, en la que sabios árabes,  judíos y cristianos recuperaron las obras científicas y filosóficas de la antigua Grecia vertiéndolas del árabe al latín. Siguieron el mismo proceso las colecciones de ejemplos procedentes tanto de Grecia como de la India.

Estas obras presentan una estructura unitaria, un marco en el que se van insertando los relatos. Así ocurre en la más célebre de ellas: Calila e Dimna. Conecta con los manuales sapienciales de educación de príncipes mediante el motivo oriental de preguntas y respuestas entre el rey y un filósofo, que da paso a cuentos ejemplarizantes o exempla[1] contados y protagonizados por animales. (Wikipedia, 2013).

Estructuras similares tienen otras colecciones como el Sendebar o Libro de los engaños y las asayamientos[2] de las mujeres, de intención decididamente misógina, o El conde Lucanor, de intención didáctica.

Mención aparte merece Las mil y una noches, cuyas historias pertenecen a esa clase de narración que no llega a concluir ni alcanzar nunca su clímax. Son historias recorridas por un deseo insaciable, y su carácter abierto e inacabado nos mantiene leyendo, ansiosos por escuchar más, tal y como escucha el rey Schahriar. (Boxall & Mainer, 2006).

Las  mil y una noches

http://biblio3.url.edu.gt/Libros/2011/las_milyns.pdf  (páginas 1-9)

Inicio

Historia del mercader y el Efrit

Cuestiones para los relatos.

  1. Comprensión lectora:
  1. ¿Por qué decide el Rey Schahriah casarse todas las noches con una mujer y por las mañanas degollarlas?
  2. ¿Para qué utiliza Schahrazada a su hermana?
  3. Hay dos cuentos que cuentan lo mismo. ¿En qué se parecen y en qué parte de la historia difieren?
  1. Contexto social:
  1. Explica las dos clases sociales que aparecen en la lectura.
  2. Explica la importancia del concepto de la honra en el texto.
  3. Se trata de una sociedad con dos tipos de creencias religiosas. Explica en qué consisten ambas.
  4. Explica qué valor tienen en esta sociedad los esclavos y las mujeres. Justifica tu respuesta con pasajes de la lectura.
  1. Estructura:
  1. Establece en un esquema la estructura de los cuentos, en el que aparezca la disposición de los distintos cuentos y/o historias y las noches en las que son contados.
  2. Se dice que “Las mil y una noche” tiene una estructura de “muñecas rusas”. Busca información sobre ese concepto y explica en qué consiste.
  3. Establece el argumento del cuento marco, que hace de hilo conductor de la lectura.

  1. Análisis:
  1. ¿Es posible sacar una enseñanza de los relatos que has leído? ¿Podemos afirmar que tienen un sentido didáctico?
  2. ¿Cómo se denominan los textos protagonizados por animales? ¿Por qué crees que se utiliza este recurso? ¿Cuál de los animales que aparecen consideras que es el más inteligente y por qué?

  1. Investigación y aplicación
  1. Busca información y explica qué es un efrit/efrita y un sheitán (Cuento del 2º jeique)
  2. Investiga cómo termina el libro y resume su final en 6-7 líneas.
  3. Elige la historia que menos te ha gustado y explica por qué.

Calila e Dimna

http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/otras/calila/calila01.htm

Cuentos:

El cuervo y la culebra.

La garra, las truchas y el cangrejo.

La liebre y el león.

                                       

  Cuestiones         

  1. Contexto sociocultural
  1. Indica por qué los relatos de Calila e Dimna se consideraban importantes para la educación de los príncipes destinados a gobernar.
  2. Relaciona la figura del león y de Calila e Dimna con el estamento social que en la Edad Media ocuparían. Justifica tu respuesta.
  1. Comprensión                                                                                           ¿Qué enseñanza podemos sacar de los relatos anteriores. Razona tus respuestas.
  2. Análisis
  1. Calila e Dimna tiene una estructura de "engarce". Explica en qué consiste dicha estructura a partir de los textos anteriores.
  2. ¿Cómo se denominan los textos protagonizados por animales? ¿Por qué crees que se utiliza este recurso? ¿Cuál de todos los animales que aparecen consideras que es el más inteligente y por qué?
  1. Aplicación. De las fábulas que has leído ¿cuál te parece más importante por su enseñanza? Razona tu respuesta.

