ODAS -
l ALCEO
DEL INVIERNO
Sus lluvias love envía,
y en negra tempestad se enturbia el cielo, Creciendo en demasía
van los arroyos inundando el suelo,
y el perezoso Invierno
viene-ceñido de rigor eterno.
Mas tú, encendiendo el fuego, vierte y derrama. en abundancla el vmo sabroso y dulce, luego:
y dale, nti-os dale el destino de regar la cabeza, i
y el tierno bozo, que a apuntar emplaza.
EL DESEO
si mi lira fuera
de marfil fabricada,
y si al coro de Baco me llevase
una tropa ligera
de jóvenes formada,
y tódo mi semblante relumbrase,
y hermoso se ostentase
cual oro no tocado,
y de una hermosa niña fuese amado!
_ VII j
DE sí MISMO
Yo mucho más, amado Baco, bebo que Cíclope sañudo,
Cuando beodo, del humano cebo llenó su vientre crudo.
Bebo, gran Baco. y ojalá pudiera del enemigo airado
cortar ia :esta: entonces y0 bebicra de Filipo malvado
en el cráneo feroz vino sabroso. Filìpo, que la muerte gustó en el vaso amigo, venenoso con merecida suerte.
V VIII
DE DOS MALES
Venga el vino sabroso.
que no hay mejor remedio a los dolores que beodo y gozoso
disfrutar sus favores.
iOhI, mis pulmones riega
con delicioso vino,
que ya el estío rígido se allega, nace el astro malmo,
y ya todas las cosas
anhelantes , y ansiosas
de pura sed, alampan de comino.
A UN AMIGO
Bebe, querido amigo,
bebe IIunido conmigo:
la dulce pubertad conmigo pasa, conmigo te corona;
y si de ses() mi cabeza escasa loquea, tú me abona.
Y si gozo de
de juicioso también haz el oficio.
EPIGRAMAS
Il
À LA ESTATUA DE UN ÀTLETA
Esta estatua de bronce, do Se mira
la fuerza que a sí tira, oh pasajero,
los ojos por entero, es del nombrado Crltórnaco esforzado, cuya fiera fortaleza la austera Grecia vía.
POCO ha que revolvl'a entre sus manos los cestos no livianos, y el terrible Pancracio, con la horrible mano armada. Su espalda mancillada no se ha vido
en el polvo movido, la tercera
vez, y con alma fiera y vaierosa,
del Istmo la gloriosa, alta palestra, tres veces d10 gran mulestra: en qstos juegos fue entre todos los grlegos el prlrnero
que logró el lisonjero premio amado;
y Hermocrates, osado, padre suyo,
cuya gran gloria y cuyo nombre honroso
se nombra respetoso, en la gran Tebas
de siete puertas pruebas señaladas
dio de esforzadas manos coronado.