Preparatoria Matutina
RESEÑA: “El fuego verde”
Maestra: Verónica Apam Torres
Alumna: Nailea Itzel Segundo González
Grado: 2° Grupo: “D”
No. Lista: 41
Ciclo Escolar
2016-2017
EL FUEGO VERDE.
Antes había tantos árboles que parecía que un océano verde cubría la Tierra. En algunas partes las copas de los arboles no dejaban que la luz del sol tocara el suelo. Los elfos eran los Señores del Bosque y por sus venas corría savia blanca. En el bosque se adoraba a muchos dioses tallados en troncos y se les dejaban ofrendas de pan y cuencos de miel. En el bosque estaba prohibido cazar a los ciervos con manchas blancas en la frente ya que eran sagrados porque las hadas los habían tocado al nacer. Los humanos habitaban en el día y los elfos en la noche. Los elfos conocían la magia y odiaban al fuego. Solamente los magos y los cuenteros los podían ver y tener tratos con ellos. Los arboles eran antepasados de los elfos y los cuenteros colocaban sobre los árboles, que tenían descendientes elfos, campanas para que los leñadores no los talaran. Los cuenteros iban a las aldeas para contar historias y tocar música y los aldeanos les daban posada, comida y bolsas con quesos. Si alguna persona sabia una historia nueva como un sueño podían decírselo al cuentero y si pasaba las pruebas estas los escribían con tinta verde. Los cuenteros eran libres mientras los demás temían al bosque por la noche. Si una persona no llegaba a su destino de día, debía dormir boca abajo, apretar sus amuletos y no prestar atención a los ruidos de la noche Luned no le tenía miedo a la oscuridad. Vivía en un pueblo tan pequeño que no tenía nombre y que estaba rodeado por el bosque. Las personas del pueblo no poseían mucho más que lo necesario y su libertad. La cruz y la iglesia eran desconocidos en el pueblo. Una vez llegaron 2 clérigos pero no predicaron debido a que llegaron en el invierno y los habitantes los cuidaron hasta que ellos mejoraron de una fiebre. Luned nació bajo un abedul en la tarde sobre hojas rojas. La llamaron Luned porque el nombre era de la historia favorita de su abuela. Creció en una niña delgada que no temía de la oscuridad ni de los animales. Les temía a los regaños de su madre, al dolor, la crueldad contra los animales, al invierno, al encierro, etc. Siempre salía de noche al bosque a pesar de los castigos de su madre. Para Luned el bosque era su palacio, una gran roca su trono y un buho era su heraldo. Cuando había luna jugaba con figuras de madera que le había hecho su padre. Cuando escuchaba el aullar del lobo pensaba que era un canto triste y se ponía a llorar para acompañarlo. Luned le temia al murciélago y cuando lo escuchaba se iba a su abeto porque pensaba que el la protegía. Siempre regresaba tarde a su casa y su madre, Airmed, se desesperaba porque nunca se levantaba. Para Airmed cuidar a su hija era domesticarla. Airmed bañaba a Luned en una tina de agua caliente y le pasaba un trapo húmedo y cuando se lo pasaba sobre las cicatrices hechas en el bosque Luned lloraba y Airmed fingía no verla. Airmed también sufría cuidándola y encargándose de las heridas que Luned se hacía. A Luned le molestaba el encierro de su casa porque pensaba que el techo un día caería sobre ellos. Detestaba el invierno porque en él casi no podía salir al bosque. Un día Airmed le quiso enseñar a Luned a tejer, pero ella se volteaba y veía por la ventana. No entendía porque le querían enseñar a tejer. Destestaba ponerse los zuecos que le hacia su padre pero le gustaba la habilidad de su padre de poder tallar en pedazos de madera las figuras de los animales. Luned le pedía que convenciera a su madre de dejarla dormir afuera pero el solo reía. Su abuela le decía a su madre que dejara a Luned porque se dio cuenta de que lo mejor de la vida era estar bajo el sol en el bosque. No le gustaba comer en la mesa, comía en troncos y le gustaba subir los árboles. Amaba a las ranas y se metía con ellas al estanque donde aprendió a nadar con ellas. Un día vio a unos niños entre los cuales estaba su hermano Ronan que arrojaron una piedra sobre un charco donde había ranas y al ver una rana muerta ella se enojó y los golpeo. Cumplió años y sintió que maduraba como su abeto y presto más atención a las figuras de los dioses tallados en el bosque. Un día al ver a una pareja besarse ella sintió una extraña alegría y una inquietud. Aprendió a atraer ciervos poniendo sal sobre troncos y cuando llegaban ella se acercaba y ellos no se daban cuenta de su presencia. Jugaba a montar a un