Sendebar

http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/libro-de-los-enganos--0/html/

Cuento 1: Leo.

Cuento 3: Lavator.

Cuento 12: Cannis.

Cuento 15: Turtures.

Cuento 18: Ingenia.

Sendebar es una colección de cuentos castellanos pero de origen persa e hindú de mediados del siglo XIII. También fue conocido como Libro de los engaños y de los ensañamientos de las mujeres. Cada uno de los cuentos o exempla tiene como misión transmitir la sabiduría de tipo popular para vivir con prudencia y evitar ser engañado en el mundo.

La mayoría de los cuentos tienen un componente misógino, ya que el marco narrativo en el que se encuadran los cuentos es la acusación contra un príncipe de haber violado a una mujer del harén, cuando en realidad es todo mentira urdida por la madrastra. A la espera de la sentencia el príncipe debe permanecer callado durante siete días, tiempo que aprovechan los sabios para contarle cuentos en los que la imagen de la mujer sale mal parada.

        Verás que el texto está en castellano antiguo. Los cambios más significativos que podrás apreciar son que la /H/ inicial todavía se escribe /F/ por influencia del latín. También hay diptongos que todavía no se han producido, y luego algunas variaciones gráficas como la /G/ por las /J/, o la /X/ por la /J/. Son cuentos breves que requieren varias lecturas para entender y “traducir” a nuestro castellano.

Cuento 1: Leo.

  1. ¿Cómo se deshace el rey del marido de la mujer?
  2. ¿Qué hace la mujer para disuadir al rey?
  3. Explica la metáfora con la que argumenta el hombre. ¿Quién es el león al que teme? ¿Quién es la tierra que no labra?
  4. ¿Cómo aparece representado en este cuento los estamentos sociales medievales?

Cuento 3: Lavator.

  1. ¿Quién cuenta el cuento? ¿Con qué intención?
  2. ¿Qué le sucede al padre del cuento? ¿Por qué?
  3. Aunque se trata de un cuento breve, ¿qué advertencia conlleva al rey?
  4. ¿Cómo se relaciona este cuento con el marco de la obra?

Cuento 12: Cannis.

  1. ¿De qué le advierte este privado (consejero) al rey?
  2. ¿Quién queda al cuidado del niño?
  3. ¿Qué piensa el padre que ha hecho el perro? ¿Qué decisión toma?
  4. ¿Qué ejemplo se puede sacar de este cuento y qué intención tiene en el marco de la obra?

Cuento 15: Turtures.

  1. ¿Qué advertencia le da a la paloma a su marido?
  2. El palomo no la cree, ¿qué decisión toma?
  3. ¿Qué sucedió en realidad con el grano?
  4. Compara este cuento con el cuento 12. ¿Qué tienen en común?

Cuento 18: Ingenia.

  1. ¿Qué primer consejo dan al hombre para que aprenda los engaños de las mujeres?
  2. ¿Qué opinión tiene la mujer sobre la supuesta sabiduría del hombre?
  3. ¿Qué excusa le da ella para que acostarse con él?

El conde Lucanor.

XIII Lo que sucedió a un hombre que cazaba perdices

http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/juanma/lucanor/13.htm

XXXII Lo que sucedió a un rey con los burladores que hicieron el paño

http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/juanma/lucanor/32.htm

XXXVIII Lo que sucedió a un hombre que iba
cargado con piedras preciosas y se ahogó en el río

http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/juanma/lucanor/38.htm

Cuestiones para los tres relatos.

  1. Contexto social:
  1. Justifica la jerarquía social que aparece en cada cuento.
  2. Explica el concepto de honra en cada relato.
  1. Comprensión. Delimita el argumento del relato marco y el argumento del exempla de cada cuento.
  2. Análisis:
  1. Explica  el significado que tiene la antítesis dentro-fuera en los relatos.
  2. Explica qué personajes del exempla ven la realidad distorsionada y cuáles son sus consecuencias.
  1. Aplicación. ¿Cuál de los tres relatos tomarías como consejo en este momento de tu vida?

