LUPA DE LA
REFORMA EDUCATIVA
REFLEXIONES EN TORNO A LAS REGLAS DE OPERACIÓN Y EL PROGRAMA ESCUELA SEGURA.
Para plantear algunas reflexiones en torno al “Programa Escuela Segura” es importante tener claridad de lo que son las Reglas de Operación de un programa y el propósito que tienen. Todos los programas requieren de un análisis en sus tres perspectivas: la primera en su intencionalidad, segundo en su implementación y desarrollo, y tercero los alcances y limitaciones que tengan, por ende todo programa debe de ser evaluado en un proceso constante y permanente, para poder redefinirlo y orientarlo buscando su pertinencia, transparencia y eficiencia.
Las reglas de operación de un programa son todas las disposiciones que reglamentan un programa con pertinencia social, es decir, que atenderá los problemas específicos detectados que por su naturaleza o su complejidad son obstáculos que no permiten alcanzar una educación integral y con equidad social.
El propósito de las Reglas de Operación es que se alcancen los mejores niveles de eficacia, eficiencia, equidad y transparencia en la aplicación, seguimiento y evaluación de los recursos ejercidos; vigilando que los recursos se apliquen en lo que han sido programados para no despilfarrar o mal invertirlos en perjuicio de la sociedad. Por ejemplo Rogelio Gómez Hermosillo coordinador del colectivo de grupos civiles indica que “Hay programas para mejoramiento de la economía y la reducción de la pobreza que tienen muchos recursos pero no funcionan. Es un absurdo. Los programas tienen que dejar de ser dádivas de gobernadores y funcionarios” (http://www.sinembargo.mx/27-07-2015/1428897)
Las Reglas de Operación clarifican con total precisión los tipos de apoyos que se recibirán, quienes los recibirán, los requisitos que hay que llenar para obtener los beneficios, los apoyos específicos que pueden ser: técnicos, económicos, también consideran el procedimiento de selección, los derechos y obligaciones de las instancias participantes, etc.
Opino que el Programa Escuela Segura tiene la finalidad de fortalecer la educación básica, entiendo que es parte de la Política Educativa implementada por el gobierno a través de la Secretaría de Educación Pública, que se propone mejorar y promover los ambientes de aprendizaje seguros dentro y fuera del aula, con la finalidad de que “los que integran la comunidad educativa trabajen y aprendan en un ambiente de respeto y convivencia democrática, pacífica e inclusiva”. Creo que la prioridad fundamental es que haya una convivencia respetuosa de las diferentes maneras de pensar, en esta Escuela Segura hay “cero tolerancia a la violencia escolar”. Por eso se deben involucrar a los padres de familia y a las instancias de apoyo para orientarlos en la resolución de problemas o para que participen directamente en la resolución de los conflictos, no hay que olvidar que la violencia y el acoso tienen en su mayoría de los casos su origen en el ámbito familiar.
Por consiguiente, el primer paso que hay que dar para mejorar la convivencia escolar es identificar sus características físicas como sociales. Es notorio ver que hay problemas familiares generales que afectan a los alumnos y alumnas como el alto índice de divorcios, separación, madres solteras y violencia intrafamiliar, abuso sexual, drogadicción y alcoholismo. Estos problemas sociales impactan definitivamente en la escuela generando relaciones discriminatorias, de dominación y abuso. Por tal razón, es vital generar ambientes escolares seguros y pacíficos tanto dentro como fuera del aula, como condiciones indispensables para lograr el respeto a la dignidad humana y para que los alumnos aprendan a aprender en condiciones saludables.
Una escuela segura sabemos que es aquella donde todos integrantes de la comunidad escolar conviven de manera inclusiva, democrática y pacífica, y trabajan comprometidamente para la mejora de los aprendizajes de todo el alumnado. Le corresponde a toda la comunidad educativa detectar si existen condiciones para que la escuela pueda ser beneficiada con este programa educativo.
La gestión de la convivencia escolar es una tarea educativa indispensable para el desarrollo de las actividades de aprendizaje en la que todos deben involucrarse en la prevención, tratamiento y resolución de los conflictos escolares, para ello la escuela debe de estar organizada con un buen liderazgo participativo, intelectual y propositivo que pueda retener a los alumnos y alumnas y puedan aprender en ambientes sanos.
Aún más que la capacitación se necesita establecer compromisos para que las decisiones que se tomen se lleven a cabo, dar a conocer el Marco Legal para la Convivencia Escolar (MLCE), establecer las redes de apoyo y/o conocer las ya existentes en la búsqueda del respeto inherente a los derechos humanos.
Un problema fundamental es que muchas escuelas carecen de un reglamento escolar, aun existiendo un Marco para la Convivencia Escolar en cada Estado, tal como dice el artículo 1º. del Marco para la Convivencia incluyente, democrática y pacífica en las escuelas de educación del Estado de Chiapas: “Hasta este momento no se dispone de un documento que integre la normatividad vigente en materia de convivencia y disciplina escolar, con las orientaciones más recientes sobre derechos de la niña y el niño y que simultáneamente favoreciera la convivencia y orientara la administración de la disciplina escolar, razón por la cual, se observa que en las escuelas existen dificultades para manejar y aplicar correctamente las medidas disciplinarias que coadyuven a construir un ambiente propicio para la convivencia incluyente, democrática y pacífica, lo cual es una dimensión central en la organización escolar y prioritario en el sistema de mejora educativa a partir de aprender a aprender y aprender a convivir. Con la finalidad de subsanar lo anterior y asegurar que el proceso educativo de las alumnas y de los alumnos del estado de Chiapas se desarrolle y fortalezca la convivencia y un ambiente seguro, para propiciar el aprendizaje efectivo, donde los actores aprenden a internalizar el sentido de las normas y a desarrollar habilidades para convivir entre la comunidad escolar y la formación de ciudadanos íntegros, las autoridades educativas deben promover activamente el respeto mutuo entre los educandos, padres y madres de familia o tutores, docentes, directivos y personal escolar”.