jabalí, pero cuando creció este le rompió un dedo y se dio cuenta que lo merecía por molestarlo. Luned trabajaba en el huerto familiar y buscaba hierbas curativas para Fedelm con quien siempre hablaba de plantas. Luned siempre buscaba plantas para los enfermos y pronto tuvo amistad con Fedelm lo que le gusto a Airmed. Fedelm le conto las leyendas de los elfos y los peligros del bosque. Fedelm le pidió a Airmed que dejara a la niña estar en el bosque porque sin ella no tendrían todas las plantas. Airmed no sabía que Luned temía del jabalí cuando estaba en celo ni que se convirtió en mujer cuando vio un osezno atrapado en una trampa y que se desangro intentando arrancarse la pata. Luned lo abrazo hasta que murió. Odiaba a los cazadores que solo buscaban pieles así que destruía esas trampas y los cazadores pensaban q eran elfos enojados. Lunes nunca penso en un oficio que le interesara hasta que un dia un cuentero llego a su pueblo.Un cuentero iba a llegar a la aldea y ese era un gran honor. La gente organizaba una celebración para escucharlo, prepararon comida y acomodaron los asientos donde lo escucharían. Luned fue la primera persona en ver al cuentero. Ella se encontraba en el bosque y escucho el sonido de unas campanas. Vio a la persona y no supo decir a que se dedicaba y pensó que era un viajero que venía de otros bosques. Lo siguió a escondidas y luego el hombre dijo: “Elfo o ser humano, muéstrate para que compartamos un poco de agua.” Esto la sorprendió porque ella sabía acercarse a los ciervos sin ser escuchada. Luned salio y el hombre pensó que era un hada. Él le ofreció agua y ella le pregunto quién era y que si había visto alguna vez a un elfo. Él dijo que no los había visto pero que los había escuchado cantar. Le canto unas canciones y le dijo que las aprendió en la ciudad en que había nacido, Corberic. Se presentaron y el hombre dijo que se llamaba Demne y que era un cuentero. Hablaron durante el viaje al pueblo y Demne se dio cuenta de que Luned sabia más que él sobre el bosque, que se orientaba perfectamente y que cuando escuchaba el cantar de un pájaro ella sabía inmediatamente cual era. Llegaron al pueblo y le dieron una gran bienvenida a Demne. Sabían cuando llegaría porque un muchacho llamado Akili lo habia visto con Luned cuando había llevado un cerdo al bosque. El cuentero les conto las historias y canciones que querían y Luned se sorprendió de cómo podía atraer tanta atención con las historias. Luego comenzaron a bailar y Demne bailo con Luned. Él le dijo que había visto el fuego verde, que era frío, que iluminaba los banquetes de los elfos. Dijo que les temía y amaba. Al siguiente día Demne le dijo a Luned que fuera con él a Corberic para que aprendiera las historias y canciones y para que se convirtiera en aprendiz de cuentera. Le dijo que le pagaría, pero en realidad la quería tener como esposa. Acepto porque quería conocer otros bosques y aprender las historias. Demne le pregunto a los padres de Luned y ellos aceptaron con la condición de que ella los visitara una vez cada 3 años. Su abuela le dijo que regresara antes de que ella muriera para que le contara las historias. Las últimas noches visito a su abeto para despedirse de él. La última noche corto un mechon de pelo y lo ato en su arbol y mostro su respeto a los dioses de su aldea. Al siguiente día se despidió de todos y se fue con Demne a Corberic.Durante el viaje a Corberic, Luned conoció muchas alegrías distintas. Dormía bajo el cielo cerca del fuego, Demne cantaba las canciones que le mostro cuando se conocieron y se dormía esperando ver el fuego verde de los elfos. Cada día le daba algo nuevo como historias antiguas. Visitaron las ruinas de un sanatorio romano y Luned se sorprendió al ver los peces dibujados en el mosaico. Luned descubrió el amor por viajar y Demne el amor por Luned. Encontraron viajeros y cantaron en sus campamentos excepto con los soldados porque Demne los encontraba irritantes. Conoció misioneros cristianos que llevaban la historia de un dios heroico y traicionado, Jesús. Encontraron un hombre que llevaba una flor para sembrarla en su casa porque el perfume le daba alegria y porque asi los recuerdos de la ciudad que tenía nunca desaparecerían. Encontraron tallados de dioses como los de la aldea de Luned. Un día Luned vio marcas y huellas de un jabalí en un tronco (joni) y decidieron cambiar de camino. Escucharon al jabalí y la mula se asustó, Luned la calmo y Demne beso a Luned. Luned recordo el dia que vio a los novios