EL ROMANCERO

(SELECCIÓN DE ROMANCES PARA SU COMENTARIO

LIBRO DE TEXTO DE CASALS P. 209)

  1.   LA JURA DE SANTA GADEA
  2.   LA PÉRDIDA DE ALHAMA
  3.   DOÑA ALDA
  4.   FONTEFRIDA
  5.   FERNÁN GONZÁLEZ
  6.   ABENÁMAR
  7.   LA INFANTINA
  8.   ROSA FRESCA
  9.   EL CONDE ARNALDOS
  10.   EL PRISIONERO
  11.   LA MISA DEL AMOR
  12.   EL ENAMORADO Y LA MUERTE
  13.   GERINELDO Y LA INFANTA
  14.   EL CONDE OLINOS
  15.   LA DONCELLA GUERRERA (versión 2)
  16.   LA MORA MORAIMA
  17.   LA MORA BELLA


1. ROMANCE DE LA JURA DE SANTA GADEA

En Santa Águeda de Burgos,   
do juran los hijosdalgo,   
le tomaban jura a Alfonso   
por la muerte de su hermano.   
Tomábasela el buen Cid,    
ese buen Cid castellano,   
sobre un cerrojo de fierro   
y una ballesta de palo,   
y con unos evangelios   
y un crucifijo en la mano.    
Las palabras son tan fuertes,   
que al buen rey ponen espanto:   
-Villanos te maten, Alfonso,   
villanos, que no hidalgos,   
de las Asturias de Oviedo,    
que no sean castellanos;   
mátente con aguijadas,   
no con lanzas ni con dardos;   
con cuchillos cachicuernos,   
no con puñales dorados;    
abarcas traigan calzadas,   
que no zapatos con lazo;   
capas traigan aguaderas,   
no de contray ni frisado;   
con camisones de estopa,    
no de holanda, ni labrados;   
cabalguen en sendas burras,   
que no en mulas ni en caballos;   
frenos traigan de cordel,   
que no cueros fogueados.    
Mátente por las aradas,   
que no en villas ni en poblado;   
sáquente el corazón   
por el siniestro costado,   
si no dices la verdad    
de lo que eres preguntado,   
sobre si fuiste o no   
en la muerte de tu hermano.   

Las juras eran tan fuertes   
que el rey no las ha otorgado.    
Allí habló un caballero   
que del rey es más privado:   
-Haced la jura, buen rey,   
no tengáis de eso cuidado,   
que nunca fue rey traidor,    
ni papa descomulgado.   
Jurado había el buen rey   
que en tal nunca fue hallado;   
pero también dijo presto,   
malamente y enojado:    
-¡Muy mal me conjuras, Cid!   
¡Cid, muy mal me has conjurado!   
Porque hoy le tomas la jura,   
a quien has de besar la mano.   
Vete de mis tierras, Cid,    
mal caballero probado,   
y no vengas más a ellas   
dende este día en un año.   
-Pláceme, dijo el buen Cid,   
pláceme, dijo, de grado,    
por ser la primera cosa   
que mandas en tu reinado.   
Por un año me destierras,   
yo me destierro por cuatro.   
Ya se partía el buen Cid,    
a su destierro de grado   
con trescientos caballeros,   
todos eran hijosdalgo;   
todos son hombres mancebos,   
ninguno no había cano;    
todos llevan lanza en puño   
con el fierro acicalado,   
y llevan sendas adargas   
con borlas de colorado.   
Mas no le faltó al buen Cid    
adonde asentar su campo.   

2. ROMANCE DE LA PÉRDIDA DE ALHAMA

Paseábase el rey moro — por la ciudad de Granada 
desde la puerta de Elvira — hasta la de Vivarrambla.             
                —¡Ay de mi Alhama!—

Cartas le fueron venidas — que Alhama era ganada. 
Las cartas echó en el fuego — y al mensajero matara, 
                —¡Ay de mi Alhama!—

Descabalga de una mula, — y en un caballo cabalga; 
por el Zacatín arriba — subido se había al Alhambra. 
               —¡Ay de mi Alhama!—

Como en el Alhambra estuvo, — al mismo punto mandaba 
que se toquen sus trompetas, — sus añafiles de plata. 
                —¡Ay de mi Alhama!—

Y que las cajas de guerra — apriesa toquen el arma, 
porque lo oigan sus moros, — los de la vega y Granada. 
                —¡Ay de mi Alhama!—