La realidad es que al no existir un reglamento escolar eso llevado a la anarquía y el personal docente y directivo no tienen una base para poder atender conductas antisociales, violentas, discriminatorias que regulen la convivencia poniendo en riesgo la integridad física y moral tanto de los alumnos como de los docentes y directivos.
Entre todos los integrantes del Consejo Técnico Escolar debe de existir relaciones pacíficas, unidad, respeto y tolerancia en la igualdad de género, promoviendo la inclusión, las prácticas democráticas y en caso de existir problemas participar en la resolución pacífica de los conflictos, “si hay corresponsabilidad del personal directivo y docente, personal de apoyo y administrativo de la escuela, alumnado, familias y sociedad civil en el fortalecimiento de ambientes de convivencia pacíficos, democráticos, con igualdad de género, inclusivos y propicios para el aprendizaje”, se sentarán las bases para la construcción de una escuela segura (Acuerdo número 20/12/2014 por el que se emiten las Reglas de Operación del Programa de Escuela Segura. Pág. 1).
Es vital un buen liderazgo que fortalezca la autonomía escolar, desarrollando su capacidad de poder tomar decisiones que impacten en el aprendizaje de los alumnos y en la formación de docentes, padres, madres de familia, personal de apoyo en fin de toda la comunidad educativa.
A continuación voy a precisar algunas razones por las que las escuelas no han sido beneficiadas con este programa:
a) La falta de iniciativa por parte del director para motivar a toda la comunidad educativa pero en especial al Consejo Técnico Escolar (CTE), para solicitar su participación entusiasta y comprometida en el Programa Escuela Segura.
b) Poca capacidad de la escuela en la toma de decisiones que lleven a comprometerse con la implementación de un programa.
c) Desinterés por parte del personal docente para participar activamente en la operación del Programa.
d) Se respira un ambiente de resistencia hacia programas federales como este, ya que implica precisar y desarrollar acciones establecidas en la Ruta de Mejora Escolar e informar el alcance de las mismas.
e) Se considera que al inscribir a la escuela en este programa las autoridades estarán fiscalizando, vigilando y exigiendo al personal docente y directivo el cumplimiento de la Normalidad Mínima Escolar que de hecho es un requisito básico, como el que la escuela debe de brindar el servicio educativo todos los días establecidos en el calendario escolar y que los maestros y alumnos deban iniciar puntualmente sus actividades, etc.
f) Por experiencia aplicando un proyecto de equidad de género el año pasado en el grupo de 4º grado, noté que hubo poca participación de los padres de familia de un total de 35 solo asistieron en promedio 5 o 6 semanalmente a las charlas educativas. En general esto refleja un problema común escolar, la participación comprometida de los padres, madres de familia y/o tutores con la educación de sus hijos es escaso o nulo en muchos de los casos, para alcanzar mejores niveles de aprendizaje.
g) Los docentes y directivos al no percibir una compensación económica por su participación en el programa, pierden completamente el interés y compromiso en participar, se comenta que “se exige más trabajo adicional”.
h) Aunque este programa ya existía desde el año 2007 el hecho de que haya nuevos lineamientos emitidos el 20 de diciembre del 2014 y que se fundamenta en la reforma a los artículos 1º., último párrafo, 3º y 4º primer párrafo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y 2o., 3o., 7o., 8o., 32, 33 y 42 de la Ley General de Educación, la resistencia a participar en este programa importante por razones ideológicas es un cumplido consumido, de esa manera se pierden los apoyos como tener acceso a una Red de Apoyo o conformar una que dará asesoría en temas como inclusión, prevención de la violencia, intervención en crisis y resolución de conflictos, entre otros temas vinculados a este.
i) Además, se pierde la oportunidad de que toda la comunidad educativa conozca el Marco Legal para la Convivencia Escolar que existe en nuestro estado, como también tener acceso o construir proyectos asesorados por la Supervisión Escolar de zona a favor de la convivencia escolar.
En conclusión, las escuelas deben elevar su potencialidad para identificar los problemas que ponen en riego las condiciones de seguridad necesarias para el desarrollo de su función. Se requiere tomar la decisión de participar en el Programa Escuela Segura (PES), quienes participen deben tener conocimiento de las reglas en juego como los propósitos, las acciones, las tareas en las que se puede participar para favorecer la continuidad de las acciones y para fortalecer el compromiso colectivo. Es necesario preponderar el diálogo, la comunicación fluida y respetuosa para tomar medidas que prevengan situaciones de riesgo y violencia, hay grandes expectativas respecto a lo que se puede lograr con escuelas más autónomas, el mejoramiento de la enseñanza en ambientes de convivencia pacíficos y el uso eficiente de los recursos.
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