besarse y supo que esa hambre deliciosa era deseo. Luned se acercaba a Demne y él le agarraba la mano y acariciaba el pelo pero nunca la volvió a besar. Luned decidió ser paciente. Luned no necesitaba usar su habilidad de encontrar comida porque como Demne era cuentero el podía comer de las ofrendas dejadas a los elfos, pero debia dejar guijarros con runas escritas que significaban que un cuentero comió de ahí. Luned se sorprendió por la escritura y Demne le dijo que también aprenderia.Faltaba poco para llegar a Corberic y escucho a los perros. Llegaron a la muralla y a Luned se le detuvo el aliento al ver soldados con lanzas y fogatas. Su respiración se convirtió en jadeos. Luned salto de la carreta porque estaba asustada. Demne se dio cuenta de que Luned se iba y corrió lo más rápido que pudo tras ella. La alcanzo y la abrazo y sintió que temblaba como un animal. Demne le dijo que no todos en la ciudad son malos y que juraba por los dioses de su aldea que la protegería con su vida. Regresaron a la carreta y Demne le explico todo lo que veían. Pasaron la muralla sin tramites y Luned se durmió del terror. Demne la despertó y le dijo que estaban en la casa donde él había nacido. Había un perro rojo que se arrojó sobre Demne y este comenzó a jugar con él. El perro se acercó a Luned y se dejó acariciar y Luned sonrió por primera vez desde que vio la muralla. Un anciano abrió la puerta y abrazo a Demne. Llevo a Luned a su cuarto y le dijo que si quería dejar encendida la luz durante la noche podia. Luned penso que eran ricos pero Demne le dijo que no y que era por si tenía miedo pero que de seguro no la necesitaria. Se acosto y penso que regresar a su aldea como queria era algo imposible. Penso en el beso de Demne y en los dias por venir y se quedó dormida. Soño con el osezno muerto en la trampa.
Al amanecer, Luned despertó con el ruido que hacía un muchacho que guiaba unos gansos. Para ella el viaje parecía haber ocurrido hace muchas semanas, pero en cambio era como si apenas ayer hubiera dejado su aldea. Escucho voces y salió del cuarto y se encontró con el padre de Denme. Efra la salud y le enseñó a Luned unos libros que les habían confiado los clérigos a Denme y a Efra, pero Luned todavía no le hallaba importancia a esos libros. Efra le enseñó las tabletas a Luned pero Denme lo detuvo y le dijo que empezarían mañana. El tamaño de la casa fue lo que cautivó a Luned, pues estaba acostumbrada a vivir en una sola habitación. Denme se le quedó viendo con los huevos en la mano (ejele) y le dijo que si quería desayunar. Durante el desayuno Luned siempre encontraba la mirada serena y cariñosa de Efra. Cuando ivan a salir a la ciudad Luned se puso las sandalias sin pensarlo, porque sentía que tendría miedo de pisar algunas cosas. Los olores de la ciudad fueron las primeras cosas que atormentaron ala muchacha. Había demasiada gente, estiércol de personas tirado y nadie hacía nada por limpiarlos. Luned quedó ensordecida con el estruendo que salía del taller del herrero. Luned vio a los hombres ricos y a las mujeres que iban pintadas y con guantes de piel de oso. Luned vió a un hombre sin piez, a un niño con piernas de pollo, y a un hombre que orinaba en la puerta de una casa, Denme le explicó que era un ladrón y que lo habían marcado en la frente por su delito. También vio la horca, y Denme avergonzado le explicó que ahí justiciaban a los malhechores, Luned se asustó mucho. Luego se le acercó el niño con patas de pollo a pedirle una moneda, pero Luned se alejó, las monedas también eran nuevas para ella. Veía el bosque detrás de esas murallas gigantescas y lo extrañó. Luned había visto la muerte, había enterrado a animales y personas, conocía las enfermedades, pero ni una de estas cosas como las de la ciudad, en la ciudad las enfermedades se exhibían. También los ancianos eran respetados en su aldea y en la ciudad los ancianos eran mendigos enfermos y nadie les dirigía la palabra y eran agredidos. Denme miró a Luned y le besó la frente, pensó que tal vez cuando le enseñara a leer y a escribir la ciudad podría ser más soportable para la pobre Luned. Pero también tenía miedo de ser como el hombre que llevaba una flor del bosque a su casa porque no podía vivir sin su perfume, Denme tenía la duda de que si Luned podría vivir en la ciudad. Denme se hizo la promesa que si Luned le pedía regresar el comenzaría los preparativos y la llevaría de inmediato, pero pedía a los dioses que no fuera tan pronto para poder decirle lo que sentía por ella.