Los moros que el son oyeron — que al sangriento Marte llama, 
uno a uno y dos a dos — juntado se ha gran batalla. 
                —¡Ay de mi Alhama!—

Allí fabló un moro viejo, — de esta manera fablara: 
—¿Para qué nos llamas, rey, — para qué es esta llamada? 
                —¡Ay de mi Alhama!—

—Habéis de saber, amigos, — una nueva desdichada: 
que cristianos de braveza — ya nos han ganado Alhama. 
               —¡Ay de mi Alhama!—

Allí fabló un alfaquí — de barba crecida y cana: 
—Bien se te emplea, buen rey, — buen rey, bien se te empleara. 
                —¡Ay de mi Alhama!—

Mataste los Bencerrajes, — que eran la flor de Granada, 
cogiste los tornadizos — de Córdoba la nombrada. 
               —¡Ay de mi Alhama!—

Por eso mereces, rey, — una pena muy doblada: 
que te pierdas tú y el reino, — y aquí se pierda Granada. 

                —¡Ay de mi Alhama!—

3. ROMANCE DE DOÑA ALDA

En París está doña Alda,

la esposa de don Roldán,

trescientas damas con ella

para bien la acompañar:

todas visten un vestido,

todas calzan un calzar,

todas comen a una mesa,

todas comían de un pan.

Las ciento hilaban el oro,

las ciento tejen cendal,

ciento tañen instrumentos

para a doña Alda alegrar.

Al son de los instrumentos

doña Alda adormido se ha;

ensoñado había un sueño,

un sueño de gran pesar.

Despertó despavorida

con un dolor sin igual,

los gritos daba tan grandes

se oían en la ciudad.

—¿Qué es aquesto, mi señora

qué es el que os hizo mal?

—Un sueño soñé, doncellas,

que me ha dado gran pesar:

que me veía en un monte

en un desierto lugar:

y de so los montes altos

un azor vide volar;

tras dél viene una aguililla

que lo ahincaba muy mal.

El azor con grande cuita

metióse so mi brial,

el águila con gran ira

e allí lo iba a sacar;

con las uñas lo despluma,

con el pico lo deshace.

Allí habló su camarera,

bien oiréis lo que dirá:

—Aquese sueño, señora,

bien os lo entiendo soltar:

el azor es vuestro esposo

que de España viene ya,

el águila sedes vos,

con la cual ha de casar,

y aquel monte era la iglesia,

donde os han de velar.

—Si es así, mi camarera,

bien te lo entiendo pagar.

Otro día de mañana

cartas de lejos le traen:

tintas venían de fuera,

de dentro escritas con sangre,

que su Roldán era muerto

en la caza de Roncesvalles.

Cuando tal oyó doña Alda

muerta en el suelo se cae.

4. ROMANCE DE FONTEFRIDA

 Fontefrida, Fontefrida,   
 Fontefrida y con amor,   
 do todas las avecicas   
 van tomar consolación,   
 sino es la tortolica  
 que está viuda y con dolor.   
 Por allí fuera a pasar   
 el traidor del ruiseñor,   
 las palabras que le dice   
 llenas son de traición:   
 -Si tú quisieses, señora,   
 yo sería tu servidor.   
 -Vete de ahí, enemigo,   
 malo, falso, engañador,   
 que ni poso en ramo verde,   
 ni en prado que tenga flor,   
 que si el agua hallo clara,   
 turbia la bebía yo;   
 que no quiero haber marido,   
 porque hijos no haya, no;    
 no quiero placer con ellos,   
 ni menos consolación.   
 ¡Déjame, triste enemigo,   
 malo, falso, mal traidor,   
 que no quiero ser tu amiga    
 ni casar contigo, no!

5. ROMANCE DE FERNÁN GONZÁLEZ

                                         

  1. ROMANCE DE ABENÁMAR

—¡Abenámar, Abenámar,            

moro de la morería,

el día que tú naciste  

grandes señales había!

Estaba la mar en calma,  

la luna estaba crecida,

moro que en tal signo nace  

no debe decir mentira.

Allí respondiera el moro,  

bien oiréis lo que diría:

—Yo te lo diré, señor,  

aunque me cueste la vida,

porque soy hijo de un moro  

y una cristiana cautiva;

siendo yo niño y muchacho  

mi madre me lo decía

que mentira no dijese,  

que era grande villanía:

por tanto, pregunta, rey,  

que la verdad te diría.

—Yo te agradezco, Abenámar,  

aquesa tu cortesía.

¿Qué castillos son aquéllos?  

Altos son y relucían!

—El Alhambra era, señor,  

y la otra la mezquita,

los otros los Alixares,  

labrados a maravilla.

El moro que los labraba  

cien doblas ganaba al día,

y el día que no los labra,  

otras tantas se perdía.

El otro es Generalife,  

huerta que par no tenía;

el otro Torres Bermejas,  

castillo de gran valía.

Allí habló el rey don Juan,  

bien oiréis lo que decía:

—Si tú quisieses, Granada,  

contigo me casaría;

daréte en arras y dote  

a Córdoba y a Sevilla.

—Casada soy, rey don Juan,  

casada soy, que no viuda;

el moro que a mí me tiene  

muy grande bien me quería.

7. ROMANCE DE LA INFANTINA

                                     

8. ROMANCE DE ROSA FRESCA

—Rosa fresca, rosa fresca,
tan garrida y con amor,
cuando vos tuve en mis brazos,
no vos supe servir, no;
y agora que os serviría
no vos puedo haber, no.

—Vuestra fue la culpa, amigo,
vuestra fue, que mía no;
enviátesme una carta
con un vuestro servidor,
y en lugar de recaudar
él dijera otra razón:

que érades casado, amigo,
allá en tierras de León;
que tenéis mujer hermosa
y hijos como una flor.    

—Quien os lo dijo, señora,
no vos dijo verdad, no;                        
que yo nunca entré en Castilla
ni allá en tierras de León,
sino cuando era pequeño,
que no sabía de amor.

   

9. ROMANCE DEL CONDE ARNALDOS

¡Quién hubiese tal ventura
sobre las aguas del mar,
como hubo el conde Arnaldos
la mañana de San Juan!
Con un falcón en la mano
la caza iba a cazar,
vio venir una galera
que a tierra quiere llegar.
Las velas traía de seda,
la jarcia de un cendal,
marinero que la manda
diciendo viene un cantar
que la mar ponía en calma,

los vientos hace amainar,
los peces que andan nel hondo
arriba los hace andar,
las aves que andan volando
nel mástil las hace posar.
Allí habló el conde Arnaldos,
bien oiréis lo que dirá:
-Por Dios te ruego, marinero,
dígaisme ora ese cantar.
Respondióle el marinero,
tal respuesta le fue a dar:
-Yo no digo esta canción
sino a quien conmigo va.

10. ROMANCE DEL PRISIONERO

Que por mayo era, por mayo,

cuando hace la calor,

cuando los trigos encañan

y están los campos en flor,

cuando canta la calandria

y responde el ruiseñor,

cuando los enamorados

van a servir al amor;

sino yo, triste, cuitado,

que vivo en esta prisión;

que ni sé cuándo es de día

ni cuándo las noches son,

sino por una avecilla

que me cantaba el albor.

Matómela un ballestero;

déle Dios mal galardón.

11. ROMANCE DE LA MISA DEL AMOR

Mañanita de San Juan,

mañanita de primor,

cuando damas y galanes

van a oír misa mayor.

Allá va la mi señora,

entre todas la mejor;

viste saya sobre saya,

mantellín de tornasol,

camisa con oro y perlas

bordada en el cabezón.

En la su boca muy linda,

lleva un poco de dulzor;

En la su cara tan blanca,

un poquito de arrebol,                

en los sus ojuelos garzos

lleva un poco de alcohol;

así entraba en la iglesia,

relumbrando como el sol.

Las damas mueren de envidia

y los galanes de amor.

El que cantaba en el coro,

en el Credo se perdió;

el abad que dice misa,

ha cambiado la lición;

monaguillos que le ayudan,

no aciertan responder, non.

Por decir: "Amén, amén",

decían: "Amor, amor".

12. ROMANCE DEL ENAMORADO Y LA MUERTE

Un sueño soñaba anoche  

soñito del alma mía,

soñaba con mis amores,  

que en mis brazos los tenía.

Vi entrar señora tan blanca,  

muy más que la nieve fría.

—¿Por dónde has entrado, amor?  

¿Cómo has entrado, mi vida?

Las puertas están cerradas,  

ventanas y celosías.

—No soy el amor, amante:  

 la Muerte que Dios te envía.

—¡Ay, Muerte tan rigurosa,  

déjame vivir un día!

—Un día no puede ser,  

una hora tienes de vida.

Muy deprisa se calzaba,  

más deprisa se vestía;

ya se va para la calle,  

en donde su amor vivía.

—¡Ábreme la puerta, blanca,  

ábreme la puerta, niña!

—¿Cómo te podré yo abrir  

si la ocasión no es venida?

Mi padre no fue al palacio,  

mi madre no está dormida.

—Si no me abres esta noche,  

ya no me abrirás, querida;

la Muerte me está buscando,  

junto a ti vida sería.

—Vete bajo la ventana  

donde labraba y cosía,

te echaré cordón de seda  

para que subas arriba,

y si el cordón no alcanzare,  

mis trenzas añadiría.

La fina seda se rompe;  

la muerte que allí venía:

—Vamos, el enamorado,  

que la hora ya está cumplida.

13. ROMANCE DE GERINELDO Y LA INFANTA

—Gerineldo, Gerineldo,  

paje del rey más querido,

quién te tuviera esta noche  

en mi jardín florecido.

Válgame Dios, Gerineldo,  

cuerpo que tienes tan lindo.

—Como soy vuestro criado,  

señora, burláis conmigo.

—No me burlo, Gerineldo,  

que de veras te lo digo.

—¿Y cuándo, señora mía,  

cumpliréis lo prometido?

—Entre las doce y la una  

que el rey estará dormido.

Media noche ya es pasada.  

Gerineldo no ha venido.

«¡Oh, malhaya, Gerineldo,  

quien amor puso contigo!»

—Abráisme, la mi señora,  

abráisme, cuerpo garrido.

—¿Quién a mi estancia se atreve,  

quién llama así a mi postigo?

—No os turbéis, señora mía,  

que soy vuestro dulce amigo.

Tomáralo por la mano  

y en el lecho lo ha metido;

entre juegos y deleites  

 la noche se les ha ido,

y allá hacia el amanecer  

los dos se duermen vencidos.

Despertado había el rey  

de un sueño despavorido.

«O me roban a la infanta  

o traicionan el castillo.»

Aprisa llama a su paje  

pidiéndole los vestidos:

«¡Gerineldo, Gerineldo,  

el mi paje más querido!»

Tres veces le había llamado,  

ninguna le ha respondido.

Puso la espada en la cinta,  

adonde la infanta ha ido;

vio a su hija, vio a su paje  

como mujer y marido.

«¿Mataré yo a Gerineldo,  

a quien crié desde niño?

Pues si matare a la infanta,  

mi reino queda perdido.

Pondré mi espada por medio,  

que me sirva de testigo.»

Y salióse hacia el jardín  

sin ser de nadie sentido.

Rebullíase la infanta  

tres horas ya el sol salido;

con el frior de la espada  

la dama se ha estremecido.

 

—Levántate, Gerineldo,  

levántate, dueño mío,

la espada del rey mi padre  

entre los dos ha dormido.

—¿Y adónde iré, mi señora,  

que del rey no sea visto?

—Vete por ese jardín  

cogiendo rosas y lirios;

pesares que te vinieren  

yo los partiré contigo.

—¿Dónde vienes, Gerineldo,  

tan mustio y descolorido?

—Vengo del jardín, buen rey,  

por ver cómo ha florecido;

la fragancia de una rosa  

la color me ha devaído.

—De esa rosa que has cortado  

mi espada será testigo.

—Matadme, señor, matadme,  

bien lo tengo merecido.

Ellos en estas razones,  

la infanta a su padre vino:

—Rey y señor, no le mates,  

mas dámelo por marido.

O si lo quieres matar  

la muerte será conmigo.

14. ROMANCE DEL CONDE OLINOS

Madrugaba el conde Olinos,
mañanita de San Juan,
a dar agua a su caballo
a las orillas del mar.
Mientras el caballo bebe
él canta un dulce cantar.
Todas las aves del cielo
se paraban a escuchar.
Caminante que camina
olvida su caminar;
navegante que navega
la nave vuelve hacia allá.
La reina estaba labrando,
la hija durmiendo está.
Levantaos, Albaniña,
de vuestro dulce soñar.
No es la sirenita, madre,
la de tan bello cantar,
que es la voz del conde Olinos
que por mí quiere finar.
Si por tus amores pena,
¡oh, malaya su cantar!

Ni porque nunca lo goces
yo lo mandaré matar.

Si lo manda matar, madre,
juntos nos has de enterrar.
Él murió a la medianoche
y ella a los gallos cantar.
A ella como hija de reyes
la entierran en el altar,
a él como hijo de condes
unos pasos más atrás.
De ella nace un rosal blanco,
de él nació un espino albar;
crece el uno, crece el otro
los dos se van a juntar.
Las ramitas que se alcanzan
fuertes abrazos se dan,
y las que no se alcanzaban
no dejan de suspirar.
La reina, llena de envidia,
ambos las mandó matar.
El galán que los cortaba
no cesaba de llorar.
De ella naciera una garza,
de él un fuerte gavilán,
juntos vuelan por el cielo,
juntos vuelan par a par.

                            15.  ROMANCE DE LA DONCELLA GUERRERA (versión 2)

En Sevilla a un sevillano

siete hijas le dio Dios,

todas siete fueron hembras

y ninguna fue varón.

A la más chiquita de ellas

le llevó la inclinación

de ir a servir a la guerra

vestidita de varón.

Al montar en el caballo

la espada se le cayó;

por decir, maldita sea,

dijo: maldita sea yo.

El Rey que la estaba oyendo,

de amores se cautivó,

—Madre los ojos de Marcos

son de hembra, no de varón.

—Convídala tú, hijo mío,

a los ríos a nadar,

que si ella fuese hembra

no se querrá desnudar.

Toditos los caballeros

se empiezan a desnudar,

y el caballero Don Marcos

se ha retirado a llorar.

- Por qué llora Vd. Don Marcos

- Porque debo de llorar,

por un falso testimonio

que me quieren levantar.

- No llores alma querida

no llores mi corazón,

que eso que tú tanto sientes,

eso lo deseo yo.

16. ROMANCE DE LA MORA MORAIMA

Yo me era mora Moraima
morilla de un bel catar;
cristiano vino a mi puerta,
cuitada por me engañar.
 Hablóme en algarabía,
como aquel que la bien sabe:
-Abrásme la puerta, mora,
sí Alá te guarde de mal.
-¿Cómo te abriré, mezquina;
 que no sé quién te serás?
-Yo soy el moro Mazote,
, 

hermano de la tu madre,

que un cristiano dejo muerto,
tras mí venía el alcalde:
 si no me abres tú, mi vida,
aquí me verás matar.
Cuando esto oí, cuitada,
comencéme a levantar;
vistiérame una almejía,
 no hallando mi brial,
fuérame para la puerta
y abríla de par en par.

17. ROMANCE DE LA MORA BELLA

– Apártate, mora bella,
apártate, mora linda,
que va a beber mi caballo
de esa agua cristalina.

– No soy mora, caballero,
que soy cristiana cautiva;
me cautivaron los moros
el día de Pascua Florida.

Las lágrimas de mis ojos
por mis mejillas corrían,
no me las pude secar
que amarrada me tenían.

– ¿Te quieres venir conmigo?
– Con usted, señor, me iría;
y estos pañales que lavo
¿en dónde los dejaría?

– Los malos al río abajo,
los buenos delante irían.

– Y mi honra caballero
¿en dónde la dejaría?
– Juro en la cruz de mi espada
que al pecho llevo ceñida
no hablarte una palabra
hasta los Montes de Oliva.

Ya llegaron a los montes,
suspiraba la cautiva.
– ¿Por qué lloras, mora bella,
por qué lloras, mora linda?

– Suspiro porque mi padre
a cazar aquí venía
y mi hermano don Bueso
en su compaña venía.

– ¡Válgame el Santo Cristo
y también las Tres Marías,
que pensé encontrar mujer
y encontré una hermana mía!


[1] Breve narración de intención didáctica.

[2] Crueldades.